2 resultados para Invariants de la chaleur

em Universidad Politécnica de Madrid


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En medio de un bosque danés, de altos arboles que se mueven al fuerte viento nórdico bajo el débil sol de las latitudes altas, y cargado de unos cuantos tableros de madera que consiguió de una exposición ya terminada, realizó Utzon su maqueta a escala real de su primera casa familiar en Hellebæk (1950-52) a la edad de treinta y dos años. De la misma manera que el pintor William Turner necesitó atarse a lo alto de un mástil de un barco, para vivir en directo una de las muchas tormentas que tantas y tantas veces había pintado en sus cuadros, el joven Utzon consideró indispensable introducirse dentro de la maqueta de su propia casa antes de construirla, para valorar in situ las potencialidades de aquel proyecto en relación al lugar. La obra de Jørn Utzon (1918-2008) es una arquitectura expectante y atenta del lugar donde se ubica. Jørn Utzon es un arquitecto de origen nórdico, que descubre su verdadera idiosincrasia en la cultura mediterránea, cultura en la que reside durante casi la mitad de toda su vida. Esta tesis se ha centrado en analizar exhaustivamente la relación de su arquitectura doméstica con el lugar donde se halla. Aspecto tan citado en la bibliografía existente de su obra, aunque nunca desarrollado de manera exhaustiva. El objetivo del análisis ha sido intentar encontrar invariantes o patrones que pudieran subyacer en su obra residencial en relación a ese tema. Para dicho análisis, se ha tomado una muestra suficientemente amplia de veinte viviendas o conjuntos residenciales (entre ellas sus cuatro viviendas familiares proyectadas), repartidas por cinco países (Suecia, Dinamarca, Reino Unido, España y Nueva Gales del Sur), que constituyen la tercera parte de su obra doméstica y la mitad de su obra construida residencial, así como las citas explícitas del autor sobre este tema en su obra escrita, y los planos o croquis de su obra gráfica. Como metodología de trabajo se ha recurrido a la consulta de las fuentes primarias: viajando y conociendo in-situ las casas seleccionadas en Dinamarca, Suecia, España y Australia; viviendo un mes en una de las casas (Can Lis) gracias a una beca del Gobierno danés y la Utzon Foundation; y realizando entrevistas a las personas que más cerca estuvieron del arquitecto en su entorno familiar y profesional. Asimismo, también se ha publicado parte de su contenido en medios internacionales: 4th International Utzon Symposium (7/3/2013-9/3/2014) y la página web oficial de Can Lis dependiente de la Utzon Foundation (www.canlis.dk). Las doce invariantes encontradas en relación al proyecto y lugar en los proyectos seleccionados, han sido agrupadas en torno a tres grandes elementos sobre los que Utzon constantemente reflexiona en sus escritos propios: horizonte, sol y material autóctono. Elementos que tienen su origen en la influencia que la navegación tuvo en su vida, y en su carácter espiritual y austero en lo material. La historia de Utzon es la de un nórdico, de vocación navegante, que encuentra su lugar en la cultura mediterránea, rodeado entre piedras de Marés, mientras divisa en silencio el horizonte marino en el umbral entre luz y sombra. ABSTRACT In the middle of a Danish forest, with high trees which move with the Nordic wind under the weak sun of high latitudes, and with the help of some wooden canvases acquired from an already completed exhibition, Jørn Utzon built a real-scale model of his first family house in Hellebæk (1950-52) at the age of thirty-two. In the same way that William Turner needed to be tied up on the top of a boat flagpole in order to have a first-hand experience of one of the many storms that he had depicted in his paintings so many times before, the young Utzon thought it was crucial to go into the model of his own house before building it, to evaluate in situ the potential of that project in relation to the place. Utzon’s work is architecture interested in and attentive of the place where it is situated. Jørn Utzon (1918-2008) is an architect of Nordic origin who discovered his own idiosyncrasy in the Mediterranean culture, in which he resided for half of his live. This thesis has focused on an exhaustive analysis of the relation between his domestic architecture and the place where it is located. This issue has been often cited in the existing bibliography, although it has never been exhaustively developed. The analysis objective