347 resultados para NARRATIVA ECUATORIANA
Resumo:
Seguir las huellas de la oralidad en algunos cuentos de la narrativa ecuatoriana de los treinta es, sin duda, una tarea compleja, porque no se trata de textos que se inscriben dentro de lo que Walter J. Ong llama oralidad primaria, es decir, “a la oralidad de una cultura que carece de todo conocimiento de la escritura o de la impresión”,1 sino de la literatura (letra) hecha, precisamente, por letrados, por escritores y constituida por textos fijados, hasta cierto punto, por la escritura, es decir, de la oralidad secundaria, de aquella que depende de la impresión y en general de la tecnología. Por lo tanto es necesario considerar, para este estudio, tanto la oralidad como la escritura –oralidad primaria y oralidad secundaria– como dos niveles dialógicos de análisis e interpretación, no excluyentes sino complementarios. Por esta razón sería más apropiado hablar de los efectos de la oralidad en textos escritos, que modelizan un tipo de cultura, en este caso, la del montubio de las primeras décadas del siglo XX – la de la época del cacao–. Entonces, la pregunta básica a la que vamos a tratar de responder es: ¿cómo se representa dicha cultura oral en los textos seleccionados? (“El cholo del cuerito e venao” y “El cholo que se castró”, de Demetrio Aguilera Malta; “El Guaraguao” y “La salvaje”, de Joaquín Gallegos Lara; “Mardecido llanto” y “El malo”, de Enrique Gil Gilbert; y “Banda de pueblo”, de José de la Cuadra.)
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El estreno de la película Las tres ratas, basada en la novela homónima de Alfredo Pareja, se realizó en 1946 en Argentina y, en Ecuador, dos años después. Aunque inicialmente el autor se sintiera muy desencantado con esta adaptación, participó en la recuperación de la misma, y su reestreno en 1989, en un contexto muy distinto. En este año culminaba el proyecto -iniciado en 1981 por Cinemateca Nacional- de acopiar el patrimonio cinematográfico del Ecuador, como memoria del país. En 1989, la institución gestionó la declaratoria del cine ecuatoriano como parte del Patrimonio Cultural del Estado, y la delegación de esa custodia a la misma Cinemateca. Alfredo Pareja tuvo un rol importante en la recuperación, por vía diplomática, de una copia de Las tres ratas, y contribuyó adicionalmente con documentos relativos a varias películas del novelista Demetrio Aguilera Malta. Fue un impulsor del proyecto global, pese a la ambigüedad de sentimientos vinculados con los estrenos de cuarenta años atrás, de lo cual da fe un fragmento de carta de Alfredo Pareja al pintor Galo Galecio, de 1946.
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La reconstrucción de una entrevista realizada en 1988 permite al autor hacer un lúcido recorrido sobre el valor de la obra crítica, narrativa e histórico-biográfica de Alfredo Pareja Diezcanseco, y establecer un balance del aporte de la misma en varios momentos de la narrativa ecuatoriana del siglo XX: los años de las vanguardias, la década de 1950 y el período posterior al boom latinoamericano. El texto pone en relieve la talla humana de Pareja, y ofrece una muestra de esa extraña sintonía que los grandes narradores únicamente son capaces de establecer con el lector, provocando en éste la sensación de sentirse «tocado y transformado por el encanto de su palabra».
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El presente trabajo es un esfuerzo de diálogo entre la literatura y las ciencias sociales ecuatorianas. Se realiza una lectura de las representaciones y propuestas sobre el Estado nacional ecuatoriano, en tres novelas del periodo 1934 a 1962: Los Sangurimas de José de la Cuadra, Los hijos de Alfonso Cuesta y Cuesta y El Éxodo de Yangana de Ángel F. Rojas. Describiremos, además, las transformaciones modernizadoras sociales de principios del siglo XX. En cuanto a las representaciones de la institución, se revisa los pasos iniciales de conformación del Estado nacional, los intentos modernizadores de su aparato estatal, y las tensiones entre el Estado y los sectores tradicionalmente excluidos que reclaman representatividad política. Se estudiará en las novelas una versión del concepto de Estado desarrollada por sociólogos e intelectuales ecuatorianos: el Estado nacional ecuatoriano. Por otro lado, las tres novelas evidencian la riqueza cultural expresada en la vida cotidiana de nuestras comunidades, pueblos y ciudades pequeñas en la primera mitad del siglo pasado; muestran también que la literatura anduvo, desde inicios del siglo XX, cerca de las realidades que las disciplinas sociales abordan. Las novelas ofrecen nuevos elementos de interpretación, tanto de la institución estatal (las alianzas y la normalización ejercida en relación con los poderes locales) como de las dinámicas de lo cotidiano, la organización de los grupos subalternos y los desafíos y posibilidades que trae la modernización.
