38 resultados para deseo
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Esta tesis doctoral pretende desgranar una técnica de proyecto que la experiencia californiana ejemplifica y que puede ser descrita en términos pragmatistas. La arquitectura doméstica californiana fue la expresión tangible de una forma de ser y estar californiana pero también universal. El destinatario de esta arquitectura experimental y pragmática fue el individuo, tanto el gran mecenas como el liberal individualista de recursos moderados y aspiraciones infinitas; la gente corriente y, más tarde, la típica familia de clase media, fueron sin embargo el destinatario soñado en muchos ensayos de casa particular, frecuentemente en la casa del propio arquitecto. Arquitectos y clientes compartían el deseo común de un espacio doméstico involucrado en propiciar una vida sana, informal y hedonista, y en comunión con el aire, la naturaleza y el territorio, que satisficiera el espíritu independiente y emprendedor propio de una identidad libre y progresista. Participaron en ese sentido de la esperanza pragmatista de un futuro mejor, mediante la formulación de un modo de vida propio, moldeado por las distintas fuerzas motoras que definían el contexto. La principal de ellas fue la sensación de oportunidad: California se ofrecía como una tabula rasa con un clima paradisíaco; el paraíso soñado para generaciones sucesivas de recién llegados, que en la distancia con tradiciones preestablecidas en sus lugares de origen, encontraron el mayor estímulo para una actitud experimental que tomó el modo de vida como un material de proyecto para la formulación del espacio doméstico. Así, el proyecto doméstico californiano, fue un laboratorio cuyo trabajo mezclaba casos específicos con mitos e ilusiones, muchas veces cuestionadas; pero su interés reside en que puede ser, además de un referente estético y un icono visual, un ejemplo de una forma de proyectar que aborda el proyecto doméstico con talante indagador desde la receptividad al contexto físico, social y cultural; con capacidad para soñar y experimentar llevando los ideales a la práctica de los casos concretos; desde la atención al usuario, aunque sea anónimo; y usando un léxico llano, que devuelve toda la eficacia al vocabulario cotidiano. La experiencia californiana es por tanto, en este trabajo, sólo un ejemplo; un ejemplo paradigmático de una técnica de proyecto que puede ser de interés en otras circunstancias y contextos, y que concibe el espacio doméstico como la expresión, y también el laboratorio, del modo de vida. ABSTRACT This doctoral thesis aims to display a design’s technic that is exemplified by the Californian experience and can be described in pragmatic terms. The Californian domestic architecture was the tangible expression of a life style and way of being that was Californian but also universal. Home’s designed for the everyday experience attended the individual, both the rich sponsors of their own domestic design and the low income liberal individualists in search of an affordable but optimum home. But the dreamed target was ordinary people and the typical middle class family, as they represented the dream of a truly democratic society. Many domestic experiments for them took the form of particular cases, often in the house of the architect, which acted as a laboratory in search of general solutions. Architects and clients shared the common desire of a new domestic space, involved in promoting a healthy, casual and hedonistic lifestyle and in communion with the air, nature and territory, which satisfied the own independent and entrepreneurial spirit of a free and progressive identity. The way of life was therefore a design material, sensitive to the forces that shaped the region and its society through its domestic space. The main one was the feeling of opportunity: California offered itself as a tabula rasa with an exotic climate; the dreamed paradise for successive generations of newcomers who, in the distance with the pre-established traditions of their homelands, found the greatest incentive for an experimental attitude in which lifestyle was seen as project material to formulate the domestic space. Thus, the Californian domestic project can be more than an aesthetic reference and a visual icon; it is also an example of a design’s technic that approaches the domestic project with an inquisitive spirit sustained by these abilities: receptivity to the physical, social and cultural context; capacity to dream and to experiment, carrying ideals into practice; attention to the user, even when it’s anonymous; and use of a common lexicon that returns all the power to the everyday vocabulary. The Californian experience is therefore, in this dissertation, just an example; a paradigmatic example of a project technique that conceives domestic space as an expression, and also as a laboratory, of the way of life.
