3 resultados para Cambio de lengua
em Repositorio Institucional de la Universidad Nacional Agraria
Resumo:
Las palabras pitahaya y pitaya se derivan del Taino, una lengua de los pueblos indigenas de los países caribeños y ambas significan fruta escamosa. Los frutos de pitahaya crecen sobre un cactus tropical de forma columnar que pertenece a los géneros Stenocereus y Pachycereus. Por otro lado, los frutos de pitahaya crecen sobre un cactus tropical trepador que pertenece a los géneros Hylocereus y Selenicereus. En esta reseña se hará referencia a la biología y manejo postcosecha de los frutos de pitahaya que crecen en cactus de hábito trepador. La pitahaya amarilla (Selenicereus megalanthus) se cultiva en Colombia, Ecuador e Israel. La pitahaya roja, especialmente Hylocereus undatus, es cultivada en 19 países. Los principales países productores de pitahaya son en este orden Vietnam, Colombia, Nicaragua, México e Israel. Los frutos de pitahaya son una buena fuente de minerales, glucosa, fructosa, fibra dietética y vitaminas. La pitahaya es un fruto no climatérico, con tasas de producción de etileno de 0.025 a 0.091 iL.kg-1 hr-1. Los índices de cosecha incluyen: cambio de color de la cáscara, contenido de sólidos solubles, acidez titulable y días después de la floración (mínimo 28 días y máximo 35 días). El daño por congelamiento, daños mecánicos y la pérdida de agua, son los tres principales desórdenes fisiológicos postcosecha que se presentan en los frutos de pitahaya. Se recomienda almacenar los frutos de pitahaya a 7-12°C y 85-90% de humedad relativa. Se necesita más información acerca de la manipulación de la planta de tal manera que florezca durante todo el año, y no solamente unas cuantas veces, para satisfacer la demanda nacional y los mercados internacionales.
Resumo:
El presente estudio forma parte del trabajo conjunto del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), el Programa de Investigación sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) y la Central de Cooperativas Cafetaleras del Norte (CECOCAFEN). Se identificaron las prácticas de adaptación al cambio climático que se están implementando en tres fincas del departamento de Matagalpa y se analizó el impacto de las mismas a nivel socioeconómico y ambiental. Según el estudio Tortillas en el Comal (TOR – por sus siglas en inglés), se espera un aumento en las temperaturas medias anuales (alrededor de 1° C en la década de 2020 y 2° C en la década de 2050). Las temperaturas mínimas y máximas diarias serán más altas. Habrá un déficit creciente del agua debido a una menor precipitación y altas tasas de evap otranspiración de las plantas (...) el déficit hídrico del suelo que va a empeorar el estrés por calor para las plantas, reducirá significativamente los rendimientos y representa una grave amenaza para la seguridad alimentaria. (Eitzinger et al., 2012). Sin embargo, se ha logrado determinar que las prácticas de adaptación al cambio climático implementadas por los productores han tenido un impacto positivo. A nivel social, la diversificación de los medios de vida permite el abastecimiento alimentario suficiente para contrarrestar la problemática de los meses de escasez en las zonas cafetaleras. A nivel económico, la cosecha de agua y las estrategias de alimentación de verano en bovinos aseguran la producción de lácteos y carnes aún en tiempo de sequía en las zonas ganaderas. Y, finalmente a nivel ambiental, se ha mejorado la calidad del suelo mediante el establecimiento de sistemas agroforestales en café y cacao y el uso de Canavalia ensiformis para la recuperación de suelos.
Resumo:
El estudio se realizó en los municipios de Murra y San Juan de Limay, con el objetivo de generar información básica actualizada para la gestión de los recursos hídricos superficiales, tomando en cuenta los efectos del cambio climático en los municipios en estudio y de esta manera contribuir a mejorar la calidad de vida de los habitantes. La metodología empleada consistió en identificar Zonas Potenciales de Recarga Hídrica (ZPRH) a través de metodología desarrollada por Matus (2007), también se estimó el balance hídrico de suelo con escenarios climáticos actuales y futuros (año 2050). Se realizó la valoración de la recarga del acuífero a través del método Recarga de Agua Subterránea (RAS). Entre los resultados se obtuvo que en el municipio de Murra predominan suelos de orden Alfisoles y en San Juan de Limay suelos de orden Alfisoles, Entisoles y Vertisoles. En ambos municipios se delimitaron zonas potenciales de recarga hídrica moderada con 71% (Murra) y 65.57% (San Juan de Limay) del área total municipal, en donde predominan pendientes de 15-45%. Las zonas potenciales de recarga hídrica se puede mejorar a través del aumento de la cobertura vegetal con la implementación de Sistemas Agroforestales, Sistemas Silvopastoriles y obras de conservación de suelos y agua. Según el balance hídrico para Murra con clima actual se da un déficit de agua desde el mes de febrero hasta mayo, en cambio según proyecciones de futuro en el año 2050, este déficit se agudizará. En San Juan de Limay se da un déficit de agua que inicia en diciembre y finaliza en abril, para el 2050 se espera un incremento en el déficit de agua desde el mes de febrero hasta abril, estableciendo para dicho año una disminución en la precipitación. Es evidente un aumento en la temperatura de 2°C en ambos municipios. La Recarga de Agua Subterránea bajo el mismo uso actual del suelo presenta una disminución en la infiltración y recarga del acuífero, en cambio con mejoras en el porcentaje de cobertura vegetal, la recarga se ve favorecida por la infiltración del agua en los suelos.