5 resultados para MODERNISMO
em Universidade Complutense de Madrid
Resumo:
Marcos Irizarry (Mayagüez, Puerto Rico 1936-San Juan, Puerto Rico 1995) es uno de los artistas plásticos puertorriqueños más destacados e influyentes que creó una de las obras gráficas y pictóricas abstractas más significativas en Puerto Rico y España. La presente investigación tiene como objetivo el estudio y análisis de la obra de Marcos Irizarry. El estudio de la obra de Marcos Irizarry es importante, ya que los trabajos y escritos realizados tanto en Puerto Rico como en España son limitados, y mayormente se basan en el contexto puertorriqueño. El objetivo de esta investigación es contribuir a la historia del arte de Puerto Rico, de modo que se fomente el estudio, y se logre un mayor entendimiento de la abstracción y de la extensa obra gráfica del artista puertorriqueño Marcos Irizarry, sobre todo el que se dio durante las décadas sugeridas y mostrar su trascendencia, su gran legado, su amplio alcance y reafirmar su carácter universal. La hipótesis fundamental de este trabajo se basa en que la obra del artista puertorriqueño, Marcos Irizarry posee características, estéticas, conceptos y rasgos que pueden responder a las estipuladas tanto por el informalismo europeo-español o por la abstracción americana-puertorriqueña. Se concluyó que la obra gráfica realizada entre finales de los cincuenta hasta finales de los setenta, cobra carácter distinto si se ve como parte del proceso estético español de la posguerra o si se la sitúa en el ámbito del arte puertorriqueño...
Resumo:
El amplio mapa del Simbolismo europeo vivió un momento sobresaliente a finales del siglo XIX y con el cambio de siglo. Los simbolistas no convivieron como un grupo compacto. Fueron decadentes y estetas a los que unió una búsqueda y un espíritu común. Les interesó lo esotérico, lo secreto y crearon un nuevo mundo hermético con aquello que no está a simple vista en la realidad. Presentaron una irrealidad de ensueño aludiendo a contenidos en profundidad. La atención a lo subjetivo, a la apariencia no objetiva y la oscuridad romántica fueron antecedentes que anunciaron los contenidos cultivados por los simbolistas. La naturaleza difusa del Simbolismo se sirvió de justificaciones poéticas, literarias y filosóficas. Las referencias formales y poéticas atienden a sus dilatados contenidos. La emoción espiritual se adentra en lo intangible e indefinible de la magia simbolista. La influencia del Simbolismo en España se hace notar con cierto retraso y la cronología difiere de los ejemplos del resto de Europa. En el caso español nos movemos entre los años 1890 y 1930. Se ha distinguido un primer núcleo aventajado en Barcelona, con nombres propios como el de Rusiñol y el círculo de los Llimona. Posteriormente los artistas del entorno de Valle-Inclán y su tertulia en el madrileño Nuevo Café de Levante se convertirán en otro exponente que aglutine a artistas diversos. Las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes y la repercusión crítica, también añaden información del impacto simbolista en el arte español. Además del núcleo madrileño existe un conjunto de referentes periféricos y artistas “olvidados” igualmente relevantes. Observando las obras simbolistas, se subraya una actitud común en estos artistas. Este talante es clave para trazar un hilo conductor entre los autores. Las formas varían, los significados se solapan y las señas visuales se alteran al no responder a unos cánones siempre fijos. Por ello, es la actitud lo que une a los pintores, escultores y literatos. Decadentismo, Dandysmo, Ocultismo o Esoterismo, son piezas añadidas a esta amalgama artística. Ser simbolista significa trascender más allá de la vida cotidiana. El simbolista accede y cultiva un universo enigmático, turbador y lírico. Es la vía para abandonar lo rutinario. El artista prefiere ensimismarse y regodearse en la creación. Una complicación añadida a su definición, es la falta de unidad estilística o unas características visuales siempre repetidas. Es importante prestar atención a los contenidos de fondo para distinguir puntos de encuentro comunes. Eso sí, los artistas españoles recibieron estas ideas e influencias de manera muy personal. También se añaden otros aspectos como los Regionalismos o la confrontación España Blanca - España Negra. Las fuentes de inspiración miran al Renacimiento, los Primitivos italianos o los Prerrafaelitas ingleses. Existen problemáticas, convivencias y diferentes ingredientes que se suman al discurso del Simbolismo español. El Modernismo, la Generación del 98, los Nacionalismos históricos, Orientalismo, Flamenquismo, Esteticismo, Wagnerianismo o el paisaje, revelan señas simbolistas. Extensión y posición del Simbolismo español en las afueras del Modernismo catalán es el título de esta Tesis Doctoral, en busca de una definición de un momento artístico complejo, rico y desbordante.