has been to attempt to find invariants and patterns that could exist in his domestic work in relation to this subject. For this analysis, a sufficiently large sample has been selected: twenty houses or housing complexes (among others his own four family houses), distributed in five countries (Sweden, Denmark, United Kingdom, Spain and New South Wales), which constitute the third part of his domestic work, and half of his residential constructed projects, as well as Utzon’s written texts about this theme, and the drawings and sketches of his graphic work. The methodology used was based on consultation of primary sources: travelling and examining in situ the selected houses in Denmark, Sweden, Spain and Australia; living for a month in one of the houses (Can Lis) thanks to a research grant from the Danish Government and the Utzon Foundation; and interviewing people from his closest family and professional circles. Furthermore, part of the thesis has been published in international media: 4th International Utzon Symposium (7/3/2013-9/3/2014) and on the official web site of Can Lis, an Utzon Foundation subsidiary(www.canlis.dk). The twelve invariants discovered in relation to the project and the location of the selected projects, have been grouped according to three elements which Utzon continuously reflects upon in his own writings: the horizon, the sun and autochthonous material. Elements which originate from the influence that navigation had in his life, and from his spiritual and austere character. The story of Utzon is that of a Nordic person, with the vocation of a navigator, who found his place in the Mediterranean culture, surrounded with Marés stones, while silently making out the sea horizon on the threshold between light and shadow.

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Como no pocos proyectos, el origen de esta tesis es fruto de una casualidad. Hace unos años me topé en Londres, en la librería Walden Books del 38 de Harmood St., con una primera edición de la conocida monografía de Mies a cargo de Philip Johnson. El librito, en realidad catálogo de la exposición que en 1947 el MoMA de Nueva York dedicara a la obra de Mies Van der Rohe a los diez años del desembarco del arquitecto en Estados Unidos, tiene un tamaño de 10 x 7,5 pulgadas, es decir, la mitad del formato americano Crown (20x15 pulgadas), equivalente a 508 x 381 mm. Se imprimieron, en su primera tirada, editada por The Plantin Press, 12.000 ejemplares. Ese mismo año, con edición al cuidado de Reynal y Hitchcock, se publicaría la primera traducción al inglés de Cuando las catedrales eran blancas de Le Corbusier y una selección de poemas de Lorca, siete años después de su Poeta en Nueva York. En la monografía, en la página 109, aparece el conocido croquis de Mies Sketch for a glass house on a hillside. c. 1934, escasamente unas líneas, aunque precisas y llenas de matices, de la casa en una ladera que rápidamente nos remite a aquella primera propuesta de Saarinen para una casa en el aire, primero en 1941 en Pensilvania y después, en 1945, con Charles Eames, en Los Angeles, que nunca llegarían a construirse, sino en su aliteraciones posteriores realizadas por Harry Seidler (Julian Rose House, Wahroonga, Sydney, 1949), Philip Johnson (Leonhardt house, Long Island, Nueva York, 1956) o Craig Ellwood (Smith House, Crestwood Hills, 1958; Frank & Polly Pierson House, Malibú, 1962; Chamorro House, Hollywood Hills, 1963, o la serie Weekend House, con Gerald Horn, entre 1964 y 1970, hasta el magnífico Art Center College of Design de Pasadera, su puente habitado de 1977). El relato que da origen al texto discurre en un estricto período de tiempo, desde los primeros dibujos de la Case Study House nº8, dentro del programa promovido por John Entenza y su revista Arts & Architecture en California, realizados en el estudio de Saarinen en Bloomfield Hills, Michigan, hasta que el proyecto de la casa Eames finaliza cinco años después de acabar la obra en 1955, en la versión conocida, radicalmente distinta al proyecto original, cuando la pareja Charles y Ray Eames edita el corto House After Five Years of Living. La discusión original en torno a esta casita, o mejor, a las circunstancias, casualidades controladas, que rodean su construcción, se produce estrictamente cuando rastreamos aquellos invariantes que se mantienen en las dos versiones y las reconcilian. En este corto período de tiempo se producen en el proyecto una serie de decisiones que permiten descubrir, tanto