20 resultados para Depresión
Resumo:
La enfermedad de Parkinson (EP) es una enfermedad progresiva, crónica e incapacitante cuyos síntomas principales son el temblor de reposo, la rigidez y la bradicinesia, apareciendo en el transcurso del tiempo la inestabilidad postural. Las alteraciones cognitivas y del estado de ánimo son otra de las características de esta enfermedad, pudiendo constituir una de sus complicaciones más incapacitantes. Ni el deterioro cognitivo leve (DCL) ni la demencia (D-EP) son fáciles de definir ni de evaluar. Algunos autores describen el DCL como una fase premórbida de la demencia (Pigott et al, 2015) aunque no todos los pacientes evolucionan a D-EP. La prevalencia de la D-EP es de 20-40% (Aarsland, Anderson et al, 2001), siendo algunos de los factores de riesgo la edad avanzada al diagnóstico, los síntomas motores más graves, sobre todo los relacionados con el trastorno de la marcha y la inestabilidad postural, el deterioro cognitivo leve, la depresión, el déficit temprano en fluidez verbal, la aparición de alucinaciones o la escasa respuesta al tratamiento con levodopa (Emre, 2003). El perfil de demencia en la EP es de tipo frontosubcortical, con déficits en las funciones atencionales y ejecutivas, mnésicas, visoespaciales, la fluidez verbal y las praxias...
Resumo:
Esta investigación surge de tres cuestiones fundamentales: En primer lugar, de la situación tan dramática a la que ha llegado actualmente la violencia doméstica en nuestra sociedad. Con cifras de mujeres fallecidas a manos de sus parejas o ex parejas verdaderamente alarmantes: treinta y ocho mujeres en nuestro país en lo que va de año, y 1018 mujeres desde 1999, año en el que se comienza a llevar un registro de las víctimas por este tipo de delito; en segundo lugar, de la gravedad del daño psicológico que sufren las víctimas y de sus secuelas. La Organización Mundial de la Salud (2013) señala que las mujeres que sufren maltrato por parte de su pareja tienen casi el doble de probabilidades de sufrir depresión en comparación con las que no padecieron ningún tipo de violencia y son dos veces más propensas a tener problemas con el uso/abuso del alcohol. Y en tercer lugar, de la necesidad de paliar el desequilibrio aún existente en la literatura científica en cuanto a volumen de investigación a favor del maltrato físico sobre el psicológico. Aunque la situación tiende a reequilibrarse en los últimos años, debido a que los datos señalan al maltrato psicológico como la cara más corrosiva del maltrato en la pareja y antesala del maltrato físico, aunque los estudios sobre el maltrato físico siguen abarcando aún el grueso de las investigaciones sobre violencia de género. (Blázquez, Moreno y García-Baamonde, 2010)...
Resumo:
La deglución es una función básica de las más primitivas presentes en los animales y es fundamental para la nutrición y asegurar así la supervivencia de las especies. Está estimulada por conexiones innatas a nivel del tronco cerebral y existe un impulso instintivo al nacimiento en la mayoría de los mamíferos para la nutrición y la saciedad. La relación del ser humano con la alimentación varía a lo largo de los distintos periodos evolutivos y de ser una forma de subsistencia, se convierte hoy día en una forma de definir cultura y en un punto de encuentro socio-familiar y hasta profesional que dibuja nuestros gustos e incluso éxito en la vida. Es por ello que una alteración en la deglución puede tener gran impacto en el desarrollo y en la calidad de vida, y puede llegar a ser responsable de consecuencias nutricionales o complicaciones graves como la broncoaspiración. Se describe la disfagia como la sensación de dificultad de paso del alimento desde la boca hasta el estómago. Cualquier anomalía en cualquiera de las fases de la deglución puede ocasionar disfagia. La mayoría de la literatura científica sobre prevalencia de disfagia está en relación con causas neurológicas de la misma, por lo que las cifras de prevalencia varían mucho en relación a la población general. En la mayoría de los estudios poblacionales la prevalencia de disfagia se sitúa en torno al 10% lo que supone un síntoma frecuente en la población . En nuestro país no existen datos sobre la prevalencia de disfagia en población general y los estudios disponibles están en relación con comorbilidad o pacientes ancianos. Es una constante en la literatura la asociación de la enfermedad por RGE con la presencia de disfagia, y en las pocas series que evalúan el impacto de la disfagia sobre la calidad de vida existe una menor puntuación en los cuestionarios de calidad de vida en los individuos con disfagia, asociándose también a mayor ansiedad-depresión. Los objetivos del presente trabajo son estimar la prevalencia de disfagia en la población española mayor de 18 años de edad, evaluar los posibles factores asociados a la disfagia y estudiar el posible impacto de la disfagia sobre la calidad de vida.
