2 resultados para Calving

em Repositorio de la Universidad de Cuenca


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La demanda de una producción de alimentos cada vez mayor a nivel mundial sumado a la tecnificación y al ritmo acelerado del progreso de las explotaciones agropecuarias actuales hacen que el ganado deba soportar elevadas presiones de producción aumentando los requerimientos de nutrientes. Este es el caso de los minerales considerados actualmente elementos esenciales para los animales, aunque tradicionalmente fueron definidos como los nutrientes pobres de la nutrición y alimentación animal. Actualmente se ha demostrado con evidencia clínica y productiva, el importante rol metabólico de los minerales en el animal sano y productivo, como también se ha definido qué elemento mineral y porcentaje del mismo es requerido para el normal funcionamiento del organismo. Los macro-minerales (calcio, magnesio, fósforo, sodio, potasio, cloro y azufre) y los oligo-minerales (cobre, zinc, hierro, selenio, cobalto, iodo, manganeso, molibdeno y cromo) son elementos esenciales y necesarios para transformar la proteína y la energía de los alimentos en componentes del organismo o en productos animales como leche, carne, crías, piel, lana. Además, ayudan al organismo a combatir las enfermedades, manteniendo al animal en buen estado de salud. Se ha considerado a los minerales como el tercer grupo limitante en la nutrición animal, siendo a su vez, el que mayor potencial y menor costo tiene para incrementar la producción del ganado. Los minerales desempeñan funciones tan importantes como ser constituyentes de la estructura ósea y dental, de tejidos blandos y líquidos corporales. Están involucrados en el funcionamiento celular, siendo activadores de más de trescientas enzimas, constituyentes esenciales de vitaminas, hormonas y pigmentos respiratorios y facilitando la actividad de los microorganismos del rumen. Cuando el aporte de minerales en la ración no es el adecuado en calidad y/o cantidad se originan las deficiencias minerales, encuadradas dentro de las enfermedades metabólicas o enfermedades de la producción. Estas han sido informadas en casi todo el mundo y son responsables de importantes pérdidas económicas en los rodeos de bovinos para carne. Las deficiencias y/o desequilibrios minerales pueden causar los siguientes trastornos en los animales: bajo porcentaje de parición, mayor número de servicios por concepción, abortos, retenciones placentarias, incremento del intervalo entre partos, baja producción de leche, menor peso al nacimiento y al destete, menor porcentaje de destete, menor ganancia de peso, mayor incidencia de enfermedades infecciosas, fracturas espontáneas, diarrea, deformación de huesos y mortandad. Así cobra importancia el diagnóstico mediante el análisis de la sangre de los animales, del pasto y el agua que consumen y la caracterización de estas deficiencias en primarias o secundarias con el objetivo de poder realizar un control de las mismas mediante un adecuado plan de suplementación mineral acorde a las necesidades de los distintos establecimientos agropecuarios.

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El objetivo de esta investigación fue evaluar el efecto de zeolita (Clinoptilolita) adicionado en la dieta basal de vacas lecheras durante 105 días, 60 días pre-parto (dap) y 45 días post-parto (dpp) y su influencia en la involución (IU) y salud uterina (SU), el retorno de la actividad ovárica (AO) y la condición corporal (CC). El proyecto se realizó en tres ganaderías de la comunidad de Soldados del Cantón Cuenca – Azuay, en 50 vacas secas, con una CC ≥ 3,5, entre 2 a 5 partos, clínicamente sanas y todas en las mismas condiciones sanitarias y de manejo; fueron divididas en un grupo control (n1=25), alimentadas con dieta basal y un experimental (n2=25), con dieta basal + 2% de Zeolita del consumo de materia (CMS). Se evaluó retorno de AO considerando folículos ≥ 10 mm de diámetro a los 15, 22, 35 y 45 dpp por Ultrasonografía transrectal, SU (>10 PMN) a los 35 dpp por cytobrush, IU considerando posición del útero con respecto a la pelvis (PU), simetría de los cuernos (SCU), y diámetro del cérvix (DC), a los 22 y 45 dpp por palpación rectal, y finalmente la CC a los 15 dap, parto y 45 dpp. Se usó un diseño completamente al azar (DCA) y los resultados fueron analizados con el programa estadístico SPSS versión 22.0, posteriormente fueron aplicados los estadísticos de “U de Mann Withney y Kruscall Wallis”. Se obtuvo eficacia en el GE con mayor porcentaje de vacas que retornaron su AO (respectivamente, para GC y GE fueron: 35 dpp 29,6% vs. 70,4%; 45 dpp 44,4% vs. 55,6%; p<0,05). La IU fue a los 45 dpp, los valores obtenido para GC y GE fueron: respectivamente, PU 40,0% vs. 76,0%, SCU 32,0% vs. 76,0% y DC 28,0% vs. 68,0%, (p<0,05). Y en SU también mostró eficacia en el GE obteniendo un 3,4% vs. 22,2% de PMN en comparación con el GC, (p<0,05). Finalmente, se comprobó diferencias significativas (p<0,05) en la CC al parto y 45 dpp con eficacia atribuida al GE. En conclusión, la adición de zeolita al 2% en la dieta basal mostró eficacia en la involución y salud uterina, retorno de la actividad ovárica y la condición corporal en vacas en transición, recomendando su uso en las ganaderías lecheras