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La tesis estudia en detalle la Hunstanton Secondary School y su trascendencia. Así, se trata de analizar el conjunto de procesos que hace que esta obra sea entendida como el manifiesto construido del Nuevo Brutalismo en Inglaterra. La Escuela en Hunstanton fue la primera obra proyectada y construida por los Smithson y, si se considera que el legado que dejaron Alison y Peter fue más de carácter teórico que constructivo, ésta se ha convertido en un edificio relevante dentro de su trayectoria profesional. Además, el rigor con el que fue realizado el proyecto y la ratificación de las ideas que subyacían tras él, a pesar del extenso intervalo temporal que caracterizó su proceso constructivo, hacen que esta obra se convierta en una síntesis de la filosofía arquitectónica gestada en Inglaterra tras la guerra. Por otro lado, hay que contemplar que la sencillez del lenguaje constructivo empleado, viene dada por la compleja reiteración de los sistemas proyectuales tipo que formulan para este proyecto y el establecimiento de una gramática casi matemática. La sistematización de su vocabulario hace que, tras el análisis de su arquitectura, se encuentren nuevos parámetros capaces de documentar este momento de la historia de la arquitectura en Inglaterra. La envolvente del edificio constituye al tiempo fachada y estructura. Esta característica ha pasado inadvertida cuando, en numerosas ocasiones y durante seis décadas, se han venido publicando las fotografías de la obra terminada y los dibujos que los Smithson habían realizado en la fase de proyecto. Como consecuencia, ha proliferado el conocimiento de la arquitectura de la escuela a un nivel más superficial, mostrando el resultado formal de la misma y con ello, simplemente se ha dejado intuir la gran influencia que Mies Van der Rohe provocó en los Smithson en los primeros años de desarrollo de su labor como arquitectos. El objetivo principal de esta tesis es, por tanto, facilitar el entendimiento del espacio que propusieron los Smithson a partir del análisis pormenorizado de los distintos sistemas constructivos empleados y del equipo personal que se vio implicado en su construcción. Para ello, es necesario abordar el estudio de los materiales y mecanismos proyectuales que hicieron posible que este conjunto de espacios –interiores y exteriores- resultase definido a través de la relación entre dos variables: una evidente austeridad en la utilización de los materiales y la combinación de los distintos sistemas intervinientes a partir del recurso de la repetición. La Escuela de Hunstanton, a pesar de las inoportunas intervenciones realizadas para adaptar el centro a unas necesidades derivadas de su número de alumnos actual (el doble que en su inicio), continúa proclamando su integridad espacial. Partiendo de la hipótesis de que la arquitectura de la Secondary School en Hunstanton, representa el manifiesto construido del Nuevo Brutalismo en Inglaterra, se concluye que el resultado de su construcción fue consecuencia de numerosas influencias que, en relación con los Smithson, estuvieron presentes durante los años en que se gestó. Algo que va más allá de la conclusión de aquellos debates arquitectónicos que se habían emprendido, por escrito, en las distintas revistas locales de arquitectura. Los mecanismos compositivos empleados, también habían tenido mucho que ver con lo que los historiadores del arte habían venido aportando a la historia de la arquitectura hasta ese momento. Desde los años 40, éstos últimos habían emprendido una nueva manera de contar la historia en la que quedaba fuertemente involucrada su capacidad crítica, provocando interferencias en la mentalidad de los arquitectos de nueva generación y otorgándoles un bagaje cultural subliminalmente determinado y subjetivo. Por supuesto, en el resultado arquitectónico final, también tuvieron mucho que ver los recursos materiales de que se disponía en aquel momento. Así como la optimización de los mismos a través de la adopción de nuevas metodologías de trabajo como puede ser la organización multidisciplinar. La inclusión del ingeniero Ronald Jenkins en el equipo de trabajo de los Smithson supuso una gran oportunidad. Este ingeniero, propuso poner en práctica la entonces innovadora Teoría Plástica en la metodología de cálculo estructural y, con ello consiguió enriquecer el resultado espacial, posibilitando la percepción de una arquitectura ligera –a pesar de sus grandes dimensiones- y vinculada al paisaje donde se inserta. Pero todos estos condicionantes fueron pasados a su vez por el filtro del deseo de una regeneración social, que buscaba el modelo de la sociedad americana. El Buen Vivir que propugnaban los americanos, viajaba a Europa de la mano de la publicidad. Y, al igual que la componente publicitaria