2 resultados para IMC

em Universidade Complutense de Madrid


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El embarazo o gestación se define como el período de desarrollo intrauterino, que abarca entre 38 y 42 semanas, y que comprende desde la concepción hasta el nacimiento. Desde el punto de vista nutricional, esta etapa constituye una de las más vulnerables en la vida de la mujer, ya que, además de tratarse de un periodo en el cual las necesidades de nutrientes son especialmente elevadas, pues la gestante no sólo debe cubrir sus propias necesidades, sino también las del feto en crecimiento y las derivadas de la síntesis de nuevos tejidos, cualquier error nutricional podría tener repercusiones más graves que en otras etapas de la vida y afectar, no sólo a la salud de la madre, sino también a la del descendiente, y no sólo durante el proceso gestacional, sino también en etapas posteriores de la vida. Por otro lado, si bien el embarazo, puede ser una etapa altamente motivadora para que la mujer modifique su comportamiento alimentario, constituyendo un momento óptimo para inculcar la importancia de una alimentación y un estilo de vida saludable, diversos trabajos han comprobado que, en muchas ocasiones, los conocimientos nutricionales de las gestantes no son los más acertados, hecho que unido a los antojos, o a los cambios en el apetito y el gusto, declarados de forma frecuente por las embarazadas, hace que la dieta no sea siempre adecuada, especialmente, en las gestantes con un menor nivel educacional. En base a todo ello, el objeto de la presente tesis doctoral ha sido conocer los hábitos alimentarios, el estilo de vida y los conocimientos en nutrición de un grupo de gestantes de la Comunidad de Madrid y, analizar las diferencias existentes en función de distintas variables como la edad, el IMC previo al embarazo, el nivel de estudios y el país de origen de la embarazada...

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La presencia de tumores malignos es habitual en nuestra sociedad y ha ido creciendo de manera exponencial con la llegada de ciertos factores ligados a su prevalencia. Algunos de ellos están íntimamente relacionados con la dieta y su presencia o ausencia en la ingesta y en el día a día de las personas es en la actualidad motivo de estudio. Por ello, aunque gracias a la quimioterapia, radioterapia y cirugía los pacientes han aumentado su esperanza de vida, queremos promover la mejora de esta alimentación antes de la aparición de la enfermedad y una vez se haya diagnosticado, intentar ayudar a la mejora de los síntomas que sufren y que merman su calidad de vida justo desde el momento del diagnóstico. El objetivo de este programa propuesto es que todos estos efectos secundarios que aparecen, motivados no sólo por los tratamientos sino también por la enfermedad y el desarrollo de la misma, sean lo más compatible posible con una vida normal y, en lo que a la alimentación se refiere, y así el momento de la comida no se convierta en otro problema más del proceso. La utilidad de un programa de estas características está demostrado en la práctica clínica siempre con el objetivo de revertir el peso, método más extendido de cribado de la caquexia e implantado desde el momento del diagnóstico y con el propósito de mantenerlo, al menos, durante el tratamiento que está recibiendo el paciente. Por ello propusimos un programa integral en el que ayudamos a los pacientes y familiares a mejorar la alimentación durante el tiempo de estancia en los ciclos de tratamiento que recibían los enfermos así como beneficiarse gracias a implantar la mejora de sus hábitos alimenticios para revertir cualquier mala praxis, en el caso de que la misma existiera. El programa consistió en seleccionar pacientes que de manera voluntaria quisieron participar y que acudían a las consultas externas del Servicio de Radioterapia del Hospital Universitario de La Princesa, realizarles el Screening Nutricional y a continuación la Valoración Global Subjetiva en su modalidad generada por el paciente (VGS-gp). Gracias a estas dos herramientas, sumadas a una evaluación antropométrica consistente en Talla, Peso, IMC, Circunferencia Muscular del Brazo, Pliegue tricipital y por último una bioimpedancia a través de una báscula tipo Tanita obtenemos un perfil mucho más completo de la situación basal del paciente. A esto unimos una analítica también basal y un registro de lo que el paciente comía para conocer los hábitos de los que partimos. Con todo ello empezamos a trabajar según la posible sintomatología que fuera a presentar el paciente valorando el tratamiento que fuera a recibir y las complicaciones añadidas dependiendo la ubicación del tumor...