5 resultados para Trastornos de la Destreza Motora

em Repositorio Institucional de la Universidad de Málaga


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Introducción y objetivo: La enfermedad de Parkinson (EP) es una enfermedad neurodegenerativa, la segunda con mayor prevalencia, después de la enfermedad de Alzheimer (EA). La enfermedad presenta tanto síntomas motores como “no motores”, entre los que se encuentra disfunción autonómica, dolor, deterioro cognitivo, ansiedad, depresión, entre otros. El dolor en la EP, a pesar de su frecuencia, sigue siendo un síntoma infravalorado, infradiagnosticado e infratratado. Nuestro objetivo principal es evaluar la frecuencia y configuración del dolor en la EP y sus implicaciones afectivas y autonómicas. Pacientes, material y métodos: Estudio multicéntrico, transversal, de carácter retrospectivo y prospectivo. Se incluyeron 407 pacientes con enfermedad de Parkinson (EP) de los que un 70% estaban en una situación leve-moderada (estadios 2 o 3 de Hoehn y Yahr), con edad media de 65,01 años y 7,07 años de duración de la EP. Se administraron las escalas SCOPA-Motor, SCOPA-Autonómica, SCOPA-Cog, Parkinson’s Psychosis Rating Scale modificada, Hoehn & Yarh, las Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión, Dolor (EVA frecuencia), EQ-5D y estudios neurofisiológicos específicos de Sistema Nervioso Autónomo (SNA). El análisis estadístico se ha realizado con el programa de cálculo estadístico SPSS versión 22. Resultados: En nuestro estudio encontramos una prevalencia del dolor elevada (72%) y los pacientes afirman mayoritariamente (79,2%) que su dolor tiene relación con la EP. La duración de la enfermedad se correlaciona con la intensidad y frecuencia del dolor (dolor intensidad: r: 0,138; p< 0,01; dolor frecuencia: r: 0,168; p< 0,01 ). A mayor evolución de la EP mayor es la percepción del dolor. El 60% de los pacientes de EP manifiestan sentir dolor cuando aparecen episodios de rigidez y tirantez en alguno de los miembros superiores o inferiores frente a un 40% que no. Curiosamente un número mayor (el 76% de los pacientes) siente dolor durante los episodios de discinesias frente a un 24% que no lo percibe. Sin embargo, en la EP el dolor se relaciona más con la situación afectiva que con la motora, como hemos podido demostrar la relación entre el Dolor Total y la HADS (Depresión) Total y la Escala Hoehn & Yahr. El coeficiente de contingencia es mayor en la depresión (C: 0,894; N=403) que en la situación motora (C: 0,637; N=401). El dolor evoluciona y se percibe de forma paralela a otros síntomas no motores (ánimo, nicturia, alteración del control vesical, estreñimiento, etc.) pero con lo que se relaciona más es con la situación afectiva del paciente parkinsoniano (ansiedad (r: 0,40; p < 0,01), depresión (r: 0.28; p < 0,01). La mayor asociación se encuentra entre la ansiedad y el dolor, seguida de la depresión y en menor grado nicturia y sialorrea. Existe una correlación positiva entre las dos subescalas de la HADS (depresión y ansiedad). Existe una alta prevalencia de alteración de la memoria inmediata como síntoma “no motor” (SNM) en nuestra serie (96,5%). En base a nuestros resultados el sexo femenino se asocia al dolor en la EP. Con respecto a la fenomenología el dolor en la EP es muy variable. Se percibe con mayor frecuencia como una corriente eléctrica (64%), calor (60%), frialdad (60%), punzante (52%), difuso (52%), interno (40%), acorchamiento u hormigueo (40%), La frecuencia de la cantidad de tipos de dolor es la siguiente: un tipo de dolor (12%), dos tipos de dolores (16%) y tres tipos de dolores (72%). La media de tipos de dolor en nuestro estudio es superior a 2 tipos (x ̅: 2,60 ± 0,63; rango: 1-3). En los casos que toman levodopa les sigue unas tres cuartas partes que lo perciben