19 resultados para América - Narrativas anteriores a 1600


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El proceso cultural en las Sierras de Córdoba fue habitualmente concebido como marginal con respecto al Noroeste Argentino. Tras el establecimiento del esquema básico de la secuencia prehispánica, a mediados del siglo pasado, se definió una etapa agroalfarera de cronología tardía, que continuaba a una extensa etapa precerámica cuyos límites se aproximaban a la transición Pleistoceno-Holoceno. Se hacía referencia, de este modo, al advenimiento de un modo de vida agrícola y aldeano, que reemplazaba a otro basado en la caza y recolección. Dicha transformación, alternativamente atribuida a la población cazadora local o a una migración de grupos agricultores desde regiones vecinas, se habría consumado hacia 1500 AP, fijando uno de los límites de la dispersión de la agricultura andina. Es necesario destacar la extremada escasez y el carácter indirecto de las evidencias arqueológicas utilizadas para sustentar la ocurrencia de tal proceso. Asimismo, la vigencia de supuestos que han comenzado a mostrar inconsistencias con los resultados de las recientes investigaciones. Entre ellos, principalmente, el que asume que la introducción de la agricultura dio paso a una transformación radical de las sociedades prehispánicas, constituyendo un hito fundamental en su devenir histórico, el comienzo de una nueva etapa. Nuestros últimos estudios en el sector central de las Sierras de Córdoba apuntaron, entre otros objetivos, a reconocer indicadores arqueológicos directos de producción agrícola, así como de la manipulación y consumo de plantas cultivadas. Los primeros resultados nos permiten vislumbrar un escenario complejo que desafía los modelos vigentes. El consumo de maíz, por ejemplo, parece haber antecedido por muchos siglos a la adopción de prácticas agrícolas. El acceso a este cultígeno, sumado a otros elementos, indicaría cambios entre los cazadores-recolectores serranos, promovidos por su integración en redes macrorregionales que los vincularon con sociedades agricultoras de la vertiente oriental andina y quizás del Chaco Santiagueño, por lo menos desde 2500 AP. En definitiva, la agricultura no parece haber sido adoptada rápidamente ni provocado transformaciones profundas e inmediatas en la organización de los grupos prehispánicos. Se ha observado, por el contrario, la incorporación gradual de distintas innovaciones que incluso permiten relacionar la manipulación y más tarde el cultivo de plantas domesticadas, con procesos de intensificación productiva de mayor escala temporal. Uno de nuestros objetivos en este proyecto consiste, básicamente, en profundizar las investigaciones en curso a fin de ampliar el cuerpo de datos con el cual analizar y discutir el problema de la dispersión agrícola en la región. Ello implica el tratamiento de diferentes líneas de evidencia, en particular: 1) la distribución regional de sitios arqueológicos y las modalidades de ocupación de las tierras cultivables; 2) la búsqueda de superficies de cultivo en sitios estratificados; y 3) estudios arqueobotánicos, polínicos y de isótopos estables. Se entiende que no le corresponde a la arqueología asumir apriorísticamente el significado histórico de la introducción de la agricultura, sino establecerlo en cada caso puntual a través de la investigación concreta. Nuestro segundo objetivo consiste, por lo tanto, en delinear los cambios (económicos, tecnológicos, políticos, sociales) que acompañaron al proceso de dispersión agrícola. Ello implica el tratamiento de diferentes problemas, entre otros: 1) las prácticas de apropiación de los recursos silvestres; 2) la continuidad y cambio tecnológico; 3) la movilidad y la articulación microambiental; y 4) los aspectos políticos y sociales ligados a prácticas como la molienda grupal y la producción del arte rupestre. The radical chage of societies from hunter-gatherers to farmers in 1500 BP was considered a milestone whitin the cultural process of pre-hispanic societies in Cordoba Hill. But there is a shortage of archaeological remains to support this change and there are weak hypotheses of absolute transformations. During the last years, our studies carried out on the central area of Cordoba Hill have tried to recognize direct archaeological signs of agriculture production as well as the handling and consumption of crops. The first results show a complex set that challenges the current theoretical models. For example, the corn was probably eatten prior to its adoption for farm practices. Our first main consists in increasing a corpus of data about the spread of agriculture in Cordoba region that we have been researching for the last years. These researches involve different lines of evidence: 1-regional location of archaeological sites and kinds of occupation on cultivable lands; 2-the search for plots at archaeological sites; 3-archaeobotanical, pollen and stable isotopes studies. Our second main consists in outlining changes within the spread of agriculture. It implies to considering different problems: 1-the practices to gatherer wild resources; 2-the continuity and changes of technologies; 3-the mobility and the articulation on the micro-environment; 4-political and social aspects in connection with activities such as groupal grinding and rock art productions.

