21 resultados para Rafael, Santo
Resumo:
El siglo segundo de nuestra época se caracterizó por una cierta complacencia en la grandeza de la civilización romana, en su poder y la seguridad que ofrecía. Era un tiempo de prosperidad; se fundaron escuelas en diversas ciudades de las provincias del imperio. El emperador Marco Aurelio estableció en Atenas una universidad internacional con cuatro cátedras, una para cada una de las cuatro grandes escuelas de filosofía. Hubo también un renacimiento de los estudios de medicina, de astronomía y de óptica. Pero, por otra parte, los estudios no se caracterizaban por su originalidad. Apenas se produjeron ideas verdaderamente nuevas. Pero, en cuanto a la vida religiosa se podía observar un interés mayor en la religión, sobre todo en el deseo de hacer una experiencia personal de lo que se pensaba que era lo divino. La religión imperial exigía solamente una cierta lealtad y presentaba una mezcla de dioses de los que no se sabía bien qué eran y, mientras que los filósofos no daban explicaciones satisfactorias de las cuestiones sobre la naturaleza de la divinidad, la gente iba a buscar respuestas en otra parte y estaba deseosa de revelaciones...
Resumo:
Resumen: En este trabajo seguimos la presentación de la materia, la forma y la privación realizada por Santo Tomás de Aquino en los dos primeros capítulos del De principiis naturae. Identificados como los principios de la naturaleza, son la clave para entender las definiciones de generación de las que nos provee el Aquinate. Él entiende la generación, protagonista de los cambios del mundo material, en sus principios, descubiertos en sus relaciones acto-potenciales. Completa esta presentación la distinción entre las substancias y los accidentes y sus consecuencias en el campo de los cambios de los cuerpos. Luego, Santo Tomás extiende los análisis de la privación y de la materia. La privación, entonces, es bien distinguida de la negación, porque el Aquinate muestra su dimensión potencial. La materia, por otro lado, se descubre en su pluralidad de sentidos y nos permite hablar de una participación de la materia, a partir de la principalísima materia ex qua o primera. Por último, tomamos nota de las fuentes secundarias de este texto, revisando pasajes de San Agustín y Averroes.
Resumo:
Resumen: Es un hecho que Dios ha impreso de un modo necesario e indefectible la dirección hacia su fin a las creaturas materiales y a las creaturas espirituales incluido el caso concreto del hombre. Pero también es un hecho que en el mundo corpóreo, la persona humana cuenta con la libertad de los medios para alcanzar dicho fin. En esto se distingue el hombre de los animales irracionales, en que la naturaleza espiritual y libre ha de ser encauzada en su actividad por una ley específicamente distinta a la del mundo irracional, que a la vez de conducirla eficazmente hacia su fin, sea compatible con la libertad. Dada la relevancia de este tema para la comprensión del problema moral del hombre, el objeto de este trabajo es profundizar en la naturaleza del acto libre y por ende en los principios que fundamentan la libertad en el pensamiento de Santo Tomás de Aquino quien sin lugar a duda ha logrado una gran profundidad en el análisis del acto humano.
Resumo:
Introducción: A lo largo de su obra, J. Ratzinger ha destacado la dimensión histórica de la revelación divina como un rasgo esencial de la religión de Israel y, de un modo específico, de la fe cristiana. En las últimas décadas el hoy Papa Benedicto XVI ha renovado esta afirmación, ante interpretaciones que correrían el riesgo de oscurecer dicha dimensión del obrar divino como objeto de fe. Sus expresiones recientes podrían ponerse en relación con otras tempranas sobre santo Tomás de Aquino, al compararlo con representantes de la tradición platónico-agustiniana, como san Buenaventura. En esta presentación haremos referencia sucesivamente a algunas de dichas observaciones tempranas de J. Ratzinger, a la vinculación entre el misterio de Dios y obrar divino en la creación y en la historia en algunos textos del Aquinate, y a expresiones más recientes de Benedicto XVI, que permiten percibir un cierto diálogo subyacente con sus fuentes, así como la actualidad del tema.
