3 resultados para Niños hiperactivos -- Tratamiento
em Repositorio Institucional de la Universidad de Málaga
Resumo:
El problema del que se parte a la hora de iniciar dicho estudio surge como consecuencia de la escasa cantidad de investigaciones que existen en torno a los déficit que se originan a nivel social y emocional en los individuos que padecen TDAH (Lavigne y Romero, 2010; Loro et al., 2009; Montañés et al., 2010; Mulas, Gandía, Roca, Etchepareborda, y Abad, 2012). De entre dichas variables, se ha elegido el autoconcepto por ser un constructo psicológico que va a resultar determinante en la configuración de la autoestima de los individuos, y consecuentemente, en su capacidad de adaptación al entorno. Además, se pretende analizar si la configuración de dicho constructo va a estar influido por variables directamente relacionadas con el trastorno (edad, número de hermanos, comorbilidad, tratamiento, puntuaciones obtenidas en el cuestionario DSM-IV para detección de síntomas de TDAH dirigido a padres y profesores). Para ello, se ha recogido información a través de un cuestionario de Autoconcepto (García, 2001) en torno a seis dimensiones: física, social, intelectual, familiar, personal y control; que engloba las propias opiniones de una muestra de 25 niños diagnosticados con el síndrome (de edades comprendidas entre 7 y 12 años), en torno a la percepción que tienen de sí mismos y a cómo creen que son valorados por los demás. Después de analizar los datos, se obtienen diferencias significativas en la correlación entre dimensiones del autoconcepto y las variables comorbilidad, edad y tratamiento dirigido al TDAH. Como conclusión y de acuerdo con el objetivo general de la investigación, hemos podido comprobar la necesidad de incorporar y dar una mayor relevancia a las variables relacionadas con aspectos soci-emocionales, en los protocolos de evaluación e intervención de dicho trastorno.
Resumo:
El debate de la existencia de comorbilidad entre los trastornos del neurodesarrollo ha sido reconocido y estudiado desde hace mucho tiempo. Sin embargo la comorbilidad entre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad y el Trastorno de Espectro Autista es muy reciente en parte por la consideración de la coexistencia en el caso del TEA y en parte por el criterio de exclusividad para el diagnóstico de TDAH según las clasificaciones diagnósticas al uso. Este debate se ha superado con la reciente publicación del DSM-5 que permite diagnósticos comórbidos entre ambas condiciones. Por una parte, existe un creciente reconocimiento del Trastorno de la Comunicación Social (Pragmática), como un trastorno del neurodesarrollo con características singulares que los diferencia de otras condiciones, que se ha materializado con la inclusión de esta condición en la reciente publicación del DSM-5, aunque aún no hay un consenso en torno a la diferenciación entre síntoma o condición, ni en qué relaciones mantiene esta condición con otros trastornos del neurodesarrollo, u otros niveles del Lenguaje y la Comunicación. Por otra parte, existe un amplio debate en torno a la naturaleza de estos dos trastornos del neurodesarrollo, TDAH y TEA, y en torno al papel que juegan las alteraciones de la comunicación social (pragmática) en el déficit social presente en ambas condiciones clínicas. Una explicación plausible para estas dos condiciones es el déficit en funciones ejecutivas, sin embargo, la naturaleza emergente y multicausal de las alteraciones de la comunicación social (pragmática) señala que también es plausible que este dominio del lenguaje sea independiente con sus propias reglas y principios y que condicione el déficit social presente en ambas condiciones clínicas. Nuestro estudio pretende plantear y profundizar en el estudio de la comorbilidad entre TDAH y TEA y el rol causal que se puede atribuir a las alteraciones pragmáticas del lenguaje que presentan ambas condiciones. En el primer capítulo presentamos la evolución del debate de la comorbilidad entre TDAH y TEA y las cuestiones que plantea este debate que son el objeto principal de nuestro estudio. En el segundo capítulo revisamos la literatura en relación a los síntomas TDAH presentes en TEA y los síntomas TEA presentes en TDAH. En primer lugar presentaremos los argumentos que indican presencia de dificultades atencionales en los TEA. En segundo lugar los argumentos que indican la presencia de síntomas TEA presentes en TDAH en relación a las dificultades de interacción social y las conductas restringidas y estereotipadas. A continuación revisamos las diferencias en el perfil de inteligencia en ambas condiciones clínicas. Por último exploramos las dificultades psicolingüísticas comunes a ambos trastornos del neurodesarrollo. En el tercer capítulo exponemos la naturaleza ejecutiva de la comorbilidad entre ambas condiciones. Un endofenotipo que puede explicar la comorbilidad entre ambas condiciones es el déficit ejecutivo central. Hay acuerdo en que ambas condiciones presentan un déficit ejecutivo central que podría explicar la presentación comórbida de ambas