5 resultados para Vigilância epidemiológica
Resumo:
225 p.
Resumo:
La Tuberculosis es una enfermedad cuya presencia ha sido constante en la historia de la humanidad. Como toda enfermedad infectocontagiosa no respeta fronteras, ni edades, ni sexos, ni razas, ni tampoco clases sociales. La tuberculosis que actualmente padecemos no es nueva; representa el final de una onda epidémica secular que alcanzó su máxima incidencia en Europa entre 1780 y 1880. Cien años marcados por el desplazamiento masivo de campesinos a las ciudades en busca de trabajo en las fábricas. Históricamente la epidemiología de la tuberculosis ha demostrado la existencia de un declive natural. Dicho declive se inició ya, incluso antes del descubrimiento de su agente causal, debido a la mejoría de las condiciones socio-económicas de la población. La aparición de la quimioterapia específica aceleró su ritmo de descenso anual. Hasta la aparición del SIDA, ningún otro factor ha modificado substancialmente su natural declinar. Tan importante son las condiciones socioeconómicas y sociopolíticas de la población en la expresión epidemiológica de ésta y otras muchas enfermedades, que en 1910, cuando no existían remedios para la tuberculosis, Holanda alcanzó el llamado punto de ruptura. Dicho punto es aquel en que se considera que la tuberculosis camina hacia su erradicación espontánea. Corresponde al momento en que cada enfermo bacilífero no puede infectar al número suficiente de personas para que se origine otro nuevo enfermo bacilífero. Evidentemente el SIDA ha supuesto una inyección de gasolina en la llama de la enfermedad tuberculosa que ha desbaratado los programas de prevención y control puestos en marcha en 1982 en nuestra Comunidad Autónoma. Como decía Napoleón Bonaparte, las batallas se ganan con organización y dinero. La batalla del SIDA aún continúa y con más ahínco en nuestro País Vasco donde esta enfermedad es especialmente prevalente. Afortunadamente los nuevos tratamientos han convertido una enfermedad mortal de necesidad en una enfermedad crónica con una mejora substancial en las expectativas de vida. Sin embargo, la gran secuela de la coinfección SIDA/Tuberculosis ha sido la aparición de multirresistencias a los fármacos por tratamientos incorrectos o falta de adherencia del paciente a los mismos. Parece que el devenir de la tuberculosis, al margen de los factores políticos, culturales y económicos, ligados a la globalización y al desarrollo sostenible dentro de un modelo neoliberal; de los movimientos de masas: inmigrantes y refugiados; del racismo; de las desigualdades de género; de la diferente accesibilidad, cobertura y eficacia en los Sistemas Públicos de Salud, etc., al margen de todo esto, la tuberculosis va a quedar condicionada a cuatro factores de índole biomédica: a) A la evolución de las multirresistencias. b) A la subordinación con la coinfección VIH. c) Al establecimiento de los denominados "nichos ecológicos", en donde la enfermedad alcanzará su máxima progresión (mayores de 65 años, sobre todo los de bajo nivel económico; inmigrantes procedentes de zonas de endemia elevada; personal sanitario y trabajadores expuestos; colectivos con adicción a drogas por vía parenteral (ADVP); alcohólicos; personas con padecimientos crónicos; pacientes en tratamientos prolongados con corticoides e inmunosupresores). En estos nichos ecológicos es donde hay que mantener un elevado índice de sospecha y establecer las estrategias adecuadas para la detección precoz de la enfermedad. d) Al éxito que se obtenga con la nueva vacuna terapéutica contra la TB creada por Joan Pere Cardona. La epidemiología de la tuberculosis estará próximamente ligada a la biología molecular y a la genética. En efecto, ya no bastará con identificar al bacilo de Koch en un paciente. Será imprescindible saber qué cepas están actuando en una determinada colectividad, así como su grado de sensibilidad frente a los tuberculostáticos. Acabó el siglo XX, hemos iniciado la segunda década del siglo XXI y la pelota aún sigue en el tejado. Estamos ante un problema de primera magnitud que hace mucho tiempo que dejó de seducir a los románticos. Como señala Bignall, comparando a la tuberculosis con lo que en su día supuso la viruela como problema de Salud Pública: La viruela se erradicó porque no sólo se disponía de una vacuna eficaz, sino además porque no requería habilidad en las relaciones humanas. Sin embargo, en la tuberculosis, la lucha ya no es contra el bacilo sino contra la mentalidad y las miserias humanas; por ello será larga, muy larga. Por todo esto y visto lo previamente descrito concluimos: 1. En la década 1993 a 2002 se diagnosticaron 847 casos de tuberculosis, 548 varones y 299 mujeres; 364 con SIDA y 483 sin demostración de VIH. 2. Si agrupamos las características medias de todos los casos recogidos, definiríamos al paciente tipo como a un varón con serología VIH negativa, una edad de 46,6 años y una afección tuberculosa de localización extrapulmonar, atendida en el Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital. 3. Si el paciente tuberculoso que escogiéramos tuviera 31 años, la edad con más casos acumulados de la serie, al igual que los de 30 y 32 años, lo más frecuente que observaríamos, sería un paciente varón con SIDA y adicción a drogas por vía parenteral. 