183 resultados para Fantasía


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Ofrecer a la imaginación a través de la literatura para niños una experiencia fundamental del ser humano en la figura de Gloria Fuertes. Para explicar un cuento es preciso que guste al narrador, que lo encuentre divertido, en definitiva que disfrute transmitiéndolo. Todo el mundo sirve para explicar cuentos, lo que es preciso es entrenarse previamente. Los cuentos no sólo se explican con la voz, el gesto, los ojos, las manos, todo sirve para dar más expresión a lo que estamos narrando. Hay que ir variando el tipo de cuentos. Es mejor dar un poco de todo: cuentos populares y cuentos de autores modernos, historias protagonizadas por animales y por personajes humanos, de mucha fantasía o más realistas. El educador tendrá que tener en cuenta varios factores a la hora de contar cuentos a los niños. Gloria Fuertes no tiene intención de transmitir ideas, sino vivencias, los aspectos socio-culturales no tienen importancia decisiva en la acción, no tiene en cuenta la psicología ni los posibles intereses infantiles esta carencia no ofrece un obstáculo fundamental para que los niños se interesen por los cuentos.

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Estudiar el significado de educación natural en las doctrinas educativas de Rousseau y Neill. Para ambos autores la parcial inhibición del adulto con respecto al niño significa principalmente que no debe intentar imponer las normas extrañas a la naturaleza, más bien propias de ideales externos a dicha naturaleza. Tanto Rousseau como Neill afirman que la base que sustenta una buena educación es indiscutiblemente la libertad y que hay que ser cultivadores ante todo de la sensibilidad del corazón antes que del cerebro. En comparación entre Rousseau y Neill, tendríamos que hacer notar un hecho curioso, y es que Rousseau, a pesar de su extraordinaria sensibilidad, nos muestra una vida infantil carente de esa facultad tan poderosa que es vivir en un mund9o fantástico. Rousseau percibe con claridad que no es la razón lo que el niño está acostumbrado a manejar, pero sin embargo pasa por alto una cuestión tan importante como es la fantasía en la infancia, centrándose en el sentimiento Neill en cambio, deploró siempre que tantos educadores no fueran partidarios de la fantasía, para el parte indispensable de la vida mental del niño. Es su medio para superar la realidad.

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Estudiar el ocio en la lectura de las adolescentes. 1266 adolescentes femeninas de edad comprendida entre 14 a 18 años. encuesta. estadística porcentual y gráficos. Se ha hablado bastante de que actualmente se lee poco, que hay crisis de lectura. Es posible que en algún sector ocurra, pero en el de las adolescentes, no. Leen mucho y desean leer más de lo que en realidad leen. Leen apasionadamente, casi podriamos decir que sin darse cuenta. Se identifican con los personajes del libro y viven una auténtica aventura. Para la adolescente la lectura es una información a dos niveles: el escolar, estableciendo un diálogo entre su personalidad y la de los personajes que encuentra en el libro y el de evasión en el que se enlaza la psicología de la adolescente con el tema que desarrolla la lectura. Es una huída de circunstancias adversas, propias de la debilidad de adolescente. Con esta lectura se siente creadora en un mundo de fantasía. Las evasiones de la imaginación pueden enriquecer pero hay que graduarlas para que no se conviertan en una fuga constante. Hay que estudiar atentamente los motivos por los que lee los intereses que les mueven, los más propios de su edad. No se rechazan los casos que ofrecen variantes, no podemos dejar de atender a la psicología particular de cada una. A los educadores toca la misión y no pueden evadir la responsabilidad de preparar a estas personalidades nacientes, para la vida real y no imaginaria. Sería conveniente tratar de estudiar el modo como se podría favorecer ese deseo unánime de estas chicas, por satisfacer su necesidad de lectura dentro del colegio mismo. Quizá sería una labor que llevaría tiempo, pero que daría grandes frutos, el que las educadoras, conscientes de su responsabilidad, intentansen una selección entre libros de adultos, que agrada a los pocos propios de adolescentes podría cubrir las necesidades de estas jóvenes lectoras. Por otra parte, si se crease en los colegios unos círculos de lectoras, organizados y dirigidos por religiosas capacitadas, podría formar en este aspecto a las adolescentes, de forma que cuando tropezasen con libros no apropiados supiesen dilucidar lo bueno de lo que no lo es y encontrar siempre lo positivo, que de hecho hay en las lecturas, aunque en ocasiones oculto y soterrado. Lo más esencial es que cobremos conciencia de la responsabilidad que representa para un colegio el que las alumnas que lo frecuentan diariamente leen y no saben el modo, la cantidad y cualidad que les conviene.