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Hasta casi finalizado el siglo XX, la narrativa policial, salvo contadas excepciones como “Un hombre muerto a puntapiés” de Pablo Palacio o las novelas cortas Arcilla indócil y El destino de Arturo Montesinos y Pedro Jorge Vera, respectivamente, no se cultiva en Ecuador. No obstante, desde el año 1997 hasta nuestros días, hace su aparición en el medio un puñado de novelas que ensayan diferentes matices y modos de presentación del género. Este trabajo pretende lograr un acercamiento a esta producción, determinando sus antecedentes y analizando cómo y con qué fines estas obras adaptan, juegan o parodian las formas narrativas, los elementos y las convenciones del policial. El corpus central de estudio comprende las siguientes novelas: La Reina Mora (1997), Los archivos de Hilarión (1998) y Condena Madre (2000) de Santiago Páez; Anillos de serpiente (1998) de Juan Valdano; La muerte de Tyrone Power en el monumental del Barcelona (2001) de Miguel Donoso Pareja; El caso de los muertos de risa (2001) de Leonardo Wild; Sara y el dragón (2003), El cadáver prometido (2006) y La conexión argentina (2009) de Rocío Madriñán; y El último caso del guatón Ramírez (2007) de Leonardo Escobar.
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Los escritores de la década del 50 no constituyen un grupo orgánico ni numeroso. Provienen de Cuenca, Loja y Guayaquil, y publicaron las obras que los relacionan entre 1945 y 1962, aproximadamente. Los nombres más representativos son: César Dávila Andrade, Alfonso Cuesta y Cuesta, Arturo Montesinos Malo, Mary Corylé, Pedro Jorge Vera, Rafael Díaz Ycaza, Eugenia Viteri, Walter Bellolio, Alsino Ramírez, y Alejandro Carrión. Propongo y sustento la inclusión de Ángel F. Rojas en este grupo: su búsqueda estética y su temática amplia dialogan de mejor manera con los narradores del 50 que con los del 30. No cultivan una estética común que los identifique, aunque todos parten de un realismo más abierto que el de los del 30, que da espacio al lirismo, a la exploración de subjetividades que se enfrentan a la re-configuración de los espacios sociales en Quito o Guayaquil (crecidas, excluyentes); o en plan de desentrañar el sentido de la modernidad que trastoca de manera radical sus ciudades pequeñas y sus pueblos (revelando sus contradicciones, sus promesas falsas, fragmentando las subjetividades de los individuos, incluida la del escritor). Se preguntaron, además, sobre el sentido y los alcances de los aprendizajes de la modernidad en la Gran Ciudad, y sobre la modificación del rol del escritor en ese contexto, en este país pequeño. En la búsqueda de formas de narrar estas nuevas realidades, cuatro de ellos aportaron con verdaderas poéticas, plenamente renovadas. Son las obras más representativas del período: las producciones cuentísticas de César Dávila Andrade, Ángel F. Rojas y Walter Bellolio, Arcilla indócil y las novelas El éxodo de Yangana, Los hijos, Segunda vida y El chulla Romero y Flores (esta última no abordada en el presente trabajo por exceder los límites de espacio requeridos).