Resumo:
El poeta nicaragüense Rubén Darío fue uno de los principales representantes del modernismo y uno de los escritores que han tenido mayor influencia en la literatura en lengua española de finales del siglo XIX y principios del XX. Su archivo personal, formado por más de 5.000 documentos, reúne materiales producidos entre los años 1893-1923 relativos a su actividad diplomática, a la literaria y a su vida personal. La tipología documental es muy variada: borradores, fotografías, cartas, notas manuscritas, postales, tarjetas de visita, testamentos, telegramas, recortes de prensa, oficios, facturas, menús, etc. Entre todos ellos podemos destacar el "cuaderno de hule negro" que contiene poemas autógrafos de Darío, dibujos infantiles y otros escritos relativos a su ámbito familiar más íntimo. Está inventariado dentro del Archivo con el nº 540, carpeta 6. Se trata de un cuaderno escolar, con tapas de hule, que llevó consigo Rubén Darío durante su viaje a Nicaragua de 1907 a 1908 y que trajo de regreso a España. Tanto las tapas de hule como las páginas acusan la acción del tiempo, así como la huella de otros usos, como el de servir de cuaderno de dibujo para su hijo Rubén Darío Sánchez "Güicho", ya de vuelta en el hogar, apreciándose dibujos infantiles, rayas y garabatos a lápiz en casi todas las páginas, incluso en la que contienen autógrafos de Darío. Faltan cuatro hojas al principio y las páginas han sido numeradas a posteriori. Las primeras 38 contienen una serie de composiciones poéticas autógrafas, completas e incompletas de Rubén, varios poemas editados, algunos de ellos con variantes entre las versiones autógrafas y las versiones impresas, tratándose de los primeros originales, y varios poemas y cinco estrofas de un poema inéditos. Destacan el "Poema de otoño" (páginas 1-11), incompleto, y el manuscrito original del poema "Canción otoñal" (páginas 13-14). Abriendo el cuaderno por el final (páginas 41-59) se observan páginas copiadas por Francisca Sánchez, en letra irregular, probablemente de un capítulo de la novela inédita de Darío "La isla del oro". Francisca fue la compañera del poeta desde 1899 y a ella la enseñaron a escribir el propio Darío y Amado Nervo. En la página 40 del cuaderno se observa una curiosa anotación de puño y letra de Darío con claves telegráficas para comunicarse Rubén y Francisca. Tras el fallecimiento de Rubén en 1916, Francisca Sánchez custodió el conjunto documental en un baúl en su hogar de Navalsaúz (Ávila) hasta 1956, cuando decidió donarlo al Ministerio Español de Educación Nacional. El archivo permaneció en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid hasta 2008. En esta fecha ingresó en la Biblioteca Histórica de la UCM, institución que alberga y da servicio público del Archivo actualmente
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Mi especial interés por la figura de Eulogio Varela Sartorio proviene de mis años de licenciatura. Allá por el año 2004, comencé a calibrar diferentes posibilidades temáticas a la hora de realizar mi trabajo de investigación que bien pudiera en un futuro culminar en una tesis. De ese modo tras varios contactos con el que hoy es mi tutor de tesis Jaime Brihuega, llegamos a la conclusión de que el terreno del modernismo y en concreto de aquel que conoció efímera vida en la capital de España cumplía muchos de los requisitos que demanda un trabajo de investigación de este tipo. Particularmente este estilo basado en la estilización suma de las formas, enérgico, vitalista y a la vez simbólico me abría diversos territorios en los que atisbar múltiples tipologías y complejidades, muy alejadas de aquella visión lúdica y cerrada que quizás por error propio me había configurado en mi cabeza. Dentro de este entramado seductor, siempre me atrajo el campo experimental del dibujo y la ilustración gráfica, entendidos como expresión primera y posiblemente verdadera de la idea artística, como ejercicio de libertad creativa aún no tan maquillada por el artificio de la norma y como trasunto de un estilo universal. Fue a partir de estas inquietudes a través de las que llegué a las revistas ilustradas, a aquellas que seguían un discurso visual y literario muy cercano a las novedades de finales del siglo XIX en el resto de Europa; en concreto a las que en Madrid nacieron con clara vocación 10 cosmopolita e internacional, entre las cuales Blanco y Negro siempre ejerció desde 1891 como motor y modelo, al menos en la capital...
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«El teatro de los poetas». De poesía y teatro en la Edad de Plata es una tesis doctoral sobre el «teatro poético» español de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Aunque la bibliografía que atañe al género dramático del primer tercio de la centuria aumenta exponencialmente, son todavía muchos los aspectos que conviene investigar a fondo o proponer desde otras perspectivas. Uno de ellos y, sin duda, uno de los más relevantes, es el que atañe al objeto central de esta tesis: las relaciones entre poesía y teatro. Géneros ambos privilegiados durante la Edad de Plata, poesía y teatro no viven de espaldas sino en estrecha colaboración. El «signo lírico» que caracteriza, en palabras de Pedro Salinas, a la literatura española contemporánea se impone sobre todos los géneros literarios como «reacción idealista» frente al realismo positivista. Y esta influencia está determinada por el sincretismo de una época –el «fin de siglo», el simbolismo europeo, el modernismo en su acepción hispánica– marcada por una profunda crisis social, moral, espiritual y estética. El teatro no es ajeno a ese proceso de «poetización» y son varias las formas en que se manifiesta la interrelación entre la poesía y el drama como posibilidad de renovación escénica. El llamamiento que hizo Jacinto Benavente –en su famoso artículo titulado «El teatro de los poetas» (1907)– para que los poetas se sumasen a la tarea regeneradora de la escena tuvo importantes consecuencias y fue secundado por dramaturgos muy diferentes, desde Marquina y Villaespesa hasta Valle-Inclán y García Lorca. Pero no todos ellos asumieron esta necesidad de «poetización» con el mismo significado y en su mayor parte apostaron por un teatro escrito en verso, histórico y tradicionalista, que remedaba el teatro del Siglos de Oro y el drama romántico. El subgénero teatral que tradicionalmente se ha identificado con este fenómeno es el llamado «teatro poético», pero sus características temáticas y formales, así como sus particulares condiciones de producción, no se corresponden con la verdadera dimensión que tiene la presencia de la poesía en el teatro...