3 resultados para Sarduy, Severo

em Scielo Uruguai


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La neuropatía compresiva del nervio interóseo posterior es poco frecuente. Clínicamente se expresa por una paresia (o plejia) de los músculos extensores del puño, los dedos y abductores del pulgar. El estudio eléctrico es fundamental para determinar la topografía de la lesión, y la ecografía o imagen por resonancia magnética ayudan a descartar causas secundarias de compresión, pero el diagnóstico sigue reposando en un correcto examen clínico. En los casos que no mejoran o que tienen un déficit severo, se debe indicar el tratamiento quirúrgico dado que tiene hasta un 95% de buenos resultados cuando se acompaña de una buena rehabilitación posterior. Se presentan tres casos de parálisis del nervio interóseo posterior por compresión en su recorrido por debajo del músculo supinador corto. De los mismos, uno tuvo mejoría espontánea y dos requirieron cirugía descompresiva.

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El dolor es un problema de salud frecuentemente no reconocido e ignorado en pediatría.. Objetivo::reportar la prevalencia de dolor en niños hospitalizados: las 24 horas previas y en el momento de la entrevista. De los pacientes con dolor actual describir: intensidad y tratamiento indicado.. Metodología::estudio transversal, el 6/12/13 en el Centro Hospitalario Pereira Rossell (CHPR) y el 20/1/14 en otras instituciones del país. Se incluyeron los menores de 15 años hospitalizados. Se consideró paciente con dolor cuando el niño o su cuidador referían haberlo experimentado en las 24 horas previas y/o en el momento de la entrevista. Variables: edad, sexo, motivo de ingreso, trastorno cognitivo, tratamiento analgésico indicado, vía e intervalo de administración, tratamiento adyuvante y medidas no farmacológicas. La intensidad se evaluó mediante escalas.. Resultados::se encontraron: 168 niños hospitalizados, 109 en el CHPR; prevalencia de: dolor en las 24 horas previas: 35% (59/168) y en el momento de la encuesta: 15,5% (26/168). De los niños con dolor actual la intensidad era: leve 8/26, moderado 14/26 y severo 4/26. No tenían indicación de fármacos analgésicos: 9/26. El analgésico más indicado fue dipirona (11/17) y la asociación más prescripta: dipirona-ketoprofeno (5/17). Se constató: indicación de intervalo no adecuado: 7/17; vía intravenosa: 12/17; tratamiento adyuvante y medidas no farmacológicas: 1 cada uno.. Conclusiones::se constataron niños hospitalizados con dolor y déficits diversos en los tratamientos indicados. Es necesario que las instituciones sanitarias aborden este problema como parte de su política institucional.

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El Chagas congénito se produce cuando la embarazada infectada trasmite el parásito al feto, situación que puede suceder en cualquier estadio de la enfermedad y momento del embarazo. Es el único mecanismo de trasmisión presente actualmente en Uruguay, con una incidencia cercana al 4%. La mayoría de los neonatos infectados nacen asintomáticos y un 10% al 40% presentan síntomas que son indistinguibles de otras infecciones de trasmisión vertical. La prematurez, el bajo peso, la hepatoesplenomegalia y las alteraciones hematológicas son los síntomas más frecuentes. El diagnóstico representa un desafío en aquellos lugares del país en donde, si bien la enfermedad era considerada endémica, no se realiza actualmente el screening obligatorio de la embarazada. Se describe un lactante procedente de Paysandú, de medio socioeconómico deficitario, que fue pretérmino severo y que presentó al nacer alteraciones hematológicas de las tres series y hepatoesplenomegalia, lo cual motivó múltiples estudios. Sin embargo, no se sospechó la enfermedad hasta los 5 meses de vida, cuando volvió a ingresar por otra patología. Se confirmó la infección a los 9 meses mediante tres técnicas serológicas diferentes. Se indicó tratamiento con nifurtimox por 2 meses y a los 26 y 36 meses de vida presentó serología negativa. Consideramos importante tener alto índice de sospecha de la enfermedad en neonatos con signos de infección congénita y sin serología materna que la descarte. Es importante saber que el tratamiento antes del primer año de vida tiene una excelente respuesta y evita secuelas crónicas que pueden ser invalidantes en etapa adulta.