tuvo algo que ver en el proceso creativo de la arquitectura de la escuela, también lo tuvo el conocimiento del arte pop y sus recursos compositivos. ABSTRACT The thesis examines in detail the project of Hunstanton Secondary School and the architectural language’s significance used in it. Thus, it is reinterpreting the set of processes that makes this work to be understood as the “built manifesto” of the English New Brutalism. Hunstanton School’s project was the first work designed and built by the Smithsons and, considering their legacy -more theoretical than constructed-, make of this building an important work within their career. In addition, the rigor with which it was carried out the project and the ratification of the ideas lying behind him, make this work becomes a synthesis of the architectural philosophy gestated in England after the war, despite the extensive time interval that characterized its construction process. On the other hand, it must be considered the simplicity of the constructive language used in this project. It is given by the complex projective repetition of the type systems and by the establishment of a quasi-mathematical grammar. The systematization of its vocabulary makes, after a deep analysis of its architecture, to recognize new parameters able to document this moment in the history of English architecture. The building envelope is, at the same time, facade and structure. This feature has been overlooked when many photographs of the finished work and its drawings -made by the Smithsons during the design phase- has been exposed over six decades. As a result, it has proliferated the knowledge of Hunstanton Secondary Modern School’s architecture as a more superficial level, just by showing the formal outcome of its project and thus simply been left the sensation of the great influence that Mies Van der Rohe provocated in the Smithson thinking during their first years of developing his work as architects. Therefore, the main objective of this thesis is to facilitate an understanding of the Smithsons’ proposed space. This is made possible through the detailed analysis of the different systems used in it and, by understanding the knowledge of the team involved in its construction. To prove this, it is necessary to pay attention to the study of the materials and to different project mechanisms that make possible to this group of spaces -inner and outer- be defined through the game played by two variables: an apparent austerity in the use of materials and the combination of the various participant systems through the resource of repetition. Despite the untimely interventions made in order to adapt the center to the new needs (the large increase in the number of students), Hunstanton School’s building continues proclaiming its spatial integrity. Assuming that Hunstanton Secondary School’s architecture represents the manifesto of New Brutalism in England, it is concluded that the result of its construction was the result of numerous influences that, in connection with the Smithsons, were present during the years in which its project was conceived. This meaning goes beyond the conclusions made from the architectural debate that was published in many of local architectural magazines. The compositional mechanisms employed, are also linked to what art historians had contributed to the history of architecture until then. Since the 40s, historians had undertaken a new way to tell History. This new mode strongly implied its critical capacity. All this, was causing interferences in the mentality of the architects of the new generation and, giving them a subliminally determined and very subjective cultural background. Of course, the final architectural result had much to do with the material resources available at that time and, with its optimization through the adoption of new working methods as the multidisciplinary organization. The inclusion of engineer Ronald Jenkins in the team of the Smithsons was a great opportunity. He proposed to implement the new Plastic Theory in the structural calculation and thereby he got enrich the spatial results achieved, by enabling the perception of a lightweight construction, despite its large size and, linked to the landscape where it is inserted. But all these conditions were passed through the filter of social regeneration’s desire, following the American society’s model. This American model travelled to Europe in the hands of advertising. And, in the same way that publicity had something to do with the creative process of this architecture, also had a lot to do the knowledge of pop art and its compositional resources.
