4 resultados para El beso de la mujer araña

em Repositorio Institucional de la Universidad de El Salvador


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Erradicación de la violencia contra la mujer en EL Salvador – Situación actual respecto a la violencia intrafamiliar hacia la mujer en El Salvador

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Los Centros de Formación de la Mujer fundados por la Secretaría Nacional de la Familia, han sido creados con la finalidad de brindar a la población de mujeres conocimientos y habilidades en oficios no tradicionales a través del programa de formación vocacional. Los talleres que se imparten son: cosmetología, corte y confección, manualidades, manejo, serigrafía, mecanografía y máquinas industriales. Actualmente existen cuatro centros ubicados en Sonsonate, Santa Ana, San Salvador y San Miguel, siendo este último nuestra unidad de estudio, aunque se realizó un sondeo de los demás centros de formación de la mujer. El Centro de Formación de la Mujer en Oficios No Tradicionales de la ciudad de San Miguel, brinda servicios de formación a través de los talleres de panificación, corte y confección, mecanografía, manualidades y manejo; además se brindan otros servicios como el de guardería y gestión de créditos. El objeto del trabajo es proponer un “Modelo administrativo para los Centros de formación de la Mujer, fundados por la Secretaría Nacional de la Familia. Caso Ilustrativo, Centro de Formación de la Mujer en Oficios no Tradicionales de la ciudad de San Miguel” que contribuya a fortalecer los servicios de formación y a mejorar la gestión administrativa. La metodología de la investigación consistió en primer lugar en recopilar la información bibliográfica para formular el marco teórico, sobre los conceptos básicos relacionados con el tema; luego se realizó la investigación de campo, donde se elaboró un cuestionario para obtener información de los empleados y se diseñó una guía de entrevista para las beneficiarias de los cuatro centros, siendo un total de 38 empleados encuestados y 20 beneficiarias entrevistadas. Posteriormente se realizó un diagnóstico administrativo de los centros, por medio del cual se detectaron las fortalezas y debilidades administrativas, en el diagnóstico se evaluaron las fases de proceso administrativo: Planeación, organización, dirección y control. Entre las principales conclusiones se puede mencionar que los centros no cuentan con los objetivos, estrategias y políticas en forma escrita y que éstas son dadas a conocer verbalmente, además no cuentan con manual de organización, de procedimientos y evaluación del desempeño así como también con mecanismos de control presupuestario. La principal recomendación es implementar el modelo administrativo, que comprende el perfil de la institución, la descripción de las unidades organizativas, los manuales de organización, procedimientos y evaluación del desempeño y mecanismos de control, para poder mejorar la gestión administrativa y fortalecer los servicios de formación.

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Una observación a nuestra realidad permite visualizar que en nuestro país el asesinato de mujeres en manos de sus parejas o ex parejas, se da de manera frecuente, afectando no solo a la mujer, sino también a sus hijos, a su familia y, por ende, a la sociedad; de allí, que el papel del Estado sea de gran trascendencia para disminuir estos altos niveles de feminicidio que tiene el país. El problema del feminicidio deriva de una desigualdad de género y una discriminación hacia la mujer. Históricamente la mujer se ha encontrado en una posición de subordinación al hombre, lo cual encuentra sus orígenes remotos en la interpretación literal de la Biblia, la cual daría la pauta para creer que la mujer siempre debe estar subordinada o sometida al hombre; esta idea ha trascendido de generación tras generación hasta esta época; teniendo la mujer que enfrentar una lucha constante para obtener el reconocimiento de su personalidad y de sus derechos, tal como el derecho a la ciudadanía, al voto, a la educación e incluso al derecho a la vida. Ciertas corrientes de pensamiento han tratado de explicar esta subordinación de la mujer hacia al hombre; pero lo cierto es, que este ha sido un problema que culturalmente ha sido heredado de generación a generación. Doctrinas que abordan el tema de la desigualdad entre hombres y mujeres como lo es la "Doctrina cristiana de la superioridad masculina", justifican la dependencia de la mujer al hombre como un mandato divino; por su parte, la "Doctrina social de la Iglesia" aborda este tema de manera equitativa ubicando a la mujer en un mismo plano de derechos con el hombre; y la "Doctrina social favorable a la mujer", considera que la mujer debe estar en una postura de igualdad al hombre. La Constitución de la República de El Salvador establece que el origen y fin de la actividad del Estado es la persona humana, sin hacer distinción entre hombre y mujer. La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW), insiste en la obligación que tienen los Estados de garantizar al hombre y a la mujer igualdad en el goce de todos los derechos. Por su parte, la Convención interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra las Mujeres (Belém do Pará) impone al Estado el deber de adoptar, por todos los medios apropiados, políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer. Esas Convenciones, han tenido desarrollo legislativo en la Ley especial integral para una vida libre de violencia para las mujeres, en la que el Estado asume la responsabilidad de crear las políticas necesarias para que la mujer goce a plenitud de sus derechos, estableciéndose el feminicidio como un tipo penal agravado.

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La violencia y discriminación contra la mujer se vive en toda la región latinoamericana y ante eso los países han comenzado en los últimos años a hacer énfasis a redoblar esfuerzos para eliminar este mal. Convencidos de que es urgente avanzar en El Salvador, en la erradicación de la violencia contra las mujeres, nuestra Coordinación Política quiere dejar constancia de su quehacer contra la impunidad e injusticia y de los retos que es necesario vencer para que las mujeres alcancen realmente el derecho a una vida libre de violencia. Es importante recalcar que la violencia contra las mujeres tiene su fundamento en la desigualdad social de género que se presenta de manera generalizada en modalidades diferentes afectando de forma directa sus vidas como también en el desarrollo de sus capacidades y sus libertades. La violencia contra las mujeres es un problema vital dentro de la sociedad, ya que se convierte en un gran impedimento para su desarrollo en nuestro país, se ha presentado un gran avance en materia legislativa generando condiciones jurídicas que fortalecen las necesidades de transformación, especialización, profesionalización de las instituciones para detención, prevención, atención, sanción e institución de los derechos de las mujeres que enfrentan la discriminación, desigualdad, exclusión y violencia. La violencia contra las mujeres no es más que una clara evidencia de la violación de sus derechos humanos, ante ello sólo una minoría de las víctimas denuncia tal agresión, la mayor parte soportan en silencio, pero lo más triste es que otras no viven para contarlo, durante las últimas décadas, la violencia contra la mujer ha ido recibiendo una atención creciente a nivel mundial, pasando de ser una cuestión oculta y privada a declararse en la actualidad como un problema de derechos humanos que afecta a la dignidad, a la integridad y a la libertad de las personas y que atenta contra el bienestar social. La realidad de la mujer Salvadoreña descansa en políticas estatales, las cuales deben respaldar toda iniciativa en pro del progreso humano y colectivo, aunque, bien es cierto que en la práctica, como se puede observar, este papel ha tenido aún poca incidencia en mejorar las condiciones de vida y desarrollo de las mujeres, de forma sostenida y al mismo tiempo entender que no puede haber desarrollo sin superar el déficit de las mujeres.