Resumo:
Resumen: La actitud mental del apóstol San Pablo en el Areópago de Atenas (Hch 17), la perspectiva con la que encara su misión evangelizadora, es uno de los modelos que Su Santidad Juan Pablo II presenta a los nuevos evangelizadores, en dos encíclicas suyas que son marco de referencia en este artículo: Redemptoris missio y Fides et ratio. Pablo en el Areópago de Atenas y Tomás de Aquino en París recorren caminos de encuentro con los otros, de diálogo profundo con los interlocutores, y ambos saben contar con los elementos de verdad que adquiridos por la razón, el arte, la experiencia de vida y la revelación sobrenatural, forman parte de la historia de los otros. En el contexto histórico de la teología del siglo XIII en Colonia y en París, San Alberto Magno y Santo Tomás se contaron entre aquellos que abrieron paso para reproponer una perspectiva de las verdades reveladas que iba más allá del solo comentario literal y la paráfrasis a los libros de las Sagradas Escrituras, y ambos invitaban a hacer legítimo recurso a los filósofos paganos, por entonces prohibidos a los estudiantes de la sagrada doctrina. En este contexto el De ente et essentia de Santo Tomás se presenta como un prototipo, como un modelo en miniatura de ese diálogo nuevo y fecundo. Más que detenernos en las tesis del De ente, lo proponemos como una iniciación al pensamiento filosófico y teológico del Aquinate, o más precisamente, una iniciación a su estilo de hacer teología complementando amigablemente la fe y la razón. La actitud inaudita del diálogo no excluyente que el albertismo y el tomismo inician con la Biblia, con Aristóteles, con el neoplatonismo cristiano, con filósofos judíos y árabes y que Santo Tomás cristaliza en este breve sermón o discurso acerca del ente y de la esencia, del alma humana, de los ángeles y de Dios, muestra la creatividad de su diálogo con la cultura, que integra las riquezas subjetivas de los principales interlocutores de su tiempo y de la historia del pensamiento. La tradición es la tierra fértil en la que se nutre el pensamiento original del presente. El magisterio de Santo Tomás en los areópagos de hoy es el magisterio tomista de hoy en los areópagos del mundo.
Resumo:
Introducción: Frecuentemente oímos hablar de la época contemporánea y del siglo veinte como del comienzo de una nueva era. Se la determina con el termino de era atómica. Y en realidad nos damos cuenta que algo ha terminado, que hemos dejado las costas, que una tormenta nos ha arrancado de lo seguro y nos ha arrastrado mar adentro, donde ahora navegamos en "un mar de dudas" en busca de un puerto que desconocemos y que ninguno está en situación de determinar, porque como todo fin es trascendental al movimiento mismo. Por eso se a hecho ya un término no trillado hablar de época de crisis. Romano Guardini acuñó un concepto para caracterizar a nuestra época: "fin de los tiempos modernos". Estamos al fin de una era, y eso es claro; pero, lo nuevo, el nuevo mundo que nace es solo pálpito y presentimiento. Esto aflora con mayor claridad en el pensamiento metafísico, que es el lugar donde se manifiesta, toma conciencia el movimiento histórico y se expresa en forma conceptual. Así como el hombre de nuestros días en una actitud adolescente (en sentido positivo y negativo), quiere pintar no como los modernos, quiere componer no como sus maestros; del mismo modo, quiere pensar, pero no como pensaron sus antecesores. El pensamiento moderno le resulta demasiado estrecho y se a dispuesto a salir de él ensayando los primeros gestos. Una parte muy grande de los escritos de Heidegger consisten en decir que la metafísica ha terminado y que hay que buscar el ser y el sentido de los entes por otro camino. De ahí que el mismo Heidegger dice que su filosofía que es un "estar en camino" (unterwegs), y O. Pöggeler titula su libro sobre la filosofía de Heidegger "El camino del pensamiento de Martín Heidegger". La primera parte del presente trabajo procura establecer una comparación entre una corriente contemporánea (que por lo tanto está al fin del "tiempo moderno") como es la fenomenología, para establecer un parangón con la filosofía de Tomás de Aquino, procurando descubrir las raíces recónditas de la "Philosophia perennis". No es un trabajo de estudio histórico del pensamiento, ni un trabajo de crítica histórica, sino que pretende ser un trabajo de filosofía. De ahí que será fácil ver que el autor ha leído a Santo Tomás con el deseo de descubrir en él una respuesta a los problemas eternos de la filosofía del ser, tal como se plantean en nuestro tiempo.