como palpitante, tirante, punzante. En los casos que toman agonista dopaminérgico lo perciben en un 75% como adormecimiento, interno, descarga eléctrica, frialdad y calor. El dolor en la EP respecto a su configuración es multimodal. Los parámetros neurofisiológicos están relacionados con los umbrales de dolor. La actividad simpática y la sensibilidad nociceptiva están disminuidas en la EP. Los enfermos con EP tienen un umbral menor para el frío según los datos del estudio del Cold-Ice. En lo referente a la terapéutica el tratamiento dopaminérgico es eficaz para el control del dolor en el 48% de los pacientes mientras que el tratamiento analgésico estándar prescrito mejora el dolor en un 78,8%. Por último, casi la mitad de la población de nuestro estudio (47,52%) evaluada con la EQ-5D tiene problemas en alguna de las dimensiones de la calidad de vida. Hay una relación positiva entre la escala analógica visual del dolor (EVA) y la EQ-5D que evalúa la CVRS y entre la intensidad de dolor y la CVRS (r:-0,298; p < 0,01). Es decir, una mayor vivencia de dolor empeora la CVRS del paciente con EP. Conclusiones: En la enfermedad de Parkinson el dolor es un síntoma no motor de elevada prevalencia, íntimamente relacionado con la afectación de los sistemas afectivos y autonómicos medido con test neuro-vegetativos específicos. El presente estudio confirma su relación con el lado más afecto de la enfermedad, las fluctuaciones motoras, el tiempo de evolución, con la situación anímica (depresión y ansiedad) y con el sexo femenino, así como su carácter multimodal y gran variedad de expresión sintomática. Es muy llamativa su asociación con el déficit mnésico. Por último esta vivencia repercute en forma llamativa en la calidad de vida relacionada con la salud por lo que sería importante conocer y manejar mejor estos aspectos de la enfermedad de Parkinson.

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El debate de la existencia de comorbilidad entre los trastornos del neurodesarrollo ha sido reconocido y estudiado desde hace mucho tiempo. Sin embargo la comorbilidad entre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad y el Trastorno de Espectro Autista es muy reciente en parte por la consideración de la coexistencia en el caso del TEA y en parte por el criterio de exclusividad para el diagnóstico de TDAH según las clasificaciones diagnósticas al uso. Este debate se ha superado con la reciente publicación del DSM-5 que permite diagnósticos comórbidos entre ambas condiciones. Por una parte, existe un creciente reconocimiento del Trastorno de la Comunicación Social (Pragmática), como un trastorno del neurodesarrollo con características singulares que los diferencia de otras condiciones, que se ha materializado con la inclusión de esta condición en la reciente publicación del DSM-5, aunque aún no hay un consenso en torno a la diferenciación entre síntoma o condición, ni en qué relaciones mantiene esta condición con otros trastornos del neurodesarrollo, u otros niveles del Lenguaje y la Comunicación. Por otra parte, existe un amplio debate en torno a la naturaleza de estos dos trastornos del neurodesarrollo, TDAH y TEA, y en torno al papel que juegan las alteraciones de la comunicación social (pragmática) en el déficit social presente en ambas condiciones clínicas. Una explicación plausible para estas dos condiciones es el déficit en funciones ejecutivas, sin embargo, la naturaleza emergente y multicausal de las alteraciones de la comunicación social (pragmática) señala que también es plausible que este dominio del lenguaje sea independiente con sus propias reglas y principios y que condicione el déficit social presente en ambas condiciones clínicas. Nuestro estudio pretende plantear y profundizar en el estudio de la comorbilidad entre TDAH y