68 resultados para LENGUA LATINA
Resumo:
Las megatendencias globalizadoras y postfordistas han inspirado las reformas modernizadoras de los sistemas sanitarios. Esta reorganización empresarial de los servicios de salud ha generado importantes mejoras en los recursos materiales y tecnológicos de los mismos, pero también notables cambios en las condiciones de trabajo de los profesionales de la medicina. Estas transformaciones, combinadas con el aumento de las demandas sociales a la sanidad y de la consiguiente presión asistencial, están en el origen de los procesos actuales de intensificación y sobrecarga del trabajo médico. En este contexto, surge la pregunta sobre la influencia de las nuevas condiciones de trabajo en el bienestar laboral y en la salud ocupacional de los profesionales de la medicina en el contexto español y latinoamericano. Para responderla, se diseñó una investigación que combinó metodología cualitativa y cuantitativa. En ella participaron (voluntariamente) 281 profesionales de la medicina de España (47,7%) y de América Latina (52,3%), empleados en hospitales, a quienes se accedió mediante un muestreo de conveniencia, intencional y estratificado por sexo (55,4% hombres y 44,6% mujeres), edad (X= 43,16 años, SD=11,19), antigüedad en la profesión (X=16,51 años, SD=10,85) y en el centro de trabajo (X=10,75 años, SD 9.97), tipo de contrato (permanente = 70,8%, temporal= 29,2%) y asunción de responsabilidades directivas en el centro (No=70,9%, Sí= 29,1%). Todos ellos contestaron un amplio cuestionario que permitió recoger información sobre las variables principales del estudio: los aspectos materiales, sociales y psicosociales de las condiciones de trabajo y las dimensiones cognitivas, emocionales y somáticas del bienestar laboral. Los resultados pusieron de manifiesto la tendencia general a una valoración moderadamente positiva de las condiciones de trabajo y del bienestar laboral general, contrapesada por sentimientos y percepciones ambivalentes hacia el contexto y la propia experiencia laboral: En la cara positiva, destacó una valoración de los aspectos materiales y tecnológicos del entorno de trabajo, así como el clima social en los grupos de trabajo y el apoyo social horizontal de parte de colegas. En la negativa sobresalió un complejo entramado de sobrecarga laboral y de intensificación y aceleración del tiempo de trabajo, crecientes niveles percibidos de estrés laboral y algunos síntomas menores relacionados con la salud física y mental, todo ello asociado al aumento percibido de la presión asistencial y de los nuevos requerimientos técnicos y administrativos de la información que los profesionales deben producir y gestionar. En esta espiral de ambivalencia, los recursos materiales, técnicos y sociales aparecieron como amortiguadores de los efectos sintomáticos; mientras que el malestar difuso fue percibido como contrapeso de aquellos aspectos positivos de la calidad de vida laboral. En el plano práctico, estos resultados ponen de relieve la doble pertinencia de prevenir los factores de riesgo psicosocial asociados a la sobrecarga de trabajo y a la presión asistencial, y también de promover los dispositivos estructurales y organizacionales facilitadores del sostenimiento de un entorno laboral saludable. Dos procesos de signo contrario dificultan esta tarea: por una parte, el factor percibido como el punto más fuerte de las actuales condiciones de trabajo es el clima social positivo en los equipos de trabajo, que funciona como caldo de cultivo de compañerismo y de apoyo mutuo. Por otra, esta vinculación con colegas y con el grupo aparece como uno de los elementos más amenazados por la sobrecarga de trabajo, ya que el déficit de tiempo disponible afecta indirectamente a las oportunidades de refuerzo de la cohesión grupal. Estas constataciones plantean nuevos desafíos para la investigación y para la intervención en los campos de la organización y gestión de recursos humanos en lo que concierne a los profesionales de la medicina.
