3 resultados para Arte e Estado
em Universidade Complutense de Madrid
Resumo:
Vivimos en una sociedad en la que el concepto del “yo” requiere de la existencia del “otro”. Por lo tanto, “la mujer” es el “otro” del “hombre”. Ser mujer significa existir para los demás. Maternidad convertida en único proyecto vital; piedra angular del éxito del hogar. Una mujer es vista como un objeto de deseo; como un cuerpo útil que amamanta a sus hijos; una mujer que satisfaga las necesidades. Eternas dicotomías hombre/mujer que ponen de manifiesto el modelo de opresión y coacción: cultura/naturaleza, opresor/oprimidos. Otra dicotomía posible: mujer como madre, o mujer como ser sexual. La enfermedad es dolor, lágrimas, pérdida de fuerza, asfixia, depresión. Pero el dolor es necesario; el dolor nos recoloca en el mundo y nos confirma como cuerpo, nos da la certeza de nuestra propia existencia. Todo el mundo enferma. Algunos con mucha más frecuencia que otros. Otros parecen vivir en hospitales. Por otro lado, rechazamos a los enfermos, quitamos de delante de nuestros ojos a los que sufren. Les metemos en la cama. Estar enfermo es existir entre la vida y la muerte. Es un estado transicional. Una persona puede estar vivo o muerto, pero no entre medias. Los períodos de transformación son peligro, desorden, desequilibrio, amenaza. Todo el mundo tiene miedo de la enfermedad. Es como si con sólo pensar o decir la palabra, pudieras infectarte tú y todo el mundo que te rodea. Tenemos estrictas normas estéticas: debes estar siempre sano, siempre joven, siempre fuerte. Los medios de comunicación imponen modelos casi imposibles. Cualquier persona que contradiga estas exigencias estéticas, que viole los códigos de la belleza, se encuentra fuera de la existencia cotidiana. Debemos recuperar la herida; dejemos que la sangre fluya; escuchemos los gritos de dolor; olamos la carne podrida disimulada tras la estúpida intención humana de ocultar la evidencia inevitable. No podemos evitar nuestra condición biológica, la finitud. No somos mecanismos perfectos; somos seres humanos imperfectos. Podemos cambiar este sistema. Mostremos la llaga. Aniquilemos la vergüenza de sentirse imperfecto. No nos avergoncemos de tener cuerpos imperfectos. Nuestros cuerpos necesitan cicatrices, y las cicatrices necesitan a nuestros cuerpos...
Resumo:
El arte concreto, definido por Theo van Doesburg en su manifiesto Art concret de 1930, es un arte europeo, abstracto geométrico y universal, desconocido para el público en general, a pesar de tener un siglo de antigüedad. Sus obras se distinguen por ser ejecutadas mecánicamente a partir de bocetos, sólo con los elementos plásticos del arte (planos y colores), sin obtener ninguna referencia de la realidad u otro significado más que sí mismas. De igual modo, la finalidad de su contemplación, que requiere cierto esfuerzo de concentración, es inducir al espectador a un estado de consciencia, a través de una búsqueda interna. Por medio del estudio de uno de sus artistas, el pintor cubano Waldo Balart, afincado en Madrid, nos acercamos a dicho movimiento, repasando su trayectoria, su situación actual y la mentalidad global que comparten sus artistas. El objetivo de este trabajo es demostrar que Waldo Balart es un artista representativo de esta corriente, una conclusión que se ha evidenciado después de comprobar que las colecciones y museos más prestigiosos dedicados al arte concreto cuentan con su obra entre la privilegiada selección de artistas. Otro propósito es hacer visible que él es un artista que ha hecho una gran aportación a la historia del arte, algo que ha sido resuelto con el examen del extenso trabajo artístico y teórico con el que ha contribuido, producto de toda una vida de dedicación. Igualmente se ha revelado que por medio de su amistad ha influido en el trabajo de artistas tan importantes como Andy Warhol. Además, la finalidad de la investigación es probar que Waldo, cuyo apellido completo es Díaz- Balart, despierta un inmenso interés por ser una figura notable socioculturalmente, hecho que conlleva el pertenecer a una familia destacada política y socialmente; primero en su país natal, Cuba y luego en el país donde se exilio, los EEUU. Por otro lado, Waldo ha vivido en diferentes partes del mundo - Cuba, Nueva York, Madrid, Paraguay, Brasil y Bélgica - absorbiendo cosas destacable de varias culturas, en momentos puntuales que concentran una enorme atención. De ellos se destaca la explosión cultural que vivió en Nueva York, durante el reinado del expresionismo abstracto, el pop art y el minimalismo. Asimismo, en cada cultura ha convivido con personalidades tan relevantes como su excuñado Fidel Castro e incluso, fuera del plano artístico, él mismo desempeñó un valor social preponderante. Todas las circunstancias que rodean su atractiva personalidad, de alguna manera han sido absorbidas y proyectadas en su labor artística, en la que utiliza el color como herramienta expresiva. Con pretensión de evitar su dispersión y consiguiente perdida, así como de colaborar en el registro de la historia del arte contemporáneo, este ensayo reúne la mayor parte del material sobre un valioso artista, que hasta ahora está poco estudiado...