361 resultados para Teatro brasileiro - 1891-1898
Resumo:
Análisis de la historia teatral española desde Lope de Vega hasta la época de la España franquista. El autor distingue entre dos tipos de teatro: el teatro de protagonista, en el que destacan las hazañas o vidas de personajes nacionales, cuyas características son la originalidad y su carácter imperecedero, y un teatro de antiprotagonista, basado en la asimilación de modas e influjos extranjeros, caracterizado por ser multiforme y artificioso. Según esto, el teatro de la España franquista debería centrarse en el alma nacional y la época vivida, es decir, en el teatro de protagonista.
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Se exponen las principales directrices del teatro romántico español, la evolución de este movimiento literario desde la tragedia neoclásica hasta la pasión romántica y política del teatro español. También destacan el resurgimiento del interés por el Medievo, el cristianismo y la caballería.
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Se trata el interés y utilidad de la formación de un Museo del Teatro, cuyo principal fin sería evitar los errores y anacronismos presentes en gran cantidad de obras teatrales en sus vestuarios y decorados. Se expone cómo debería organizarse dicho museo según las etapas históricas españolas, su similitud con el Museo del Traje ya existente, y la formación de una biblioteca teatral dentro de dicho museo.
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Se trata la reconstrucción de la historia dramática española elaborada por Menéndez y Pelayo a través del análisis de sus obras, desde La Celestina a La Conjuración de Venecia, Menéndez y Pelayo hace un estudio titánico de toda la tradición teatral española.
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Conferencia pronunciada en el Ateneo de Madrid, por José Ortega y Gasset, el 4 de mayo de 1946, sobre la tradición teatral desde el antiguo mundo clásico. Se analiza el teatro desde diferentes puntos de vista, como el humano, el artístico o escénico, el funcional, el literario o como medio de entretenimiento.
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Se analiza la vida y la obra de Oscar Wilde, centrándose principalmente en las comedias y personajes que escribe en el periodo que va de 1892 a 1895. En el tratamiento de la mujer en la sociedad victoriana encontró el tema ideal, tanto por sus ideas sobre la libertad del individuo y de su propia realización, como por sus sentimientos sociales revolucionarios. La ironía, el ingenio y la fantasía son las características básicas del teatro wildeano, así como la subversión social por medio de lo lúdico en lugar del análisis social.
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Experiencia de teatro llevada a cabo durante los cursos 98/99 y 99/00 en el Colegio Público Miguel Servet de Fraga. Los aspectos que se trabajan son: el miedo a hablar en público, el miedo al ridículo y el trabajo en equipo, entendiendo como tal, la corresponsabilidad de todos en que algo salga bien, la importancia de todos los participantes sin que eso tenga que ver con ser o no el/la protagonista.
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En primer lugar, 1898 clausura un siglo en el que la instrucción y la educación han hecho su entrada en el campo de la política oficial. Jamás los problemas escolares y educativos han tenido, particularmente en Europa, tal resonancia política. Esta tendencia universal había adquirido en España, en le último cuarto del siglo XIX, una particular repercusión. Es lógico que tras la derrota del noventa y ocho surja un interrogante sobre la situación escolar educativa en su conjunto. Se habla de regenerar el país( Giner de los Ríos, Joaquín Costa, Cossio, etcétera) por todo un grupo de pensadores que sientan las bases de esta reforma. Aunque la Institución Libre de Enseñanza se encuentra en decadencia, las organizaciones y algunas de las iniciativas que ella ha suscitado sirven de marco a la renovada actividad de los hombres por ella inspirados. Dos movimientos, aparecido el un en la última década del siglo XIX y el otro mucho más antiguo, cobran de esta forma un vigor inesperado; la extensión universitaria y el deseo de renovar la instrucción primaria asociado al desarrollo de la enseñanza técnica. La improvisación de Joaquín Costa añadió a todo ello una amplia campaña pedagógica, cuya violencia sólo puede compararse con su brevedad. El movimiento de la Extensión Universitaria había nacido en Oxford en 1850 y pretendía un esfuerzo de los medios universitarios tradicionales para adaptarse a las nuevas necesidades y particularmente, a las de la clase obrera. Esfuerzo en pro de la generalización de los conocimientos y una oportunidad de la universidad de salir de su ghetto y renovarse. El segundo fue pilotado por Joaquín Costa, un proyecto de reforma de la enseñanza en sus niveles primario y técnico. Así, España entera supo que la enseñanza primaria debía de ser gratuita y obligatoria hasta los doce años, que la enseñanza agrícola y de la economía rural debía formar parte de la enseñanza primaria en las zonas rurales. El resultado y primero gesto del gabinete Silvela fue la creación en 1900 del Ministerio de Instrucción Pública. Proyecto adoptado por Romanones con particular atención prestada a la enseñanza primaria, un contenido más diversificado de la enseñanza, que el Estado abone los salarios de los maestros en vez de los ayuntamientos que son morosos en el pago, formación de maestros y se pretende reformar las escuelas normales. Lo importante es dejar claro que la conmoción provocada por el noventa y ocho permitió en el campo escolar la realización de medidas y reformas que se venían debatiendo desde hace tiempo y cuya necesidad era reconocida desde largo tiempo, pero que nadie se decidía a realizar. Sin las campañas de lso universitarios liberales, Costa y después Cossio, las discusiones de las Cortes hubieran resultado un fracaso.
