3 resultados para Isabel II, Reina de España, 1830-1904

em Universidade Complutense de Madrid


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El nombre de Eugenio de Ochoa siempre aparece en los libros sobre la cultura española del siglo XIX, aunque pocas veces con un papel protagonista. Su lugar en la historia de la literatura se halla asociado a otros personajes o a empresas periodísticas de importancia que son recordadas por los nombres de esos otros: El Artista, Federico Madrazo, Pedro Madrazo, Juan Eugenio Hartzenbusch, Victor Hugo, Balzac… Y así Ochoa es siempre el co-creador de una revista, el cuñado de, el amigo de, el traductor de, el editor de… Esta posición secundaria ha restado atractivo al estudio de un hombre que desempeñó un papel fundamental en la conexión de la cultura española con Europa, tanto por ser el vehículo por el que llegaron a España muchos autores contemporáneos como por llevar a cabo el recorrido contrario, mostrando al continente el patrimonio cultural nacional. Sin embargo, esa faceta de intermediario, y no la de literato, contemplada desde una perspectiva más centrada en el contexto y menos en el canon literario tradicional, ofrece unas posibilidades de análisis extremadamente interesantes. Además, la gran pluralidad de sus actividades le convirtió en su tiempo en un observador privilegiado de la realidad cultural y política del país. Ahí se halla el objetivo que ha guiado la realización de este trabajo. Por medio del estudio de su figura se ha pretendido llevar a cabo un análisis de la cultura española del siglo XIX, partiendo de un enfoque sociológico de la misma y prestando más atención a las prácticas en el campo literario que al contenido de la creación. Esa es la razón que explica que, metodológicamente, el trabajo se apoye en dos pilares, cada uno de los cuales sirve de soporte a las dos partes centrales del mismo: la reflexión acerca del “hombre de letras” en el reinado de Isabel II y el papel desempeñado por el mediador cultural en el proceso de transferencia de conocimientos e imágenes nacionales en la Europa del siglo XIX. Al comienzo de cada uno de estos bloques se realiza una reflexión más detallada sobre ambas líneas de análisis que, por supuesto, no son las únicas y no agotan el tema...

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La investigación acerca de esta arpista, compositora, profesora, escritora y gestora catalana, de pensamiento liberal y feminista, y de acciones filantrópicas, fue realizada básicamente a través de escritos de prensa española y extranjera. Su madre recopilará durante veinte años un valioso álbum que resume la vida artística de Esmeralda, desde los 13 hasta los 33 años; el mismo se conserva en la Biblioteca de Catalunya (Barcelona) en proceso de restauración, pero ha podido ser consultado y digitalizado. Los múltiples viajes que realizó como intérprete solista, dan como resultado una documentación dispersa en el mundo que ha sido muy difícil de recolectar. Clotilde Cerdà i Bosch (Barcelona 28-02-1861 – Sta. Cruz de Tenerife 12-04-1926), usa el seudónimo Esmeralda Cervantes propuesto por Victor Hugo e Isabel II de Borbón. Nace de padres intelectuales, Ildefonso Cerdà i Sunyer (urbanista, autor del Eixemple de Barcelona) y Clotilde Bosch (pintora, hija de un banquero). Los padres se separan cuando la niña tiene 3 años y desde entonces vive en la única compañía materna. Protegida por Isabel II de Borbón y la Condesa de Montijo, se forma en París y Viena como intérprete del arpa. En París vivía con la desterrada reina Isabel II, en el Palacio Blavatsky, donde su madre era dama de honor. El texto subsiguiente está estructurado en nueve apartados. Los dos primeros refieren cronológicamente el entorno, los estudios y las primeras actuaciones musicales de la intérprete en Europa y las Américas, con remarcados éxitos. El tercer capítulo deja ver el ingreso de Esmeralda Cervantes en el mundo periodístico con la fundación de su primer periódico L’Étoile Polaire en París y la segunda gira americana de conciertos, más breve que la anterior...

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A lo largo del siglo XVIII Cádiz fue configurándose como una ciudad de características únicas en la España de la época. Su privilegiada situación geográfica en las rutas marítimas comerciales y el traslado de la Casa de Contratación desde Sevilla (1717), vinieron a hacer de esta ciudad el centro comercial más importante entre Europa y el Nuevo Mundo. Este esplendor se dejó sentir en casi todos los aspectos sociales de la misma. A medida que avanzaba el siglo, fue emergiendo una nueva clase social: la burguesía que adquiriría un peso específico en la vida cultural de la ciudad. Otro importante colectivo dinamizador fue la población extranjera que se asentó en la ciudad atraída por su intensa vida comercial. La confluencia de tantas nacionalidades en el recinto de la ciudad, dotó a Cádiz de un carácter abierto, liberal y acogedor y de un ambiente próspero y tolerante que propició la proliferación de lugares destinados a la diversión y el ocio. Durante algunos años del siglo XVIII Cádiz contó con tres teatros que funcionaron de manera simultánea: la Casa de Comedias (creada en el siglo XVII), el Coliseo de Ópera (1761-1779) y el Teatro Francés (1769-1779). Las características de la sociedad gaditana unidas a la amplia infraestructura teatral de la ciudad convirtieron a Cádiz en un centro de gran predisposición para albergar uno de los espectáculos que mayor importancia estaba adquiriendo en aquellos años: la ópera. Durante los años de vida del Coliseo de Ópera llegaron a Cádiz un gran número de compañías italianas portando el repertorio más en boga del momento, pudiendo disfrutar así los gaditanos de las tendencias musicales imperantes en el resto de Europa. Con la clausura de este teatro y el regreso de las compañías italianas a su país, la actividad operística en España entró en crisis; no sería hasta el año 1787 que comenzaría el movimiento de restauración de la ópera, en el que Cádiz participaría de manera muy activa. Los primeros años del siglo XIX (1802-1808), se caracterizaron por la incorporación de repertorios de autores franceses (Dalayrac, Boieldieu, Della-Maria, Isouard), y por el intento de creación de un modelo de ópera propiamente español. En estos años Cádiz se mantuvo como ciudad de referencia del mundo operístico; la presencia de Manuel García y Esteban Cristiani fue decisiva para que en la ciudad se conocieran las primeras obras de estos emblemáticos compositores...