19 resultados para Poéticas vanguardistas
Resumo:
La presente disertación constituye un breve acercamiento a las poéticas del silencio, constitutivas de El color de lo blanco del poeta colombiano Álvaro Rodríguez Torres y de Sacra del poeta ecuatoriano Alexis Naranjo. Para la aproximación teórica a los textos poéticos, he aplicado ciertas categorías fundamentales de la hermenéutica de Paul Ricoeur. El aporte del pensador francés es interpretar los poemas como un escenario de convergencia entre los niveles semántico, morfosintáctico y fonológico. Así, tras un capítulo introductoria, donde marco la orientación teórica y metodológica de la tesis, he procedido a revisar cada texto de los libros. Dicho estudio lo realicé bajo la premisa de encontrar los distintos elementos compositivos que caracterizan –o caracterizarían- a una determinada poética del silencio. Como parte de las conclusiones preliminares y finales, he propuesto una clasificación de las poéticas del silencio: el despojamiento y la contención. Debo apuntar, además, que las imágenes míticas presentes en cada uno de los textos han sido estudiadas con el propósito de evitar cualquier tipo de digresiones.
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Los así llamados escritores de la década del 50 publican su obra en el período 1945-1962. Entre los más connotados figuran César Dávila Andrade, Alfonso Cuesta y Cuesta, Arturo Montesinos Malo, Mary Corylé, Pedro Jorge Vera, Rafael Díaz Ycaza, Eugenia Viteri, Walter Bellolio, AIsino Ramírez y Alejandro Carrión, quienes provienen de Cuenca, Loja y Guayaquil. Aunque no constituyan un grupo orgánico en sí ni cultiven una estética común que los identifique, todos confluyen en un realismo más abierto que aquel que marcara a la generación del 30, dentro de la que, por razones cronológicas, se ubica a Angel F. Rojas, pese a que su temática y búsqueda estética dialogan mejor con la narrativa de los años 50. La propuesta de estos autores da espacio al lirismo, a la exploración de subjetividades enfrentadas a espacios sociales reconfigurados -Quito y Guayaquil, urbes expandidas y excluyentes-, y al desentrañamiento del sentido de la modernidad que trastoca de manera radical sus ciudades y pueblos pequeños, revelando sus contradicciones y falsas promesas. Cuestiona, además, el sentido y los alcances de los aprendizajes de la modernidad en la gran ciudad, y el rol del escritor en el contexto de un país pequeño. En la cima de esta narrativa se ubica sin duda la novela y cuentística de los escritores César Dávila Andrade, Ángel F. Rojas y Walter Bellolio.
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Estos escritores publicaron entre 1945-1962, y avanzaron mucho más en algunos planteamientos de los narradores del 30. Habiendo asumido su extracción de clase, se preguntaron respecto de su propia identidad, de la problemática del mestizo, de su rol como escritores, del impacto de la incipiente modernidad que desestructuraba la vida cotidiana en sus pueblos y ciudades. Coinciden pues, en lo temático, con los narradores latinoamericanos del período, quienes en lo estético mantuvieron la tensión entre regionalismo y vanguardias, los ecuatorianos se reafirmaron en un realismo que dio espacio al lirismo, aunque también mirando hacia las vanguardias latinoamericanas desde diferentes ángulos. César Dávila Andrade planteó una estética del horror «suprarreal», Ángel F. Rojas manejó modernamente temas emparentados con el regionalismo, Walter Bellolio sintetizó lo mejor de la vanguardia narrativa y la tradición relatística ecuatorianas, Alfonso Cuesta y Cuesta configuró una estética de las metáforas iluminadoras, y Arturo Montesinos trabajó con la metáfora de la ruptura que trae toda modernidad, por más periférica e incipiente que pueda parecer.