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El propósito principal de nuestra tesis es estudiar, dentro de las tendencias de la nueva narrativa ecuatoriana, la marginalidad urbana en la novela El rincón de los justos, de Jorge Velasco M., y en los cuentos “leyendas olvidadas del reino de la tuentifor” y “el alma al diablo”, de Huilo Ruales H. Para ello, empezamos por describir el enfoque socio-político que vivió nuestro país en la década de los setenta, cuando, paralelamente a la gran riqueza económica que generó el auge petrolero, se fue gestando la marginalidad social, en especial, a partir de los desplazamientos migratorios que se produjeron hacia los principales polos de desarrollo económico-social: Quito y Guayaquil, y sus consecuencias más visibles como la formación de centros urbanos tugurizados y barrios periféricos. En este contexto y apoyándonos en las preocupaciones sociales que pudieron dar origen a los relatos seleccionados, en relación con esa época y una cultura determinadas, procuramos reflexionar sobre lo que constituye la marginalidad como problema social, para aproximarnos con este conocimiento al análisis de la propuesta de nuestros autores, que recrean lo marginal –un mundo de injusticia y violencia social– a través de personajes marginales que viven en la “otra” ciudad, la que aparece como zona de asentamiento de la migración rural, especialmente del suburbio guayaquileño o de los barrios populares de Quito. Esa “otra” ciudad, que se construye como infierno o “edén” –engendrada y, a la vez, marginada y condenada por la ciudad modernizada– y sus personajes, que crean sus propios códigos de convivencia, es el mundo marginal que nos cuentan Velasco Mackenzie y Ruales Hualca a través de su visión “estética” de esa realidad.
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El pensamiento liberal y socialista en la obra de Ángel Felicísimo Rojas se propone tres objetivos específicos: 1) ofrecer una visión panorámica del origen, desarrollo histórico, matices, ejecutorias, alcances y limitaciones de las ideologías liberal y socialista en Europa, Latinoamérica y Ecuador, así como del influjo que las mismas han tenido en el devenir sociohistórico, cultural y literario de nuestro país; 2) caracterizar, analizar y valorar el desarrollo del pensamiento ideológico liberal y socialista en la obra narrativa y ensayística de Ángel Felicísimo Rojas; y, 3) describir y analizar lo referido a heterogeneidad y sujeto migrante en la novela más significativa de Ángel Felicísimo Rojas: El éxodo de Yangana. Su desarrollo se hizo teniendo como base la metodología y técnicas propias de la investigación bibliográfica documental, por tratarse de un estudio ubicado en el ámbito del análisis, crítica, valoración e interpretación de la narrativa de ficción. En relación directa con los objetivos específicos, el trabajo se presenta distribuido en tres capítulos: en el primero se ofrece una sucinta visión de las ideologías liberal y socialista y cómo, las mismas, han aportado en nuestro proceso de desarrollo sociohistórico, cultural y literario, poniendo especial énfasis en la narrativa y la novela; el segundo describe, analiza y valora las principales problemáticas / temáticas, que siendo de interés de las doctrinas liberal y socialista Rojas las asume y desarrolla en su obra; los aspectos considerados son: la crítica al modo de producción capitalista vigente, las clases sociales y la lucha de clases, el problema de la educación en el Ecuador, la valoración crítica de la narrativa ecuatoriana, el factor religioso, el internacionalismo, el antiimperialismo y los problemas limítrofes del Ecuador; el tercero, que intenta una nueva lectura de El éxodo de Yangana, se desarrolla por medio de tres subcapítulos: la migración como fenómeno sociológico, el proceso migratorio y la heterogeneidad y el sujeto migrante en El éxodo de Yangana. Una vez terminado el proceso investigativo se puede concluir que, efectivamente, hay una impronta de las ideologías liberal y socialista en la obra de Rojas y que las categorías teóricas heterogeneidad y sujeto migrante han resultado muy fecundas a la hora de aproximar una nueva lectura, análisis, crítica y valoración de El éxodo de Yangana de Ángel Felicísimo Rojas.
