6 resultados para Ferdinando II, Gran-Duque de Toscana, 1610-1670.

em Universidad Politécnica de Madrid


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Prólogo en "La iglesia y convento de la Santa en Ávila"

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Este trabajo lleva a cabo un análisis de la aportación que las políticas urbanas de la Unión Europea (UE), y en particular las dos fases de la Iniciativa Comunitaria URBAN2, han hecho a la práctica de la regeneración urbana en España desde la perspectiva de la Planificación Colaborativa. La adopción de la Planificación Colaborativa como marco conceptual ha provisto la base teórica, el punto de vista e hilo conductor desde el que se ha analizado la dimensión urbana de las políticas comunitarias, poniendo el foco específicamente en URBAN, a través de la realización de un estudio que ha profundizado en el contexto histórico y el debate teórico desde los que se pusieron las bases metodológicas de esta forma de incidir en la degradación urbana, propuesta por la Comisión Europea en 1994. Esto ha llevado a profundizar en el escenario británico de la regeneración urbana, en el que la investigación ha encontrado la referencia sobre la que en gran medida se gestó esta Iniciativa Comunitaria. El trabajo descrito ha permitido caracterizar URBAN como un instrumento de regeneración urbana que conlleva la asunción de un enfoque colaborativo, que en última instancia tiene como objetivo la transformación de la gobernanza. Asimismo, ha sentado las bases sobre las que se ha fundamentado el análisis de la materialización de la dimensión colaborativa de los programas URBAN y URBAN II implementados en España. Los resultados alcanzados por los programas, considerados a la luz de la profundización en la práctica de la regeneración urbana del país, han permitido llegar a conclusiones sobre la aportación que la dimensión colaborativa de URBAN ha hecho al contexto español y señalar un conjunto de líneas de investigación que suponen la continuación del camino emprendido por esta Tesis Doctoral. Summary This work analyses the contribution that the urban policy of the European Union (EU), and in particular the two rounds of the URBAN Community Initiative3, as its most especific instrument, have made to the urban regeneration practice in Spain from the perspective of Collaborative Planning. The adoption of Collaborative Planning as a conceptual framework has provided the theoretical base, the focus and the guiding principle from which to analyse the urban dimension of European policies, and particularly URBAN, through the development of a study that has delved into the historical context and the theoretical debate that laid the methodological foundations of this approach to fight urban degradation launched by the European Commission in 1994. This has included the study of the British scenario of urban regeneration, in which the research has found the reference point on which URBAN was largely conceived. The work described has allowed this Community Initiative to be characterised as a tool of urban regeneration which involved the adoption of a collaborative approach, whose ultimate aim was the transformation of governance. It has also laid the foundations on which the analysis of the implementation of the collaborative approach in the URBAN and URBAN II programmes developed in Spain has been based. The results attained by the programmes considered in light of the development of the practice of urban regeneration in the Spanish scenario, have led to conclusions about the contribution that the collaborative dimension of URBAN has made to the Spanish context and have resulted in the identification of a number of lines of research that represent the continuation of the path taken by this Thesis.

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Materiales termoplásticos son las resinas que se ablandan en presencia del calor y se endurecen cuando se enfrían, no importa cuantas veces se repita el proceso. Su arquitectura es la de una cadena polimérica lineal. Los termoplásticos son el grupo más numeroso, con el 78-80% del consumo total de plásticos. Por lo general, presentan un buen conjunto de propiedades mecánicas, son fáciles de procesar,reciclables y bastante económicos. Una gran característica es que se pueden soldar. La principal desventaja deriva del hecho de que son materiales que funden, de modo que no tienen aplicaciones a elevadas temperaturas, puesto que comienzan a reblandecer con la consiguiente pérdida de propiedades mecánicas.

