3 resultados para Nióbio-Cobre.
em Biblioteca Digital de la Universidad Católica Argentina
Resumo:
Resumen: Lo que se pretende reflejar en este trabajo es la importancia del uso de fosfitos y micronutrientes en el cultivo de soja. El cultivo de esta oleaginosa se ha ido incrementando a lo largo de los últimos años de la mano de la siembra directa, de la genética, del paquete tecnológico para su implantación y protección y del manejo realizado por los profesionales del agro. Este crecimiento en superficie en detrimento de los demás cultivos extensivos que deberían formar parte de la rotación, hizo de la oleaginosa en varias zonas un monocultivo. Esto sumado a la falta de rotación de activos fue generando problemas dentro de los cuales podemos citar: malezas de difícil control, alta presión de enfermedades y plagas. La fertilización, en la generalidad de los casos, está por debajo de los requerimientos por tonelada lograda, generando extracción de macro y micro elementos y agotando los niveles de estos mismos en el perfil edáfico. El aporte de macronutrientes está dado principalmente por fósforo (no en todas las zonas). Asimismo, en algunas zonas dependiendo las deficiencias agregan potasio, azufre y calcio. Así todo se fertiliza por debajo de los rindes objetivos perseguidos, lo cual se comprende que cuando los cultivos superan los mismos, se está haciendo una extracción mayor del sistema suelo que los aportes generados. Lo ideal es realizar un muestreo de cada lote y ambiente, verificar los niveles de nutrientes disponibles y fertilizar pensado en contemplar el rinde perseguido y entregar al sistema suelo un poco más, de manera de hacer una producción no solo rentable en el corto plazo sino sustentable en el tiempo, cuidando el capital suelo. Los macro y meso nutrientes son aportados vía fertilización de base o fondo y la manera más eficiente de aportar los micro elementos, es vía fertilización foliar. Los fosfitos son desde el punto de vista sanitario, la herramienta ideal y complementaria de los fungicidas. Son derivados del ácido fosforoso y tienen dos formas de acción contra los hongos fitopatógenos. Una forma indirecta, aumentando el nivel de defensas de las plantas o Fitoalexinas, impidiendo que las esporas germinen en tejido susceptible. Y una acción directa como fungicidas contra los pseudohongos u Oomicetes. Recordar que los triazoles son una excelente herramienta para controlar hongos verdaderos (Ascomicetes, Basidiomicetes y Deuteromicetes) al igual que las estrobirulinas, pero ambos activos no son específicos para Oomicetes. Generalmente, los fosfitos van combinados con diferentes cationes, que a su vez le confieren diferentes modos de actuar, por ejemplo el fosfito de cobre, actúa desde el punto de vista sanitario elevando las defensas y además presenta el catión cobre como elemento fungistático y bactericida. En el mercado existen diferentes tipos de fosfitos y formas de acción según catión acompañante. Hay fosfitos de Cu, Al, K, Mn, Ca, ect. Uno de los puntos más importantes de los fosfitos es que se translocan vía xilema y floema, llegando rápidamente a los diferentes sitios de la planta. Los fungicidas a diferencia de los fosfitos no pueden realizar la misma labor. Los fungicidas protegen al follaje tratado, pero no al nuevo emergente y el movimiento de los activos se da desde donde impacta la gota asperjada en sentido ascendente, ósea acrópeto, mientras que los fosfitos al recorrer toda la planta realizan una protección integral de la misma. Además, los fosfitos, presentan efecto sinérgico con los fungicidas potenciando la acción de estos. Colaboran en el engrosamiento de tejidos de raíz y tallo, fortaleciéndolos contra el ataque de patógenos. Son de rápida absorción e impactan positivamente en la formación de destinos, como flores y frutos, y fuentes de reservas como raíz. No disponen de valor nutricional para los cultivos extensivos anuales, ya que presentan un tiempo de degradación que excede al desarrollo de estos mismos. Este trabajo, se desarrolla implementando el diseño completamente aleatorio, en el cual la variable respuesta (rendimiento) puede depender de la influencia de un único factor (aplicación de fitoestimulantes), de forma que el resto de las causas de variación se engloban en el error experimental. Se compara los tratamientos contra el testigo, y se hace análisis de la variancia con un nivel de significación del 5%. Dentro de la variable respuesta se analiza el rendimiento en kg/ha. Teniendo en cuenta para este análisis los siguientes datos: 1) Número de granos 2) Peso de 1000 granos Este ensayo consta de cuatro tratamientos y tres repeticiones en un mismo estado fenológico (V10 R2) del cultivo.