en la forma como en el mismo proceso transformador del proyecto, en su obsesivo registro, en los nuevos referentes asumidos y propuestos, la primera visibilidad del cambio del paradigma moderno. Pero este momento germinal que cristaliza el paso a la postmodernidad no es inédito en la historia de la arquitectura americana. Así, el relato abre su ámbito temporal hasta un nuevo período de cincuenta años que arranca en 1893, año de la celebración en Chicago de la Exposición Internacional Colombina. En la White City de Hunt & McKim y del traidor Burham, Louis Sullivan construye su Golden Doorway en el pabellón de los Transportes. Aquella que visitará Adolf Loos antes de volver, renovado, a Viena; la misma que admirará André Bouillet, representante de la Union Centrale des Arts Decoratifs de Paris, y que deslumbrará en los museos de toda Europa, de París a Moscú en grandes fotografías y maquetas. Hasta que en Finlandia alguien muestra una de esas fotografías a un joven estudiante de diecinueve años en el Instituto Politécnico. Eliel Saarinen queda fascinado por la poderosa novedad de la imagen. Cuelga la fotografía frente a su tablero de dibujo, consciente de que la Golden Doorway, esa puerta de la aventura y la catarsis que Sullivan acuñaría como distintivo y que resolvería como único elemento complejo sus proyectos más maduros, desprovistos de todo ornamento; la misma que repetirían más tarde, con profundo reconocimiento, Ladovsky, Wright, Scarpa o Moneo, puerta dentro de puerta, fuelle y umbral, contenía, en sus propias palabras emocionadas, todo el futuro de la arquitectura. Desde ahí, pasando por el año 1910, momento de la huida de Wright a La Toscana y el descubrimiento de su arquitectura en Europa, entre otros por un joven Mies van der Rohe, meritorio en el estudio de Peter Behrens, a través del Wasmuth Portfolio; y así como algo después, en 1914, Schindler y en 1923 Neutra, harán el camino inverso, hasta que Mies les siga en 1937, animado por un Philip Johnson que había viajado a Europa en 1930, volviendo a 1945 y el inicio del programa Case Study House en California, hasta 1949, momento de la construcción de la CSH#8, y, por fin, al año 1955, after 5 years of living, en el que Julius Shulman fotografía la casa de Ray y Charles Eames en el prado de Chautauqua sobre las Pacific Palisades de Los Angeles, lanzando sus finas líneas amarillas hasta Alison y Peter Smithson y su tardomoderno heroico, hasta el primer Foster y su poético hightech y hasta el O-riginal Ghery, deconstruyendo el espacio esencial de su casa desde el espacio mismo, abiertas ya las puertas al nuevo siglo. Y en estos cambios de paradigma, desde el rígido eclecticismo de los estilos al lirismo moderno en el gozne secular y de ahí a la frivolidad, ligereza, exhibicionismo y oportunismo cultos del hecho postmoderno, hay algo que se mantiene invariante en los bandazos de la relación del hombre contemporáneo con su entorno. Como la escultura, que según Barnett Newman no es sino aquello contra lo que uno choca cuando retrocede para mirar un cuadro, en estos prístinos lugares, comunes y corrientes, recorrido, puerta, umbral, recinto y vacío, te topas con la arquitectura antes de darte cuenta de que es arquitectura. ABSTRACT As with many other projects, the origin of this doctoral thesis is the result of a chance. A few years ago I found in a bookstore in London, 38 Harmood st., Walden Books, a first edition of the well-known monograph about Mies by Philip Johnson. The tiny book, in fact a catalog of the exhibition that the MoMA of New York devoted to the work of Mies van der Rohe in 1947, ten years after his landing in the United States, has a size of 10 x 7.5 inches, that is, half of Crown American format (20 x 15 inches), equivalent to 508 x 381 mm. In the first printing, published by The Plantin Press, 12,000 copies were released. That same year, produced by Reynal and Hitchcock, both the first English translation of When the cathedrals were white by Le Corbusier and a selection of poems by Lorca were published, seven years after his Poet in New York. Inside the book, the famous drawing from Mies Sketch for a glass house on a hillside c. 1934 appears on page 109, barely a few lines, precise and nuanced though, the house on a hillside that quickly reminds us of the proposals of Eero Saarinen for a house in the air, first in 1941, in Pennsylvania, and later, in 1945, with Charles Eames, in Los Angeles, that would never be built, but in their later alliterations