873 resultados para PROYECCIÓN - PROFESIONAL


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La formación profesional entra a formar parte de un sistema educativo concebido para asegurar la unidad del proceso de la educación y facilitar la continuidad de éste a lo largo de la vida, a fin de satisfacer las exigencias de educación permanente que plantea la sociedad moderna. Así, los principios de desarrollo son : atención a las exigencias de una formación general sólida y a las necesidades derivadas de la estructura de empleo, unidad del conjunto educativo e interrelación de sus elementos, posibilidad de paso de uno a otro de los distintos niveles , ciclos y modalidades de la educación, así como de readaptación vocacional, con oportunidades de reincorporación a los estudios que hubieren sido interrumpidos, adecuación de los contenidos y métodos educativos a la evolución psicológica de los alumnos, revisión y actualización periódica de planes y programas de estudio, que permita el perfeccionamiento y adaptación a las nuevas necesidades y, orientación educativa y profesional como servicio continuado a lo largo de todo el sistema, servicio que atenderá a la capacidad, aptitud y vocación de los alumnos y facilitará su elección consciente y responsable. Bajo tales principios, la finalidad específica de la Formación Profesional en el nuevo sistema educativo es la capacitación de los alumnos para el ejercicio de la profesión elegida, además de continuar su formación integral, debiendo guardar en su organización y rendimiento estrecha relación con la estructura y previsiones del empleo y orientarse a la preparación del alumno en las técnicas específicas de la profesión por él elegida y en las cuestiones de orden social, económico, empresarial y sindical que comúnmente se presentan en ella. Pero no se agotan los temas que lleva consigo la implantación de la Formación Profesional en el contexto de la reforma educativa emprendida en 1970. Son de considerar los que afectan al régimen de los centros docentes, a la ordenación del profesorado, su formación y perfeccionamiento, el estatuto del estudiante y a la protección del derecho al estudio, a la posible nueva regularización del aprendizaje y del trabajo en prácticas, a la investigación y aplicación de nuevos medios y métodos educativos, al balance más adecuado de los contenidos generales y profesionales en lso programas de los distintos grados y por último, cuanto se refiere al régimen de subvenciones, y a la financiacíón presupuestaria.

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En realidad la planificación económica se inición en la Unión Soviética, se desarrolló en 1928-29 con al aparición de los planes quinquenales En las economías occidentales será más tarde cuando se apropien de la noción de planificación económica tras la segunda guerra mundial surge así el concepto de planificación indicativa como un intento de racionalizar el crecimiento económico sometiéndolo a unas pautas preestablecidas y que trata de combinar las ideas de planificación rusa con el sistema productivo capitalista. Hoy nadie discute que la educación ha de formar parte integrante de la planificación del desarrollo pues es una inversión previa al ser una de las condiciones de infraestructura que posibilitará el desarrollo económico, aunque sus efectos se produzcan a largo plazo. Pero lo que si nos interesa destacar es que la formación profesional guarda unas relaciones muy estrechas con la economía y con el desarrollo. También es importante recordar que tiende su campo de acción a todos los sectores económicos. En el IV plan gran importancia a la formación profesional donde se fijarán unos objetivos y se cuantificará la inversión económica precisa para llevarlos a cabo; pero esto no pasará de ser una simple previsión y conviene detenerse a reflexionar sobre los condicionantes que habrán de influir en la mayor o menos adecuación entre lo estimado y lo factible dentro del plazo de vigencia del plan. Hay dos factores, el error y lo imprevisible, que son dos cuestiones importantes a tener en cuenta. Para el cumplimiento de las previsiones del plan se exige como condición fundamental que no haya una falta de adecuación entre las acciones que se efectúen en cumplimiento de los objetivos fijados y estos propios objetivos; o en le caso de que así sea se adopten las medidas adecuadas para corregirla. Lo que implica que todo plan lleva una serie de condicionantes externos como: capacidad de los órganos gestores del plan (Ministerio de Educación y Ciencia y demás entidades implicadas en la formación ) para ejecutar correctamente las funciones y actuaciones que se les encomienden; la previsión de los medios complementarios que hagan eficaz los gastaos en inversión y en medios personales y materiales previstos en le plan; la adopción de decisiones selectivas posteriores que acomoden las precisiones a las nuevas situaciones que se vayan produciendo. En estos tres grandes apartados hemos agrupados aspectos que el plan se limitará a señalar, pero que sólo podrán ser programados adecuadamente en momentos posteriores. Al experiencia nos demuestra que los objetivos marcados no se han materializado siempre en la medida programada y necesaria. Todo ello, atestigua que la acción planificadora debe ser ante todo realista y flexible y que éstas son dos condiciones inexcusables. Paralelamente debe existir in órgano de vigilancia del cumplimiento del plan y ha de ser capaz de poner en marcha rapidamente los mecanismos correctores que cada situación exija. La razón última del Programa Nacional se basa en la coordinación de los medios personales y materiales que intervienen en la formación profesional, así como su directa relación con el empleo y los cambios tecnológicos, condicionan de una manera muy especial el rendimiento de las inversiones que se efectúen.

