2 resultados para Teoría estética
em Universidade Complutense de Madrid
Resumo:
Esta tesis comienza en el punto donde concluía el trabajo pionero sobre comedia de magia del XVIII emprendido por Joaquín Álvarez Barrientos. Planteaba él entonces la necesidad de saber más sobre los hombres y mujeres de la época para comprender mejor la comedia de magia como género escénico, con el objetivo de responder la pregunta que tantos dieciochistas nos hemos hecho: ¿por qué la comedia de magia tuvo tanto éxito? Mi investigación partió también de sus respuestas: se debió, sobre todo, a motivos ideológicos y espectaculares. Comprender la comedia de magia como género escénico quiere decir comprender todos los mecanismos de la materialidad de su puesta en escena y de la relación establecida entre espectáculo y espectadores. Implica comprender la teatralidad a un nivel que no es solo textual, sino físico y relacional. Las relaciones y reacciones que desataba la comedia de magia eran tremendamente pasionales y opuestas, como demuestran los datos de que disponemos: las espectaculares recaudaciones, de un lado, y las múltiples diatribas y prohibiciones, de otro. Así que, la siguiente pregunta que era necesario plantear era: ¿por qué molestaban tanto las comedias de magia? En el siglo XVIII ocurrió un acontecimiento especialmente traumático, el denominado «Motín contra Esquilache», que tuvo numerosas consecuencias para la sociedad en general pero, sobre todo, para el teatro. De hecho, una de las primeras medidas que el gobierno del conde de Aranda emprende nada más acabar con las revueltas es la Reforma del teatro. Haciendo un razonamiento inverso, surgía la hipótesis de que el teatro, en un sentido amplio, y en concreto la comedia de magia, hubiera tenido más intervención en el motín de lo que se piensa, tanto por sus temáticas, como por las posibilidades de encuentro y organización social que la asistencia al teatro propiciaba. Surgía pues, la necesidad de profundizar en la reconstrucción de una teoría estética de la comedia de magia, así como de estudiar el hecho teatral durante los años centrales del siglo, en concreto, desde la construcción de los nuevos coliseos, pues parecía probable que el cambio de espacio hubiera propiciado algún cambio de mentalidad…
Resumo:
El objetivo de esta tesis es trasladar la estética relacional que Nicolas Bourriaud [1998] aporta a la teoría del arte, en el contexto de las artes plásticas, al teatro, y formular una teoría del teatro relacional, en lo sucesivo TR. Además pretendemos demostrar con la descripción de varios ejemplos de TR que no estamos realizando una construcción teórica alejada de la práctica teatral contemporánea, sino que estamos teorizando sobre una forma escénica viva. Para la estética relacional lo “real” es relacional y cuestiona la formulación de lo que considera “real”, es decir, la manera en que están instituidas las relaciones entre los ciudadanos que son un mecanismo disciplinario para controlar, entre otras cosas, la manera en que se disponen los cuerpos en el espacio. La estética relacional se opone al dispositivo escénico hegemónico en el que unos construyen significados mientras otros observan, para construir comunidades, modos de existencia. La obra artística deja de ser un objeto monumental exhibido desde los grandes contenedores culturales para insertarse en el tejido del mundo concreto. No pretende por lo tanto buscar sentidos, ofrecer significaciones, sino liberarse de las subjetividades impuestas por el sistema de control, en el que participan los espacios culturales convencionales, para construir el acontecimiento de encontrarse en el mundo, de estar en circulación, de crear relaciones distintas a las instituidas por el sistema de control en el que vivimos. Esta estética trasladada al contexto escénico supone un revisionismo del teatro ya que cuestiona el dispositivo teatral convencional para proponer otras maneras de interacción en la realización escénica, otras teatralidades. Este nuevo dispositivo escénico participativo sería del todo ineficaz y se quedaría reducido a una cuestión estilística, si presenta realidades que no van más allá de implicaciones personales, psicológicas o sensoriales, hay muchas formas escénicas participativas que no son relacionales, ya que bajo la máscara de participación no cuestionan nada, más bien crean comunidades cálidas, en donde un grupo de individuos con los mismos intereses se reúnen para escenificar sus opiniones, Bishop [2004], o viajes sensoriales hacia los recuerdos ancestrales, o experiencias a modo de parques temáticos sobre algún tema, o utilizan a los espectadores en la construcción de la obra artística, Wrigh [2004] reproduciendo modelos de dominación, Foster [2003], etc...