made by Harry Seidler (Julian Rose House, Wahroonga, Sydney, 1949), Philip Johnson (Leonhardt house, Long Island, New York, 1956) or Craig Ellwood (Smith House, Crestwood Hills, 1958; Frank Pierson & Polly House, Malibu, 1962, Chamorro House, Hollywood Hills, 1963, or the Weekend House series, with Gerald Horn, between 1964 and 1970, to the magnificent Art Center College of Design Pasadena, the inhabited bridge, in 1977). The story that gives rise to the text flows in a short amount of time, from the first drawings of the Case Study House No. 8, within the program promoted by John Entenza and his magazine Arts & Architecture in California, made in the study of Saarinen in Bloomfield Hills, Michigan, until the project of the Eames house is completed five years after finishing the construction in 1955, in the final version we know, radically different from the initial state, when the couple, Charles and Ray, published the film House after Five Years of Living. The original discussion around this house, or better, about the circumstances, controlled coincidences, regarding its construction, appears when one takes account of those that remain, the invariants, in the two versions, drawn and built, which precisely allow the reconciliation between both projects. In this short period of time a series of decisions made in the transformation process of the project reveal, in the obsessive record made by Charles Eames and in the new proposed references, the first visibility of the changing of the modern paradigm. But this germinal moment that crystallizes the transition to postmodernism is not unprecedented in the history of American architecture. So, the story opens its temporal scope to a fifty-year period that started in 1893, date of the celebration of the Chicago World´s Columbian Exposition. In the White City by Hunt & McKim and Burnham, the traitor, Louis Sullivan builds his Golden Doorway in the Transportation Building. That visited by a renovated Adolf Loos before his coming back to Vienna; the same that André Bouillet, Head of the Union Centrale des Arts Decoratifs in Paris, admired and dazzled in museums all over Europe, from Paris to Moscow, in large photographs and models. Until someone in Finland showed one of those photos to a young nineteen-years-old student at the Polytechnic Institute. Eliel Saarinen became fascinated by the powerful new image: he hanged the picture in front of his drawing board, aware that the Golden Doorway, that door of adventure and catharsis Sullivan coined as distinctive and as a single complex element which would solve their most mature projects, devoid of all ornament; the same that would repeat later, with deep appreciation, Ladovsky, Wright, Scarpa, or Moneo, a door inside a door, a threshold, a gap that contained, in its own moving words, the whole future of architecture. From there, through 1910, when Wright's flight to Tuscany allows Europe to discover his architecture, including a young Mies van der Rohe, meritorious in the studio of Peter Behrens, via the Wasmuth Portfolio; and as a little bit later, in 1914, Schindler and Neutra in 1923, made the travel in opposite direction, until Mies follows them in 1937, led by a Philip Johnson who had traveled to Europe in 1930, we return to 1945 and the beginning of the program Case Study House in California, and from 1949, when construction of the CSH # 8 begins, and finally, to 1955, after five years of living, when Julius Shulman photographs the inside of the house with Ray and Charles Eames, and all their belongins, at the Chautauqua meadows on Pacific Palisades in Los Angeles, launching its fine yellow lines to Alison and Peter Smithson and his heroic late modern, up to the first Foster and his poetic hightech and even the O-riginal Gehry, deconstructing the essential space of his home from the space itself, opening the doors to the new century. And these paradigm shifts, from the hard eclectic styles to modern secular lyricism in the hinge and then overcoming the cultured frivolity, lightness, exhibitionism, and opportunism of the postmodern skeptical focus, something remains intense, invariant in the lurching relationship of contemporary man and his environment. As the sculpture, which according to Barnett Newman is what you bump into when you back up to see a painting, in these pristine, ordinary places, promenade, door, threshold, enclosure and emptiness, you stumble upon the architecture even before realizing that it is architecture.