5 resultados para Pesca camaroneira
Resumo:
La industria pesquera es un elemento importante para la economía peruana por ser una fuente generadora de divisas. El subsistema de pesca para consumo humano indirecto (CHI) representa el 80 por ciento en términos de volumen de desembarque de los recursos hidrobiológicos y, está basada únicamente en la explotación de la especie anchoveta (Engraulis ringens). En los sesenta años de existencia de la pesca para harina de pescado, se han dado varios episodios en los que el stock de anchoveta estuvo cerca de desaparecer producto del sobredimensionamiento de la industria, regulación inadecuada y fenómenos climáticos. En los últimos años se dictaron normas y leyes para regular el sector y proteger los recursos. El D.L. 1084 estableció los límites máximos de captura por embarcación perturbando en gran medida al subsector pesca para harina de pescado. Por ello, el objetivo del presente trabajo es analizar cómo una organización dedicada a la producción de harina de pescado se adaptó en el ámbito organizacional y tecnológico a las perturbaciones institucionales del sector. El abordaje de estudio fue la epistemología fenomenológica, mediante un análisis del tipo cualitativo y utilizando como metodología el estudio de caso aplicado a la empresa Corporación Hayduk. Identificando como la implementación de estas nuevas leyes disminuyó la incertidumbre e impulsaron innovaciones organizacionales y tecnológicas en Hayduk que permitieron eliminar capacidad ociosa y dosificar esfuerzos por una mayor producción de harinas Premium, orientando el negocio hacia una mayor productividad, creación de valor y apertura de nuevos mercados internacionales con mayores estándares de calidad y con mejor obteobtención de rentas por la venta de harina de pescado.
Resumo:
La comunidad aborigen CIPAQUI está compuesta por 77 familias que habitan tres parajes del Departamento de Tumbaya (La Ciénaga, Patacal y Quisquiri) , en la Provincia de Jujuy. En su mayoría, poseen menos de 2 hectáreas que dedican a la producción agrícola-ganadera, estructurada alrededor del trabajo familiar. El bajo rendimiento de la producción, el estado sanitario de los montes frutales, la dificultad creciente para realizar las labores culturales (manual o a caballo, con arado de mancera o bien esperando un turno incierto de un tractor municipal para efectuar un servicio) , la falta de asistencia técnica permanente, la variabilidad del acceso al agua, la imposibilidad de acceder a mejoras productivas, y la carencia de nuevas oportunidades para la comercialización de sus productos, constituyen limitantes a las que la comunidad se enfrenta y que no puede superar sin la intervención del Estado. A principios del año 2012, la comunidad CIPAQUI entra el contacto con la Unidad para el Cambio Rural (UCAR) , dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (MAGyP) a través de la solicitud de apoyo de uno de sus integrantes, que se constituyó en promotor y aliado local para la formulación del proyecto. En principio, el promotor solicitó financiamiento para la compra de un tractor y sus complementos. El anteproyecto obtuvo la atención de áreas de la UCAR (las unidades Ambiental y Social y de Formulación de Proyectos) que trabajaron en conjunto, dando como resultado una propuesta de trabajo preliminar que se desarrolló entre los meses de julio y septiembre de 2012. No obstante, debido a dificultades relacionadas a la búsqueda de fuentes de financiamiento el proyecto se vio suspendido en sus avances. La propuesta actual es retomar el trabajo realizado y avanzar sobre el mismo. Para tal objetivo se aplicarán los conocimientos académicos brindados por la Especialización: se seguirá avanzando en la formulación con el criterio de proyecto público, lo cual no implicará abandonar los conceptos relacionados a las evaluaciones ex ante como la viabilidad económica y financiera. El objetivo general de la intervención -cuya extensión se estima en 32 meses- es `Mejorar el ingreso monetario de los productores de la comunidad CIPAQUI, promoviendo el desarrollo productivo de las actividades tradicionales agropecuarias`. Para ello, se trabajará en la ejecución de dos componentes: 1. Infraestructura, bienes y equipamiento productivo: 1.1 Mecanización de la producción: incorporará maquinaria y equipos; 1.2 Ampliación de la capacidad productiva: ampliará y reemplazará ejemplares degradados en los montes frutales con la incorporación de prácticas tecnológicas adecuadas; 1.3 Optimización de la infraestructura deriego: aumentará la eficiencia en el uso del agua y mejorará su distribución. 2. Asistencia técnica y capacitación: 2.1 Asistencia técnica: proveerá servicios de apoyo al productor; 2.2 Desarrollo comercial: transferirá información comercial; 2.3 Actividades complementarias: se evaluará la posibilidad de incorporar la oferta del servicio de turismo rural. El monto total de la iniciativa asciende a US $ 190.095. Se espera que al término de su ejecución el proyecto haya generado las condiciones para mejorar la cantidad y calidad de la producción, asegurado la provisión de agua durante todo el año y optimizado la comercialización y organización local.
Resumo:
En general, tanto a nivel empresarial y por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón, existe la tendencia de avanzar con los Acuerdos de Asociación Económica2 (AAEs) en particular en la región Asia-Pacífico; pero ciertos sectores agrícolas y del Ministerio de Agricultura, Forestación y Pesca (MAFF) son más resistentes en hacer avances significativos, para evitar cualquier impacto significativo sobre su agricultura doméstica. Por más de cincuenta años las cooperativas agrícolas han usado su influencia política, apoyada por las comunidades rurales, para bloquear cualquier cambio de reforma. La agricultura japonesa ha disminuido mucho en los últimos 20 años. Las tierras abandonadas3 totalizan actualmente las 400 mil hectáreas. El promedio de edad de los agricultores es de 66 años; el número de productores ha caído a la mitad con 2,6 millones. Existe la predicción de que 1 millón de agricultores dejarán el sector en los próximos 10 años, y el deterioro de las comunidades rurales sigue creciendo. Incluso si Japón adhiere a algunos Acuerdos, la industria agrícola seguirá declinando. En la próxima década se pronostica que la población en Asia se incrementará en 400 millones, por lo que el gobierno japonés no quiere perder más tiempo en trazar sus nuevas estrategias sobre la región. Nunca Japón hizo un planeamiento tan profundo sobre los nuevos lineamientos de la agricultura, que se adoptó como primera prioridad estratégica a nivel nacional, basada sobre todo en la importancia y responsabilidad nacional en tener un suministro seguro de alimentos (incluso los importados) para sus ciudadanos y para la región.
Resumo:
p.139-144
Resumo:
p.171-176