2 resultados para Años ochenta

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El motivador de este trabajo ha sido generar estrategias de enseñanza tendientes a comprender a la diversidad biológica que nos rodea (haciendo hincapié en los macroinvertebrados), desde los distintos niveles de la enseñanza de las ciencias biológicas. Asimismo, sobre la base de nuestra experiencia en investigación en biología y en los distintos niveles de educación, podemos señalar que no son frecuentes de las actividades prácticas de campo y laboratorio en las clases de ciencia. Las mismas, constutyen recursos útiles para la enseñanza y aprendizaje de diferentes técnicas de muestreo específicas para cada grupo de organismos y para cada tipo de ecosistema: también para diseñar la forma de analizar los diferentes tipos de datos obtenidos e identificar las diferentes relaciones entre los grupos de macroinvertebrados con el ambiente en que viven. En esta contribución y a modo de una primera etapa, se plantea la forma de colecta y fijación (conservación) de macroinvertebrados, en relación con el ambiente en que se hallan. Los invertebrados, especialmente los artrópodos se pueden encontrar en cualquier época del año y en casi todos los ambientes. No es necesario ir muy lejos para encontrar la fauna buscada, de forma que con tan sólo un poco de capacidad de observación se pueden descubrir en los jardines, en los solares, en las quintas, en las hierbas de los caminos, en la playa, e incluso en el interior de nuestras viviendas. Por estas razones no debería presentar gran dificultad llevar a cabo un trabajo práctico de campo, incluso en los sitios que presentan marcados problemas de conservación. Los mismos deben realizarse teniendo en cuenta las directrices destinadas hacia la no depredación del ambiente y respetando la fauna de lugares protegidos (e.g. reservas y parques naturales), donde las capturas sin la debida autorización están prohibidas. El propósito de esta contribución es ofrecer la información indispensable para la captura y conservación de la fauna de invertebrados, y al mismo tiempo despertar la curiosidad del lector hacia estos grupos de animales. Sobre esta base, y teniendo en cuenta que hay que aclarar los por qué, para qué y el cómo diseñar estrategias y escenarios de intervención educativa para promover el aprendizaje, los objetivos de esta contribución son: 1) Proponer distintos métodos de captura adecuados para los diversos hábitats y formas de vida de los macroinvertebrados. 2) Describir diferentes técnicas de conservación del material colectado. Posteriormente, el objetivo de estudiar las relaciones existentes entre las distintas especies y con el ambiente donde viven, se realiza una contribución (Darrigran, et al., ms.), en la cual se describen los modelos básicos de muestreos necesarios para lograr esos objetivos. A partir de la adquisición de estos conocimientos, el docente estará en condiciones de elaborar recomendaciones didácticas tendientes a la sistematización y optimización del uso de estas herramientas como recurso didáctico para la enseñanza y aprendizaje de la biodiversidad que lo rodea. (Texto en Español. PDF tiene ochenta y seis paginas.

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Corría 1968. Yo era un estudiante enamorado de las ampularias, y alguien me regaló una separata del trabajo de María Isabel Hylton Scott titulado “Estudio morfológico y taxonómico de los ampulláridos de la República Argentina”. Hoy soy un profesor e investigador jubilado, … enamorado de las ampularias ¿Qué pasó en el medio? Por diversas circunstancias de mi vida comencé mi carrera estudiando roedores. Pero como canta un tango, “siempre se vuelve al primer amor” y dos décadas después (hacia 1990) conseguí algo de financiación para estudiar uno de estos extraordinarios animales: Pomacea canaliculata. Esto fue para mí un nuevo comienzo: poco a poco fui dejando mis estudios en ratones silvestres, y formando un grupo dedicado a esta ampularia ¡Fue un cambio de phylum! Pecado difícilmente perdonable en un ambiente científico cada vez más competitivo, pero que me llenó de satisfacción, por lo que me felicito de haberlo cometido. Desde entonces he dirigido a siete doctorandos en distintos aspectos de la morfología y la ecofisiología de este animal (Albrecht, 1998; Vega, 2005; Gamarra-Luques, 2007; Koch, 2008; Giraud-Billoud, 2009; Cueto, 2011; Giraud-Billoud, 2011), y sus tesis tienen al menos dos cosas en común: P. canaliculata casi siempre en el título, y el trabajo de Hylton Scott (1957) siempre citado en la bibliografía. Ella, “la doctora”, la “decana de los zoólogos argentinos” (como escribió Cazzaniga, 1991) fue para nosotros, atrevidos que no la conocimos personalmente, a quien llamábamos por sobrenombre “Doña Marisa”, y lo seguimos haciendo. Lo sigo haciendo yo, porque aunque jubilado “en los papeles”, sigo trabajando detrás de sus pasos. Hoy tengo un doctorando (C. Rodríguez) trabajando en P. canaliculata , el octavo de mis tesistas en esta especie, y deseo que no sea el último. Una revisión de la biología de ampuláridos actualmente en prensa en Malacologia (Hayes et al., 2015) cita repetidas veces el trabajo que hoy reedita ProBiota. Los autores provienen de un amplio “mundo”, porque “el mundo” de los ampuláridos se ha extendido antropocóricamente a lo que hoy es Estados Unidos, Europa, China y Japón. Esto no lo podría haber soñado Doña Marisa cuando comenzó sus pacientes estudios de la embriología de P. canaliculata hace ochenta años (Hylton Scott, 1934). Y si algún cientómetra quisiera calcular la vida media de sus citas, se encontraría con algo sorprendente: que la curva temporal de éstas no va decayendo ¡sino creciendo! Hoy no puedo imaginarme a mí mismo, como investigador, si no me hubiera topado con esa separata de cien páginas, escritas en un castellano elegante y hoy amarillentas, a las que guardo como un tesoro (porque las que usamos son sus fotocopias). Por eso, al acercarse los 25 años de la muerte de esta gran cordobesa (y platense por adopción) le propuse a mi amigo Hugo L. López esta reedición, que el aceptó con entusiasmo. Y también le propuse a mi alumno G. I. Prieto, excelente dibujante, que le diera nueva vida a una vieja foto de Doña Marisa que fue publicada por Cazzaniga (1992). Los que conocieron a “la doctora” personalmente, podrán decir si Prieto logró revivir su penetrante mirada. Creo que sí. Alfredo Castro-Vazquez