condiciones clínicas, sin embargo, el déficit ejecutivo central no explica completamente los síntomas comórbidos que presentan conjuntamente ambos trastornos, ni la naturaleza heterogénea de ambas condiciones. Las dificultades psicolingüísticas y el déficit social comunes a los TDAH y a los TEA no pueden ser explicados de forma concluyente por el déficit ejecutivo. Sin embargo, el déficit pragmático podría explicar tanto el déficit lingüístico como el déficit social. Por tanto planteamos que el déficit pragmático es otro endofenotipo potencialmente explicativo de la comorbilidad entre estas poblaciones heterogéneas. En el cuarto capítulo abordamos el tema de las similitudes y diferencias en el perfil de comunicación social (pragmática) en ambos trastornos del neurodesarrollo señalando la dificultad de las herramientas diagnósticas en este campo y resaltando el uso de la CCC-2 para diferenciar perfiles entre ambas condiciones. En el quinto capítulo planteamos las similitudes y diferencias en la conducta conversacional en ambas poblaciones, TDAH y TEA. La tesis doctoral continúa con la parte empírica. En esta parte respondemos a las cuestiones específicas que nos ha planteado la revisión teórica realizada en los capítulos 1 al 5 y que se exponen inicialmente en el apartado Objetivos e Hipótesis. A continuación exponemos el método seguido en nuestro estudio, participantes y selección, herramientas estandarizadas y no estandarizadas utilizadas, y el procedimiento de análisis de datos. En el siguiente bloque exponemos los resultados de nuestro estudio para cada uno de los dominios señalados: Lenguaje, Comunicación, Conversación y Función Ejecutiva. En cada bloque exponemos primero los resultados para cada objetivo propuesto y al final de cada bloque planteamos una discusión parcial en cada dominio estudiado. En esta discusión parcial señalamos las evidencias de nuestro estudio que indican diferencias y similitudes en los perfiles de rendimiento de ambas condiciones y su coherencia con estudios previos así como la relación entre los dominios estudiados. Por último, en la discusión general abordamos la interpretación de las evidencias que hemos encontrado para aclarar el valor diagnóstico de las alteraciones de la comunicación social (pragmática) en la comorbilidad entre ambas condiciones y, la interpretación de las evidencias que nos permiten confirmar que los déficits pragmáticos son independientes del déficit ejecutivo y que constituyen una zona de solapamiento entre ambas condiciones.
Resumo:
Sabemos que la ausencia de diagnóstico en la etapa infantil y adolescente de los trastornos de ansiedad favorece que los síntomas se vuelvan crónicos y muchos autores refieren la frecuencia de comorbilidad de síntomas en estas etapas a diferencia de lo que sucede en los adultos lo que dificulta la delimitación psicopatológica de los trastornos de ansiedad. Con un índice de prevalencia de dichos trastornos de ansiedad en la infancia y adolescencia que según autores oscila entre el 15% y 20% y siendo, como señala el profesor Godoy, la ansiedad uno de los problemas más importantes y frecuentes en la etapa infanto-juvenil donde la investigación no ha sido tan prolífica como en la población adulta es donde enmarcamos el presente trabajo. Aceptando que la ansiedad es una respuesta compleja integrada por aspectos internos, situacionales y fisiológicos postulamos la diferencia entre dos constructos teóricos que intervienen en el proceso cuales son la Ansiedad como Rasgo y la Sensibilidad a la Ansiedad; algunos autores consideran que son lo mismo. Hemos utilizado la versión española de SCAS que evalúa trastornos de ansiedad en infancia y adolescencia. Para evaluar la Ansiedad Rasgo utilizamos el STAIC-R y para la evaluación de la Sensibilidad a la Ansiedad en la infancia y adolescencia, existen dos versiones de la escala para adultos (ASI), una adaptada a la población española por Sandín y col. (CASI) y la otra escala, ASIC, que en el presente trabajo hemos validado y que nos ayudará a comprobar nuestras hipótesis, por un lado, que Ansiedad Rasgo y Sensibilidad a la Ansiedad son constructos relacionados pero no idénticos, por otro lado, que Ansiedad Rasgo y Sensibilidad a la Ansiedad se complementan entre sí a la hora de explicar los síntomas de los trastornos de ansiedad. Las garantías psicométricas que aportamos sobre el ASIC la muestran como una escala fiable y válida para evaluar Sensibilidad a la Ansiedad en chicos y chicas así como en niños y adolescentes, convirtiéndola en una herramienta útil para la prevención de Trastornos de Ansiedad, especialmente Trastornos de Pánico con/sin Agorafobia y Trastorno de Ansiedad Generalizada. Por último, la diferencia entre Sensibilidad a la Ansiedad y Ansiedad Rasgo nos permite a nivel de intervención terapéutica aplicar desde la Terapia Cognitivo Conductual, como señala Muris (2015), técnicas específicas para la vulnerabilidad que representa para el sujeto la Sensibilidad a la Ansiedad como la percepción amenazante del entorno por parte del sujeto con elevada Ansiedad Rasgo.