2 resultados para Otra economía

em Universidade Complutense de Madrid


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Puesto que las Entidades de la Economía Social (EES) basan su funcionamiento en valores como la democracia, la igualdad, la equidad, la solidaridad y, por tanto, contrarios a toda clase de discriminación, cabria esperar que prevaleciera en todos sus ámbitos la igualdad de género y, en especial, en lo relativo a la toma de decisiones. Sin embargo, al igual que sucede en el conjunto de las empresas, los escasos estudios que existen ponen de manifiesto que en las EES la participación de hombres y mujeres en la toma de decisiones no es igualitaria. Parece que estas organizaciones no son ajenas a los efectos de la segregación vertical, fundamentados en diversas teorías explicativas. No obstante, el estilo directivo femenino es bien diferente al desarrollado por sus colegas masculinos, aunque la cultura empresarial y los estereotipos de género impiden su diferenciación efectiva. Por otra parte, la sociedad exige cada vez más a las empresas compromisos sociales y medioambientales que superan el ámbito estrictamente económico. Por ello, a las empresas en general, y a las de la Economía Social en particular, se les pide que adopten prácticas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE). En este contexto, y ante el paralelismo que existe entre los valores y principios de la Economía Social y de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), este trabajo tiene como objetivo analizar la incidencia del género en la RSE de las EES. Para ello, se cuenta con la información proporcionada de una muestra formada por 134 cooperativas y sociedades laborales. Los resultados obtenidos muestran que la mayor participación de las mujeres en la toma de decisiones de las empresas de Economía Social no afecta ni a la RSE, medida en su conjunto, ni a cada una de sus dimensiones (económica, social y medioambiental).

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La Globalización a partir de las dos últimas décadas del siglo XX y los años que han transcurrido del XXI, se ha consolidado como una realidad que, de una manera u otra, ha configurado la economía actual y, en buena parte, las condiciones de vida de todo el planeta. Su relación con el desarrollo es directa ya que este ha sido una condición para aquella, y la globalización el marco en que este ha sido posible. Por lo general se identifica el desarrollo con la expansión y esta con un mercado cada vez más amplio hasta llegar a la globalización. Pero en esta ecuación macroeconómica ¿dónde queda la pobreza? Pues en el centro de la interacción entre globalización y desarrollo. La pobreza es el elemento necesario para el desarrollo y, por ende, para la globalización. En este trabajo intentaremos explicar por qué el desarrollo y la globalización se apoyan en la pobreza para alcanzar sus objetivos, que se identifican con los del capitalismo: la obtención de los máximos beneficios posibles. Y cuál es el modelo de economía que propugna la sociedad actual basada en valores sincréticos humanistas. La economía social, la empresa con responsabilidad social empresarial y el mercado basado en el comercio justo, son la propuesta de un nuevo concepto de la economía global. Es muy posible que la propuesta esté más dentro de la utopía que de una realidad posible. Pero el hombre ha buscado siempre un ideal que le acercara lo más posible a la perfección, aun cuando supiera que nunca llegaría a alcanzarla. La globalización, el desarrollo, la coopetitividad, el mercado liberal y los objetivos centrados en los beneficios del capital, son factores que han estructurado el mundo empresarial globalizado, pero no implica que sea necesario mantener las mismas líneas de actuación, todo lo contrario. El mundo que viene pretende ser el de la autogestión, la producción justamente retribuida, el mercado justo, la cooperación en la gestión y la democratización de las decisiones. Y como el sistema está globalizado, la economía también lo está y los productores ofrecen sus servicios en cualquier país del mundo, se globalizarán también los nuevos valores. Las empresas deberán adaptarse porque los mercados las forzarán, ya que ellos serán condicionados por la nueva ética de la sociedad. Seguramente no será un sistema perfecto ni logrará implantarse completamente, pero la presión que ejerce será siempre será positiva.