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Los escritores de la década del 50 no constituyen un grupo orgánico ni numeroso. Provienen de Cuenca, Loja y Guayaquil, y publicaron las obras que los relacionan entre 1945 y 1962, aproximadamente. Los nombres más representativos son: César Dávila Andrade, Alfonso Cuesta y Cuesta, Arturo Montesinos Malo, Mary Corylé, Pedro Jorge Vera, Rafael Díaz Ycaza, Eugenia Viteri, Walter Bellolio, Alsino Ramírez, y Alejandro Carrión. Propongo y sustento la inclusión de Ángel F. Rojas en este grupo: su búsqueda estética y su temática amplia dialogan de mejor manera con los narradores del 50 que con los del 30. No cultivan una estética común que los identifique, aunque todos parten de un realismo más abierto que el de los del 30, que da espacio al lirismo, a la exploración de subjetividades que se enfrentan a la re-configuración de los espacios sociales en Quito o Guayaquil (crecidas, excluyentes); o en plan de desentrañar el sentido de la modernidad que trastoca de manera radical sus ciudades pequeñas y sus pueblos (revelando sus contradicciones, sus promesas falsas, fragmentando las subjetividades de los individuos, incluida la del escritor). Se preguntaron, además, sobre el sentido y los alcances de los aprendizajes de la modernidad en la Gran Ciudad, y sobre la modificación del rol del escritor en ese contexto, en este país pequeño. En la búsqueda de formas de narrar estas nuevas realidades, cuatro de ellos aportaron con verdaderas poéticas, plenamente renovadas. Son las obras más representativas del período: las producciones cuentísticas de César Dávila Andrade, Ángel F. Rojas y Walter Bellolio, Arcilla indócil y las novelas El éxodo de Yangana, Los hijos, Segunda vida y El chulla Romero y Flores (esta última no abordada en el presente trabajo por exceder los límites de espacio requeridos).
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En la búsqueda por desarrollar una reflexión propia y una conciencia crítica latinoamericana, enraizada en nuestra realidad y en nuestra historia cultural, Silencio, memoria y espacio: coordenadas poéticas para explorar la obra de Juan L. Ortiz (Argentina) y Aurelio Arturo (Colombia), propone efectuar un estudio comparativo y una lectura interpretativa de la obra poética de Juan L. Ortiz y Aurelio Arturo, dos poetas paradigmáticos del siglo XX en Latinoamérica, cuya escritura, a pesar de ser fundamental en el horizonte literario de sus respectivos países, ha permanecido al margen, resistiendo a cualquier categorización. La propuesta parte de una pregunta central, que indaga sobre cuáles son los proyectos poéticos registrados en la escritura de Juan L. Ortiz y Aurelio Arturo. Partiendo de esta pregunta, se pretende establecer diálogos con sus tradiciones respectivas, ya sea nacional, hispanoamericana o mundial, para dilucidar sus continuidades y sus rupturas. En primera instancia, se explora la relación que Ortiz y Arturo establecen con el lenguaje, tomando tres ‘coordenadas poéticas’, el silencio, la memoria y el espacio, instancias que consideramos ejes articuladores de la obra de ambos autores. La lectura, al trasluz de estos conceptos nucleares, busca descifrar los sentidos y las peculiaridades de sus búsquedas estéticas, al establecer una discusión entre sus respectivos discursos poéticos –que implican una intersección de voces, coordenadas, geografías y realidades– para determinar en qué medida hay continuidades y/o rupturas. A partir de estos aspectos, la tesis dialoga con la tradición crítica y con los movimientos y grupos literarios de su época y su contexto, para destacar los aportes del ‘quehacer’ y el ‘decir’ poético que estas figuras aisladas han hecho a la poesía hispanoamericana.
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Este trabajo pretende una aproximación a la vida y obra de cuatro poetas andinos. Los poetas en mención se caracterizaron – pese a no ser contemporáneos entre sí- en el trasiego que vivieron al pasar de una vida a la “otra” –tres de ellos fueron suicidas- al experimentar una especie de metempsicosis en su estructura mental y cuerpo escritural o poético, y a la proximidad que advirtieron en el panorama de lo oculto, lo alquímico y lo esotérico. Llama poderosamente la atención sus locus primero. Si es loable la sola ruptura con su espacio y su tiempo, imaginémonos el proceso de fuga que vivenciaron al no tener un antecedente claro en sus lugares de orígenes, y al constituirse en figuras excepcionales en sus respectivos países o terrenos concretos de nacionalidad; ni Ramos Sucre, ni Carlos Obregón, ni César Dávila Andrade y mucho menos Jaime Sáez llegaron al ocultismo por una tradición literaria. Por tal motivo, esta investigación –si puede llamársele asípersigue tres propósitos fundamentales: • Rescatar de la marginalidad la obra de Carlos Obregón y Jaime Sáenz. • Dar cuenta de las vertientes recorridas por Ramos Sucre y Dávila Andrade –a mi modo de ver los más perfeccionados del grupo. • Recuperar una serie de textos de suma relevancia para la poética continental. • Realizar un balance de la obra de estos cuatro “poetas malditos”. El texto o cuerpo de texto estará constituido por una serie de reflexiones en torno a la evocación de lo oculto, el ocultismo como poética, la metafísica como estética, el suicidio como búsqueda de lo absoluto y el rosacrucismo como alteridad o vía de acceso poético.
