2 resultados para Planta cianogênica
em Portal de Revistas Científicas Complutenses - Espanha
Resumo:
La termometría es una técnica no invasiva que permite cuantificar los cambios en la temperatura cutánea y evaluarla de forma cuantitativa. El aumento significativo de la temperatura puede indicar la existencia de patología. Se ha demostrado que la actividad muscular induce procesos de transferencia de calor entre los músculos y las capas superficiales de tejido. En este estudio queremos cuantificar los cambios de temperatura que se producen en los músculos del pie y miembro inferior tras una carrera de 30 km, para ello hemos utilizado una cámara termográfica de alta resolución. Contamos con la colaboración voluntaria de 32 sujetos sanos a los que procedimos a tomar fotografías de la planta del pie, parte anterior de la pierna, parte posterior de la pierna, parte anterior del muslo y parte posterior del muslo en dos etapas, primero antes de la carrera y segunda toma después de la carrera de 30 km, de esta manera pudimos valorar si había o no variación de temperatura en las zonas seleccionadas. Tras el análisis de los datos obtenidos encontramos significativas variaciones térmicas en Talón, cabeza primer metatarsiano, cabeza segundo metatarsiano, cabeza tercer metatarsiano, cabeza cuarto metatarsiano, cabeza quinto metatarsiano, apófisis estiloides quinto metatarsiano, arco longitudinal interno, maléolo interno, maléolo externo, peroneo lateral largo, vasto interno, vasto externo, recto femoral, tensor de la fascia lata, inserción cuádriceps, gemelo interno, tendón de Aquiles y Biceps femoral.
Resumo:
La berenjena (Solanum melongena L.) es una planta solanácea de múltiples variedades, cuyos ancestros salvajes se sitúan en Indochina y el este de África. Su cultivo fue muy temprano en zonas de China e India. Aun así, no se extendió al Occidente antiguo ni apenas se conoció, de ahí su ausencia en los textos clásicos de botánica y farmacología. Fueron los árabes quienes llevaron el cultivo de la planta por el Norte de África y Al-Andalus, de donde pasó ya a Europa. Los primeros testimonios occidentales de la berenjena aparecen en traducciones latinas de textos árabes, para incorporarse luego a la literatura farmacológica medieval y, más tarde ya, a la del Renacimiento, que empezó a tratar de ella por su posible parecido con una especie de mandrágora. Pese a que se le reconocían algunas virtudes medicinales, siempre se la tuvo bajo sospecha por ser de sabor poco agradable, indigesta y causante de algunas afecciones. Solo los botánicos de finales del Renacimiento describirían la planta y sus variedades con criterios más «científicos» y botánicos, ya sin apenas intereses farmacológicos.