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El objeto del presente proyecto es dotar al parque público “Juan Pablo II”, de una cartografía a escala 1/250, además de realizar el modelo digital del terreno de dicho parque. El trabajo va a consistir en un levantamiento topográfico del sector oeste del parque público “Juan Pablo II”. Dado que el parque en toda su dimensión se encuentra dividido en dos por la Avenida de Machupichu, siendo la oeste la que forma parte de este proyecto. El levantamiento se realizará mediante el método de observación G.N.S.S. denominado R.T.K. (Real Time Kinematic) que consiste en la obtención de coordenadas en tiempo real. Este levantamiento se realizará apoyándose en puntos de una red implantada, a la que se dotará de coordenadas por el método de observación G.N.S.S. denominado “Estático” y por metodología clásica. A la red se le dotará de coordenadas en el Sistema de Referencia Oficial. Se realizará la cartografía del parque a partir de los datos del levantamiento y con el uso de programas de CAD. Finalmente, se realizará un modelo digital del terreno. El parque público “Juan Pablo II” se encuentra situado en barrio de La Piovera, en el término municipal de Madrid, provincia de Madrid. El parque ocupa 6 hectáreas y es el elegido para nuestro proyecto. Este parque está limitado por el norte por la Avda. del Papa Negro, por el sur está limitado por la Avda. de las Piceas, por el este por la Avda. Machupichu, por el oeste por un pinar. 1.- Estudio de Redes para la obtención de la Red Básica: Por metodología G.N.S.S., se ha realizado cuatro simulaciones, teniendo como criterios: Longitud de la líneas base; Tiempo de observación; Precisiones obtenidas. Y comprobación de la Red Básica por metodología Clásica. 2.- Creación de aplicación para representar redes en Google Earth (Geodesicas-kml). Ante la falta de aplicaciones libres para esta opción de difusión de redes de manera fácil y gratuita, se creó esta aplicación. 3.- Diseño cartográfico, mapas a escala 1/250. Esta escala fue elegida porque se quería tener un buen detalle para la creación del MDT. 4.- Creación de MDT, y adaptado a visualización en Google Earth. Se eligió esta plataforma para que no se necesitase ninguna aplicación de pago y por su gran difusión, facilitando la divulgación de los MDT. 5.- Paseo virtual en el interior del parque. Película de un recorrido dentro del parque con todos los elementos más representativos.

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Con este segundo capítulo se completa esta pequeña serie dedicada a pilas y acumuladores comerciales. Se abordan aquí con cierta extensión los sistemas especiales, de gran interés y poco conocidos generalmente. El resto del capítulo se dedica a acumuladores.