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B presente trabajo: "Tras la huellas vanguardistas de Hugo Mayo" está estructurado por cuatro capítulos, distribuidos de la siguiente manera: B primer capítulo contiene una aproximación al momento histórico social latinoamericano y al de el Ecuador de la década de los años veinte, periodo en el que surge y se desarrolla el movimiento vanguardista. Posteriormente, se intenta caracterizar a dicha corriente, anotando ciertas claves que sin ser exFiusivas, definen el espíritu de renovación y cambio propuestas por las vanguardias. En un segundo capítulo se presenta una panorámica general sobre el universo poético de Mayo y se propone la clasificación para dicha esfera escritura!, pensada en tres momentos: 1919, 1933, 1952-1972, y de1972 en adelante. Además, se analiza ese primer momento, al que hemos denominado de vanguardia plena, resaltando las principales esferas de su quehacer artístico. Se aborda el problema de la espacialidad poética como recurso literario, como espacio, y como tema; así mismo, se analizan las reformulaciones que el escritor realiza en el plano, léxico, sintáctico y semántico. Se destaca también, la presencia de la ironía, el humor, el problema de la desrefrencialdiad en el lenguaje, del antilirismo poético, y la presencia de imagen como recurso central de su producción poética. En el tercer capítulo se analiza el segundo momento de la periodización propuesta, esto es 1952-1972, y a partir de la selección de ciertos textos se destacan los rasgos distintivos del trabajo poético de este periodo, en donde se relieve el proceso de fusíon y sístesis de los elementos nativistas y surrealistas con los cuales el poeta construyes su, propia versión de una metáfora americana. También se dedica momentos de la reflexión a analizar las formas como el poeta construye su sistema imaginario y a su sistema rítmico. En el cuarto capítulo y tomando como corpus de base al poemario "Chamarasca", se intenta un desciframiento de los sentidos posibles que encierra ese tercer momento escritura!. Se anotan como claves de este ciclo, el tratamiento particular al motivo de la muerte, la presencia de la angustia, el desconcierto que en sociedades contemporáneas como la nuestra, produce dicho personaje. Además, se intenta registrar el tratamiento que el poeta da a los elementos de la vida cotidiana, a los espacios fragmentados de la cultura y su objetivación en la poesía a través del accionar de la palabra.
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Entendiendo que la obra de Iván Carvajal, se inscribe dentro de un periodo de reconocimiento de la híbrida realidad ecuatoriana, se analiza brevemente los principales postulados de la teoría de la recepción y de cómo el “artefacto” poético de Mukarovsky, se transforma en un “objeto estético”, a través de la concretización de las indeterminaciones. El objeto estético entonces, compuesto de palabras, que por el uso que de ellas hace el poeta, crea y recrea el mundo. Se recurre del mismo modo a la deconstrucción para expresar cómo la poesía difiere la realidad y cómo el poeta mismo deconstruye mitos e historias. Al diferir la realidad, al diferir los significados, consigue que la palabra sea usada libremente, con la libertad que obtiene el signo al liberarse de su cualidad comunicativa. La metáfora, el signo y la palabra iluminan el mundo, oscurecido por el lenguaje, que a pesar de ello, lo recrea. En esta tesis se propone una lectura de tres poemarios: En los labios la celada (“A la luz de Botticelli” y Celadas), Los amantes de Sumpa e Inventando a Lennon. Esta lectura pretende recuperar el viaje que hace Carvajal a través de la mitología clásica, la mestiza ecuatoriana y la producida por la industria cultural hegemónica. En los textos cuya lectura se propone se ve cómo se narra una historia a partir de una voz poética, historia que por la necesidad de ser narrada, recurre al uso de varias voces, de este modo la voz poética, desempeña varios papeles, de varios personajes, en el tinglado que va armando Carvajal en cada una de las obras que conforman el corpus de este trabajo.