Resumo:
Resumen: Existen evidencias que señalan zonas en la pampa húmeda con deficiencias de micronutrientes como el cinc, el boro y el cobre para el cultivo de maíz. Se cree que la fertilización foliar puede ser la técnica apropiada para cubrir estas deficiencias originando incrementos en los rendimientos. Por otra parte, mediante esta técnica es posible agregar pequeñas cantidades de macro-nutrientes que pueden incrementar el rendimiento. Sin embargo esta no es una práctica generalizada en la Argentina y probablemente se deba a su respuesta de baja magnitud y muchas veces errática en ensayos. En consecuencia se realizó un trabajo con el objetivo de encontrar la respuesta promedio en rendimiento del maíz que esta técnica posee. Por un lado se llevaron a cabo cuatro ensayos en la campaña 2009/2010 para encontrar esta respuesta y por el otro se realizó un meta-análisis estadístico, que resumió 31 ensayos, totalizando 108 tratamientos sin contabilizar testigos. El meta-análisis estadístico es una herramienta estadística ampliamente utilizada en otros países y otros campos de estudio como la medicina, pero es en la Argentina algo novedoso. Se incluyeron en este meta-análisis ensayos de Satus Ager S.A., empresa sin interés comercial en la venta de fertilizantes y del INTA como organismo técnico independiente. En las publicaciones de estos ensayos, de los 108 tratamientos evaluados solamente un 6,4% eran señalados como significativamente distintos a sus testigos, demostrando la escasa potencia de los ensayos pequeños para detectar incrementos en el rendimiento. Al realizar el meta-análisis se detectó heterogeneidad y falta de normalidad en los datos, la que fue solucionada subdividiendo a los ensayos en líneas endocriadas e híbridos. Los fertilizantes foliares aumentaron el rendimiento en 3,8% y 5,7% para las líneas endocriadas y los híbridos respectivamente. Ambas respuestas fueron estadísticamente significativas (p < 0,0001). Para los híbridos se encontró, además, que a mayor rendimiento del testigo, mayor respuesta del fertilizante, no solo en kg sino también en % (p = 0,002).
Resumo:
Resumen: La utopía y el relato de viaje conforman dos narrativas complementarias que describen mundos desconocidos, pero largamente anhelados. No obstante, en el contexto medieval, no podemos interpretar el concepto de utopía en el sentido político propio de la Modernidad, moriano, del término, sino como un proceso de construcción de expectativas que, a partir de un mismo modelo formal que se mantendrá a lo largo del tiempo en todas las manifestaciones de un país o sociedad ideal, tiende a ubicar en una lejanía inaccesible pero narrable la satisfacción de las necesidades de un presente difícil. Este es el caso de la Abundantia, la más antigua forma de utopía, vinculada al reino de Saturno y a sus múltiples versiones medievales: la Cucaña, el país de Jauja, el Dorado. Presente bajo diferentes formas en prácticamente todas las literaturas europeas occidentales, también la literatura árabe medieval hará un uso particular de la utopía y del relato de viaje, en donde incorporará su propia y específica visión religiosa y cultural. Nos proponemos entonces describir el modelo formal propio de la literatura utópica y la modalidad que adquirió el relato utópico de la Abundantia en el Islam, en particular en la leyenda de la Ciudad de Cobre, del geógrafo andalusí Abu Hamid al-Garnati, y su posterior desarrollo en Las mil y una noches.