2 resultados para Muñoz, Juan Bautista, 1745-1799.
em Universidade Complutense de Madrid
Resumo:
La tesis tiene por objeto el estudio de los usos y funciones que tuvo el palacio del Buen Retiro durante los siglos XVII y XVIII, y cuál fue el proceso de formación, disposición y dispersión de las colecciones de obras de arte que alhajaban sus estancias, y en especial de las pinturas. Para llevarlo a cabo, hemos revisado la amplia bibliografía disponible, y consultado numerosas fuentes relativas al real sitio, a los artistas que trabajaron en él o realizaron obras que formaron parte de su decoración, y a la visión que tuvieron del Retiro los representantes diplomáticos y los viajeros a lo largo de los siglos XVII y XVIII. De este modo, hemos creado un sólido corpus documental que nos ha permitido reconstruir la serie de inventarios que se realizaron de las obras de arte que decoraban el Retiro, y también fechar las distintas marcas que fueron recibiendo las pinturas. La combinación de ambos datos ha resultado ser de enorme importancia para poder individualizar los principales espacios del palacio, los programas decorativos que albergó, y localizar con ciertas garantías buena parte de las obras de arte pertenecientes al Retiro. El amplio capítulo dedicado al siglo XVII, indispensable para poder comprender qué usos tenía el real sitio y verificar cuáles fueron los cambios que experimentó la colección a lo largo del siglo XVIII, ha permitido comprobar y documentar cómo, con la decisión de ampliar el cuarto real de San Jerónimo en 1632, se puso en marcha uno de los proyectos más interesantes de la historia del coleccionismo europeo del siglo XVII. Gracias a distintos documentos inéditos hemos podido precisar cómo y cuándo se produjeron los encargos destinados a alhajar el palacio, entre los que destacan las series de pinturas de paisajes con eremitas, la de escenas de la Antigua Roma, y la de san Juan Bautista...
Resumo:
John Finnis, de origen australiano; culminó su formación académica y se desempeñó como profesor en Oxford. Absorbió la filosofía analítica, vigente en el ambiente intelectual y universitario del mundo anglosajón en la segunda mitad del siglo XX. Ante la inquietud de encontrar un fundamento más sólido a los derechos naturales, dentro de la concepción positivista, L.H.A Hart pidió a Finnis que escribiera sobre la ley natural y los derechos naturales. Finnis había realizado su tesis doctoral bajo la dirección de Hart. Después de diez años, en 1980, Finnis publica Natural Law and Natural Rights. Es una obra densa, dirigida principalmente a los teóricos del derecho que ya percibían la insuficiencia del iuspositivismo pero que seguían considerando que las teorías iusnaturalistas carecían de recursos para explicar válidamente el derecho. En Natural Law and Natural Rights, Finnis demuestra lo contrario: que la respuesta adecuada está precisamente en el iusnaturalismo, pero en un iusnaturalismo que ahonda sus raíces en la doctrina de Tomás de Aquino, y no en las concepciones e interpretaciones, a veces, arbitrarias que la escolástico hizo de él. Finnis parte, como lo hacen todos sus contemporáneos, de una perspectiva positivista. Determina a las leyes vigentes como el objeto de su estudio. Pero descubre que ni la sanción, ni la presión social, ni la costumbre u otros motivos aducidos por el positivismo son razones suficientes para que una persona cumpla y observe las disposiciones legales. Lo único que explica cabalmente el cumplimiento de una ley es la racionalidad que ésta implica en razón del bien común. En el análisis de esa racionalidad, Finnis establece: primero, que hay bienes evidentes, en el sentido de que no requieren de ninguna comprobación adicional o más fundamental; que la razón exige que sean actualizados para que la persona se realice. Esos bienes fundamentales (formas básicas en la terminología finnisiana) son: la vida, el conocimiento, el juego, la amistad, la experiencia estética, la razonabilidad práctica y la religión. Lo segundo que Finnis afirma, es que cada uno escoge, como proyecto de vida, uno de estos bienes. Por lo tanto, todas las decisiones en la vida estarán conformadas por esa opción de vida que cada uno ha escogido. No existe primacía de una forma básica sobre otra. No hay jerarquía de valores. La prioridad la da el sujeto, al optar por una de ellas...