Resumo:
Este estudio analiza en un primer tiempo los conceptos de desarrollo local, de eficacia de la ayuda, de gobernanza, y de cooperación descentralizada. Presenta luego la noción de eficacia local de la cooperación y expone varios modos de valuación de aquella. En un segundo tiempo sintetiza la situación económica y política de los territorios de América latina y de Perú en particular, y en una tercera parte analiza los programas europeos de cooperación y sus implementaciones en la Región en cuanto a su eficacia local.
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Este artículo presenta una secuencia didáctica basada en el enfoque del proceso de enseñanza-aprendizaje de la lengua mediante la investigación y la interacción. El objetivo es proponer una manera de trabajar los contenidos lingüísticos en secundaria a través de un proceso que implique, por un lado, la creación de situaciones de reflexión compartida entre los alumnos y, por otro, un cambio de perspectiva en las tareas que habitualmente realizan los alumnos en el aula. Se trata de que los estudiantes pasen de desempeñar un papel básicamente receptivo (de las preguntas y las reflexiones del docente) a tener un papel claramente productivo, ya que para hacer una investigación se tienen que formular hipótesis, analizar resultados y extraer conclusiones. En concreto, a través de la secuencia didáctica que se propone se desarrollan las habilidades lingüísticas del alumnado mediante tres ejes: el concepto de registro lingüístico en relación con el contexto educativo, la reflexión a través de la argumentación y la investigación.
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La globalización cuestiona la existencia de una relación mimética entre ciudadanía y Estado-nación. Las identidades homogéneas, sustentadas ideológicamente en nociones como «lengua nacional», plantean problemas en sociedades en las que ha crecido espectacularmente la diversidad lingüística e identitaria. Cataluña es un territorio en el que una parte de la población afirma una identidad catalana distinta a la española y viceversa. Además, se ha teorizado que la identidad catalana y la lengua catalana coexisten mutuamente. Por eso, se suceden voces que defienden la presencia del catalán en la educación escolar como fuente de la identidad nacional catalana, mientras que otras voces defienden su presencia simplemente como una buena manera de aprender el catalán cuando no se puede aprender en el medio social y familiar. En los últimos años, Cataluña ha recibido casi un millón de personas extranjeras que han modificado notablemente su situación sociolingüística. Las últimas encuestas manifiestan que un 6,3% de la población utiliza habitualmente una lengua distinta del catalán y del castellano. En este marco, mostramos las construcciones identitarias de un grupo de adolescentes de origen extranjero que están en el segundo ciclo de la ESO. Los datos fueron recogidos mediante dos grupos de discusión de seis-siete estudiantes de distinto origen, lengua propia y tiempo de residencia en Cataluña. Los resultados muestran la importancia del lugar de origen en la construcción de la identidad. Además, los participantes que afirman sentimientos catalanes o españoles no los relacionan con la lengua sino con los intercambios sociales que han establecido con sus iguales de origen naciona. Las intervenciones muestran también las dificultades para promover identidades múltiples desde el contexto escolar que eviten actitudes racistas y xenófobas y sirvan para promover proyectos colectivos de futuro en los que se pueda vivir desde una cierta diferencia
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La infancia extranjera se escolariza en Cataluña en un programa de cambio de lengua del hogar a la escuela. Las investigaciones afirman que este alumnado tarda un mínimo de seis años en equiparar sus habilidades lingüístico-cognitivas con sus pares autóctonos, no así las habilidades conversacionales, las cuales se adquieren antes de los dos años de residencia. Sin embargo, no existen estudios sobre los efectos de la escolarización en el parvulario del alumnado alófono, así como de su lengua familiar, en relación con la adquisición de la lengua escolar. El artículo es un estudio comparativo de la adquisición del catalán de 567 autóctonos y 434 alófonos, al final del parvulario, en 50 escuelas de Cataluña que escolarizan a alumnado de origen extranjero. Las lenguas del alumnado autóctono son el catalán, el castellano y el bilingüismo catalán-castellano y las lenguas del alumnado alófono son el árabe, el soninké y el castellano. Los factores utilizados más relevantes han sido el nivel socioprofesional y educativo de las familias, el tiempo de residencia y el momento de escolarización del alumnado, el porcentaje de alumnado catalanohablante y de alumnado alófono en el aula y el contexto sociolingüístico del centro escolar. Los resultados muestran que el alumnado autóctono sabe más catalán que el alumnado alófono, pero las diferencias desaparecen respecto a algunos factores, de los cuales los más relevantes son los relacionados con las características del alumnado de las aulas. La lengua familiar del alumnado alófono no incide en sus resultados