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Este trabajo pretende rescatar los sentidos que producen los enunciados orales contenidos en géneros discursivos familiares o informales, (que van desde los pregones hasta las narraciones de anécdotas en tono coloquial) los que pueden localizarse en el contexto espacial de la calle y la plaza pública, donde fluyen formas de comunicación situadas en los márgenes del lenguaje oficial, ilustrado, solemne y propio de las instancias canónicas donde el poder político ejerce su hegemónica. Asimismo, queremos hacer énfasis en la coexistencia de dos frecuencias comunicativas y lingüísticas superpuestas : la escritura y la oralidad, cuya convivencia problemática revela las relaciones entre lengua y poder: el predominio de aquella sobre el habla -en términos formales de institución y legitimidad -, no oculta la existencia de un sistema de intercambio lingüístico de matriz oral, en cantidad y difusión genérico-discursiva suficiente como para conformar un sistema cultural, cuyos rasgos - revalorizados en la audición y lectura del corpus de enunciados que conforman nuestra tesis- arrojan un conjunto de atributos representativos de tradición oral, con su prosodia, retórica, fonética, poder dialógico y mnemotécnico, capaces de aportar a la construcción de una literatura local y regional que incorpore dichos rasgos, como una contribución cultural contestataria, cuyos referentes serían narradores como Juan Rulfo, Augusto Roa Bastos, Gabriel García Márquez, José María Arguedas y otros.
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Este paper revisa críticamente los debates que se han realizado sobre el video indígena y los conceptos fundamentales que se han desarrollado para pensar su complejidad en miras a construir la noción de “prácticas audiovisuales indígenas” por fuera de las meta-narrativas de emancipación, concepciones binarias y esencialismos étnicos. En una primera parte realiza un balance de la trayectoria de los debates sobre video indígena que se han realizado en las últimas décadas, plantea una breve revisión histórica de los principales acontecimiento que llevaron del movimiento en el contexto latinoamericano, revisa críticamente un conceptos como “medios indígenas”, “medios ciudadanos”, “video comunitario”, “estéticas enraizadas”, “imagen-política”, finalmente analiza los enfoques disciplinarios e interdisciplinarios desarrollados dentro de los estudios antropológicos, comunicativos y culturales. En una segunda parte propone hacer un análisis de los procesos de resistencia cultural en el Ecuador dentro de los cuales se inscribe el video indígena. Posteriormente se plantea un estudio de la obra y el pensamiento Alberto Muenala y Amaru Cholango, dos artistas indígenas precursores en el uso del video en Ecuador que han influenciado a las nuevas generaciones. En una tercera parte, se retoma los dos casos de estudio para plantear una serie de críticas a las conceptualizaciones establecidas sobre video indígena y finalmente se establecen un conjunto de elementos para la reconceptualización de las prácticas audiovisuales indígenas.