TEA y el rol causal que se puede atribuir a las alteraciones pragmáticas del lenguaje que presentan ambas condiciones. En el primer capítulo presentamos la evolución del debate de la comorbilidad entre TDAH y TEA y las cuestiones que plantea este debate que son el objeto principal de nuestro estudio. En el segundo capítulo revisamos la literatura en relación a los síntomas TDAH presentes en TEA y los síntomas TEA presentes en TDAH. En primer lugar presentaremos los argumentos que indican presencia de dificultades atencionales en los TEA. En segundo lugar los argumentos que indican la presencia de síntomas TEA presentes en TDAH en relación a las dificultades de interacción social y las conductas restringidas y estereotipadas. A continuación revisamos las diferencias en el perfil de inteligencia en ambas condiciones clínicas. Por último exploramos las dificultades psicolingüísticas comunes a ambos trastornos del neurodesarrollo. En el tercer capítulo exponemos la naturaleza ejecutiva de la comorbilidad entre ambas condiciones. Un endofenotipo que puede explicar la comorbilidad entre ambas condiciones es el déficit ejecutivo central. Hay acuerdo en que ambas condiciones presentan un déficit ejecutivo central que podría explicar la presentación comórbida de ambas condiciones clínicas, sin embargo, el déficit ejecutivo central no explica completamente los síntomas comórbidos que presentan conjuntamente ambos trastornos, ni la naturaleza heterogénea de ambas condiciones. Las dificultades psicolingüísticas y el déficit social comunes a los TDAH y a los TEA no pueden ser explicados de forma concluyente por el déficit ejecutivo. Sin embargo, el déficit pragmático podría explicar tanto el déficit lingüístico como el déficit social. Por tanto planteamos que el déficit pragmático es otro endofenotipo potencialmente explicativo de la comorbilidad entre estas poblaciones heterogéneas. En el cuarto capítulo abordamos el tema de las similitudes y diferencias en el perfil de comunicación social (pragmática) en ambos trastornos del neurodesarrollo señalando la dificultad de las herramientas diagnósticas en este campo y resaltando el uso de la CCC-2 para diferenciar perfiles entre ambas condiciones. En el quinto capítulo planteamos las similitudes y diferencias en la conducta conversacional en ambas poblaciones, TDAH y TEA. La tesis doctoral continúa con la parte empírica. En esta parte respondemos a las cuestiones específicas que nos ha planteado la revisión teórica realizada en los capítulos 1 al 5 y que se exponen inicialmente en el apartado Objetivos e Hipótesis. A continuación exponemos el método seguido en nuestro estudio, participantes y selección, herramientas estandarizadas y no estandarizadas utilizadas, y el procedimiento de análisis de datos. En el siguiente bloque exponemos los resultados de nuestro estudio para cada uno de los dominios señalados: Lenguaje, Comunicación, Conversación y Función Ejecutiva. En cada bloque exponemos primero los resultados para cada objetivo propuesto y al final de cada bloque planteamos una discusión parcial en cada dominio estudiado. En esta discusión parcial señalamos las evidencias de nuestro estudio que indican diferencias y similitudes en los perfiles de rendimiento de ambas condiciones y su coherencia con estudios previos así como la relación entre los dominios estudiados. Por último, en la discusión general abordamos la interpretación de las evidencias que hemos encontrado para aclarar el valor diagnóstico de las alteraciones de la comunicación social (pragmática) en la comorbilidad entre ambas condiciones y, la interpretación de las evidencias que nos permiten confirmar que los déficits pragmáticos son independientes del déficit ejecutivo y que constituyen una zona de solapamiento entre ambas condiciones.