Resumo:
En las últimas décadas ha incrementado considerablemente el contacto y la heterogeneidad de lenguas, culturas e identidades. La movilidad humana se ha convertido en una de las características estructurales de nuestras sociedades (Bauman, 1998) y la pluralización de las formas de vida (Berger y Luckman, 1997) en una de sus más destacadas consecuencias. El estudio que presentamos tiene el objetivo de explorar la función de la lengua en relación a la construcción narrativa de la identidad. Para ello se presentan diez historias de vida según la adaptación de la entrevista elaborada por Dan P. McAdams (2006). El análisis de los datos empíricos se ha realizado mediante el programa informático Atlas.ti (Muñoz, 2005). Se concluye que básicamente la lengua ejerce, en los sujetos entrevistados, tres funciones que responden a tres necesidades. Por un lado está la lengua familiar, identitaria o materna. Por otro, la lengua de intercomunicación sociolaboral que permite la comunicación en el trabajo o en los distintos escenarios socioculturales y, finalmente, la lengua de interconexión global, actualmente el inglés, presente en Internet y en los escenarios internacionales
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La élite de pepaideumenoi del Imperio romano, tanto de lengua griega como latina, viven sumergidos en un mundo libresco: el libro, como objeto material y como concepto intelectual, ha pasado a formar parte de su vida más cotidiana. Este trabajo pretende mostrar cómo esta realidad universal adquiere, sin embargo, rasgos bien particulares según los individuos, con lo cual se conforma un panorama sociológico y cultural que, a través del libro, define bien a las mencionadas élites.
Resumo:
The purpose of this article is to treat a currently much debated issue, the effects of age on second language learning. To do so, we contrast data collected by our research team from over one thousand seven hundred young and adult learners with four popular beliefs or generalizations, which, while deeply rooted in this society, are not always corroborated by our data.Two of these generalizations about Second Language Acquisition (languages spoken in the social context) seem to be widely accepted: a) older children, adolescents and adults are quicker and more efficient at the first stages of learning than are younger learners; b) in a natural context children with an early start are more liable to attain higher levels of proficiency. However, in the context of Foreign Language Acquisition, the context in which we collect the data, this second generalization is difficult to verify due to the low number of instructional hours (a maximum of some 800 hours) and the lower levels of language exposure time provided. The design of our research project has allowed us to study differences observed with respect to the age of onset (ranging from 2 to 18+), but in this article we focus on students who began English instruction at the age of 8 (LOGSE Educational System) and those who began at the age of 11 (EGB). We have collected data from both groups after a period of 200 (Time 1) and 416 instructional hours (Time 2), and we are currently collecting data after a period of 726 instructional hours (Time 3). We have designed and administered a variety of tests: tests on English production and reception, both oral and written, and within both academic and communicative oriented approaches, on the learners' L1 (Spanish and Catalan), as well as a questionnaire eliciting personal and sociolinguistic information. The questions we address and the relevant empirical evidence are as follows: 1. "For young children, learning languages is a game. They enjoy it more than adults."Our data demonstrate that the situation is not quite so. Firstly, both at the levels of Primary and Secondary education (ranging from 70.5% in 11-year-olds to 89% in 14-year-olds) students have a positive attitude towards learning English. Secondly, there is a difference between the two groups with respect to the factors they cite as responsible for their motivation to learn English: the younger students cite intrinsic factors, such as the games they play, the methodology used and the teacher, whereas the older students cite extrinsic factors, such as the role of their knowledge of English in the achievement of their future professional goals. 