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El concepto de "aporía", del griego "aporia", que significa dificultad, perplejidad, es utilizado por Josep Acebillo para referirse a lo que él llama "una dificultad lógica insoluble que resulta de la mala utilización de conceptos teóricos.? (2007:86) Además, el autor nos advierte de sus posibles efectos, ya que vivimos una auténtica eclosión de aporías: ?Una de las consecuencias de este mal uso es la aparición de posiciones disciplinarias que pueden ocasionar que la arquitectura vaya a la deriva. "(2007: 86). A este respecto, hay muchas intervenciones en el campo de la arquitectura y el urbanismo que pueden causar perplejidad en el espectador por su tendencia a ignorar la verdad y a proponer una confusión entre realidad y deseo. Una de ellas es el uso de ?disfraces? para enmascarar lo que hay debajo. Es también lo que le sucede a menudo a muchos urbanistas que consideran el paisaje como una simplificación de la complejidad territorial e intentan reducir un problema serio e interdisciplinario a un mero problema de revestimiento, de fachada. El objetivo de este artículo es explicar cómo la arquitectura y el urbanismo utilizan diferentes tipos de disfraces, distinguir entre los distintos tipos de ocultamiento y reflexionar sobre cuáles son las principales razones de su uso. Además, se llamará la atención sobre el hecho de que algunas de las categorías descritas llevan consigo un despilfarro económico que debe controlarse en el interés de todos en una época en la que palabras como sostenibilidad y ahorro suponen un deber moral.
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Etiquetamos para reducir nuestra incertidumbre; clasificamos en base a términos opuestos para poder entender. El universo y el espacio construido en particular, se explican desde una arquitectónica dual: dentro – fuera, arriba – abajo, derecha – izquierda, día – noche, hombre – mujer. Lo que nos diferencia como grupo, raza o género, distinguiendo los modos de vivir, las ideologías y las teorías, es la relación que establecemos entre los términos opuestos: entre lo individual y lo colectivo, lo privado y lo público, la imaginación y la realidad, la identidad y la otredad, el orden y el caos, el deseo y la saciedad. El afán clasificatorio dicotómico de la realidad que la modernidad lleva a su extremo, hiere la vida: la mutua exclusión de los opuestos elimina la distancia, el espacio-tiempo entre ambos, que es donde la vida se sitúa. La concepción dual que rige nuestro conocimiento contamina también la relación entre los arquitectos y la sociedad, siendo la causa del ambiente tóxico que envuelve al habitante que ya no se identifica con los lugares que habita. Puede que sea oportuno pasar del pensamiento binario a una lógica de lo intersticial que abandone la dualidad para instalarse en el Entre; los arquitectos serían mediadores entre el poder y la vida, sintiendo el Entre como el transcurso de la vida y la potencia de interacción: los lugares ambiguos e intermedios, es donde sucede el encuentro entre los términos, entre arquitectos y habitantes, entre la imaginación y la realidad, entre tú y yo. ABSTRACT We label to reduce our uncertainty; we classify based on opposites to understand. The universe and all constructed space in particular, are explained from a dual architecture: inside - out, up - down, right - left, day - night, male - female, black - white. What differentiate us as a group, race, gender, distinguishing the lifestyles, ideologies and theories, is how we draw the relation between the opposites: between the individual and the collective, private and public, imagination and reality , identity and otherness, order and disorder, desire and satiety. The dichotomous classification of reality that modernity carried to its extreme, hurts life: the mutual exclusion of opposites eliminates the distance, the space-time between the two, which is where life is located. The dual conception that governs our knowledge has also contaminated the relationship between architect and society, being the cause of the toxic environment that surrounds the inhabitant who no longer identify himself with the places he inhabit. It may be appropriate pass from binary thinking to a logic of the interstitial which abandon duality to settle in Between; architect then will be the mediator between authorities and life, sensing the Between as a flowing of life a potency of interaction rather than a separation between the extremes; ambiguous, in –between, places are where the encounter between opposites happens, between the architect and the inhabitant, between imagination and reality, between you and me.