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Revisa y reflexiona la obra vanguardista del escritor ecuatoriano Humberto Salvador, que se gesta a finales de la década del 20 y los primeros años del 30, y que básicamente se expresa en los libros como Ajedrez (cuentos); En la ciudad he perdido un anovela (novela), y Taza de té (cuentos). A más de releer su obra, se examina su contexto, irrupción de la "Generación del 30", y se establece cómo esos textos de renovación que afirman el proceso de fundación de la nueva literatura ecuatoriana, despúes de haber merecido algunas apreciaciones críticas muy entusiasta, sobre todo desde el extranjero, y otras desdeñosas emitidas en el país, de pronto caen en un silecio total, a tal grado que Salvador sólo es considerado en la historiografía literaria nacional como el autor de novelas como Camarada (1933) y Trabajadores (1935) a las que erróneamente, sobre todo la segunda, se las ubica dentro de la estética del "realismo socialista", con el que Salvador no se involucra. Esas novelas son parte de un "realismo integral", según la definición de Joaquín Gallegos Lara, que afirma la tendencia del llamado realismo social de los 30. En este trabajo, a más de comentar y analizar lo que sucedía con la vanguardia en Ecuador y América Latina, se plantea una recuperación de esos tres libros vanguardistas, dentro de una interpretación que los resignifica en lo que es la "ruptura de la tradición", sobre la que tienen enorme incidencia; a la vez que se fijan algunas claves de su "inquietante modernidad", al decir de Benjamín Carrión, respecto a la obra de un autor ineludible a la hora de considerar lo que esa otra vertiente de la vanguardia, que en solitario ha encabezado Pablo Palacio desde su recuperación operada en la década de los 60, y que por igual encarna la obra salvadoriana desde una línea distinta que enriquece y amplía la inaugurada por el lojano. Obra, la de Salvador, muy marcada por las luces del psicoanálisis (freudismo) y el marxismo, de enorme influencia en los autores del 30. Hay que destacar en este escritor -¿síntoma de su pertubadora modernidad?- su papel, también, como pionero en el estudio y divulgación del freudismo en Ecuador y Latinoamérica con su estudio, para la época desacralizador, titulado Esquema sexual (1933).
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La elaboración de esta tesis tiene dos objetivos fundamentales. El primero, consiste en difundir la obra poética de uno de los poetas quiteños más relevantes, Francisco Granizo Ribadeneira, quien, a pesar de ser catalogado (a nivel internacional) como una de las voces líricas más representativas de Hispanoamérica, también ha sido, frecuentemente, olvidado y menospreciado por críticas y comentarios descontextualizados que lo que han conseguido es relegar a este poeta y mantenerlo, siempre, bajo la sombra de los poetas ecuatorianos “ autorizados” por el canon literario establecido. El segundo objetivo es realizar una interpretación exhaustiva de cada uno de los poemarios de Granizo, así como de su única novela La piscina y de la pieza teatral Fedro. Para la elaboración de esta tesis he tomado en cuenta, de manera mucho más detallada, los dos primeros poemarios de Francisco Granizo, Por el breve polvo (1951) y La piedra (1958), y también he realizado un análisis secuencial de los demás textos poéticos. El énfasis que he otorgado a estos dos primeros trabajos se debe a un desconocimiento general que ha opacado los primeros pasos del poeta y su respectiva evolución temática y estética. Estos trabajos de Granizo no constan en las antologías poéticas del siglo XX y tampoco han sido analizados ni tomados en cuenta por críticos y estudiosos de la literatura. La hipótesis que he manejado en esta tesis plantea que Granizo es un poeta que no puede ser catalogado dentro de una sola corriente o tendencia literaria. Entonces, lo que he tratado de encontrar son aquellas sensibilidades y matices barrocos que caracterizan su poesía. Para esto, me he basado en los estudios teóricos de Iván Carvajal, Georges Bataille, Octavio Paz, José Antonio Maravall, Alexis Márquez, Helmut Hatzfeld, entre otros. Mediante estos criterios he desarrollado, en esta tesis, tres capítulos en los que se analizan temas como el desencuentro con el ser amado, la imposibilidad de amar, el padecimiento corporal, el delirio de la sexualidad, el ímpetu religioso, la relación entre hombre y Dios como expresión barroca y, por último, el misticismo y la blasfemia como formas de buscar y de acercarse a ese llamado originario, a esa madre, huidiza y cazadora, que evoca el primer instante de vida y de perpetuo caos existencial.
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El autor recoge varios testimonios que retratan al hombre detrás del narrador guayaquileño. Humberto Salvador fue marcadamente tímido, y acaso ello lo volvió el cronista y testigo más veraz de su época. Soportó tensiones con la moral burguesa y cristiana por su condición de hijo ilegítimo, actor social de la naciente clase media ecuatoriana, laboró en la docencia, la promoción cultural y la consulta psicoanalítica. Pero la máxima pasión de Salvador fue la literatura, más que reconocimiento para sus novelas, buscó sobre todo interlocutores para este ejercicio, renovándose en el cultivo de múltiples poéticas. Lector atento y deseoso buscó involucrarse con lo que sucedía en su tiempo, la denuncia en sus obras responde a una valerosa voluntad de reparación social y su interés por el psicoanálisis, a un deseo de reconciliarse con su situación personal y de proseguir su reflexión sobre la condición humana. Finalmente se pasa revista a las influencias literarias de Salvador, cerrando con ello un retrato complejo, plenamente humano, del vanguardista guayaquileño.