2 ."Young children have more resources to learn languages." Here our data suggest just the opposite. The ability to employ learning strategies (actions or steps used) increases with age. Older learners' strategies are more varied and cognitively more complex. In contrast, younger learners depend more on their interlocutor and external resources and therefore have a lower level of autonomy in their learning. 3. "Young children don't talk much but understand a lot"This third generalization does seem to be confirmed, at least to a certain extent, by our data in relation to the analysis of differences due to the age factor and productive use of the target language. As seen above, the comparably slower progress of the younger learners is confirmed. Our analysis of interpersonal receptive abilities demonstrates as well the advantage of the older learners. Nevertheless, with respect to passive receptive activities (for example, simple recognition of words or sentences) no great differences are observed. Statistical analyses suggest that in this test, in contrast to the others analyzed, the dominance of the subjects' L1s (reflecting a cognitive capacity that grows with age) has no significant influence on the learning process. 4. "The sooner they begin, the better their results will be in written language"This is not either completely confirmed in our research. First of all, we perceive that certain compensatory strategies disappear only with age, but not with the number of instructional hours. Secondly, given an identical number of instructional hours, the older subjects obtain better results. With respect to our analysis of data from subjects of the same age (12 years old) but with a different number of instructional hours (200 and 416 respectively, as they began at the ages of 11 and 8), we observe that those who began earlier excel only in the area of lexical fluency. In conclusion, the superior rate of older learners appears to be due to their higher level of cognitive development, a factor which allows them to benefit more from formal or explicit instruction in the school context. Younger learners, however, do not benefit from the quantity and quality of linguistic exposure typical of a natural acquisition context in which they would be allowed to make use of implicit learning abilities. It seems clear, then, that the initiative in this country to begin foreign language instruction earlier will have positive effects only if it occurs in combination with either higher levels of exposure time to the foreign language, or, alternatively, with its use as the language of instruction in other areas of the curriculum.
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La población de Cal des de Malavella está situada en plena depresión de La Selva, en la comarca del mismo nombre, en un valle cerrado por pequeñas lomas que separan la cuenca del Ter de la del río :Tordera. La riera de Caldes riega el término municipal y es afluente de este último. Dentro del casco urbano existen dos yacimientos conocidos de antiguo: El Puig de los Animes y El Turó de Sant Grau, ambos famosos por tener. diversos manantiales de aguas termales. Los restos arqueológicos fueron puestos al decubierto a fines del· siglo pasado y a principios de este siglo con el fin de proceder a la explotación industrial de los manantiales, no se han practicado excavaciones metódicas en ellos. Estos manantiales de aguas termales, que brotan a distintas temperaturas, fueron utilizados y venerados por los hombres prehistóricos mucho antes de la llegada de los romanos a la Península. Las· zonas donde existían este tipo de fuentes eran lugares sagrados y mágicos, consagrados a alguna divinidad dispensadora de la fecundidad y de la salud, estos lugares atraían a los enfermos y a los devotos. El baño era el tratamiento más generalizado, pero también existían otras formas de entrar en contacto con el agua milagrosa: abluciones, aplicación local, inmersión, absorción en pequeñas dosis.
Resumo:
En la sociedad actual, la educación y la formación a través de comunidades de práctica, virtuales o presenciales, se convierte en una práctica habitual que, con mayor o menor fortuna, está siendo experimentada en diferentes ám- bitos formativos (en la universidad, en la empresa, en el sistema escolar, en la educación no formal, etc.). Partiendo de la idea de que la misión de la Universidad en los inicios del siglo xxi sigue siendo la difusión del conocimiento científico, consideramos que la creación de comunidades de práctica es un reto necesario a asumir por todos los profesionales de la educación y la formación, dado que a través de ellas se puede, por una parte, transferir y generar nuevo conocimiento y por otra, lograr mejores prácticas en el campo de la investigación y la docencia. Todo este planteamiento nos permite avalar la necesidad de desarrollar un trabajo que tenga como finalidad la conformación de una comunidad de práctica entre profesores universitarios, noveles y experimentados.