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Existe en el panorama edificado un patrimonio construido que se reconoce como Centro Comercial. Un conjunto entendido, en sentido genérico, como familia arquitectónica que tiene características propias y específicas que la identifican. El objeto de la presente tesis doctoral consiste en argumentar que este conjunto constituye un nuevo tipo en el panorama de las tipologías arquitectónicas. Un tipo con entidad propia, que se conecta a una forma diferente de entender la idea de modelo. Un concepto que va más allá de la consideración tradicional del término. Modelo virtual. Este tipo, que surge de una estructura teórica que hemos denominado teoría tipológica, se constituye en una herramienta más para el estudio y el desarrollo proyectual de los espacios arquitectónicos, tanto del propio Centro Comercial como del conjunto de la disciplina arquitectónica, como referencia legítima. El presente trabajo de tesis se inicia con un bloque introductorio denominado Método. Definimos en él una metodología que hemos llamado emocional. Trata de la oportunidad de la tesis. Del porqué de un título que recoge la palabra ignorada. Del interés que suscita el asunto en el contexto del momento presente. Oportunidad e interés en base a una vida profesional dedicada al mundo del Centro Comercial y a la importancia del patrimonio elegido como objeto de estudio. También ha sido un aliciente detectar como las planificaciones del territorio y de los ámbitos de las relaciones colectivas no han sido capaces de integrar un resultado satisfactorio. Quizás por no considerar la complejidad de sus muchas facetas. En consecuencia, el texto busca la esencia del Centro Comercial como soporte para la crítica de su impacto en los nuevos escenarios de relación que la sociedad y el entorno físico imponen. Ámbitos donde los mecanismos históricos del asociacionismo tradicional han dado paso a otros, como el Centro Comercial, de exaltación del individualismo, pero demandados por una sociedad que se identifica con ellos. Espacios que, con Galbraith, existen por de la perversidad intrínseca del binomio consumo-producción que inducen la perplejidad. Ésta pasa a formar parte de la esencia del nuevo espacio comercial, como quedó de manifiesto en el Congreso de Minnesota de 1997, sobre el Centro Comercial. Una sociedad que ha girado hacia el logro material en términos de culto, ocasionando creciente valor significante del consumo. Razón última de la humanidad al decir de Rem Koolhaas. Culto que desemboca en la urgencia de alcanzar niveles de estatus y de identificación con el grupo. Dos parámetros que marcan la relación con el otro. Relación de comparación que excita la necesidad de posesión de objetos que llevaban a recrear en el consumidor la ilusión de ser especiales, de no pasar desapercibidos. El producto de consumo, el objeto, se eleva a la consideración de valor social. En el Centro Comercial se venden valores. Marketing de valores. El deseo del individuo, no la necesidad, queda involucrado en el proceso. La oportunidad y el interés de este estudio surgen además para aclarar el significado de un espacio que sirve al consumidor y a su entorno. Un significado que alcanza sentido, entre otros, por la aparición de un nuevo contexto tras la Segunda Guerra Mundial. Suburbanización, automóvil, nivel de vida, un nuevo papel de la mujer. La Era del Consumo. Una era que genera la paradoja de un individuo con autodeterminación y autosuficiencia crecientes, en un mundo cada vez más condicionado y controlado por dinámicas de ofertas mediatizadas e ilimitadas. La arquitectura en este contexto ha de juzgarse por su relación con un hombre contemporáneo que camina hacia una progresiva excepcionalidad. Cerramos la presentación justificando el término ignorada que aparece en el Título de la Tesis. Subrayamos la escasa existencia de estudios estructurados que relacionen Centro Comercial y arquitectura. Realidad que se constata partiendo del libro de Pevsner, Historia de las Tipologías Arquitectónicas, de 1976. Analizamos también la aceptación que el Centro Comercial, valorado en algunos ámbitos como arquitectura populista. Primer Capítulo, los antecedentes. Se propone un recorrido histórico por la arquitectura comercial de todos los tiempos. El Documento busca concretar las características de la arquitectura comercial a lo largo de la historia para determinar relaciones entre ella y el Centro Comercial. Estas correspondencias van a permitir contestar la pregunta retórica que nos hacemos al inicio del Capítulo: ¿Es la arquitectura del Centro Comercial una arquitectura subsidiaria, o tiene personalidad propia independiente de la del mundo comercial? Con Zevi40, queremos dejar constancia que la relación arquitectura-historia es imprescindible en la tarea proyectual. Un análisis novedoso solo es posible desde la búsqueda de unas raíces auténticas. Así mismo, con Guy de Maupassant, estamos convencidos que “La arquitectura, a través de los siglos, ha tenido el privilegio de dar un símbolo a cada una de las épocas, de resumir con un pequeñísimo número de monumentos típicos, el modo de pensar, de soñar de una raza y de una civilización”. Este recorrido se inicia interpretando la arquitectura comercial