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Se ha aceptado en la historiografía general que Madrid por ser la capital de España y la sede del gobierno central, siempre ha mantenido una identidad de objetivos con la Administración central y se ha encontrado en una situación de privilegios económico y político con respecto a otras grandes ciudades españolas. Esto puede ser verdad en determinadas etapas históricas y ante ciertos factores ideológicos, pero no es extrapolable a cualquier momento y circunstancia. Si nos circunscribimos al primer tercio del siglo XX y al problema de la enseñanza primaria pública, veremos que los intereses de Madrid no estaban tan cercanos a los de la Administración central como podría suponerse. También es verdad que el poder estatal consideró a la capital como sede de diversos ensayos pedagógicos que no transpasaron los límites de la excepcionalidad, y que también le adjudicó un papel único con respecto al resto de España, rol asumido por el poder municipal e incluso por la opinión pública. Y, por tener este carácter de modelo se reprimieron duramente todos los aires de autonomía pedagógica, para evitar que pudieran inspirar a otras capitales de provincia. El origen de las diferencias entre el Estado y el Ayuntamiento de Madrid es muy claro, parte de 1901 cuando muchas de las competencias municipales en materia educativa pasaron al Estado por decreto. El Ayuntamiento de la capital no lo aceptó, ya que le relegaba a un segundo plano en temas de enseñanza y sin poder intervenir en su organización y supervisión. Este marginación se notó no solo en Madrid, sino también en todas las grandes poblaciones españolas ,en Cataluña y País Vasco especialmente. Por eso, cada una de ellas no dejaron de luchar durante la primeras décadas del siglo XX, para recuperar el control de las escuelas públicas..Tal era la situación de tensión que tuvieron los poderes central y local en el trienio 1911-13 que el Ministerio de Instrucción Pública publicó una orden para dejar bien claros los límites del gobierno municipal de Madrid y que también sirviese de ejemplo para el resto de las ciudades españolas con aires autonómicos. Hubo que esperar al Plan de 1922 para que se produjese la armonía y el entendimiento entre las partes implicadas. Ese cambio de actitud se debió a una serie de factores del Concejo madrileño: económicos y de distinta índole que explican esas desavenencias con los poderes centrales.
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Aplicando la teoría orteguiana de las generaciones, podemos empezar diciendo que tanto Ortega como DïOrs se inscriben, por derecho propio, en el marco histórico de la generación de 1914, en aquel grupo de intelectuales que aún compartiendo muchos aspectos de la generación del 98, en especial, su voluntad regeneracionista, propugnaron sendas pedagogías culturalistas que, en síntesis, se presentan con la voluntad de idealizar y si se quiere espiritualizar sus respectivos proyectos de reforma, Ortega articuló un culturalismo ético y moral que presenta una clara vocación con connotaciones normativas al exigir la presencia de fines educativos. Su ideario es educar a las masas desde arriba. Desengañado de la filosofía neokantiana había evolucionado hacia una filosofía propia que enfatizaba la dimensión vital de la existencia humana. La regeneración partía de desmarcarse de la vieja política de la Restauración , defiende el humanismo liberal y la nacionalización con e fin de alcanzar la vertebración de España. Por su parte DïOrs es consciente de que si se quería modernizar Cataluña había que partir de Goethe. Este autor estaba llamado a ser el educador perpetuo de una Cataluña moderna y civilista que, por encima de todo, deseaba instaurar un orden político y social, de inequívocas connotaciones neoclásicas. Nadie mejor que Goethe para conseguir estos propósitos, pero se quebraron porque ni Cataluña era Weimar, ni DïOrs (fallecido Prat de la Riba en 1917, Presidente de la Generalitat catalana) pudo continuar su papel de consejero aúlico.
