2 resultados para Composiciones

em Universitat de Girona, Spain


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La lectura musical implica la comprensión del texto musical (partitura) lo cual aporta una determinada información al músico. Tradicionalmente, se entendía que para que el texto musical en sí cobrara sentido eran necesarios toda una serie de conocimientos y destrezas que iban desarrollándose a través de horas y horas de estudio y dedicación. El resultado óptimo de este proceso era muy parecido a la imagen que podemos ver en la película “Amadeus” en la que Salieri se queda asombrado al “leer” una de las composiciones de Mozart. En este caso, Salieri no necesitó de ningún medio que le ayudase a saber cómo sonaba aquello que dejó escrito su colega. Presumiblemente, los músicos son capaces de llegar a imaginar cómo suena la música impresa sin necesidad de ningún medio que decodifique esta información. Por tanto, la lectura musical del código ha estado vetada durante años a personas especializadas u otras personas que, teniendo ciertos manejos sobre rudimentos de teórica musical y técnica instrumental, utilizaban los instrumentos para “decodificar” la información plasmada en la partitura. En este último caso, esa traducción se veía limitada por las destrezas técnicas instrumentales que presentase cada individuo, de forma que si ciertas composiciones adquirían alguna complejidad, los individuos tenían graves problemas para tocarlas y por tanto, para oír aquello que estaba escrito en la partitura. Actualmente aparecen nuevos medios que permiten que se reduzcan los costes cognitivos y las habilidades necesarios para poder “decodificar” los símbolos musicales de una partitura y por tanto, traducir en sonido el código escrito. Todo esto se basa en la capacidad de la tecnología para poder ofrecer una sustitución a determinadas operaciones mentales que resultan complejas o imposibles de realizar por individuos sin la necesaria preparación

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"ADVERTIMENT. La versió definitiva d'aquesta tesi doctoral està en premsa a l'editorial Barcino, Col·lecció Els Nostres Clàssics, Barcelona. En la nova versió s'hi han introduit nombroses millores, nous capítols i correccions importants. Es prega que, per a qualsevol citació, s'utilitzi la versió definitiva" Pere de Torroella ingresó en la corte de Juan de Navarra (luego Juan II de Aragón) en 1436, a quien sirvió como escudero y copero tanto en las escaramuzas de Castilla como en la corte de Navarra, donde fue sirviente de Carlos de Aragón, Príncipe de Viana e hijo del rey Juan. A finales de 1450 se trasladó a Nápoles junto don Juan de Aragón, hijo bastardo de Juan de Navarra. Permaneció allí hasta la muerte del rey Alfonso el Magnánimo en 1458. Durante esos años entabló amistad con humanistas como Giovanni Pontano, y ejerció de mayordomo del príncipe bastardo Juan II de Aragón, a quien Pere Torroella sirvió durante toda su vida. A finales de 1450 se trasladó a Nápoles junto don Juan de Aragón, hijo bastardo de Juan de Navarra. Permaneció allí hasta la muerte del rey Alfonso el Magnánimo en 1458. Durante esos años entabló amistad con humanistas como Giovanni Pontano, y ejerció de mayordomo del príncipe bastardo. En 1458, tras la muerte del rey Alfonso y el ascenso al trono de su hermano Juan, Pere Torroella se trasladó a Zaragoza y Barcelona como emisario de Carlos de Viana, a quien sirvió hasta su muerte, en 1461. Un año después, en 1462, estalló la guerra civil catalana (que enfrentó a la Generalitat de Catalunya y a la monarquía aragonesa), y Torroella luchó en los primeros años junto a los rebeldes. En 1464 se pasó al bando real, al que permaneció fiel hasta el final de la guerra, en 1472. Desde 1472 hasta su muerte (acaecida seguramente en 1492), Pere Torroella ejerció de consejero del rey Juan II en Barcelona, pero tras la muerte del rey en 1479 se retiró a sus dominios en el Ampurdán, donde murió. Pere Torroella es autor de obra en catalán y en castellano. En la primera lengua compuso lais, canciones al estilo de Ausiàs March, un soneto (el primero documentado en lengua catalana) y un ambicioso poema colectivo que empieza con el verso Tant mon voler. En castellano, es autor de decires amorosos, canciones y esparzas. También mantuvo un intenso intercambio epistolar con influyentes personalidades de las cortes aragonesas, como Francesc Ferrer, Hugo de Urríes, Bernat Hug de Rocabertí y Pedro de Urrea. Compuso, finalmente, varias composiciones en prosa de alto interés histórico y literario, como la Complanta por la muerte de Inés de Clèves (1448), la Consolatoria por la muerte de mosén Martín de Ansa (1451) y el Razonamiento en defensión de las donas, donde el autor se excusa por haber compuesto las famosas coplas de Maldezir de mugeres. Torroella fue una figura central en las cortes aragonesas de la época, y su obra literaria alcanzó gran difusión y estima entre los hombres de su siglo, como muestran sus epistolarios y los autores que decidieron imitar sus versos. Fue, por otro lado, un poeta sensible a las novedades líricas del momento. Asimiló los aspectos más superficiales de la poesía de Ausiàs March, conoció y admiró los versos de Petrarca, leyó con fruición la lírica francesa (y especialmente Oton de Grandson y Guillaume de Machaut), e imitó con destreza las poesía musical de Jordi de Sant Jordi y Martí Garcia. No siempre su gran cultura se vio reflejada en la calidad de sus obras, que presentan, sin embargo, un indudable interés para la historia de la literatura.