Enunciado, alteridad y cronotopo: lecturas bajtinianas del cuento ecuatoriano de los últimos 25 años
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El objetivo de este estudio ha sido determinar las estrategias narrativas adoptadas en el relato ecuatoriano de los últimos años, a partir del análisis de una selección representativa de relatos publicados desde los 70 hasta la actualidad, por narradores nacidos desde 1940 en adelante. El análisis de estas estrategias narrativas y su estudio comparado ha permitido señalar las características de los relatos publicados en los últimos años y desarrollar criterios sobre la experiencia estética particular, que estos textos buscan compartir y transmitir, lo que ha posibilitado agruparlos y diferenciarlos. Se comienza con una breve explicación de los argumentos teóricometodológicos que orientan la estrategia de lectura de los distintos relatos. En los capítulos segundo, tercero y cuarto se realiza la exposición del análisis de los relatos agrupados en tres momentos de acuerdo a las especificidades de su estrategia narrativa. En el segundo capítulo se agrupan textos que se caracterizan por mostrar un personaje sin llegar a configurar la imagen de su lenguaje. En el tercer capítulo se analizan relatos que se mueven en los bordes de la imagen de un lenguaje, en un intento de consolidarla que deriva en la configuración de un personaje conflictivo. En el cuarto capítulo se reflexiona sobre textos en los que hay una intención deliberada de construir la imagen de un lenguaje otro y en los que surgen una multiplicidad de voces articuladas como armonía de disonancias. Estos tres momentos básicos del relato se articulan, en el quinto capítulo, en tres grandes cronotopos que expresan modos de fijar y organizar sentido en un momento determinado, y se concluye con un alcance final que trata de leer las tres formas de estructuración de los relatos como condensaciones de los lenguajes que circulan en un trasfondo social, histórico y culturalmente específico.
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El presente trabajo busca indagar en las literaturas latinoamericanas en nuestros tiempos, sobre todo cuando una tendencia posmoderna, de amplia conceptualización desde los países industrializados, instaura la nostalgia y el desencanto como características de narrativas que se observan a sí mismas frene a la realidad y a las representaciones de sujetos y espacios que se han gestado, sobre todo, durante el siglo XX. Por ello, una de las preocupaciones fundamentales del trabajo radica en observar el proceso de revisión epistemológica en la conformación de las representaciones sobre Latinoamérica, su contexto y sus sujetos. Según este marco, he querido abordar dos narrativas distantes entre sí, no tanto en tiempo, sino por su caracterización y postura frente al mundo: por un lado, he abordado las dos últimas novelas de Leonardo Valencia (Guayaquil, 1969), autor que propone la biblioteca como la patria del escritor y se distancia de la categoría de lo “latinoamericano”; y por otro lado, tres obras de Roberto Bolaño (Santiago de Chile, 1953-Barcelona, 2003), cuya obra problematiza las representaciones literarias, históricas y culturales del continente, desde la nostalgia y el desengaño contrapuestos al boom. ¿Cuáles son los resultados de estos dos mundos narrativos frente a los discursos de la historia, los referentes socio-culturales y literarios? Este trabajo es un primer paso hacia la comprensión de la heterogeneidad y de la tendencia posmoderna en nuestros contextos, que cuestiona los relatos totales. Por ello, los tres capítulos de esta tesis esbozan un contexto teórico acerca de la posmodernidad y el contexto latinoamericano, en el que he buscado dialogar con diversos autores e investigadores, como Linda Hutcheon, Fredric Jameson, Bolívar Echeverría, José María Pozuelo Yvancos, Eliseo Diego, Jorge Velasco Mckenzie, Gabriel García Márquez, Alejo Carpentier, entre otros.
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En este diálogo entre el escritor Francisco Proaño Arandi (Premio latinoamericano José María Arguedas, La Habana, 2010) y el lúcido crítico y ensayista Alejandro Moreano, se pasa revista a los años de formación del narrador, la década de los 60, los tzántzicos, la creación de la revista La bufanda del sol, el Frente Cultural en Quito. Proaño, hurgando en la memoria, reconstruye los diversos momentos de lo que fue el debate político y literario de esos años, el peso de la Revolución cubana, las ideas y las propuestas del compromiso del filósofo Jean-Paul Sartre, las luchas anticolonialistas en África, Mayo del 68 y su repercusión en la juventud del mundo, los escritores del boom de la narrativa latinoamericana, su experiencia como diplomático de carrera durante procesos y gobiernos que se sucedieron en el Ecuador en los años 80 y 90. El escritor también da cuenta de lo que es su universo narrativo, las obsesiones, la presencia de una ciudad como Quito en sus diversas novelas y cuentarios, así como la reflexión que a través de sus personajes realiza de las complejas relaciones de la pareja. Diálogo que no solo significó el encuentro de escritores de una misma generación, sino de dos amigos que han sabido compartir la pasión por la escritura de manera vital.