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En el seno de nuestra sociedad está presente la preocupación por la imagen corporal, que en ocasiones puede derivar en situaciones de insatisfacción corporal y provocar trastornos en la conducta alimentaria. El aspecto físico o apariencia de una persona se puede considerar como uno de los atributos que los niños y niñas primero describen de sí mismos y de los demás. Nuestra investigación tiene como objetivo indagar sobre la preocupación que tiene el alumnado de tercer ciclo de Educación Primaria sobre su imagen corporal valorando los índices de insatisfacción corporal y la percepción que tienen de su forma corporal, relacionando estas dos variables con el estado nutricional, con la frecuencia y motivaciones de práctica de actividad física y con los niveles de condición física salud. Se aborda la investigación desde diferentes perspectivas, estableciendo una triangulación de la información obtenida a través de diferentes cuestionarios y test de campo, categorizando la muestra por su estado nutricional, calculado a partir del Índice de Masa Corporal (IMC). Se utiliza una versión corta del cuestionario de insatisfacción corporal “Body Shape Questionnaire” (BSQ), un cuestionario de percepción a través de Siluetas Corporales, un cuestionario de práctica de Actividad Física y el “Test Europeo de Aptitud Física EUROFIT”. Los resultados arrojan conclusiones muy interesantes indicándonos la tendencia que la variable de insatisfacción corporal tiene con otras variables del estudio, la importancia de realizar actividad física recreativa en edad escolar y como el canon de belleza de cuerpo ideal difiere según el sexo.

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Para el acceso a los estudios oficiales de danza, se realizan pruebas de aptitud en los Conservatorios Profesionales de Danza de España. Estas son realizadas por profesores de danza que evalúan aptitudes rítmicas, expresivas y psicomotrices y por médicos que realizan una evaluación de las características física. Objetivos: En primer lugar: a) evaluar los ítems de calificación de la Prueba de Aptitud por parte del profesorado de danza; b) comprobar si se correlacionan con los rangos adjudicados por la Administración; c) proponer una adaptación de las calificaciones de los ítems de la evaluación de la Prueba de Aptitud. En segundo lugar y relativo a los ítems de la valoración médica del alumnado, nuestros objetivos fueron: a) determinar si existe mayor riesgo de padecer trastornos de la conducta alimentaria (TCA) en nuestra población; b) valorar cuales son las variables de composición corporal más sensibles y específicas para el cribaje de TCA; c) describir cuales son las mediciones de flexibilidad de la Prueba de Aptitud más entrenables al aplicar un plan de entrenamiento; d) discernir qué tipo de entrenamiento de flexibilidad alcanza mejores resultados. Métodos: Se plantearon 3 estudios. Para la valoración de los ítems y para el estudio de la composición corporal y los TCA se realizaron estudios de tipo transversal. En el estudio del entrenamiento de la flexibilidad se practicó un estudio longitudinal experimental con pre evaluación y 4 evaluaciones post intervención, de grupos aleatorizados a 3 tipos de entrenamiento: estiramiento activo (EA), estiramiento pasivo (EP) y estiramiento balístico (BAL), con un grupo control (CT). Sujetos: 216 sujetos fueron seleccionados para los diferentes estudios, profesorado (n=27) y alumnos (n=189). Para obtener la información y realizar el estudio de la valoración de los ítems se aplicó un cuestionario ad hoc en dos páginas. En el estudio de la composición corporal las variables antropométricas, componentes del somatotipo y bioimpedancia eléctrica (BIA) fueron relacionadas con el test EAT-26 para la discriminación de los TCA. Se obtuvieron medidas antropométricas mediante las técnicas estandarizadas de la ISAK y se calculó el índice de masa corporal (IMC) de forma clásica, la masa grasa mediante la ecuación de Slaughter y la masa muscular esquelética (MME) mediante