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Si bien se han ido realizando análisis sistemáticos desde el punto de vista arquitectónico de los diferentes jardines nacionales europeos, el jardín clásico español, a pesar del importante incremento de bibliografía operado en la última década, no ha sido todavía estudiado desde los criterios compositivos y espaciales propios de la disciplina arquitectónica. Responde el jardín clásico español a una organización perspectiva que proviene de las construcciones espaciales originadas y desarrolladas en Italia durante los siglos XV y XVI; establece, además, una importante conexión con la arquitectura de jardines contemporánea, es decir, las grandes corrientes europeas –desde el jardín renacentista italiano al barroco francés-, que asume, interpreta e incluso supera en cuanto a organización unitaria e integración con su entorno en varios ejemplos señeros. Pero esta imbricación europea se ve puntualizada por una influencia primordial: el concepto islámico del espacio arquitectónico, caracterizado por la fragmentación y la pérdida de la axialidad, que en España se extiende de forma generalizada. Fusionada con los principios perspectivos provenientes de Italia, esta concepción espacial proporciona a los jardines –y demás edificios- una gran riqueza espacial que, poco analizada y mal comprendida, se ha considerado habitualmente como falta de pericia compositiva. Este hecho ha negado a los jardines españoles originalidad alguna –otorgada, en cambio, a los hispanomusulmanes- y una clasificación periférica en la historia de la disciplina. El jardín clásico español presenta tres etapas principales: una primera, durante los siglos XVI y XVII, que se podría denominar renacentista; una segunda, en la primera mitad del siglo XVIII, de ascendencia barroca francesa, y, por último, en la segunda mitad del Ochocientos, el jardín neoclásico, que en buena medida retoma la organización formal de la primera etapa renacentista. Las tres influencias preponderantes en el jardín renacentista español son la hispanomusulmana, procedente de la ocupación islámica en España desde el siglo VIII hasta el XV, cuya estela se mantiene durante todo el desarrollo del jardín clásico; una flamenca, de menor calado y cuyo origen está en los contactos políticos de la corona española con Flandes, y, por último, la italiana, de donde procederá la espacialidad perspectiva propia del Renacimiento, extendida por toda Europa y conocida en España asimismo por vínculos políticos y culturales. El jardín hispanomusulmán va a proporcionar los rasgos distintivos de la jardinería española posterior, derivados de la necesaria adaptación compositiva a un medio físico poco idóneo para la implantación de jardines. Esta cuestión se soluciona tradicionalmente de forma perfecta con el patio y el apoyo de una serie de elementos arquitectónicos de carácter ligero articulados aleatoriamente con la vivienda para organizar su entorno, operación que produce un organismo superior asimétrico y estructurado a partir de pequeños fragmentos ordenados por ejes quebrados, cuyo crecimiento no presupone un cambio en las cualidades espaciales del jardín. Esta ordenación quebrada y la fragmentación espacial tienden a embarazar la unidad perspectiva renacentista, de tal forma que el jardín español no presenta grandes ejes visuales ni espacios fugados, sino pequeñas piezas independientes –adaptadas mejor a la corrección climática y al riego- que se agregan sin intención de regularidad o simetría, pues buscan la ambigüedad espacial mediante la ofuscación de la percepción y orientación en el jardín, como sucedía en las obras hispanomusulmanas. El jardín renacentista español tendrá una doble vertiente dependiendo del medio físico donde se asiente: si este es poco propicio a la implantación de jardines, se recuperará la ordenación espacial medieval musulmana como respuesta compositiva a dicho entorno remiso, pues los ensayos de jardines basados en elementos arquitectónicos, ante la dificultad de estructurar el espacio del jardín en España con las componentes naturales –topografía, vegetación y agua-, se realizaron con éxito y se reutilizaron en siglos posteriores, e incluso alcanzan el momento actual; contemporáneamente, en territorios propicios a la creación de jardines –generalmente, riberas de ríos-, se podrá desarrollar el espacio perspectivo unitario italiano, que producirá ejemplos de gran calidad. Así, Felipe II creará de forma simultánea jardines muy diferentes según su ubicación. Entre los de carácter más medieval destacan los del Alcázar de Madrid y Valsaín –con el antecedente de Yuste, promovido por Carlos V-, y de los plenamente renacentistas, la Casa de Campo, El Escorial y Aranjuez, éstos últimos de Juan Bautista de Toledo. Los dos primeros se organizan con varios recintos independientes articulados por ejes quebrados y ordenados a partir de elementos ligeros –galerías, torreones, miradores- que se proyectan hacia el exterior para dar forma al entorno inmediato del palacio. Los últimos, en cambio, utilizan las posibilidades del medio natural para estructurar los jardines, y establecen magníficos ejes de raigambre renacentista, origen de espacios perspectivos unitarios de gran interés, dado su tamaño y temprana fecha de creación. Así, en la Casa de Campo la villa se articula con un jardín llano cuya