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En este texto, el autor presenta un recuento que es celebración de los años azarosos que le tocó compartir, en el ejercicio de la diplomacia, con el escritor y diplomático Francisco Proaño Arandi en los años 80 en varios países del continente. Se testimonia la experiencia intensa vivida en la Nicaragua sandinista, y en Cuba, enfrentando situaciones que, para Galarza, resultan inolvidables y vitales en medio de la heroicidad cotidiana de un pueblo del que prefiere siempre “hablar bien”. Reconstrucción de diálogos literarios en los que en su momento se definió el título de la novela de Proaño: Antiguas caras en el espejo. Esta crónica es un viaje a la memoria y un testimonio de una pasión compartida: la literatura y la práctica profesional de la diplomacia con sus paradojas, desolación y, a veces, reivindicaciones, crónica que nos participa de algunos hechos que hoy son parte de la historia, pero también de la amistad fraterna entre escritores que nunca han dejado de saber amigos.
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La presente investigación explora el humor en cuentos de autores ecuatorianos publicados en diversos momentos del siglo XX. Se busca mirar otros matices en las estéticas de la narrativa ecuatoriana, tradicionalmente considerada como muy fiel al realismo, al tono adusto y a la seriedad en el estilo. Esta serie de relatos nos acerca a una lectura y un análisis diferente, revelándonos una visión humorística del mundo de la realidad. Así, varios y diversos cuentos de José Antonio Campos, Pablo Palacio, Alejandro Carrión, Juan Andrade Heymann, Walter Bellolio, Raúl Pérez Torres, Iván Égüez, Huilo Ruales Hualca y Carlos Carrión conforman este corpus. Ellos usaron el humor como recurso narrativo para representar a la sociedad, a la política y a la cultura de la época. José Antonio Campos, además, lo empleó para representar personajes y situaciones del ámbito rural. En ocasiones, mediante lo risible y lo absurdo, todos ellos denunciaron la injusticia, la inequidad social o costumbres sociales que se consideraban deplorables. Este trabajo está organizado en tres capítulos, que visibilizan autores y estéticas en cierto modo olvidados, a causa del predominio de los modelos canónicos. En el primero, se revisan definiciones y autores de inicios del siglo XX. En el segundo, se trabaja los narradores de 1930 a 1960. Y en el tercero, se atiende a los autores que publicaron en las últimas décadas del siglo XX.
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El testimonio es un género de la praxis discursiva de sujetos subalternos que ejercen a través de él su derecho a la palabra y la representación, paralelamente a los discursos dominantes. El testimonio conforma sus elementos a través de estrategias lingüísticas propias. Un estudio previo de los elementos narrativos del testimonio con herramientas del análisis tradicional dejó fuera los mecanismos de auto-representación del sujeto narrativo y de representación de los actores sociales en el discurso. La presente investigación tiene como objetivo estudiar las identidades tal como se construyen y proyectan en el testimonio, a partir de nuevas herramientas proporcionadas por el Análisis Crítico del Discurso. Se estudia así el uso estratégico de determinados elementos lingüísticos en un corpus representativo de testimonios sobre la vida en la hacienda, los cuales se recogieron en varias comunidades de la parroquia San Pablo del Lago, en la Sierra norte del Ecuador. Los elementos lingüísticos cuyo uso se analiza aquí son cuatro: los pronombres, como representación verbal del sujeto por excelencia; el discurso reportado directo, como forma eminente de lo dialógico y lo intertextual; las comparaciones figuradas, como reflejo de la cosmovisión del hablante; y las evaluaciones, como elementos estéticos del discurso.