5 resultados para Viejos conocidos
em Repositorio Académico de la Universidad Nacional de Costa Rica
Resumo:
En su conocida Introducción a la literatura fantástica, Tzvetan Todorov señala que los cuentos de hadas generalmente se han adscrito al género de lo maravilloso, porque los acontecimientos sobrenaturales se aceptan como tales, no hay ninguna sorpresa en el hecho de que el mundo esté poblado por animales que hablan. ¿Ha existido siempre este género en la literatura costarricense? Por lo que se conoce hasta ahora, parece que los primeros cuentos maravillosos nacionales los escribió Carmen Lyra y su protagonista es el célebre tío Conejo. Este personaje se ha vinculado sobre todo con Los cuentos de mi tía Panchita, cuya primera edición es de 1920. Sin embargo, en el libro Cuentos viejos de María Leal, que apareció tres años después, se encuentran varios cuentos de este personaje, y en San Selerín, la revista infantil que dirigía C. Lyra junto con Lilia González, entre 1912 y 1924, también hay otros, que no se incorporaron en las sucesivas ediciones de Los cuentos de mi tía Panchita. Más adelante se publicaron en otras revistas infantiles como Triquitraque y Farolito; en general, se publicaban anónimos; otros aparecen como «Arreglo de San Selerín», varios los firman distintos escritores como Carmen Lyra, María Leal y Carlos Luis Sáenz, algunos parecen traducciones de textos en otras lenguas y de varios países (por ejemplo, de Uncle Remus, de Joel Chandler Harris). Aparte de los que aparecen en Los cuentos de mi tía Panchita, los demás son poco conocidos porque las revistas ya no circulan. Se han seleccionado aquí seis que tienen en común el personaje, los acontecimientos o el tema. Generalmente se trata del triunfo de tío Conejo, disfrazado de monstruo, que asusta al animal más grande que se ha apoderado del agua o atemoriza a un grupo; al pie de página se consigna dónde apareció publicado cada uno. Margarita Rojas G.
Resumo:
Introducción Nos internamos en un nuevo siglo después de haber experimentado, durante la segunda mitad del anterior, grandes cambios en el entorno internacional y fundamentales transformaciones en las política y en las economías de los países de América Latina y el Caribe, sin haber podido resolver muchos de los problemas medulares que caracterizan nuestro estadio de desarrollo; entre ellos, las condiciones de iniquidad en las zonas rurales y los desequilibrios ambientales
Resumo:
ResumenEl Acuerdo de Libre Comercio de las Américas ha perdido aliento, dejó de ser prioritario para sus promotores y ahora está siendo sustituido por acuerdos comerciales bilaterales impulsados, también, por Estados Unidos. Sin embargo, buena parte de las propuestas incluidas en los documentos conocidos del ALCA, así como las orientaciones generales que le dieron vida a esta iniciativa, se han plasmado puntualmente en los acuerdos comerciales bilaterales que con tantas expectativas firman los gobiernos latinoamericanos.El proceso de integración bajo la modalidad neoliberal, ha exigido a los países de América Latina realizar apresuradas reformas estructurales de orientación al mercado y una apertura total e indiscriminada de la economía, que con distintos resultados, en general, han provocado mayores niveles de desigualdad y pobreza regional y social en la región.La integración controlada, e impuesta, por Estados Unidos a países con los que tiene notorias, e insalvables, asimetrías en todos los planos, sin duda acarreará –y lo hace ya– consecuencias de diversa magnitud para nuestros países, entre ellas una mayor dependencia y la destrucción de sectores completos de las economías nacionales, como ocurre ya con la actividad agropecuaria en México. De la misma manera, el Estado nacional enfrenta riesgos reales y evidentes, al grado que su viabilidad soberana se ha puesto en duda y se han convertido en tema de investigación y reflexión los niveles de desplazamiento que la autoridad nacional ha sufrido por parte de las empresas transnacionales, que dominan el proceso de globalización.Sobre estas cuestiones conviene reflexionar para debatir sobre el futuro de América Latina, para enfrentarlo cabalmente, sobre todo si se mantiene el anhelo de verla libre, soberana, integrada, democrática, justa, incluyente y solidaria.