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El presente proyecto se propone investigar las reacciones que despertó la política de difusión del modelo peronista en América latina, fenómeno que adquirió mayor visibilidad inmediatamente durante el gobierno de facto que lo derrocó en 1955 y cuya gestión finalizó en 1958. Al respecto, la tarea de propaganda sumó a la capacidad de Perón para comunicarse con públicos masivos, la utilización de diferentes técnicas y la creación de organismos para propagar su modelo de conducción política en América Latina, durante la gestión 1946-1955. En tal sentido, numerosos discursos y prácticas fueron también entendidos como un modo de volver imprecisos los contornos de los espacios nacionales en la región. La recepción de esta política regional despertó posiciones antinómicas, que luego del golpe de estado de 1955, salieron más claramente a la superficie. Así, entre 1955 y 1958 tuvieron una influencia significativa en: los intentos de Perón por mantener su liderazgo a la distancia, las vinculaciones que entabló con diversos representantes de las dirigencias políticas continentales, la acción de los grupos peronistas dispersos en el Latinoamérica y la actitud ante las presiones ejercidas por gobierno de facto. Entretanto, para Perón el problema que significaba asegurarse la efectiva conducción del movimiento, sin su presencia física, era un tema prioritario y para lograrlo utilizó diversas estrategias. Este tema ha sido estudiado exhaustivamente por diversos autores para el caso argentino, no obstante son escasos y dispersos los estudios relativos a Latinoamérica. Si bien, existen algunos intentos de ordenar correspondencia y otros testimonios, todavía no se ha logrado reunir en un corpus sistemático las variadas fuentes, cuyas evidencias se encuentran sumamente fragmentadas y son de difícil acceso por sus condiciones de producción En definitiva, por ahora cada hallazgo constituye un indicio que nos orienta hacia posteriores exploraciones y permite visualizar su proyección posterior. En este contexto, nuestra hipótesis es que luego el golpe de 1955, los grupos proclives y opositores a la política regional del presiente derrocado constituyeron actores importantes en la posible comunicación con los grupos partidarios diseminados en América Latina, la intermediación con el movimiento en Argentina y la reconstrucción de la imagen del líder exilado, todo ello obstaculizado por la el proceso de desperonización, encarado por la Revolución Libertadora.

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El imperante modelo anglosajón de argumentación moral y comprensión de la bioética, y la reducción de la misma a cuestiones inherentes a las instituciones sanitarias y a la relación agente de salud-paciente, han significado una seria dificultad para abordar el tipo de dilemas que ingresan al campo bioético en América Latina, así como también una fuerte presión “normalizadora”de los modelos de argumentación e intervención. Estas dificultades pueden ubicarse bajo dos grandes categorías: los modos y modelos de argumentación bioética, y el rol de quienes abordan las cuestiones bioéticas. Esto ha conllevado un serio déficit para comprender, en un sentido amplio, los alcances de la labor bioética, sus temas, y los tipos de incidencia permitidos a quienes elaboran la reflexión bioética. Por otra parte, y en un sentido vincular más reducido, esto ha suscitado una serie de imposibilidades de recepción y comprensión de las demandas y exigencias formuladas a los equipos de salud por personas procedentes de sectores excluidos y generalmente hacinados en los márgenes urbanos (entendidos estos equipos de modo amplio, o sea, como todo actor social vinculado directa o indirectamente con la salud humana), así como de las tareas que competen a los/las bioeticistas. Se indagará por ello, en primera instancia, los modelos de fundamentación bioética que han devenido paradigmáticos, sus contextos de formulación, justificación y aplicación, así como también los límites que han mostrado en su utilización en América Latina. Desde las diversas tradiciones filosóficas y bioéticas surgidas en América Latina se ofrecerán modelos alternativos al paradigmático, que sean capaces de incluir las situaciones imperantes en nuestro continente, como lo son, por ejemplo, los autores de la tradición liberacionista latinoamericana, y en sentido estricto, los trabajos vinculados a una bioética social y políticamente incidente. Sin embargo, también se tomará de otras tradiciones intelectuales aquellos elementos que permitan comprender más efectivamente la situación propia, como lo son, en el campo amplio del pensamiento filosófico, los aportes de R. Van Potter para una bioética holistica, los de Ricoeur y Merleau Ponty para la construcción de una bioética social anclados en la materialidad de su naturaleza corporal, las teorías contemporáneas del reconocimiento, y finalmente de las tradiciones religiosas que han influido notablemente en las nociones de dignidad y valor de las personas.

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Este proyecto busca poner en discusión algunos criterios para el estudio de la diversidad y la interculturalidad propia de América. Se procurará abordar las condiciones de posibilidad de la interacción entre culturas, sin subordinaciones ni dominaciones, de un modo horizontal y en el cual ningún colectivo cultural esté por encima del otro, permitiendo la integración y convivencia entre los diferentes. La noción de interculturalidad es el acceso a un horizonte de sentidos y valoraciones ajenas a la del observador objetivo, universal y neutral que caracteriza al sujeto pensado a inicios de la modernidad, que es el espacio-tiempo en que se formula la noción misma de derechos del hombre. Esta noción de interculturalidad permite acceder a un núcleo filosófico fuerte en la discusión por el reconocimiento, que al mismo tiempo recibe de modo fecundo los aportes de las principales filosofías provenientes de la tradición europea. Pero también de las formulaciones y reformulaciones de esos conceptos a partir de la experiencia situada en Latinoamérica. Se continuará con la profundización de filósofos tales como Taylor, Sartre, Arendt, Butler, Levinas, Catherine Walsh como aportes de la tradición occidental, pero visualizados como quienes permiten poner en cuestión tal tradición. Y con el estudio de pensadores latinoamericanos como Juan Carlos Scannone, Fornet-Betancourt, Enrique Dussel, Cerutti Guldberg, Zulma Palermo. Hipótesis de trabajo. La tradición popular latinoamericana complejiza y profundiza la noción de experiencia mediante una comprensión de la sabiduría, que recupera, critica y amplía las herencias filosóficas europeas que originaron la noción misma de Derechos Humanos. Ambas tradiciones abren pensamientos que posibilitan un horizonte crítico-hermenéutico para la comprensión de ciertos procesos sociales de liberación y el reconocimiento del otro en nuestro continente, y posibilitan advertir la importancia, no sólo del reconocimiento de la diversidad cultural sino del encaminamiento efectivo para una interculturalidad que realice el cumplimiento de los Derechos Humanos.