4 resultados para LIBRO CONTRA LA YRA E SAÑA
em Universidade Complutense de Madrid
Resumo:
El objetivo de este ensayo crítico es realizar un retrato biográfico del pintor y escritor Eduardo Arroyo (Madrid, 1937) para, a partir de él, llevar a cabo a un análisis temático y formal de su producción pictórica. Su obra, una de las propuestas figurativas más singulares del arte europeo contemporáneo, es testimonio de la actualidad, de lo público, al tiempo que un registro de su historia personal. Por medio de sus cuadros, Arroyo pone de manifiesto la posición crítica que ha adoptado con respecto a su contexto histórico-social, marcado durante más de tres décadas por la dictadura franquista, más tarde, por la transición democrática y en tiempos recientes por las transformaciones ocurridas en el proceso de homogeneización del mundo occidental. Así, desde comienzos de los años sesenta del siglo pasado, no ha dejado de cuestionar la validez de la historia, como disciplina que narra sucesos, de polemizar sobre los fundamentos del arte de vanguardia, además de destacar la responsabilidad ética del pintor actual en una época en la que se ve peligrar la supervivencia de su oficio. Para definir las obsesiones que han conformado su creación, detestaciones, pasiones y ambiciones, se ha extraído el ideario artístico del pintor de las fuentes primarias existentes, como son ensayos de carácter autobiográfico, artículos periodísticos, entrevistas, memorias y disertaciones públicas. En el caso de un creador locuaz, que ha sido calificado de «prestidigitador de la palabra», en virtud de las declaraciones hechas sobre los más diversos temas de la cultura, este abundante material tiene un valor extraordinario. Dichas confesiones se han puesto en relación con los ciclos pictóricos desarrollados por el artista para ser analizados a la luz de la bibliografía crítica existente sobre la materia. Entre los escritores y especialistas que han abordado su obra destacan: Francisco Calvo Serraller, Bernard Dahan-Constant, Fabienne di Rocco, Juan Goytisolo, Fernando Savater, Michel Sager, Leonardo Sciasca, Jorge Semprún, Wener Spies, José Miguel Ullán o María Zambrano...
Resumo:
La güerta de oro, compuesta por David M. Atías y publicada en caracteres hebreos en Liorna en 1778, es la obra de tema profano más antigua que conocemos en judeoespañol y por su contenido se diferencia literariamente del resto de la producción sefardí coetánea. Recorde-mos al respecto que la literatura sefardí escrita del siglo XVIII y la producida hasta el segundo tercio del siglo XIX desarrolla casi en exclusiva temas que se han denominado religioso-patri-moniales. Es, por tanto, la primera obra sefardí de transmisión escrita que intenta introducir los géne-ros literarios occidentales modernos en la literatura judeoespañola y supone un precedente de otros libros de entretenimiento con contenido misceláneo que se publicarán hacia el primer tercio del siglo XX. El intento de «occidentalizar» los géneros literarios sefardíes parece natural en su autor, un hombre educado en Occidente (Italia) y habituado, por ello, al gusto literario occidental. El hecho de que tardaran aproximadamente un siglo en aparecer nuevas obras de géneros similares indica que Atías no consiguió el fin que pretendía (al menos de forma inmediata), pues este camino por él emprendido no tuvo continuación, sino que se alcanzó como resultado natural de la evolución de la sociedad sefardí. Sin embargo, sí tuvo cierta repercusión entre los sefardíes orientales, ya que se realizó una reedición parcial en el libro Ḥut hamešuláš (Salónica, 1857). Y no solo resulta muy singular la obra por su contenido, sino también por su lengua, alejada de los registros hebraizantes propios de la literatura religioso-patrimonial...
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Tras hacer un breve recorrido histórico por la política del libro en España desde comienzos del siglo XX hasta la llegada del franquismo, en esta investigación, se expone el concepto de libro y de política del libro que tuvo el Régimen, entre 1939 y 1951, y cómo se desplegó, primero a través de la censura editorial y la propaganda, en segundo lugar en el ámbito del libro escolar y, por último, desde la política cultural exterior. De entre todas las instituciones implicadas en la gestión y ejecución de la política del libro, destacó el INLE, por ello se le dedica todo un capítulo para conocer su entramado y sus actuaciones, especialmente a sus mayores logros como fueron la convocatoria de la Asamblea del Libro de 1944, La Ley de Protección del Libro de diciembre de 1946 y la reanudación de la Feria del Libro a partir de 1944. Como complemento a la política oficial del libro se muestra, la menos conocida, política del libro que practicaron dos organizaciones que sustentaron el régimen: Falange y Acción Católica de España. Las dos utilizaron el libro y la lectura para adoctrinar, hacer apostolado o proselitismo a la vez que para formar dirigentes y mandos y ambas utilizaron los mismos instrumentos: la censura, la actividad editorial y la organización e bibliotecas, desplegando su actividad por toda la geografía española utilizando sus entramados organizativos. A continuación se analiza cómo afectó la política económica autárquica e intervencionista al libro en su dimensión económica a través de medidas como el racionamiento del papel y su sistema de cupos; el control de los cambios; la concesión de licencias para exportar o una reforma tributaria que gravaba los factores productivos, para después pasar revista a los distintos sectores económicos que tercian en la producción del libro: la industria del papel, las industrias gráficas y la industria editorial. Todo ello con el objeto de conocer la problemática específica de cada sector, sus reivindicaciones ante el Estado y los conflictos de interés de los mismos. Toda la segunda parte de la investigación se centra en conocer la realidad de las bibliotecas públicas en España entre 1939 y 1952. Se ha indagado en el marco jurídico, el concepto y atribuciones que se asignaban a las bibliotecas públicas en la época, su tipología y origen y, en la medida de lo que han permitido las fuentes consultadas, saber qué documentos albergaban y qué criterios de selección presidían su adquisición, qué servicios ofrecían, en qué edificios se instalaban, qué personal las gestionaban, con qué financiación contaban y qué índice de uso tuvieron. Saber quiénes leían y qué se leía y qué técnicas bibliotecarias se utilizaban en los diferentes tipos de bibliotecas. Planteándose, al final, qué hubo de continuidad y ruptura con la anterior política bibliotecaria, si hubo o no una política bibliotecaria y si la biblioteca pública fue realmente un medio de adoctrinamiento del Régimen.