Resumo:
Aunque en Costa Rica no se ha seguido en los últimos quince años una política económica neoliberal a ultranza, sino una “a la tica”; todo el debate económico y el accionar del sector público durante este período ha sido permeable a la lógica del ajuste estructural. Pero la actual encrucijada obliga a “tirios y troyanos”, a críticos y defensores del ajuste, a superar este enfoque aún predominante. Independientemente de los logros y fracasos acumulados desde 1983 hasta la fecha, en el campo económico y social, el país debe, urgentemente, realizar un “viraje estratégico”, pues la sensación de estancamiento o lento crecimiento de los últimos años se ha convertido en cruda realidad, con el agravante de que ya no podemos seguir viviendo del pasado. En el texto se aborda la problemática nacional en las siguientes cinco áreas:Estabilidad macroeconómica: sin ser artificial, continúa siendo frágil, dependiente en alto grado de la entrada de capitales externos y arrastrando una crisis fiscal latente que recurrentemente estalla. Esto en gran parte se explica por los rasgos de inestabilidad estructural que aun persisten.Gobernabilidad y Reforma del Estado: el estilo de gobernabilidad moldeada durante el período 1950-1975 ya no es viable, y la vacilante reforma del Estado está contribuyendo solo de manera precaria a construir nuevas formas de gobernabilidad acordes con las exigencias de las modernas sociedades democráticas. La gran tarea por delante es reconstruir un Estado estratégico y solidario; que facilite la irrupción de la sociedad civil en la vida pública nacional.Transformación productiva y competitividad: avanza, pero sin un rumbo claro y seguro, pues se adolece de una estrategia nacional de desarrollo de la competitividad internacional, que supere prácticas anticuadas de intervención estatal y viejos pero maquillados dogmas antiestatales que conducen a visiones parciales sobre el papel de las empresas y del Estado en este tipo de estrategias.El modelo exportador y el papel de la inversión extranjera: su impresionante dinamismo de los últimos años “suma” pero no “multiplica” la creación de riqueza nacional. Faltan criterios estratégicos que permitan potenciar los efectos positivos de la IED sobre el aparato productivo nacional y la creación de empleos de alta calidad, evitando que la misma promueva modelos de exportación tipo enclaves.Los recursos humanos y el sistema educativo: a pesar de que existe un alto consenso de que el conocimiento será el principal “factor de producción” del futuro y la fuente más importante de la competitividad de empresas y países; el sistema educativo costarricense enfrenta serias amenazas y debilidades que impiden convertirlo en el valuarte de la transformación productiva y social que el país requiere, en pos de lograr un mayor desarrollo humano.A partir de este diagnóstico surgen una serie de tareas y desafíos que como país podemos enfrentar exitosamente, si dejamos atrás dogmas económicos obsoletos y si superamos la incapacidad de construir grandes acuerdos nacionales. No hacerlo sería condenarnos a un eterno subdesarrollo. El documento termina con un pedido para dejar atrás definitivamente la era del ajuste estructural y relanzar una nueva era de desarrollo productivo, social y humano.
Resumo:
En los años de la postguerra nadie dudaba de la importancia de la «economía del desarrollo» como disciplina teórica, tampoco de su relevancia práctica en la promoción de la convergencia de los países más pobres con los más desarrollados. Eran tiempos de fuerte crecimiento, el desempleo no era problema, el Estado del Bienestar se consolidaba y, se confiaba en que se había hallado en las políticas keynesianas la llave para el crecimiento y empleo. Décadas después llega a reinar la posición opuesta: las teorías del desarrollo fueron despreciadas, se acusó al Estado de causar inflación y estancamiento y se buscó el desarrollo económico a través de la liberalización comercial.Sin embargo, en contextos distintos y con análisis muy diversos, los viejos estudios de Gunnar Myrdal y las recientes investigaciones de Michael Porter nos sirven de fundamento para sostener la vigencia y necesidad de las políticas económicas para el desarrollo, así como para reclamar la importancia de las teorías del desarrollo en el mundo actual.Las nuevas teorías sobre el comercio mundial y los efectos en materia de integración económica entre socios desiguales estudiados en la gran „probeta‟ llamada Unión Europea, han sido decisivos para redimensionar el apoyo público para el desarrollo y la competitividad de los países más retrasados.