ecuación de Poortmans. La BIA de cuerpo entero se realizó con protocolo estandarizado. La aleatorización a grupos de entrenamiento se realizó mediante asignación numérica aleatoria a doble ciego de los grupos. Resultados: El profesorado de danza clásica (CL) prioriza calificaciones en los ítems peso/talla, morfología del pie y extensión de piernas, los docentes de danza española (ES) y flamenco (FL) conceden mayor importancia a la evaluación de la morfología de las piernas y aspectos de ritmo y expresión, mientras que en danza contemporánea (CO) se destaca la calificación de la morfología de la columna y pelvis, existen diferencias estadísticamente significativas en la distribución de las calificaciones de determinados ítems de evaluación, siendo los rangos de calificación aportados por el profesorado diferente al aportado por la Administración. En el cuestionario EAT-26, se comprueba que existen diferencias en nuestra población entre los puntos de corte de 10 y 20, y por especialidades se muestra la danza española y la danza contemporánea con mayor prevalencia que la danza clásica y el baile flamenco. Mediante un análisis con curvas ROC, la MME expresada en kilogramos demuestra ser la más sensible y específica para la discriminación de los TCA y de las variables de la BIA son la reactancia (Xc) y el ángulo de fase (Af) las que destacan como mejores predictoras de los TCA. Con respecto al entrenamiento de la flexibilidad se observaron diferencias estadísticamente significativas de las tres medidas estudiadas abducción de cadera (ABD), distancia dedos-suelo (DDS) y flexión plantar (FP), de los tres grupos de entrenamiento a estudio EP, EA, BAL, con respecto al CO a la semana decimosegunda (P<0,001), la máxima mejoría fue en DDS, en el grupo BAL. En los grupos de entrenamiento no hubo descenso del rango de movimiento (ROM) tras el cese del entrenamiento. Conclusiones: Todos estos resultados deberían ser tenidos en cuenta en el diseño futuro de las prueba de aptitud y selección de futuros bailarines. La inclusión en las pruebas de elementos de valoración de la composición corporal con mayor sensibilidad para la discriminación de TCA nos puede aportar información para la prevención y diagnóstico. Unas calificaciones basadas en los criterios unificados del profesorado, en elementos más entrenables y en las aptitudes más innatas facilitarían el proceso evaluador y de selección.

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MBDB, MDEA y PMA son tres drogas de diseño, estructuralmente similares al MDMA (“éxtasis”), que se han identificado en la composición de pastillas distribuidas como “éxtasis” en entornos recreativos durante los últimos treinta años. Estas feniletilaminas sintéticas presentan un perfil psicotrópico de tipo entactógeno (con capacidad para facilitar la proximidad, el contacto y la comunicación empática), similar al del MDMA en el modelo de discriminación de drogas. El MDMA ha sido objeto de un creciente interés científico y es, hasta la fecha, la única sustancia con un perfil entactógeno de la que se han investigado sus efectos conductuales en modelos animales de agresión y ansiedad, si bien sus resultados no siempre coinciden. Aunque existen algunas evidencias de que el MDMA puede tener efectos ansiolíticos en animales de laboratorio (Lin, Burden, Christie, & Johnston, 1999; Morley & McGregor, 2000; Ho, Pawlak, Guo, & Schwarting, 2004), en otros estudios se han observado alteraciones conductuales y correlatos neuroquímicos que sugieren un efecto ansiogénico (Bhattacharya, Bhattacharya & Ghosal, 1998; Gurtman, Morley, Li, Hunt, & McGregor, 2002; Maldonado & Navarro, 2000;; Navarro & Maldonado, 2002). Asimismo, en otros trabajos se ha señalado que el MDMA induce efectos antiagresivos (reducción de las conductas de amenaza y ataque), que se acompañan de un marcado aumento de las conductas de evitación/huida y defensa/sumisión, así como de una reducción de las conductas de investigación social, sugiriendo también la existencia de un perfil ansiogénico en los encuentros agonísticos entre