Paradiso, Campanelli��� y un contrato internacional de maternidad subrogada ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos

Introducci��n: El contrato de gestaci��n por sustituci��n, tambi��n llamado alquiler de vientres o maternidad subrogada, es aquel en el que se acuerda con una mujer (la madre subrogante) que esta tendr�� un hijo y luego se lo dar�� a quien encarg�� al ni��o. Dependiendo del caso, los gametos pueden ser de la madre subrogante, de los pretensos padres, solo de uno de ellos o de ninguno, es decir, de terceras personas. En algunos pa��ses estos contratos est��n prohibidos, mientras que en otros est��n permitidos y, en otros, no regulados. En este marco de dispersi��n normativa se ha generado un fen��meno llamado ���turismo reproductivo���, que consiste en que quien pretende obtener un ni��o por subrogaci��n, viaje de su Estado de residencia a otro ��� en donde la regulaci��n sea m��s permisiva��� con el solo objeto de celebrar un contrato de gestaci��n por sustituci��n y anotar al ni��o como propio. Como consecuencia, no solo existen complicaciones para los pretensos padres a la hora de querer volver al Estado donde buscan que se reconozca a ese hijo como propio, sino que, una vez en el Estado receptor, bas��ndose en el orden p��blico, puede que este no reconozca el certificado de nacimiento en donde el ni��o es inscripto como hijo de ellos. En este escenario es donde se sit��a la sentencia en comentario.