2 resultados para Brockes, Barthold Heinrich, 1680-1747.

em Universidade Complutense de Madrid


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Esta tesis se ha construido a partir del método arqueológico que hemos establecido, a su vez, a partir de la obra de M. Foucault La Arqueología del Saber, así como de sus seminarios del Collège de France. Desde ella hemos definido una alternativa metodológica para estudiar el arte, respecto a las otras propuestas metodologías tradicionales de la Historia del Arte; centrándonos principalmente en los discursos producidos por el saber artístico. A partir de los problemas que encierra la Historia, y por consiguiente la Historia del Arte, como hemos puesto de manifiesto al analizar los términos barroco y rococó, nos hemos alejado de las diversas corrientes historiográficas que definen la Historia del Arte, determinadas por los problemas de la Historia y de la Forma, proponiendo una nueva aproximación al análisis del arte a través de la Arqueología del Saber de M. Foucault, que -sin duda- ha condicionado la forma de nuestro trabajo. Esto nos ha conducido a centrarnos principalmente en los discursos artísticos, esto es, en los discursos producidos por el propio saber artístico, trabajando sobre los textos teóricos, las conferencias, los panfletos o libelos de las polémicas artísticas, sobre los poemas elogiosos hacia determinadas obras o sobre las descripciones periodísticas. Hemos intentado estudiar en profundidad, por tanto, todo ese mundo de discursos producidos desde y por el arte, que constituirán en su conjunto un saber artístico, dejando en un segundo plano las formas artísticas. Esta elección de una metodología arqueológica ha condicionado por tanto la forma de nuestro trabajo, pues éste no ha intentado reconstruir el proceso artístico o creativo de una obra, ni tampoco las vicisitudes por las que ha pasado una obra concreta. Tampoco hemos pretendido desde la obra, entendida como evento o acontecimiento –al modo que hace la Historia- analizar la sociedad de la época; como si el arte fuera el reflejo de una Verdad histórica o de un espíritu de su tiempo. Nuestro objetivo ha consistido en intentar comprender en qué medida el arte, en tanto que saber y conjunto de discursos, se ve afectado por los cambios en la verdad-poder que suceden en su época. Pero estas transformaciones han sido estudiadas no desde la obra en sí -como tradicionalmente se ha hecho- sino desde los discursos arriba señalados, pues es más fácil analizar las formas de actuación del poder a través de los discursos que genera que a través de las formas artísticas, cuyos “comportamientos” no son tan fácilmente cognoscibles desde la palabra, a la que tiende a expulsar, como bien señaló Platón en su República...

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El presente trabajo de investigación está dedicado a estudiar al pintor Francisco Zorrilla y Luna (1679-1747), natural de la villa riojana de Haro pero que desarrolló prácticamente toda su carrera artística en Madrid, lo que justifica que su estilo entronque con la escuela madrileña de finales del siglo XVII, con la que se formó, recogiendo las influencias de los pintores cortesanos, nacionales y extranjeros, con los que coincidió en las primeras décadas del siglo XVIII. El primer capítulo lo hemos dedicado a trazar su biografía: los primeros años en su villa natal, la llegada a Madrid en fechas tan tempranas como 1698 y, tras los difíciles años de la Guerra de sucesión, su asentamiento en la Corte donde a lo largo de más de dos décadas lo encontramos plenamente integrado en la sociedad madrileña, haciéndose un hueco en su panorama artístico y en la que realizó la mayor parte de sus obras, hasta su regreso a Haro en 1742. Nos ha preocupado especialmente hacerle partícipe de la sociedad de su época, interesándonos sobremanera conocer cuáles fueron las relaciones que mantuvo, al estar convencidos de que en muchos casos las personas de su entorno posibilitaron que fuese a él a quien se le encomendase un determinado trabajo. En cuanto a su actividad, nos ha resultado de sumo interés encontrarlo al frente de una Academia, establecida en su domicilio, así como la defensa que Francisco Zorrilla, entre otros, hicieron de la Pintura como Arte liberal, pues vemos en ello el germen que, años más tarde, fructificó en la creación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Tras un apartado dedicado a su labor como tasador, dedicamos los últimos capítulos a estudiar el catálogo de su obra pictórica, realizado de forma cronológica, donde damos a conocer las pinturas, dibujos para estampas, decorados teatrales y tareas de restauración por él realizados, destinados a una clientela diversa, pues trabajó para particulares, cofradías, ayuntamientos y, especialmente, para diversas órdenes religiosas, destacando las series dedicadas a santos de la orden trinitaria, tanto descalzos como calzados, que adornaban los claustros de los conventos de Madrid y Alcalá de Henares, así como las obras realizadas para el monasterio benedictino de San Martín de Madrid o de personas a él vinculadas, como los obispos de Mondoñedo, Osma y Almería...