minoica. Llegaremos, paso a paso, hasta el siglo XX, los grandes itinerarios comerciales y el Centro Comercial. Se descubren una serie de invariantes que permiten comparar y extraer conclusiones. Resulta novedoso constatar que el Centro Comercial nace para dar respuesta al hombre contemporáneo en su afán consumista. También lo es la rápida implantación y evolución del Centro Comercial en un corto periodo de sesenta años frente al ritmo sosegado de otras soluciones comerciales. Novedad es ver como el comercio y sus arquitecturas nacen abiertos, bajo tenderetes y el Centro Comercial se presenta cerrado. Así mismo, las referencias sacras constituyen un elemento de novedad para la reflexión, en un contexto materialista. Y tantas otras. En Minos, la óptica comercial ofrece otra visión de su legendaria cultura. ¿Palacio o plataforma logística?, gestión centralizada del intercambio, ¿vida pública y vida privada? Así, hasta llegar al siglo XIX. Sus las galerías y sus pasajes acristalados concebidos en primera instancia como medida de recomposición urbana. Espacio entendido desde lo público-privado, desde lo interior-exterior, desde el dentro-afuera, desde lo cerrado-abierto. Con los nuevos mercados de abastos, representan una revolución en el ámbito de la funcionalidad, de la máquina, de la gestión moderna y de las relaciones del ciudadano con la ciudad apoyado en base al intercambio de bienes de consumo. El Centro Comercial es heredero de esta transformación. El Gran Almacén, por otra parte, es el reflejo de otra gran revolución. La que va ligada a la producción y comercialización en masa, las comunicaciones, el precio fijo y el aumento del nivel de vida. El Centro Comercial reinterpreta estas situaciones insertándolas en un nuevo modelo de gestión. En el siglo XX, maestro en técnicas de venta, aparece el hipermercado. El Híper, con su carga de pedagogía, se incorpora al esquema orgánico del Centro Comercial. La tienda en si misma constituye la pieza base de dicho puzle orgánico. Es en esta época cuando la tienda empieza su despegue autónomo como arquitectura, aportando su experiencia. Tras ello, llegamos a las grandes rutas comerciales, que proponemos como metáfora del shopping. Cerramos el capítulo concluyendo con Eugenio Ferrer que “si establecemos una relación entre el espacio y el capitalismo, entonces podemos inferir que los espacios del consumo de masas (ECM) son configuraciones nuevas respecto al pasado (...), pero el sistema que lo introduce no lo es del todo”. Segundo Capítulo. Búsqueda de claves que permitan el reconocimiento del Centro Comercial. Llegados a este punto y con la perspectiva del tiempo cabe preguntarnos, ¿qué entendemos pues por Centro Comercial? ¿Cómo lo percibimos? Abordamos ahora el problema de la percepción del Centro Comercial y su significado. Además de constituirse en símbolo, referencia siempre presente, la eficacia del Shopping es una de las principales causas de su poder de atracción. El Centro Comercial resulta de la síntesis de la revolución del consumo y de la revolución de la gestión. Espacio eficaz del entretenimiento como destino. El usuario resuelve su vida cotidiana dentro de un hábitat que considera propio y que se entiende como el lugar hiperbólico de la transacción comercial. Espacio de la abundancia para el disfrute. Una arquitectura involucrada en esta eficacia. Su sentido del lugar no es otro que el Shopping, que se desenvuelve de forma análoga en todas partes. El hogar del consumidor. Las nuevas catedrales. Las catedrales del consumo. Destino místico. Lugar de peregrinación para el consumidor fervoroso. Espacio sagrado que integra al usuario en la cultura dominante. Cultura del consumo. Templos, donde el tiempo ha perdido su sentido. Paraíso. Un espacio donde la altura, la luz natural, la dimensión general refuerzan el carácter sacro de un espacio para una nueva religión laica. Un espacio seguro, protegido que nos acerca a ideas como la de útero materno, con su carga de calidez y de significación erótica aplicado al encuentro compra-comprador y, ligado a ello, la literatura especializada habla del Centro Comercial como nave espacial hiperesterilizada o de agujero negro que absorbe la energía cultural. Más allá, la simulación, donde se percibe un simulacro de ciudad. Simulacro coherente con todo lo que el Shopping desencadena a su alrededor. El lugar de los sueños, de la fantasía. Aquí los productos se han metamorfoseado en fetiches, en significados. Televisión tridimensional, donde el usuario actúa guiado por una pulsión similar al zapping. Espacio lúdico de la fascinación por comprar o de imaginar que se compra. Espacio de simulaciones que llevan a la ensoñación. Un nuevo lugar que sustituye al espacio cotidiano, con el señuelo de la protección, en un contexto imaginariamente público. Espacio de la hiperrealidad donde no se distingue la