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ENGLISH: Knowledge of spawning habits is useful in the elucidation of the life history, ecology and population structure of tropical tunas, and is essential to the sound management of these resources. Until recently, little was known concerning the spawning of tunas, or about the distribution of their larval and juvenile stages, in the Eastern Pacific Ocean. Nichols and Murphy (1944) reported the capture off Colombia of young scombroids ultimately identified as frigate mackerel, Auxis thazard (Schaefer and Marr, 1948a). Fowler (1944) reported the capture off Manzanillo, Mexico of two young tunas, one of which is definitely and the other most likely Neothunnus macropterus (Klawe, 1959). In 1947, young of N. macropterus, K. pelamis, A. thazard and E. lineatus were caught offshore from Central America (Schaefer and Marr, 1948a, 1948b, and Schaefer, 1948). Further collections of young N. macropterus, A. thazard and E. lineatus were made in the same general area in the spring of 1949 (Mead, 1951). In January and February 1955, Clemens (1956) carried Out experiments in rearing young tunas, E. lineatus and A. thazard, in shipboard aquaria, using fish caught off Central America. Matsumoto (1958) reported captures of larval N. macropterus and K. pelamis in the area along the 120th meridian of west longitude. Klawe (1958 and 1961b) reported captures of larval N. macropterus and Auxis from the Revillagigedo Islands. Captures of young Auxis and E. lineatus in the Gulf of Panama in January 1922 during the Dana Expedition have recently been reported by Matsumoto (1959). Capture of juveniles of K. pelamis, E. lineatus and Auxis in the area off tropical Mexico and in the area of outlying islands during the SCOT Expedition has been reported by Klawe (1960a). SPANISH: El conocimiento sobre los hábitos del desove es útil para el esclarecimiento de la historia natural, ecología y estructura de las poblaciones de atunes tropicales, y es esencial para la acertada administración de estos recursos. Hasta hace poco tiempo no se sabía mucho sobre el desove de los atunes o acerca de la distribución de sus larvas y juveniles en el Océano Pacífico Oriental. Nichols y Murphy (1944) informaron sobre la captura frente a Colombia de escómbridos jóvenes últimamente identificados como melva, Auxis thazard (Schaefer y Marr, 1948a). Fowler (1944) también informó sobre la captura de dos atunes jóvenes frente a Manzanillo, México, uno de los cuales era definitivamente Neothunnus macropterus y el otro era lo más probable que también lo fuera (Klawe, 1959). En 1947 se capturaron especímenes juveniles de N. macropterus, K. pelamis, A. thazard y E. lineatus frente a la América Central (Schaefer y Marr, 1948a, 1948b, y Schaefer, 1948). Otras recolecciones de ejemplares jóvenes de N. macropterus, A. thazard y E. lineatus fueron hechas en la misma área general durante la primavera de 1949 (Mead, 1951). En enero y febrero de 1955, Clemens (1956) efectuó experimentos de crianza de atunes jóvenes, E. lineatus y A.. thazard, en acuarios a bordo para lo que empleó peces capturados frente a la América Central. Matsumoto (1958) informó sobre capturas de larvas de N. macropterus y K. pelamis en el área a lo largo del meridiano 120 de longitud oeste. Klawe (1958 y 1961b) ha dado cuenta también de capturas de larvas de N. macropterus y Auxis en las Islas Revillagigedo. Matsumoto (1959) ha informado recientemente acerca de capturas de ejemplares jóvenes de Auxis y E. lineatus en el Golfo de Panamá en enero de 1922 durante la Expedición Dana. Klawe (1960a) informó así mismo que durante la Expedición SCOT se capturaron juveniles de K. pelamis, E. lineatus y Auxis en el área frente a la zona tropical de México y en la región de las islas alejadas del continente.

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El próximo septiembre se cumplen treinta años de la llamada Expedición Naútica-Cientifíca “R. P. Francisco Morillo” realizada en botes neumáticos por un grupo de personas de diferentes orígenes y entre los que se encontraban naturalistas y profesionales de las Ciencias Naturales. A nivel profesional fue una gran experiencia, ya que me permitió transitar por un ámbito geográfico de difícil acceso, con flora y fauna cuya referencia la tenía solo a través de textos. Por otra parte y mirado a la distancia, fue muy interesante el comportamiento humano del grupo. Entiendo que un sociólogo podría dar alguna interpretación, pero he visto de todo, actos de solidaridad, de mezquindad, egoísmo y de cierta locura, como por ejemplo, querer matar un yacaré por el simple hecho de que estaba en la playa tomando sol. En este caso, la suerte estuvo del lado de la noble bestia, ya que los involucrados en las Ciencias Naturales pudimos detener semejante barbaridad y hacer comprender a los de “gatillo fácil” que no había ningún sentido en lo que querían hacer. Irónicamente, entre otras cosas, este viaje tenía dentro de sus objetivos participar en un Congreso de Conservación… Los objetivos del viaje para los naturalistas, sólo se cumplieron en parte, ya que al principio de esta travesía comenzaron a suscitarse problemas, principalmente por las características del río, lo que dificultó, por falta de tiempo, la toma de muestras y las consiguientes observaciones. A nivel personal me queda la riqueza que me dio esta experiencia y el haber conocido a dos personas que me llamaron profundamente la atención. A nuestro baqueano José “Pipo” Marty, un hombre generoso y de una gran sabiduría. El otro fue Exequiel Martínez, al que conocí en el congreso que se realizaba en Resistencia y con quién, a partir de ese momento, me une un lazo afectivo que nace de un profundo respeto y admiración.