6 resultados para ENFERMEDADES DE LOS CONDUCTOS BILIARES - TRATAMIENTO

em FAUBA DIGITAL: Repositorio institucional científico y académico de la Facultad de Agronomia de la Universidad de Buenos Aires


Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Los tambos son sistemas productivos muy complejos que dependen básicamente de cuatro pilares considerados como variables: el ambiente, los animales, la alimentación y los operarios. Comederos sin mantenimiento, con barro y estiércol, animales con pobre estado corporal, dietas no balanceadas o deficientes en nutrientes, predisponen a trastornos metabólicos. Personal sin capacitación y/o motivación, no realizará bien las múltiples tareas del tambo. Las vacas lecheras antes y después del parto tienen enormes cambios metabólicos y hormonales y esto es un factor que predispone a las enfermedades peripartales (IP) como: distocias, retención de placenta, edema de ubre, metritis, mastitis, cetosis, acidosis, desplazamiento de abomaso, timpanismo, hipocalcemia puerperal, lesiones podales, etc. ¿Como evaluar las variables?¿que miramos o qué metodología seguimos a campo? Para ello se propone el Índice Predictivo de Enfermedades Peripartales (IPEP). El IPEP es una guía que permite realizar un relevamiento ordenado y sistemático de los indicadores relacionados con las enfermedades peripartales sobre las variables del ambiente, los animales, la alimentación y los operarios. Es una herramienta metodológica que permite generar un diagnóstico a campo de las causas y factores predisponentes de las EP en establecimientos lecheros. A cada indicador se le asigna un número en una escala de 1 a 5, donde 1 es malo/pésimo; 2 es regular; 3 es bueno; 4 muy bueno y 5 es óptimo/excelente y los promedios de las variables da un IPEP final. El IPEP se aplicó en un tambo comercial, localizado en Brinkmann-Córdoba de 270 has, 210 vacas y 4200 litros de leche diarios. Se realizaron 4 visitas, se llenaron las planillas de indicadores del IPEP. Se observó el preparto, el rodeo en producción, las pasturas, las instalaciones y se habló con el personal. Se detectaron áreas en conflicto: dieta no balanceada, deficiente suplementación mineral, animales con pelaje seco, accesos en malas condiciones y la falta de una pileta pediluvio. En la primer visita abril de 2008 se realizó el IPEP y dio un valor de 3,11 , superior a 3 lo cual admite la calificación como tambo bueno. De acuerdo a la incidencia de EP y mortandad las pérdidas económicas para dicho IPEP fue de U$S 11.415, que equivalen al 7,3 por ciento de los ingresos por leche. Se propusieron correcciones y mejoró el índice, en septiembre del 2009, dio como resultado un IPEP de 3,71 y las perdidas económicas por EP y mortandad se estimaron en U$S 8.064, equivalentes al 0,43 de los ingresos por leche.

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

El productor agropecuario se enfrenta a diversos y nuevos desafíos, no sólo destinados a maximizar su productividad, sino para atenerse a las exigencias generadas por los mercados, sobre temas que atañen al sector productor de alimentos. Entre las exigencias que surgieron, existen aquellas que apuntan al manejo de nutrientes en los establecimientos agropecuarios a fin de reducir los riesgos ambientales que cada tipo de producción genera. La implementación de los balances de nutrientes dentro del sistema productivo es una herramienta que permite a los productores afrontar futuras reglamentaciones ambientales y mejorar su margen de competitividad. Los tambos pastoriles generan un excedente de nitrógeno y fósforo que se distribuye irregularmente en el sistema acumulándose, el de mayor magnitud y posibilidad de reutilización, en la instalación de ordeño (SO). Este trabajo evalúa la disponibilidad de nitrógeno y fósforo en efluentes de tambo, que potencialmente pueden ser reutilizados para fertilizar recursos forrajeros anuales, a partir del cálculo de balances y estableciendo su nivel de transferencia hacia el sector de ordeño, en sistemas de producción de leche de base pastoril en la provincia de Buenos Aires. Los 27 establecimientos encuestados presentan características productivas diferentes siendo representativos de los tambos pastoriles de las 3 cuencas lecheras seleccionadas. En promedio (±desvío estándar), tenían una superficie de 397,55ha (±343,1), con 312VO (±308,91), una producción de 19 litros/VO/día (±3,49), y raciones con 57,29 por ciento (±15,88) de concentrados y conservados. El balance predial (ingresos - egresos de N-P) de nitrógeno (N) fue de 121,5 (±71,8) kg N/ha/año y el de fósforo (P) fue de 18,3 (±11,5) kg P/ha/año, siendo valores similares a los encontrados por estudios europeos y locales. Los balances anuales del rodeo de ordeño (BRO= ingresos por alimentos-egresos por leche de N-P), como indicadores de la excreción de nutrientes, fueron para N de 159,0 (±40,1) kg N/VO/año y para P de 20,8 (±5,8) kg P/VO/año, presentando correlación con modelos que estiman la excreción utilizados internacionalmente. Mediante los BRO y los tiempos de permanencia se pudo determinar una transferencia promedio del 28,8 por ciento (±10,6 por ciento) del total del N y el P excretado por año, hacia el SO. Los sistemas de tratamiento de efluentes, de existir, son muy heterogéneos. Un 59 por ciento contaba con al menos una laguna de tratamiento, aunque no siempre funcionaban correctamente, el 17 por ciento hace un reuso directo del efluente crudo y el 24 por ciento lo desecha sin tratamiento previo, con las implicancias ambientales e higiénico-sanitarias que esto trae aparejado. La calidad de los efluentes fue muy variable, siendo similares a los hallados por otros autores. Los productores generalmente no aportan por fertilizantes la totalidad de N y P requeridos por los cultivos forrajeros anuales. En un 92,6 por ciento de predios, los nutrientes depositados en el SO podrían reemplazar lo provisto por fertilizantes comerciales. Los nutrientes disponibles en SO permitirían fertilizar un promedio de 37,9 ha de maíz para silaje, cubriendo los requerimientos de nitrógeno, con rendimiento promedio para las cuencas (13.000 kg MS/ha), correspondiendo al 78,4 por ciento de las ha sembradas con maíz de los establecimientos. La imposibilidad de recolectar lo depositado en las pistas de alimentación no permite, actualmente, su reutilización. La implementación de prácticas amigables con el ambiente representa hoy en día un desafío para la producción animal, la ventaja es que la solución está en el mismo lugar donde se produce el problema y con una amplia variedad de tecnologías disponibles

