4 resultados para Explotaciones agrícolas

em Universidad de Alicante


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El trabajo ha sido desarrollado en un agrosistema tradicional del NE de la provincia de Alicante (SE España). La superficie total del área de estudio es de aproximadamente 59.000 ha. La zona presenta grandes contrastes, con un área interior de morfología montañosa, con pequeñas cuencas dedicadas a la agricultura de secano, mientras que la zona litoral se caracteriza por un relieve menos abrupto, con núcleos de población y explotaciones agrícolas de regadío. El estudio se basa en la información extraída a partir de encuestas realizadas a los gestores cinegéticos, obteniendo datos acerca de las abundancias y la evolución de las poblaciones de jabalí entre los años 1980 y la actualidad. Se construye una base de datos SIG con un total de 15 cotos de caza. La base de datos incluye las siguientes variables: usos del suelo a nivel de coto, abundancias y evolución temporal de la especie. Los resultados muestran que dos de los cotos presentan densidades de jabalí elevadas (15-25 ind/ha), dos cotos presentan densidades medias (10-15 ind/ha), cinco cotos muestran densidades bajas (5-10 ind/ha) y otros seis cotos densidades muy bajas (0-5 ind/ha). Los valores máximos se encuentran en cotos de interior y de montaña donde todavía se mantienen en activo cultivos de secano y se intercalan con cultivos abandonados y áreas naturales. También se observan densidades elevadas en el único coto de todos los analizados que se encuentra en la costa, donde la disponibilidad de hábitat es menor y, por lo tanto, hay una mayor concentración de individuos. Finalmente, el jabalí ha aumentado sus poblaciones desde la década de los años 1980 en la totalidad de los cotos estudiados.

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En este artículo se revisan los estudios realizados sobre la influencia que tienen los procesos erosivos sobre la vegetación. Fundamentalmente se revisan las tendencias generales en la composición florística de las comunidades vegetales sometidas a fuertes procesos erosivos, así como las tendencias de los patrones de la vegetación y, en menor medida, de los atributos y tipos de plantas. Este campo de trabajo presenta pocos precedentes, siendo escasos los estudios de la influencia de la erosión sobre la vegetación desde un punto de vista ecológico-botánico. Por otro lado, algunos de los resultados parecen a primera vista contradictorios, por lo que es difícil extraer tendencias generales y más o menos universales. Algunas de las generalidades observadas son que el incremento de la erosión del suelo produce un descenso muy claro y mantenido en la cobertura vegetal y en el número de especies. El proceso erosivo no suele acarrear una sustitución de especies vegetales y comunidades, sino solamente la pérdida paulatina de especies, al menos en los estadios más degradados. Por otro lado, se ha observado en ocasiones que la flora de los terrenos más erosionados depende muy fuertemente de las características de la roca madre, variando más entre litologías que la flora de terrenos menos erosionados. Los hemicriptófitos y los caméfitos son las formas vitales de Raunkiaer más frecuentes en estos ambientes. Se discute el papel que pueden tener las diferencias de clima, procesos y tasas erosivas para explicar la gran diversidad de tendencias observadas.

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El 54,4% de la Superficie Agrícola Utilizada en la Unión Europea-27 se clasifica como Zona Desfavorecida. En estas áreas, los agricultores pueden ingresar de media un 27% menos por unidad de trabajo anual que aquellos que cultivan la tierra en zonas no desfavorecidas. Las directivas europeas, nacionales y autonómicas que se ocupan de una u otra manera de los espacios de cultivo en las “Zonas Desfavorecidas de Montaña”, en las “Zonas Desfavorecidas Intermedias” y en las “Zonas Afectadas por Dificultades Específicas”, y en las que la técnica del aterrazamiento suele estar presente, son bastante numerosas. Sin embargo, la eficacia de esas políticas ha sido muy desigual, dependiendo del diferente contexto ambiental, social y económico del país europeo que se estudie y, sobre todo, de la categoría a la que puedan acogerse las explotaciones agrícolas. Pero, además, el territorio europeo cuenta con una extensión de cultivos en “Áreas de Montaña”, también en general aterrazadas, que no han sido incluidas en las categorías citadas, cuyos agricultores no pueden beneficiarse de esas ayudas específicas, pese a afrontar los mismos problemas. España es el país más afectado de la Unión Europea, con un 16,19% de su área de montaña excluida, principalmente en la Comunidad Valenciana, Cataluña y Aragón. A partir de 2014, como consecuencia de las directrices que se deriven de la reforma de la Política Agrícola Común, estos territorios experimentarán un nuevo cambio. Entre ellos, se contempla la posibilidad de que los Estados Miembros puedan destinar mayores ayudas a las zonas desfavorecidas y elaborar subprogramas temáticos para las zonas de montaña. Por otro lado, se establecerá una nueva delimitación de “Zonas con Desventajas Naturales” (que sustituirá a las “Zonas Desfavorecidas Intermedias”), basada en ocho criterios biofísicos, con efectos a partir de 2018. Dado que los Estados Miembro deberán elaborar nuevos mapas con las zonas a delimitar, y que hasta el momento España es uno de los países que menor cuantía económica destina a estas zonas, presentamos una revisión de la problemática de estos territorios.