ratones machos (Maldonado & Navarro, 2001; Navarro & Maldonado, 1999). En contraste, hasta la fecha la información experimental de las drogas MBDB, MDEA y PMA se limita a la evaluación de sus efectos conductuales sobre la conducta motora, así como algunos estudios sobre su metabolismo y posible mecanismo de acción. El objetivo general de este trabajo de investigación ha sido estudiar el perfil conductual de MBDB, MDEA y PMA en modelos animales de agresión y ansiedad. Para ello, se han examinado los efectos del MBDB (2, 4 y 8 mg/kg), MDEA (5, 10 y 20 mg/kg) y PMA (2, 4, 8 y 12 mg/kg) utilizando el modelo de agresión inducida por aislamiento y el modelo de ansiedad del laberinto elevado en cruz en ratones machos. Los resultados indican que estas sustancias en general comparten un perfil antiagresivo inespecífico. Esta falta de especificidad se debe en unos casos al aumento de las conductas de inmovilidad (4-12 mg/kg PMA), pero también a la presencia de propiedades ansiogénicas durante la interacción social, en especial con dosis elevadas, mientras que solo las dosis más bajas parecen aumentar la proximidad social, en especial la dosis menor de MBDB. Además, estas drogas parecen alterar el patrón conductual agonístico ofensivo (MBDB y MDEA) y defensivo (MBDB, MDEA y PMA), produciendo cambios diádicos que resultan coherentes con un aumento del nivel de conflicto y de ansiedad. En consonancia, los resultados del modelo del laberinto elevado en cruz indican que el MBDB produce un aumento de la ansiedad de menor intensidad que el producido por el MDMA. Sin embargo, MDEA y PMA parecen generar un estado de hipoexploración, y solo en dosis determinadas (20 mg/kg de MDEA y 4 mg/kg de PMA) muestran alteraciones discretas que sugieren un efecto ansiogénico débil, un perfil que en conjunto podría sugerir cierta similitud con alteraciones conductuales propias de los compuestos alucinógenos. Debido a la diferencia del perfil conductual del MDEA y PMA hallados en ambos modelos, sería necesario evaluar la ansiedad y su posible relación con la dosis y/o con la presencia de un oponente en la prueba en otros modelos experimentales. Lin, H. Q., Burden, P. M., Christie, M. J., & Johnston, G. A. R. (1999). The anxiogenic-like and anxiolytic-like effects of MDMA on mice in the elevated plus-maze: A comparison with amphetamine. Pharmacology, Biochemistry and Behavior, 62(3), 403-408. Morley, K. C., & McGregor, I. S. (2000). (±)-3,4-methylenedioxymethamphetamine (MDMA, 'ecstasy') increases social interaction in rats. European Journal of Pharmacology, 408(1), 41-49. Bhattacharya, S. K., Bhattacharya, A., & Ghosal, S. (1998). Anxiogenic activity of methylenedioxymethamphetamine (Ecstasy): An experimental study. Biogenic Amines, 14(3), 217-237. Gurtman, C. G., Morley, K. C., Li, K. M., Hunt, G. E., & McGregor, I. S. (2002). Increased anxiety in rats after 3,4-methylenedioxymethamphetamine: Association with serotonin depletion. European Journal of Pharmacology, 446(1-3), 89-96. Ho, Y., Pawlak, C. R., Guo, L., & Schwarting, R. K. W. (2004). Acute and long-term consequences of single MDMA administration in relation to individual anxiety levels in the rat. Behavioural Brain Research, 149(2), 135-144. Maldonado, E., & Navarro, J. F. (2000). Effects of 3,4-methylenedioxy-methamphetamine (MDMA) on anxiety in mice tested in the light/dark box. Progress in Neuro-Psychopharmacology and Biological Psychiatry, 24(3), 463-472. Maldonado, E., & Navarro, J. F. (2001b). MDMA ('ecstasy') exhibits an anxiogenic-like activity in social encounters between male mice. Pharmacological Research, 44(1), 27-31. Navarro, J. F., & Maldonado, E. (1999). Behavioral profile of 3,4-methylenedioxy-methamphetamine (MDMA) in agonistic encounters between male mice. Progress in Neuro-Psychopharmacology and Biological Psychiatry, 23(2), 327-334. Navarro, J. F., & Maldonado, E. (2002). Acute and subchronic effects of MDMA ("ecstasy") on anxiety in male mice tested in the elevated plus-maze. Progress in Neuro-Psychopharmacology and Biological Psychiatry, 26(6), 1151-1154.