3 resultados para Dictadura de Primo de Rivera

em Universidade Complutense de Madrid


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El principal objetivo de esta tesis es el análisis del estrecho vínculo que se establece entre los intelectuales y la política a lo largo de buena parte del siglo XX español a través de estudio de caso que supone la biografía intelectual de Javier Conde, uno de los más destacados ideólogos del franquismo. En el primer bloque, titulado Sobre el concepto de intelectual, hemos expuesto cómo la definición de intelectual ha supuesto un esfuerzo de elaboración e interpretación continuo en las ciencias sociales. Se verá que no hay uniformidad ni linealidad en dicha construcción teórica, puesto que la idea del intelectual se concibe desde un principio como compleja e irreducible a una visión univoca. Según los distintos autores que han intentado definirla, pasamos de una concepción del intelectual puro a otra más flexible, integradora de figuras como la del artista, el pensador, el sabio, el escritor o el filósofo. Las distintas disciplinas sociales se han interesado por el papel político del intelectual, su función cultural y su carácter catalizador en los cambios sociales, en los procesos de legitimación o deslegitimación de los regímenes políticos. Situado en estos términos, Laura Baca Olamendi realiza una tipología normativa del intelectual y destaca, además, la idea de que el intelectual ha de ser analizado como una figura marcadamente política en cuanto que es la expresión inevitable de un sistema de valores. Este principio de expresión en el intelectual queda recogido en los planteamientos de Norberto Bobbio que sintetiza la naturaleza del intelectual formulada en las primeras páginas de este estudio. Mediante el diálogo, la comunicación de su pensamiento, la trasmisión de sus ideas, el hombre de cultura muestra a otros intelectuales y a sus coetáneos la posición adoptada frente a los problemas de su tiempo. Y es a través de ese debate desde donde el intelectual traslada sus planteamientos a la sociedad para influirla. El intelectual debe entenderse como una materialización histórica que interviene en la ideología y en los procesos de legitimidad y deslegitimación de las sociedades contemporáneas...

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Al leer las obras de Italo Calvino a la luz de su biografía, se ha detectado un fuerte componente autobiográfico. Entre los innumerables niveles de lectura posibles de la obra de este escritor, nos pareció justificado elegir también aquel biográfico e investigar cuánto y con qué fin la experiencia existencial se convierte en materia literaria. ¿Cuánto de la autobiografía del autor es rastreable en la obra, explícita e implícitamente? También, hemos visto cómo la relación de Calvino con la autobiografía no fue nunca ni tranquila ni lineal. Por tanto, tuvimos que preguntarnos qué relación compleja existe entre la experiencia de vida, su recuerdo y la escritura; qué valor asume para el autor la reelaboración de la propia experiencia, que a veces se presenta de forma explícita, a veces oculta, en máscaras alegóricas y en deformaciones expresionistas. Responder a estas preguntas ha sido el objetivo del presente trabajo. Hemos decidido circunscribir nuestra investigación a la primera producción narrativa realista, que ha incluido por tanto algunos cuentos francamente autobiográficos de Ultimo viene il corvo (Por último, el cuervo), la primera novela Il sentiero dei nidi di ragno (El sendero de los nidos de araña), la trilogía L'entrata in guerra (La entrada en guerra), y los tres cuentos largos o novelas cortas, La formica argentina (La hormiga argentina), La speculazione edilizia (La especulación inmobiliaria) y La nuvola di smog (La nube de smog), que forman el cuarto libro, La vita difficile (La vida difícil), de la edición de I racconti (Los cuentos) de 1958, y para terminar La giornata di uno scrutatore (La jornada de un interventor electoral)...

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El punto de partida es un dato: la obra de Andrés Rivera comenzó a divulgarse raudamente en la década de los 90, cuando hacía más de treinta años que su primera novela se había publicado y había conseguido el reconocimiento de Ricardo Piglia, Juan José Saer, Beatriz Sarlo, María Teresa Gramuglio, entre otros escritores y críticos destacados.1 A sus 86 años, este narrador, que además cuenta con una prolífica producción, es considerado uno de los mejores escritores argentinos contemporáneos. Esta investigación es también un homenaje. No es necesario seguir el camino deductivo que nos impone el dato, pero puede resumirse la conclusión en el hecho de que el nombre de Andrés Rivera no haya ocupado, en su debido momento, el lugar preponderante que se merece en las historias literarias. Tal vez la actitud indiferente, casi siempre inflexible, y la sincera modestia que Rivera manifiesta frente a todo acto que celebre la obra literaria como un objeto trascendental, contribuya a esta situación. Sus apreciaciones sobre la literatura, sobre la función de toda obra literaria remiten siempre a la idea de que ninguna obra puede cambiar el rumbo de la historia, como tampoco a nadie puede cambiarle la vida después de haber leído un libro de ficción. Nos parece, sin embargo, y nos decantaríamos por ello, que se debe en mayor medida a la conducta íntegra que este escritor mantiene y la honradez perseverante que expresa en sus declaraciones, sin importarle a quién o a qué voces literarias autorizadas puedan incomodar sus tajantes palabras. Esta actitud del escritor puede comprobarse en cada una de las entrevistas que se le han realizado hasta el momento: su ideología es siempre la misma...