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The purpose of this article is to treat a currently much debated issue, the effects of age on second language learning. To do so, we contrast data collected by our research team from over one thousand seven hundred young and adult learners with four popular beliefs or generalizations, which, while deeply rooted in this society, are not always corroborated by our data.Two of these generalizations about Second Language Acquisition (languages spoken in the social context) seem to be widely accepted: a) older children, adolescents and adults are quicker and more efficient at the first stages of learning than are younger learners; b) in a natural context children with an early start are more liable to attain higher levels of proficiency. However, in the context of Foreign Language Acquisition, the context in which we collect the data, this second generalization is difficult to verify due to the low number of instructional hours (a maximum of some 800 hours) and the lower levels of language exposure time provided. The design of our research project has allowed us to study differences observed with respect to the age of onset (ranging from 2 to 18+), but in this article we focus on students who began English instruction at the age of 8 (LOGSE Educational System) and those who began at the age of 11 (EGB). We have collected data from both groups after a period of 200 (Time 1) and 416 instructional hours (Time 2), and we are currently collecting data after a period of 726 instructional hours (Time 3). We have designed and administered a variety of tests: tests on English production and reception, both oral and written, and within both academic and communicative oriented approaches, on the learners' L1 (Spanish and Catalan), as well as a questionnaire eliciting personal and sociolinguistic information. The questions we address and the relevant empirical evidence are as follows: 1. "For young children, learning languages is a game. They enjoy it more than adults."Our data demonstrate that the situation is not quite so. Firstly, both at the levels of Primary and Secondary education (ranging from 70.5% in 11-year-olds to 89% in 14-year-olds) students have a positive attitude towards learning English. Secondly, there is a difference between the two groups with respect to the factors they cite as responsible for their motivation to learn English: the younger students cite intrinsic factors, such as the games they play, the methodology used and the teacher, whereas the older students cite extrinsic factors, such as the role of their knowledge of English in the achievement of their future professional goals. 2 ."Young children have more resources to learn languages." Here our data suggest just the opposite. The ability to employ learning strategies (actions or steps used) increases with age. Older learners' strategies are more varied and cognitively more complex. In contrast, younger learners depend more on their interlocutor and external resources and therefore have a lower level of autonomy in their learning. 3. "Young children don't talk much but understand a lot"This third generalization does seem to be confirmed, at least to a certain extent, by our data in relation to the analysis of differences due to the age factor and productive use of the target language. As seen above, the comparably slower progress of the younger learners is confirmed. Our analysis of interpersonal receptive abilities demonstrates as well the advantage of the older learners. Nevertheless, with respect to passive receptive activities (for example, simple recognition of words or sentences) no great differences are observed. Statistical analyses suggest that in this test, in contrast to the others analyzed, the dominance of the subjects' L1s (reflecting a cognitive capacity that grows with age) has no significant influence on the learning process. 4. "The sooner they begin, the better their results will be in written language"This is not either completely confirmed in our research. First of all, we perceive that certain compensatory strategies disappear only with age, but not with the number of instructional hours. Secondly, given an identical number of instructional hours, the older subjects obtain better results. With respect to our analysis of data from subjects of the same age (12 years old) but with a different number of instructional hours (200 and 416 respectively, as they began at the ages of 11 and 8), we observe that those who began earlier excel only in the area of lexical fluency. In conclusion, the superior rate of older learners appears to be due to their higher level of cognitive development, a factor which allows them to benefit more from formal or explicit instruction in the school context. Younger learners, however, do not benefit from the quantity and quality of linguistic exposure typical of a natural acquisition context in which they would be allowed to make use of implicit learning abilities. It seems clear, then, that the initiative in this country to begin foreign language instruction earlier will have positive effects only if it occurs in combination with either higher levels of exposure time to the foreign language, or, alternatively, with its use as the language of instruction in other areas of the curriculum.