Resumo:
Vivimos en una sociedad en la que el concepto del “yo” requiere de la existencia del “otro”. Por lo tanto, “la mujer” es el “otro” del “hombre”. Ser mujer significa existir para los demás. Maternidad convertida en único proyecto vital; piedra angular del éxito del hogar. Una mujer es vista como un objeto de deseo; como un cuerpo útil que amamanta a sus hijos; una mujer que satisfaga las necesidades. Eternas dicotomías hombre/mujer que ponen de manifiesto el modelo de opresión y coacción: cultura/naturaleza, opresor/oprimidos. Otra dicotomía posible: mujer como madre, o mujer como ser sexual. La enfermedad es dolor, lágrimas, pérdida de fuerza, asfixia, depresión. Pero el dolor es necesario; el dolor nos recoloca en el mundo y nos confirma como cuerpo, nos da la certeza de nuestra propia existencia. Todo el mundo enferma. Algunos con mucha más frecuencia que otros. Otros parecen vivir en hospitales. Por otro lado, rechazamos a los enfermos, quitamos de delante de nuestros ojos a los que sufren. Les metemos en la cama. Estar enfermo es existir entre la vida y la muerte. Es un estado transicional. Una persona puede estar vivo o muerto, pero no entre medias. Los períodos de transformación son peligro, desorden, desequilibrio, amenaza. Todo el mundo tiene miedo de la enfermedad. Es como si con sólo pensar o decir la palabra, pudieras infectarte tú y todo el mundo que te rodea. Tenemos estrictas normas estéticas: debes estar siempre sano, siempre joven, siempre fuerte. Los medios de comunicación imponen modelos casi imposibles. Cualquier persona que contradiga estas exigencias estéticas, que viole los códigos de la belleza, se encuentra fuera de la existencia cotidiana. Debemos recuperar la herida; dejemos que la sangre fluya; escuchemos los gritos de dolor; olamos la carne podrida disimulada tras la estúpida intención humana de ocultar la evidencia inevitable. No podemos evitar nuestra condición biológica, la finitud. No somos mecanismos perfectos; somos seres humanos imperfectos. Podemos cambiar este sistema. Mostremos la llaga. Aniquilemos la vergüenza de sentirse imperfecto. No nos avergoncemos de tener cuerpos imperfectos. Nuestros cuerpos necesitan cicatrices, y las cicatrices necesitan a nuestros cuerpos...
Resumo:
La coyuntura vivida por la población rural en Castilla la Nueva durante la Edad Moderna no ha gozado de una producción historiográfica abundante. Las investigaciones sobre devenir del mundo agrario en este territorio tan vasto e importante del centro peninsular vivieron su apogeo hace varias décadas. No obstante, las contribuciones de los últimos años, relacionadas con la reconstrucción de magnitudes económicas y demográficas en varias zonas de la región, están resultando muy sugestivas. Toledo fue una de las ciudades castellanas más pobladas e importantes a comienzos de la Edad Moderna, y su catedral era la sede de una de las más poderosas archidiócesis de los reinos hispánicos. La citada urbe, como el resto de Castilla, conoció una fase expansiva en el siglo XVI y sufrió una depresión en el siglo XVII. La bibliografía general sobre la Ciudad Imperial y su territorio circundante en esta época es muy extensa, pero relativamente escasa en cuanto a estudios socioeconómicos de larga duración. El principal cometido de esta investigación es reconstruir y analizar la evolución de tres magnitudes coyunturales muy significativas en el Toledo moderno: la población, el coste de la vida y la renta de la tierra. La explotación de las fuentes eclesiásticas y civiles toledanas permite establecer varios objetivos concretos: 1) estudiar el movimiento de la población en la provincia toledana entre los siglos XVI y XIX a través de censos y registros bautismales; 2) construir un índice de precios para la ciudad de Toledo entre 1521 y 1650, que servirá como indicador de la evolución del nivel de vida de los toledanos y como deflactor de las magnitudes expresadas en términos corrientes; y 3) examinar los contratos agrarios y la trayectoria de la renta de la tierra entre 1521 y 1650, a partir de una muestra representativa de posesiones rurales de la catedral toledana. El balance demográfico en la provincia de Toledo fue especialmente pobre entre finales del siglo XVI y mediados del siglo XIX. La tendencia fue positiva en el Quinientos, pero la recuperación posterior al declive del Seiscientos fue exasperante; hasta la segunda mitad del siglo XVIII no se sobrepasarían los niveles máximos de finales del siglo XVI. Torrijos-‐‑La Sagra-‐‑ Toledo y La Mancha, comarcas entonces densamente pobladas y con buena dotación de recursos agrarios, participaron más en la fase depresiva. Por su parte, Talavera y La Jara-‐‑Montes, tuvieron un papel más destacado en la recuperación posterior...