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La tesis que el lector tiene en sus manos tuvo como propósito un acercamiento a las representaciones del mal en la narrativa moderna, poniendo el acento en el caso ecuatoriano. La cuestión del mal acompaña al nacimiento de la literatura moderna y está signada por las relaciones específicas que arte y realidad adquieren en los nuevos tiempos. Los dilemas y contradicciones de la modernidad —instinto y razón, mito e historia, naturaleza y cultura, verbo y experiencia, etc.— están implicados necesariamente en la reflexión. El primer tiempo de este trabajo supone un acercamiento a algunos de los tópicos fundamentales para la comprensión de las figuraciones del mal en la literatura moderna. Hay, igualmente, una aproximación a algunas especificidades de la cuestión en las letras latinoamericanas. En el segundo tiempo el lector podrá encontrar un análisis del tema en la narrativa ecuatoriana escrita alrededor de los 30, tomando como casos representativos de ésta la obra de la llamada generación de los 30, muy en especial la del Grupo de Guayaquil, y la de Pablo Palacio, este último como representante sobresaliente de la narrativa de inspiración vanguardista en Ecuador. Estos autores, como se verá, representan tendencias que expresan modos divergentes de concebir el mal pero convergentes en el tiempo. El diálogo entre corrientes será inevitable para contraponer e incluso aproximar sus poéticas e ideologías —aunque sea, en este último sentido, como introductores de la 'semilla del mal' en las letras del Ecuador .
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La presente aventura analítica como toda iniciativa académica e intelectual, constituye una batalla por la producción de significados específicos sobre un fenómeno concreto y desde el prohijamiento de singulares horizontes epistémico/políticos, esta vez apelando de una parte a importantes pero siempre insuficientes referentes teóricos, y de otro lado al examen de cómo tales asunciones son o requieren ser localizadas, experimentadas y practicadas. La reivindicación en este trabajo de ciertas visiones y prácticas económico/culturales, se inscribe en agendas que identifican la diferencia como parte del imaginario teórico y político contemporáneo, a la vez que la reconocen como fuente de inteligibilidad, esperanza y posibilidad de articulación de proyectos emancipatorios y no como apelación y práctica de impunidad que posiciona lo diferente sólo como positividad, ´algo bueno´ y lugar no problemático. La concreción de los propósitos del trabajo se mueve en principio a través de una aproximación/revisión crítica a posturas representativas de la modernidad en el contexto latinoamericano, donde su pretendida universalización y naturalización soslaya la multiplicidad de ´topografías diferentes de la modernidad´ ancladas en la diferencia. Con todo esto y siendo una consideración ineluctable, importa el examen a la relación/tensión y articulación entre desarrollo, economía y cultura, triada con entronques a formas de dominio imperial/colonial y de geopolítica global que desconoce otras expresiones, significaciones y representaciones configuradas a partir de singularidades, urgencias locales y la valoración de la diferencia económico/cultural en contextos globalocalizados. En este esfuerzo deductivo, reivindicar la diferencia económico/cultural parte ─sin ser un ortodoxo ejercicio económico─, de mostrar cómo la economía representa una manifestación del proyecto moderno/imperial/colonial, al concebirse como disciplina y práctica totalizante/universal, desde donde, de una parte ha sido imposible el análisis y (re)conocimiento de otras formas de pensar y practicar la realidad económico/cultural, y de otra se han integrado/reducido diversas formas de relación al repertorio capitalogocentrista de la economía (neo)clásica. El ejercicio al presentar no el panorama de lo posible sino ante todo el horizonte y el flujo de lo existente en términos de visiones y prácticas de diferencia económico/cultural, se suma a otros esfuerzos orientados a proporcionar elementos ya no para pensar y construir economías diversas u otras economías, sino ante todo para constatar, visibilizar y movilizar estas expresiones lugarizadas, inscritas sin duda en el marco de la inflexión decolonial o en la perspectiva que promueve también la descolonización de la economía política (versión clásica y marxista) y