17 resultados para Tlaxcala (Diócesis)
Resumo:
Dar a conocer y ver el desarrollo de las ideas, métodos y reglamentos utilizados en la enseñanza del catecismo, en los ambientes parroquial, escolar y familiar a la luz de los documentos oficiales. La presente investigación trata sobre la catequesis en Valladolid entre los años 1886 y 1930. Está estructurada en cinco capítulos: en el primer capítulo se describe la diócesis de Valladolid y su tradición catequista después del Concilio Vaticano I. El segundo capítulo trata sobre el desarrollo de la catequesis después de la Acerbo Mimis, contribución de la diócesis de Valladolid en el primer congreso nacional. En capítulo tercero se hace una aproximación de la evolución de la catequesis según los ambientes a la luz de los documentos mencionados. El cuarto capítulo trata sobre la obra realizada y la influencia ejercida por la revista Catequista y el tratado elemental de pedagogía catequística (el segundo concilio provincial). Por último en el quinto capítulo se hace una valoración de las directrices catequéticas, así como su desarrollo, los aspectos positivos y negativos y los factores que han influido. 1) No se observan ni grandes ni decisivos cambios durante los años que se han examinado, resaltando sobre todo las normas encaminadas a la organización de la catequesis. 2) La circunstancia de haber utilizado durante todos estos años el catecismo del Padre Astete, no ayudaba a la maduración e integración del cristiano en la sociedad de la época. 3) Son la falta de diálogo y comunicación las carencias que sobresalen en estos años, fuera y dentro de la Iglesia, con la sociedad y la cultura. 4) Quedan bastantes problemas por resolver, para comprender todas las normas y directrices dadas no se explican todos los motivos, influjos y situaciones que hicieron a la Iglesia dejar de lado la renovación, como lo hacía la sociedad que estaba a su lado. 5) A pesar de la suplencia que ejerció la religiosidad popular, con su fuerte influjo social, como complemento de la catequesis, faltaron transformaciones y cambios en la Iglesia española, en consonancia con las necesidades sociales de la época.
Resumo:
Aportar una visión histórica de los centros de formación eclesiástica burgaleses desde las perspectivas actuales. Analizar la ideología y modelos a que han querido responder. Valorar la incidencia que han tenido en la sociedad y la historia. Cualificar las aportaciones de las personas que han sido el objetivo final de su funcionamiento. Visión panorámica de aspectos territoriales, jurisdiccionales y organizativos de la Diócesis. Historia de las instituciones docentes de la Iglesia. Exploración archivística. La ciudad y Diócesis de Burgos recibieron el mensaje de Trento, y desde el año 1565 el Seminario Conciliar de San Jerónimo fue el semillero de ciencia y adiestramiento con el que soñaron los padres del concilio tridentino que pretendía responder a la nueva situación provocada por la Reforma Protestante al enfrentarse a la Iglesia Romana. La Iglesia Católica decidió la creación del seminario como institución educativa propia para garantizar una formación teológica y espiritual de sus ministros en ese contexto. La formación del alma fue parte esencial de la tarea de gobierno de todos y cada uno de los veintiún pontificados que se produjeron en la centuria de la que se ocupa el estudio. Las preceptorías y colegios posibilitaron los primeros estudios de casi diez mil jóvenes, abriéndoles las puertas de la promoción cultural y ascenso en la pirámide social, también se evitó la pérdida de muchas vocaciones acercando las instituciones a los puntos mejor situados. Los rasgos esenciales de su funcionamiento quedan asegurados a través de las constituciones, estatutos y reglamentos que sirvieron para trazar el estilo de vida y la idiosincrasia formadora de las instituciones docentes eclesiásticas de Burgos. Durante el XIX, resultado del influjo de los distintos talantes episcopales se forma un nuevo tipo de clero para hacer frente a la nueva situación en que la iglesia se estaba desarrollando. Para contrarrestar las ideologías se desarrolló un sistema coherente de tipo moral, disciplinar y teológico que logró un tipo de sacerdocio más dócil. Con el transcurso de los años se continúa en este mismo reglamentarismo para formar un clero de extracción social desfavorecida, mayoritariamente rural. Se continúa manteniendo el terror contra lo que reafirme la iniciativa personal, tal vez porque el temor al hombre, a la propia persona, hundia profundas sus raices en la pedagogía eclesiástica. Se le cierra al estudiante cualquier atisbo por donde pudiera adivinar otro horizonte -prensa, vacaciones, diálogos...- Así la pasividad que degeneraba de ordinario en hipocresía o el camino de la rebeldía que le cerraba el futuro, son dos opciones, con frecuencia las únicas de la formación finisecular. Después de la etapa decimonónica, debido a las continuas intervenciones de los organismos romanos, se logró una formación más completa aunque bastante acéptica en los campos socio políticos. Aunque se advierte un deseo de apertura a los conocimientos intelectuales y culturales del momento y un esfuerzo para ajustarse al ritmo de vida laical.