3 resultados para ARQUITECTURA DEL PAISAJE - VEREDA MARIANO OSPINA II, MUNICIPIO GUASCA (CUNDINAMARCA, COLOMBIA)

em Helvia: Repositorio Institucional de la Universidad de Córdoba


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La falda de la sierra cordobesa forma un espacio unitario íntimamente conectado geográfica, emocional y económicamente con la ciudad. En este espacio se sitúan elementos históricos tan importantes como el heredamiento de la Albaida o, sobre todo, la dehesa de Córdoba la Vieja, que recibe este nombre por encontrarse en su interior las ruinas de la antigua ciudad omeya de Madinat al-Zahra. Tradicionalmente se ha presentado este espacio como una amplia dehesa dedicada a la ganadería extensiva. Sin embargo, un estudio más detallado de las fuentes documentales disponibles nos muestra un paisaje diversificado en el que, junto con los pastos para el ganado, abundan olivares, viñas y huertas que fueron fundamentales para el abastecimiento de los mercados de la ciudad de Córdoba durante la Baja Edad Media.

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El monocultivo industrial del olivar se extiende por casi toda la provincia de Jaén, pero aún existen en las zonas de montaña restos de la antigua multifuncionalidad del paisaje agrario. En la Sierra de Segura tenemos por un lado las tierras más bajas de olivar de montaña, que contrastan con las masas forestales y pastos de la sierra más profunda, donde además se desarrolla aún una horticultura de subsistencia característica. Estas diferentes configuraciones del paisaje y los modos de uso del territorio son resultado de una serie hechos históricos que marcaron para siempre la relación de las comunidades con su entorno, y que tienen una impronta visible tanto en el paisaje como en el carácter de los serranos. A través de una aproximación histórica y el estudio a escala de paisaje de tres zonas de la comarca que representan el valle agrícola de Beas de Segura y la sierra más profunda de Santiago-Pontones, identifico la huella biocultural de las antiguas sociedades campesinas, cuyos vestigios permanecen en las aldeas más recónditas de estas montañas. Del estudio paisajístico paso después a la escala de finca para conocer el funcionamiento de las huertas familiares tradicionales y de la memoria biocultural asociada a ellas, lo que permite caracterizar su grado de aproximación a los modos campesinos preindustriales. Mediante este trabajo no sólo pretendo dar a conocer la singularidad paisajística y biocultural de estos territorios, sino llamar la atención sobre aquellos aspectos que pueden aportar soluciones a la hora de afrontar la transición agroecológica en otras zonas dominadas por los modos industriales.