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Fracaso español del gobierno español en la generalización de la educación durante el siglo XIX. Se muestran los errores de los liberales al querer homogeneizar culturalmente España sin tener en cuenta los diversos grados de desarrollo del territorio peninsular. Con un planteamiento que atendiera a la diversidad, posiblemente el desarrollo cultural y económico de nuestro país hubiera seguido otros derroteros. No obstante, la carencia de unas finanzas sanas impidió al gobierno destinar a la educación las partidas presupuestarias suficientes. Por ello, no debemos sorprendernos que la Normal de Barcelona tuviera unos orígenes difíciles puesto que las instituciones provinciales tenían mayor interés en consolidar su incipiente e imparable mecanización industrial, que en contribuir a un centro de formación de maestros, destinado a generalizar la instrucción entre el sector poblacional más desfavorecido, que además engrosaba las filas del proletariado. De hecho, la generalización de la instrucción no satisfizo a los sectores sociales barceloneses más dinámicos y muy pronto la Normal de maestros se convirtió en una institución educativa conservadora e inmovilista, incapaz de atender simultáneamente a las necesidades educativas y a las exigencias del mundo laboral. Tras la crisis del 98 y bajo la influencia de los hombres de la Institución Libre de Enseñanza, el gobierno inició un plan de reformas para superar el retraso social y científico español. Pero su estrechez de miras no favoreció ni las iniciativas espontáneas ni aquellas otras capaces de innovar los aspectos cualitativos de identificación social que demandaban los ambientes renovadores autóctonos. Este último aspecto ha sido decisivo para que en determinados ambientes educativos y culturales catalanes se relegara a un segundo plano a la Escuela Normal de Barcelona. Esta, como la mayoría de Normales del país, al finalizar el siglo no tenía local propio hasta que se trasladó a otro en 1909. los ensayos innovadores permitieron la introducción de nuevas disciplinas, aunque no se llegó a transformar la enseñanza. Tras el Congreso de 1888 celebrado con motivo de la Exposición Universal, se puso de manifiesto la necesidad de recuperar el primitivo espíritu de las Normales así como la necesidad de introducir nuevas asignaturas: gimnasia, música y francés que facilitaban la adquisición de los avances pedagógicos a los maestros. También, se incorporaron en otras Normales del país. Sin embargo, al terminar el siglo no habían modificado el nivel científico-metodológico. Finalmente, las Normales recuperaron su independencia y prerrogativas por el Decreto de 1903, que las devolvía el grado de elemental.
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Deseo de un gran centro de enseñanza técnica en Barcelona. El desastre del 98 ha dejado a las regiones más industriales sumidas en un estado de perturbación ocasionado por las bajas de sus mercados más predilectos. Cataluña ha sufrido más que ninguna otra región y una de las causas de esta baja es el estado de la enseñanza técnica. En consecuencia, la Ponencia se inclinaba por la puesta en marcha de una escuela industrial en Barcelona que cubriera especialmente todo lo relativo al grado medio. Primero, se establece en Barcelona con la denominación de Escuela Industrial, en la cual se realizarían los estudios desde los más elementales hasta obtener el título de ingeniero industrial, de una manera gradual; segundo, el centro estará bajo la dirección de un Patronato; tercero, la enseñanza industrial en tres categorías: elemental, secundaria o de grado medio y la superior. Lo original es que se introduce la enseñanza de tipo intermedio, prácticamente inexistente hasta entonces y finalmente, decreto por la que el gobierno de Maura concede la Escuela por Real Decreto de 1904. Prat de la Riba tras su elección en 1907 como Presidente de la Diputación. El fue quien desde 1908, comenzó a dar contenido y vida al mencionado Real Decreto y a la Escuela Industrial de Barcelona.