4. Aunque el sexo predominante es el varón entre los enfermos de tuberculosis, este predominio se atenúa al prescindir de los pacientes que asociaron SIDA. 5. El principal factor de riesgo para contraer el VIH en los tísicos con SIDA fue la ADVP. 6. El número de casos totales anuales viene descendiendo desde 1991, fundamentalmente a expensas del declive entre los casos que asociaron SIDA. 7. Es necesario disminuir el tiempo de demora 2 consistente en el número de días que transcurren desde que el paciente manifiesta sus primeros síntomas hasta que éste recibe el tratamiento. Puesto que el tiempo de demora 1 (que va desde que el paciente es visto en el hospital hasta que se instaura el tratamiento) cumple con los objetivos marcados en el Programa de control y prevención del Gobierno Vasco, deducimos que la Atención Primaria tiene la máxima importancia en acelerar este acortamiento del tiempo de demora disminuyendo así el periodo de riesgo de transmisión de la enfermedad. 8. La tuberculosis es una enfermedad que tiende a su natural declinar pero haciéndolo muy lentamente. Actualmente, la encontramos en zonas periféricas de la ciudad donde el VIH hace estragos en pacientes jóvenes con estilos de vida nada saludables. A estas zonas deprimidas se las denominan "nichos ecológicos". 9. La lucha contra esta enfermedad deberá ser enfocada hacia estos "nichos ecológicos". La condición necesaria para que consigamos acelerar la eliminación de la enfermedad consistirá en que diagnostiquemos y tratemos los casos afectados junto a la búsqueda de sus contactos. Pero en la tuberculosis, esto no es suficiente. Estamos luchando frente a un bacilo que se aprovecha de los más débiles, los inmunodeprimidos, edades extremas de la vida, drogodependientes, alcohólicos, zonas deprimidas económica y socialmente, que podemos delimitar en un plano y concentrar en él las medidas de control pertinentes. No olvidemos que estamos frente a un bacilo que se enclaustra en una caverna, que infecta a la tercera parte de la humanidad y espera. La tuberculosis desaparecerá en la medida en que la sociedad prospere.
Resumo:
Objetivo: Describir la evolución del VIH/SIDA transmitido por vía sexual y parenteral en las 11 de las CCAA que han notificado su situación epidemiológica desde el año 2007 y compararla con de la CAPV. Métodos: Estudio descriptivo transversal, basado en datos secundarios. Se realizó un análisis descriptivo y se calcularon las tasas por 100.000 habitantes de los nuevos diagnósticos de VIH/SIDA según el sexo y el lugar de nacimiento. Resultados: Entre los años 2007-2012 se notificaron 16.581 nuevos casos de VIH, de los que 1.111 fueron en la CAPV y, la mayoría fueron en hombres (81,9%). Las relaciones sexuales no protegidas representan la principal vía de transmisión (92,2%), y casi la mitad en relaciones entre HSH y, con una tendencia ascendente. Se observó el mismo patrón en la CAPV. Los nuevos diagnósticos se produjeron mayoritariamente en las personas autóctonas, aunque las vías de transmisión fueron diferentes en las inmigrantes, con mayor frecuencia de transmisión heterosexual, especialmente entre las de África subsahariana. Casi la mitad de los nuevos diagnósticos de VIH/SIDA fueron tardíos, en todas las CCAA estudiadas y en la CAPV. Se comprueba la tendencia descendente tanto en el en el número de casos notificados de SIDA como en la mortalidad en todas las CCAA estudiadas. Conclusiones: El aumento de los casos de VIH/SIDA transmitidos sexualmente y de los DT, pone de manifiesto la necesidad de mejorar los aspectos preventivos de la infección, tanto dentro de los servicios de salud como en los programas centrados en la comunidad.
Resumo:
La infección vírica causada por el virus gripal o influenza representa una importante carga de enfermedad a nivel mundial y es responsable de una elevada morbilidad y mortalidad especialmente en ciertos grupos de riesgo. La vacunación constituye un elemento fundamental y es la principal medida preventiva para hacer frente a la gripe y sus complicaciones. El personal sanitario puede actuar como agente transmisor de la infección nosocomial, por este motivo se encuentra incluido en los grupos de riesgo en los que la vacunación frente a la gripe está indicada anualmente siempre y cuando no presente contraindicaciones. Dada su relevancia, se realizó una revisión bibliográfica, en las principales bases de datos electrónicas, para conocer la cobertura de vacunación antigripal (estacional y pandémica) del personal sanitario de España así como analizar las estrategias adoptadas con el fin de aumentar la cobertura de vacunación. La cobertura de vacunación de los profesionales sanitarios de España es baja, siendo menor para la gripe A (H1N1) que para la gripe estacional. Entre el colectivo de profesionales, los médicos tienen mayor cobertura seguido del personal de enfermería. El principal motivo para vacunarse es la autoprotección así como evitar el contagio de sus pacientes, y para no vacunarse dudar sobre la seguridad de la vacuna. La falta de información acerca de estrategias para aumentar la cobertura antigripal y la baja cobertura de este colectivo hacen necesario el desarrollo de más estudios para poder determinar el diseño e intervenciones de las campañas de vacunación antigripal.
Resumo:
219 p.