2 resultados para SEDANTES
em Universidade Complutense de Madrid
Resumo:
El concepto de seguridad en el uso de los medicamentos ha experimentado importantes cambios en los últimos años. La complejidad en el sistema de utilización de los mismos es cada vez mayor, lo que supone un incremento de posibles errores. Un elevado porcentaje de estos errores son prevenibles y la concienciación del personal sanitario desempeña un papel fundamental en la promoción de prácticas de seguridad efectivas que contribuyan a disminuir su incidencia. Se denominan “medicamentos de alto riesgo” aquellos que cuando se utilizan incorrectamente presentan un gran riesgo de causar daños graves o incluso mortales a los pacientes. Por ello, los medicamentos de alto riesgo son objetivo prioritario de las recomendaciones de mejora de la seguridad clínica desarrolladas por organismos expertos en seguridad del paciente. Los sedantes moderados, los opiáceos y los agonistas adrenérgicos para administración intravenosa, todos ellos utilizados en el manejo de pacientes ingresados en Unidades de Medicina Intensiva, están incluidos en la relación de medicamentos de alto riesgo del Institute for Safe Medication Practices (ISMP). La estandarización de los medicamentos de alto riesgo se encuentra entre las prácticas seguras que se recomienda implantar en los hospitales de forma prioritaria. Se aconseja implantar prácticas específicas dirigidas a mejorar la seguridad que consisten fundamentalmente en simplificar y estandarizar procedimientos. La utilización de protocolos y la centralización de la preparación de mezclas intravenosas de este tipo de medicamentos en el Servicio de Farmacia (SF), se encuentran entre estas medidas. Por otro lado, las Unidades de Vigilancia Intensiva son un entorno de trabajo complejo donde el riesgo de que se produzca un error de medicación es cercano al 10% por día, siendo los pacientes críticos particularmente sensibles a sus consecuencias. Considerando este contexto, está justificado el desarrollo de un proyecto orientado a fomentar la elaboración y uso de protocolos de medicamentos de alto riesgo que ayuden a disminuir la variabilidad de la práctica clínica en el manejo del paciente crítico, aumentando así la seguridad en su utilización...
Resumo:
La mayoría de los pacientes que ingresan en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) precisan de la administración de analgésicos y sedantes, para aliviar el dolor, la ansiedad, el estrés y facilitar la aplicación de cuidados y de técnicas de soporte vital, como la ventilación mecánica (VM). La analgesia y la sedación son una práctica habitual en la UCI y constituyen parte integral del tratamiento del paciente crítico. Su aplicación nos permite mantener un óptimo nivel de confort y seguridad en nuestros pacientes. Sin embargo, su uso no está exento de complicaciones, derivadas en su mayoría de su infra o sobre utilización, que pueden prolongar la VM, complicar la evolución y pronóstico del paciente crítico e incrementar el coste sanitario. En esta última década existe una amplia evidencia de que utilizar las mínimas dosis necesarias de analgo-sedación y promover una sedación ligera cooperativa, mediante la implementación de guías, algoritmos o Protocolos de Analgo-Sedación (PAS), tiene importantes beneficios para el paciente como la disminución del tiempo de VM, de las dosis y tiempos de sedación, de la incidencia de neumonía asociada a ventilación mecánica (NAVM) y de trastornos psicológicos (delirio y síndrome de estrés postraumático), de la realización de pruebas de imagen, la estancia y mortalidad en UCI y hospitalaria...