de la economía formal (versión neoclásica y sus variantes). Estas pretensiones, consideraciones y búsquedas son presentadas en el trabajo como un esfuerzo por rastrear críticamente temas y problemas como occidente, modernidad, desarrollo y economía, para luego a manera de constatación, concentrar el análisis en las visiones y prácticas económico/culturales en contextos de multiplicidad, esta vez en algunas organizaciones y movimientos del Cauca Indígena en Colombia como son el programa económico/ambiental del Consejo Regional Indígena del Cauca – Cric, el Tejido Económico/Ambiental de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca Acin – Çxab Wala Kiwe–, y la perspectiva económica del pueblo Misak. La explicitación y análisis de referentes económico/culturales/territoriales en tales organizaciones y movimientos, se hace no como forma de confrontación en pro de posicionamientos vanguardistas frente a la economía hegemónica, sino como posibilidad de volver legibles, visibles e inteligibles visiones y prácticas de diferencia económico/cultural como expresión existencial de otros espacios/superficies, otros actores y de otro tipo de actuaciones. En suma, con estos soportes y desarrollos académicos/intelectuales, políticos y existenciales y en medio de nuestra epocalidad, el trabajo proporciona insumos para complejizar/intensificar los términos en que se debaten desde el pensamiento crítico, fenómenos como la diferencia en sus distintas expresiones y en medio de un mundo múltiple, vulnerable, litigioso, pero igualmente esperanzador. Desde la convicción acerca de que no hay universalismos antropológicos como tampoco económico/culturales, la modernidad, el desarrollo y la economía se asumen como gubernamentalidades, es decir como tecnologías de gobierno de los unos y de los otros, no obstante su interrelaciones e interfecundidades en los diversos escenarios físico/naturales y socio/culturales. Empero, también se trata de juegos discursivos que se movilizan sobre la multiplicidad con efectos ontológicos singulares en la constitución de mundos y modos que hablan de creaciones, efectuaciones y experimentaciones diversas. De esta manera, se reivindican movimientos y organizaciones sociales como comunidades de pensamiento, en cuyas agendas/agencias, de una parte, se ponen en tensión ciertos principios, asunciones, prácticas y valores modernos/imperiales, y de otro lado, se apuesta estratégicamente a una suerte de interfecundidad en la que, también la apelación a lo ´propio´ se asume y practica como forma de instrumentalización política de la singularidad socio/económica y cultural. Las prácticas de resistencia en el Cauca indígena, también se evidencian específicamente en los ´mandatos económico/ambientales´, los ´tejidos de economía y medio ambiente´, los ´Planes de Vida y la economía propia´, ´la economía, la pervivencia, el territorio y la vida´, el lugar y el territorio como superficies y móviles de la diferencia económico/cultural, las redes de reciprocidad y las formas singulares de redistribución, el imperativo de abstención de la acumulación, las expresiones particulares/diferenciales de producción y trabajo, el sistema de producción Nasa Tull/Ya Tull, los trueques o intercambios para la pervivencia de saberes, sabores y solidaridades, los mercados locales y la interculturización económica, la perspectiva económica plural, y entre otros, las relaciones entre economía y revitalización cultural como una misma cosa. En suma, el trabajo deja ver cómo en vez de esperar a que la revolución o el internacionalismo socialista, la globalización neo-liberal, las terceras vías, las fuerzas providenciales, los organismos multilaterales de crédito, las iglesias salvadoras y el capital filantrópico contemporáneo, instalaran e impulsaran las prácticas económico/culturales; los movimientos y comunidades indígenas del Departamento del Cauca Colombia en sus proyectos por ´recuperarlo todo´ y no obstante las condiciones socio/políticas y económicas adversas; continúan movilizando creativa y experimentalmente procesos, esfuerzos e iniciativas propios de ´discursos, visiones y prácticas de diferencia epistémica, política/ecológica, económico/cultural´, horizonte privilegiado para la recuperación de saberes, el fortalecimiento económico/cultural y los procesos autonómicos, siempre en favor de la Vida y en el marco de una suerte de ´minga de resistencia social y comunitaria´.