3 resultados para Silencio
em Universidade Complutense de Madrid
Resumo:
Crear interrupción: Revisar algunas premisas dominantes sobre la configuración de nuestra relación, como espectadores, con el derecho a un imaginar y un pensar sin sometimientos. Pensar otras poéticas artísticas frente al arbitrario invadir de percepciones visuales y frente a la ligera elocuencia de aquellas prácticas que restan al servicio de la transparencia y de crear espectáculo. Interrumpir. Velar. Ocultar. Silenciar. Abrir otras extensiones para el acto de ver, de pensar la imagen. Devolver la mirada hacia el terreno de la acción imaginante. Anunciar un divorcio del arte excesivamente expuesto. Generar territorios de secreto y de enigma en defensa del vulnerable terreno de la imaginación. Abogar por las poéticas del silencio y de la ocultación, en confrontación con el perverso ejercicio de elocuencias, desde la urgencia de una interrupción para la reconquista de la condición poética de las imágenes desde el arte. Una investigación en forma de ensayo-manifiesto que presenta un pensamiento construido a través de un ejercicio de tejeduría de intuiciones, premisas y preocupaciones en un entrecruce de casos de estudio de obras veladas -generadoras de enigma- en paralelo a tres propuestas de pensamiento plásticamente formalizadas.
Resumo:
En el budismo existen dos tipos de meditación: analítica y de concentración. Teniendo en cuenta que la mente es la causa de todas las creaciones artísticas, y que la pintura es considerada por el budismo una práctica más de meditación, se analizarán los procesos que llevan a la realización de una pintura, pudiendo hacerse una división en dos grandes grupos y denominarlas “pinturas meditativas” de concentración, que siguen la escuela Chan, y “pinturas meditativas” analíticas, que siguen el resto de las escuelas Chinas. . Las pinturas de meditación de concentración suelen ser completadas en una sola sesión y con una sola tinta. De composiciones muy sencillas, libres y espontáneas son realizadas en la intimidad e igualmente contempladas en soledad. Analizaremos sus características, el proceso y la motivación con que fueron realizadas estas pinturas defendiendo la hipótesis de que eran para los monjes budistas, un ejercicio de meditación individual de atención plena cuyo medio y resultado es una creación artística. Las pinturas de meditación analítica son imágenes más complejas, que se realizan en varias sesiones y con la incorporación de más elementos y colores. Las hemos clasificado en: figurativas, ilustrativas y devocionales. Las figurativas se centran solo en la representación de las imágenes de manera individual y se realizan en su gran mayoría, sobre papel o seda. Las ilustrativas sirven para mostrar todo el universo budista, y se representan en diferentes soportes, incluidas las pinturas murales de templos, santuarios y monasterios. Y las devocionales, realizadas para infundir devoción a los fieles y utilizadas para ceremonias y rituales o realizadas por encargo de devotos que se hacen retratar junto a las deidades; también como muestra de respeto y devoción a los Maestros del Dharma. Básicamente, la diferencia entre las pinturas meditativas de concentración y las analíticas es el propósito de la práctica, el tiempo de realización y la técnica utilizada; y para demostrar esta hipótesis, se ha realizado un estudio comparativo de obras pictóricas que se han seleccionado cuidadosamente para este efecto. Desde el punto de vista budista, la contemplación puede ser introvertida (la mente que se contempla a sí misma) o extrovertida (la mente contempla el mundo exterior que nos rodea). Analizando las imágenes seleccionadas, podemos apreciar que la finalidad de las pinturas budistas es dar a conocer estos procesos que muestran los dos aspectos de la contemplación. Hablaremos de la percepción visual desde el punto de vista budista, que trata de analizar la naturaleza de la mente y los factores mentales que crean el universo pictórico; primero observando la realidad externa a través de las ventanas de los sentidos, luego interiorizando las formas que percibimos para finalmente pintarlas, utilizando las diferentes técnicas de representación. Presentamos una visión histórica de cómo el budismo se fue adaptando y sincretizando con las diferentes culturas que encuentra a su paso a través de la Ruta de la Seda hasta llegar a China. Se comentará el largo proceso de la traducción de los textos y de la creación de las escuelas budistas de origen Indio y Chino. Y se abordarán los periodos de auge, consolidación y declive del budismo a lo largo de la historia. En los últimos capítulos de la tesis detallaremos algunos de los santuarios budistas más importantes de la Ruta de la Seda, y finalmente hablaremos de los pintores chinos, entre los que encontramos monjes budistas o artistas profesionales .
Resumo:
La temprana muerte de Luis Martín-Santos, deja una obra inacabada y abortada por los trágicos avatares de la vida que en ciertas ocasiones, nos privan de la evolución de personas que podrían haber alcanzado una magnitud y reconocimiento mucho más amplio que la asignada por una historia como es la nuestra, la de nuestro país, un país marcado profundamente por el aislamiento y el silencio inevitable fruto amargo de esa represión, que no ha sido una represión cualquiera, sino la represión que plagó durante décadas a España de una herencia de miedo y desidia a los que fueron víctimas en mayor o menor grado de esa larga y oscura etapa como ha sido la protagonizada por el general Franco. Precisamente esa honda y traumática huella son relatados por Martín-Santos con una excepcionalidad que nos recuerda a las cuotas de esa resonancia vanguardista joyciana en su novela Tiempo de silencio, cuya narración como muestra continua de ese ejercicio de captación de la temporalidad hasta donde los límites del lenguaje le permiten y cuya ambigüedad y consecuencia resultante son las de ese estilo que fuerza esa dialecticidad entre lo social y subjetivo, desembocaran finalmente en un cierto reconocimiento como es el de la publicación inmediata en la editorial Barral de la novela después de ser presentada para el galardón Pio Baroja en 1961 y ser declarado desierto...