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El sistema económico agrario tradicional predomina en España y sigue intacto hasta principios del siglo XX, conviviendo con una producción industrial poco desarrollada y de lenta evolución técnica, que se nutre de una abundante mano de obra poco o nada cualificada. Pero la formalización de un sistema educativo no tendrá lugar hasta la ley de Moyano, si bien es un elemento modernizador, en cuanto a la extensión, de la enseñanza como derecho colectivo, establece un régimen de enseñanzas en la práctica elitista, junto a la masa de población de nivel formativo escaso o nulo. Serán las congregaciones religiosas, en concreto, la Salesiana, la que se ocupará del establecimiento de una serie de escuelas de capacitación y formación de artesanos, las llamadas Escuelas Profesionales de Artes y Oficios, la primera establecida en Sarriá (Barcelona) en 1886, en la que viviera el fundador de la Congregación y actual patrono de la formación profesional industrial, San Juan Bosco. Los programas de estudios de estas escuelas eran propios y tenían una duración máxima de cinco años. Los primeros intentos de establecer un sistema normalizado de enseñanzas profesionales, serán los Estatutos de 1924 y 1928. El primero no tiene importancia operativa, es del segundo de donde arranca el establecimiento de un sistema reglado de enseñanzas profesionales y una red de centros para tal fin. Este estatuto surge por la corriente de preocupación sobre la formación de los trabajadores, acelerada en Europa a partir de la primera guerra mundial, tanto para atender las necesidades industriales creadas por el conflicto, como por la reconstrucción socio-económica posterior. El estatuto del formación de 1928 está a caballo entre las tendencias industrializadoras y la pervivencia de las formas artesanales anteriores, como refleja el hecho de que se ocupe tanto de la formación profesional del obrero como del artesano, estableciendo dos tipos de centros: las escuelas elementales y superiores de trabajo y las escuelas profesionales para oficiales y maestros artesanos, o simplemente escuelas de artesanos. Se inicia así, lentamente, el desarrollo de lo que hoy entendemos por formación profesional; creándose las primeras bases en cuanto a planes de estudio, centros, profesorado idóneo, etcétera, de este tipo de enseñanzas. Tras la guerra civil, España entra en un periodo de aislamiento donde se produce una fuerte protección de la industria nacional. Esta fase se caracteriza por el auge del sector industrial en detrimento del agrícola, lo que a nivel de formación profesional supondrá una concentración del esfuerzo en la capacitación par las tareas industriales, aún no muy complejas, a un amplio sector de la población. La formación de adultos será el sector de las enseñanzas profesionales que verá multiplicada su actividad, aunque no con la intensidad y planificación necesarias. Para tratar de cubrir las necesidades de formación en un nivel medio se crea por ley de 1949, una red de Institutos Laborales, donde se impartirá el llamado Bachillerato, un conjunto de enseñanzas técnico-profesionales de acuerdo con tres modalidades: bachiller laboral industrial, bachiller laboral marítimo-pesquero y bachiller laboral agrícola, según el tipo de producción dominante en las distintas zonas de ubicación de los centros. Después, pasarán a ser conocidos como Institutos Técnicos. En la actualidad, estos institutos se integran en el régimen general de enseñanza media, si bien en muchos de ellos se incluyen secciones de formación profesional. El restablecimiento de las redes internacionales, unido a una política económica más ágil, marcarán a comienzos de los años cincuenta el inicio de una fase de desarrollo con cierta recuperación económica de la renta nacional. Con algo de retraso en este ambiente se pondrá en vigor la ley de formación de 1955, que se propone actualizar el estatuto del 28 introduciendo profundas modificaciones completando la formación estatal con claras deficiencias se desarrolla una formación para trabajadores adultos, a cargo de entidades como el Ministerio de Trabajo, el de Agricultura y otras entidades privadas, En 1957 se crea una oficina sindical de formación profesional acelerada, con centros donde se trata de capacitar en cursos breves al mayor número de individuos procedentes de sectores de bajo desarrollo económico. En 1964 se pone en marcha el Plan Nacional de Promoción Profesional Obrera, que completa la formación en aquellos sectores de baja productividad. Por último, la Ley General de Educación de 1970 con una reforma educativa que intenta no sólo coordinar sino prever las necesidades formativas que le acelerado proceso de transformación del país requiere. Se ah creado un sistema integrado donde las enseñanzas técnicas y profesionales dejan de ser una vía paralela del a educación y se convierte en el elemento fundamental del sistema educativo y se extiende la formación a todos los sectores, destacando el terciario, que actualmente tiene mayor demanda y se articula en tres niveles: la de primero grado obligatoria y gratuita para todos aquellos que no sigan el bachillerato.