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El noventa y ocho es la culminación de una situación crítica que España venía arrastrando desde hace años atrás. Fue el elemento que logra concienciar a España de que existe crisis y es necesaria una renovación y emprender una nueva etapa. Pero junto a este pesimismo existe una concentración de toda una pléyade de figuras relevantes que han hecho hablar de una Segunda Edad de Oro o más concretamente, de una Edad de Plata de la cultura española. Lo que traduce la existencia de dos Españas: una vital y otra oficial. La España vital obstaculizada por la España oficial, no tenía entonces sitio en la historia ni posibilidad de acceder a ese saber que sólo algunos conocían. Joaquín Costa, con su regeneracionismo, plantea la modernización de España a través de la educación y de que el estado se ponga a la altura de Europa. En cuanto a modernidad se tiene la seguridad de que el alejamiento de España de Europa es lo que ha motivado y ha impedido la modernización de España y la realización de esos importantes signos de modernidad que fueron la revolución burguesa y la revolución industrial. Esta separación explica que a España no el fueran las cosas tan bien como a otros países de su entorno que dieron respuestas a los retos que presidieron el desarrollo económico, el cambio social y la relación entre estado y sociedad. Tras el desastre pareció que nada cambiaba en nuestra sociedad; no hubo quiebras legales, ni políticas; la monarquía no sufrió quebranto alguno, el Congreso y Senado siguieron funcionando; no hubo revolución, ni golpe de Estado. Este fue el problema del noventa y ocho; Esta inanidad se prolongó a grandes rasgos hasta 1931 contribuyendo a la deslegitimación de un régimen a cuya permanencia ni siquiera ayudó la dictadura de Primo de Rivera y el protagonismo militar. El noventa y ocho trajo consigo la remoción de las actitudes y de las conciencias a las que puso frente al debate de España y su modernidad. Un debate del que la educación formaba parte esencial y en el que al estado correspondió un papel protagonista.
Resumo:
El Teatro tiene dos vertientes como motivo de acción estética de grupos jóvenes. El teatro como actividad y como espectáculo. Aproximar el teatro a la juventud es una necesidad. En España es muy importante porque para nosotros es todavÍa una cosa viva. En muchos países es un ejercicio de minorías. Debe ser apoyado por el Estado. La actuación tiene dos aspectos el teatro como materia de actividad estética y el teatro como elemento educativo; el primero es un proceso de formación espiritual, de una educación conseguida a través del ejercicio escénico. No se trata de representar altisonantes escenas clásicas, sino de dar un carácter de naturalidad a esos ejercicios; El segundo tipo, asistencia de los alumnos a las representaciones dramáticas como espectáculo. Es un complemento obligado a los estudios literarios. Pero, el problema fundamenta son los repertorios las obras dramáticas que se destinan a la infancia y a la adolescencia representan dificultades de forma y de fondo. La literatura escénica exige la comprensividad del público. Por ello, debemos rechazar toda obra de teatro que no tenga estas características.
Resumo:
Es uno de los escritores que mejor refleja la vida de su país, no sólo en la actualidad, sino en todo su peculiar y jugoso pasado.Como otros dramaturgos europeos expone, generalmente, sus propósitos escénicos en los prólogos que escribe para sus obras, que son poco aparatosos y con un inequívoco pulso clásico. Una de sus constantes es la preocupación por los temas bélicos porque sufrió las dos guerras. Así, habla de ellas con la doble experiencia del que fue actor y víctima. Además, ha ejercido labores de crítica cinematográfica en diversas revistas americanas. El cine le atrae desde un principio y, para el cine, ha dado soberbios guiones, entre ellos el de Rebeca. Piensa que el cine, mejor que el teatro, por sus elementos auxiliares, puede llenar lo que Sherwood considera su triple misión: como espectáculos, como documento, y como arte. Pero, su pasión fue el teatro. Un teatro en el que se aúnan la especulación literaria, el cientifismo y la vida. La literatura como expresión, el cientifismo como preocupación y la vida como aliciente y refrendo.