unidad espacial no tiene parangón en la Italia del momento; en Aranjuez, el Jardín de la Isla, independiente en su trazado del palacio que lo propicia, presenta una superposición de dos ejes con gradientes en sentido contrario, y una ordenación a escala territorial, las Huertas de Picotajo, con una malla focalizada de doble simetría adaptada a un difícil meandro del río Jarama y con capacidad de extensión ilimitada en la vega de Aranjuez, que es contemporánea pero mucho más evolucionada que los primeros tridentes creados en Italia y anterior en un siglo a las formalizaciones de Versalles. Frente a estas realizaciones reales, en España los jardines nobiliarios responden a una clara influencia medieval, como los del duque de Alcalá en Bornos, el marqués de Mondéjar, Bellaflor en Sevilla, la Casa del Rey en Arganda o el cigarral de Buenavista en Toledo. Pero en paralelo con éstos y promovidos por nobles conectados con Italia, se están implantando jardines de hispanomusulmana-, en fechas incluso anteriores a los construidos por la corona. Así, el marqués de Villena construye en Cadalso de los Vidrios un jardín con una tempranísima ordenación en terrazas que se integra con su entorno; el duque de Alba en Abadía realiza la misma operación con mayor desarrollo espacial; y en Béjar por el duque de esta ciudad salmantina se establece otro jardín de clara espacialidad italiana, pero con la casa fuera de la ordenación. El siglo XVII supone, en los escasos ejemplos construidos, la prolongación de la espacialidad renacentista introducida por Juan Bautista de Toledo. Hay una clara continuidad en los jardines aterrazados, como La Zarzuela y La Florida, mientras en el ejemplo llano principal, el Buen Retiro, se atiende más a la fragmentación hispana y a una adaptación de los sistemas de extensión al aumento de escala. Así había sucedido en Italia, donde los jardines de malla ortogonal se convirtieron en grandes parques focalizados, con avenidas arboladas y remates perspectivos, elementos que se repiten en el jardín madrileño, aunque sin la unidad conseguida en los precedentes mediante la focalización. El siglo XVIII va a conocer la nueva dinastía de los Borbones y el jardín barroco francés, que supondrá un cambio radical en la concepción espacial del jardín, aunque la influencia hispana no dejará de producirse. El tamaño de estos jardines, su coste de implantación y mantenimiento y la falta de adaptación al medio físico español serán los factores principales del escaso desarrollo que el jardín de Le Nôtre alcanzó en España. A pesar de los proyectos realizados - algunos de gran calidad, como los de Robert de Cotte para el Buen Retiro, los del Palacio Real Nuevo, el de Riofrío y el del castillo de Villaviciosa de Odón-, sólo se van a construir escasos parterres de los denominados urbanos. Entre ellos hay que destacar los del Buen Retiro, Aranjuez y palacios de Liria, Buenavista y Altamira en Madrid, Piedrahita para los duques de Alba, el convento de Santa Bárbara, Migas Calientes –algunos de éstos quedaron en proyecto-, a los que se añade un gran jardín con todos los componentes, que es San Ildefonso de La Granja. En La Granja se puede encontrar un parque completo a la francesa, que responde en mayor medida a los principios establecidos en el tratado de Dezallier d'Argenville que a la influencia directa de las obras de Le Nôtre. Pero la ordenación canónica de jardín barroco francés se particulariza mediante los dispositivos proyectuales de origen hispano, pues se desjerarquizan los ejes principales impidiendo su continuidad, que queda truncada por desarrollos paralelos, interrupciones perspectivas y ejes quebrados. En la segunda mitad del siglo XVIII, los propios monarcas Borbones recuperarán los jardines regulares de los Austrias, cuyos tipos llano y aterrazado tuvieron un importante desarrollo con Felipe II y Juan Bautista de Toledo y gozaban de un merecido prestigio. Ya con Fernando VI se introdujeron ordenaciones de inspiración renacentista, como en el Jardín del Príncipe de Aranjuez; pero será con su hermano Carlos III cuando se revisen las actuaciones filipinas. Juan de Villanueva fue el autor de los principales jardines del momento -entre ellos, las Casitas realizadas para el príncipe de Asturias, el futuro Carlos IV y su hermano el infante Don Gabriel- aunque Ventura Rodríguez realizó en esos años un magnífico epílogo del jardín aterrazado en España: el palacio para el infante Don Luis en Boadilla del Monte, así como proyectos para el parque del Palacio Real Nuevo. En las Casitas de El Escorial –en menor medida en El Pardo-, Villanueva recoge una larga tradición de jardines aterrazados que, además, inserta magistralmente en su entorno, dentro de la secular tradición española de adaptación al medio físico. Lejos de presentar una lectura canónica, aunque utilizando todos los recursos del tipo, el arquitecto consigue la ambigüedad espacial hispana mediante la superposición en el eje longitudinal de dos gradaciones de dirección contraria, accesos quebrados e interrupción de las visuales y el viario, sin prescindir de una ordenación clásica. También de Villanueva son el proyecto definitivo del Jardín Botánico, de gran claridad compositiva y orden científico, y, para el Palacio Real Nuevo y su entorno, el jardín previo a las Reales Caballerizas y una remodelación de la Casa de Campo y su acceso.