2 resultados para PERVERSIONES SEXUALES
em Repositorio Institucional de la Universidad de Málaga
Resumo:
Desde el surgimiento de la primera red social virtual, Geocities en 1994 hasta la actualidad, han ido emergiendo diversos tipos de redes sociales virtuales con características, fines y público objetivo diferentes. Estos servicios se han universalizado, e incluso forman parte de la vida de las personas, en especial de los jóvenes. Además, se han convertido en un espacio idóneo para intercambiar información y conocimiento de una forma rápida, sencilla y cómoda. Sin embargo, como toda tecnología, y dependiendo del uso que se le da (personal, académico, ocio y empresarial) a pesar que la red social ofrece muchas posibilidades, también presenta diversos riesgos y amenazas que han venido atemorizando a diversos entornos: padres de familia, estudiantes, profesores, etc. Pero esto no significa que no se deba usar; al contrario, se debe educar, formar, desarrollando valores y competencias digitales que les permitan conocer el uso de herramientas, ventajas y desventajas de estas redes sociales. En el ámbito de la educación superior universitaria a nivel general, existen diversas investigaciones que concluyen que para incorporar una red social virtual de uso general se deben lidiar con diversos problemas que suelen presentarse en los estudiantes como: el uso irresponsable y desmedido, signos de adicción, falta de manejo técnico de estos servicios, agresiones verbales y sexuales, etc.; repercutiendo en algunos casos en su formación académica, psicológica y social. En el caso de los profesores, también se presentan inconvenientes en el uso de estos servicios, como: el desconocimiento en el uso técnico, percepción negativa y errada hacia estos servicios y, en algunos casos, las consideran como espacios netamente para uso personal, social o familiar. Frente a esta situación la realidad de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo - Perú (en adelante USAT), se ha visto incluida en esta problemática. Por ello se considera que los docentes deben estar preparados y capacitados para conocer las redes sociales en general, sus usos, herramientas, ventajas y desventajas. Y, de esta manera, guiar u orientar adecuadamente a los estudiantes universitarios en el uso de estas redes sociales en forma personal y, además, con fines educativos, académicos y profesionales. La presente investigación tuvo como objetivo diseñar un programa de formación que integre las redes sociales para el desarrollo de las asignaturas del nivel de pregrado universitario. Para lo cual se tuvo que describir el uso de las redes sociales en estudiantes y profesores del nivel de pregrado, identificar las expectativas de uso académico de las redes sociales y, finalmente, diseñar el programa que integre a Facebook como herramienta complementaria para el desarrollo de las asignaturas. Las conclusiones más importantes que se resaltan es que existe una predisposición al uso de las redes sociales en estudiantes (98.2%) y profesores (83.2%) de la Universidad, siendo Facebook la red social que más se utiliza para fines sociales y de ocio en el caso de profesores (35.6%) y para comunicarse con sus contactos en el caso de los estudiantes (87.3%). Respecto a las expectativas de uso académico de Facebook en las asignaturas, por parte de los profesores fue positivo, ya que el 59.5% lo utilizan para el desarrollo de sus asignaturas de manera directa. Sin embargo, los profesores que no la utilizan (40.5%) mostraron una actitud positiva, negativa al cambio, temor a la privacidad de información, sobrecarga laboral o como elementos distractores.
Resumo:
Child sexual abuse (CSA) disclosure is critical for survivor´s psychosocial adjustment later in life. The aim of the present study was to analyze the relationship between attributions of blame for child sexual abuse by the victim and the disclosure of the abuse to parents or caregivers while controlling for characteristics of the abuse. Female college students between 17 and 24 years of age (M = 19.44, SD = 1.64) from a southern Spanish University were surveyed. Of 1547 respondents, 153 (9.90%) reported having suffered some form of CSA before the age of 15. Information about the characteristics of abuse (age of onset, type of abuse suffered, continuity of abuse, and relationship with and age of the perpetrator) and the existence of abuse disclosure by the survivor was obtained from a self-reported questionnaire developed for the present study. The Attributions of Responsibility and Blame Scale (McMillen & Zuravin, 1997) was used to assess attributions made about CSA (self-blame, perpetrator blame and family blame). The results of a logistic regression model was statistically significant, χ² (9) = 43.856, p < .001. The model explained 41% (Nagelkerke R²) of the variance of abuse disclosure and correctly classified 85.6% of cases. Survivor disclosure was 5.50 times more likely to occur when the perpetrator was not a family member (Wald = 8.14, p < .01) and 3.95 times more likely to occur when there was not physical contact with the perpetrator (Wald = 4.30, p < .05). The occurrence of disclosure was also related to increased perpetrator age (Wald = 4.83, p < .05). With regard to the attributions of blame, the occurrence of disclosure was related to lower scores on self-blame (Wald = 6.78, p < .01) and higher scores on family blame (Wald = 9.67, p < .001). However, no relationship was found between perpetrator blame and disclosure of abuse. The results confirm the idea that not only self-blame attributions, but also family blame attributions are critical to the decision of a CSA victim to disclose abuse. The possibility that children who do not disclose abuse have a greater need to deny the occurrence of abuse, or have more confusion about being abused is discussed. Attributions of blame should be taken into serious consideration when evaluating children for possible sexual abuse.