2 resultados para orientalismo
em Universidade Complutense de Madrid
Resumo:
La tesis doctoral La identidad como estrategia en la obra de Murakami Takashi. Un discurso de ida y vuelta, analiza la obra del artista japonés Murakami Takashi desde el inicio de su carrera artística hasta finales de la década de 2000, poniendo el foco en la estrategia seguida por el artista para lograr triunfar en la escena del arte internacional, articulando en su favor las cuestiones identitarias. En este sentido, la tesis plantea el análisis pormenorizado de la actividad expositiva de Murakami como ejemplo de un artista de la llamada periferia artística que es consciente de la necesidad de acomodar su práctica a los dictámenes occidentales, que son los que siguen rigiendo el mundo del arte en la actualidad, a pesar de que las voces de la periferia artística hayan conquistado una mayor visibilidad. El marco teórico en el que se plantea este análisis es el del discurso del orientalismo, y una serie de discursos que surgieron en respuesta a la visión orientalizante de la alteridad, poniendo el foco en el auto-orientalismo y el orientalismo reverso. A estas cuestiones hace referencia el subtítulo de la tesis: los discursos de ida y vuelta se refieren principalmente a cómo, en el mundo globalizado actual en el que priman los flujos e intercambio de información, también fluctúan estas visones estereotipadas de la identidad y, en el caso que aquí se analiza, se cruzan la visión estereotipada de Murakami de su propia cultura, con la visión estereotipada que de lo japonés tiene Occidente. El estudio está planteado como un análisis pormenorizado del proyecto Superflat ideado por el artista, como instrumento fundamental de su estrategia artística: la invención y definición de un movimiento artístico específicamente japonés, con el que presentarse ante el público occidental, apelando por un lado al gusto de lo exótico y por otro lado reivindicando la autenticidad de su propia cultura. Este proyecto, desarrollado entre los años 2000 y 2005, se articuló principalmente por medio de tres exposiciones colectivas, comisariadas por el propio Murakami, en las que el artista-comisario, presentó su obra junto con la de otros jóvenes creadores japoneses de distintas ramas artísticas. El artista acompañó estas tres exposiciones con un entramado teórico que fundamentaba su visión del arte japonés en el pasado (la historia del arte japonesa anterior a la apertura a Occidente), el presente (la cultura popular contemporánea de su país), y finalmente la dependencia de lo occidental (por la imposición especialmente de la cultura norteamericana)...
Resumo:
El amplio mapa del Simbolismo europeo vivió un momento sobresaliente a finales del siglo XIX y con el cambio de siglo. Los simbolistas no convivieron como un grupo compacto. Fueron decadentes y estetas a los que unió una búsqueda y un espíritu común. Les interesó lo esotérico, lo secreto y crearon un nuevo mundo hermético con aquello que no está a simple vista en la realidad. Presentaron una irrealidad de ensueño aludiendo a contenidos en profundidad. La atención a lo subjetivo, a la apariencia no objetiva y la oscuridad romántica fueron antecedentes que anunciaron los contenidos cultivados por los simbolistas. La naturaleza difusa del Simbolismo se sirvió de justificaciones poéticas, literarias y filosóficas. Las referencias formales y poéticas atienden a sus dilatados contenidos. La emoción espiritual se adentra en lo intangible e indefinible de la magia simbolista. La influencia del Simbolismo en España se hace notar con cierto retraso y la cronología difiere de los ejemplos del resto de Europa. En el caso español nos movemos entre los años 1890 y 1930. Se ha distinguido un primer núcleo aventajado en Barcelona, con nombres propios como el de Rusiñol y el círculo de los Llimona. Posteriormente los artistas del entorno de Valle-Inclán y su tertulia en el madrileño Nuevo Café de Levante se convertirán en otro exponente que aglutine a artistas diversos. Las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes y la repercusión crítica, también añaden información del impacto simbolista en el arte español. Además del núcleo madrileño existe un conjunto de referentes periféricos y artistas “olvidados” igualmente relevantes. Observando las obras simbolistas, se subraya una actitud común en estos artistas. Este talante es clave para trazar un hilo conductor entre los autores. Las formas varían, los significados se solapan y las señas visuales se alteran al no responder a unos cánones siempre fijos. Por ello, es la actitud lo que une a los pintores, escultores y literatos. Decadentismo, Dandysmo, Ocultismo o Esoterismo, son piezas añadidas a esta amalgama artística. Ser simbolista significa trascender más allá de la vida cotidiana. El simbolista accede y cultiva un universo enigmático, turbador y lírico. Es la vía para abandonar lo rutinario. El artista prefiere ensimismarse y regodearse en la creación. Una complicación añadida a su definición, es la falta de unidad estilística o unas características visuales siempre repetidas. Es importante prestar atención a los contenidos de fondo para distinguir puntos de encuentro comunes. Eso sí, los artistas españoles recibieron estas ideas e influencias de manera muy personal. También se añaden otros aspectos como los Regionalismos o la confrontación España Blanca - España Negra. Las fuentes de inspiración miran al Renacimiento, los Primitivos italianos o los Prerrafaelitas ingleses. Existen problemáticas, convivencias y diferentes ingredientes que se suman al discurso del Simbolismo español. El Modernismo, la Generación del 98, los Nacionalismos históricos, Orientalismo, Flamenquismo, Esteticismo, Wagnerianismo o el paisaje, revelan señas simbolistas. Extensión y posición del Simbolismo español en las afueras del Modernismo catalán es el título de esta Tesis Doctoral, en busca de una definición de un momento artístico complejo, rico y desbordante.