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) el mundo duplicará la demanda de alimentos para el año 2050. La mitad de este crecimiento se explica por el aumento de la población mundial, mientras que la restante responde al incremento de los ingresos per cápita en países de bajos recursos (FAO, 2009). En este contexto, la solución viable a futuro es duplicar la productividad de aquellas zonas que todavía conservan algún potencial de expansión. Las grandes superficies de suelos de alta calidad con posibilidades de aumentar su productividad se encuentran en Estados Unidos, Ucrania y la Argentina. Una mayor producción requiere de productos fitosanitarios que representan un beneficio innegable garantizando estabilidad en los rendimientos. Sin embargo, la utilización de estos insumos entraña riesgos tóxicos, ya sea por un manejo inapropiado o por la ocurrencia de accidentes (CASAFE, 2009). El uso de los plaguicidas debe ser responsable a fin de evitar producir efectos adversos inmediatos y de largo plazo en la salud humana y el medio ambiente. Estos efectos pueden aparecer en todo el ciclo de vida del plaguicida, es decir durante la producción, transporte, almacenamiento, aplicación y disposición final. En la realización de su trabajo las personas pueden quedar expuestas a altos niveles de sustancias tóxicas. Actualmente la intoxicación con plaguicidas es un serio problema de salud que afecta a los trabajadores rurales, a la familia rural, y a la población en general. Se sabe que se producen millones de casos de intoxicación aguda por año a nivel mundial. Sin embargo, en nuestro país existe poca información sobre accidentes y se desconoce cuál es la contribución de los plaguicidas al desarrollo de enfermedades crónicas. Los principales riesgos con plaguicidas ligados a la salud humana se relacionan con la aparición de cáncer, defectos de nacimiento, afecciones del sistema nervioso y del funcionamiento del sistema endócrino (Ministerio de Salud, 2007). Para minimizar los efectos negativos, el uso de plaguicidas debe realizarse en el marco del Manejo Integrado de Plagas (MIP). En la selección debe considerarse la peligrosidad de los ingredientes activos, coadyuvantes y acompañantes, su potencial de persistencia y bioacumulación. Los trabajadores que manipulan plaguicidas deben recibir capacitación sobre riesgos, protecciones, y procedimientos de trabajo seguro. En el acopio de granos se combaten diversas plagas, principalmente insectos, ácaros, hongos y roedores. Estos organismos tienen altas tasas de reproducción y su presencia en el ámbito comercial se considera objetable debido a los daños y mermas que producen (López Mérida et al, 2001). En el control químico de estas plagas se utilizan sustancias peligrosas para la salud, por ejemplo fumigantes que actúan como vapores en concentraciones letales para el ser humano e insecticidas de alta toxicidad y gran poder residual capaces de ingresar al organismo por las vías inhalatoria y dérmica. En el presente trabajo se analizan los riesgos laborales en el acopio de granos con particular interés en el uso de plaguicidas de esta actividad. Adicionalmente, se realizó un estudio de caso en la Planta de Semillas de la Estación Experimental INTA Anguil. En este estudio se desarrollaron procedimientos de trabajo seguro (PTS) para el uso deplaguicidas y el trabajo en espacios confinados en dicho establecimiento (Anexos 1-5).

Relevância:

100.00% 100.00%

Publicador:

Resumo:

p.185-190