realidad de la fantasía, donde tras episodios de confusión y desconcierto, se borran las fronteras con lo imaginario. Espacio mágico, escenario del gran espectáculo del consumo, controlado milimétricamente, al modo de la visita a un gran monumento, que ha de sobrevivir a los tiempos para dar testimonio de nuestro momento. Un icono, un símbolo que transmite un mensaje, que solo el consumidor es capaz de interpretar. Una agitada mezcla, sin precedentes, de percepciones que hablan de perplejidad y asombro ante el fenómeno del Centro Comercial, su espacio y las reacciones del hombre contemporáneo. ¿Cuáles serían las claves que nos permitirían reconocer la calidad esencial de un Centro Comercial, en esta concurrencia de perplejidades? Primero, la función de servicio. Un espacio donde ocurren muchas más cosas que lo obvio, que la compra. Un edificio que se involucra con el entorno de la mano de lo inesperado, la sorpresa y las expectativas. Esta vocación de servicio conecta Centro Comercial y naturaleza arquitectónica. Función que sugiere percepciones ligadas a la experiencia de compra. Organismo que vive y late al unísono con su visitante, colocándose al servicio de sus necesidades, de su afán de consumo, del que vive. Segundo, la comunidad servida. El Centro comercial sirve a una sociedad concreta. La sociedad consumista. Una nueva sociedad que se identifica con el edificio desarrollando un sentido de comunidad al nivel de sus deseos. Esta comunidad que se configura a su alrededor, constituye el activo más poderoso para el éxito de su realidad cotidiana y de su futuro. Tercero, un compromiso de carácter holístico. La economía de la experiencia aplicada al afán consumista de una sociedad identificada con su Centro, da lugar a una experiencia holística planificada. Diseño emocional. Colaboración para el éxito de un conjunto de establecimientos comerciales que participan en la aventura espacio-comercial del Centro Comercial. Ellos son los inductores primarios del consumo. Pero esta colaboración tiene su culminación en la amplificación del mensaje, como un inmenso altavoz, que proviene de la unidad configurada por todos ellos. El reflejo de esta amplificación de mensajes, desde la poderosa unidad constituida, es el aumento de la rentabilidad, fin último de la operación. Cuarto, la forma a través de una identificación de carácter gestáltico. Desde la lectura gestáltica que hacemos de la unidad holística, se advierte una poderosa capacidad de comunicación del sistema con su contexto. Centro y entorno se tornan entonces cómplices que complementan sus realidades. El Centro Comercial, arquitectura estructurada como sistema se percibe –ha de percibirse- como forma unitaria que procede de una mirada de raíz gestáltica que continuamente la recompone desde una óptica espacial y física, ligada a la experiencia individual. Esta unidad formal, más allá de la forma real, se constituye en esencia de de su arquitectura. Quinto, el Centro Comercial como sistema. Un sistema soportado por la Teoría General de Sistemas. La consideración del Centro Comercial como sistema es consecuencia de su estructura holística. El todo no se comporta como la suma de las partes y estas no lo hacen como lo harían en solitario. De aquí surge la necesidad de diálogo permanente entre la comercialización –proceso de incorporación de partes- y su traducción al mundo del diseño –proceso de articular arquitectónicamente las partes. Como sistema así configurado, el Centro Comercial se inserta en el paradigma contemporáneo, lo que genera realidades duales que no son excluyentes y reacciones de perplejidad e incertidumbre que el sistema corrige con su capacidad de autorregulación. Aparece también el espectador cuántico, el visitante, el consumidor, que interactúa con el sistema. Desde las herramientas que nos aporta la idea de sistema complejo, afrontamos el Mix Comercial -en definitiva la eficaz localización de las piezas en orden a sus relaciones y al organismo resultante- y su incidencia en la arquitectura que estamos concibiendo. Una arquitectura impredecible por lo mutable, que se erige en reto de la operación y del diseñador. Diseño que, de la mano del concepto de sistema se convierte en herramienta a mayor gloria de la operación global. El debate del estilismo no será más que el resultado del análisis en busca del éxito de esta operación. Sexto, una arquitectura de la negociación. Negociación como mecanismo proyectual y como resultado. La solución de proyecto nunca resulta evidente en el Centro Comercial como consecuencia de lo imprevisible del propio proceso de configuración. Su concreción solo puede ser fruto del compromiso de todos los agentes por conseguir el objetivo de la operación. Esto se consigue desde el equilibrio de intereses. Comerciales y de diseño. Un compromiso con la negociación y una negociación íntimamente ligada a la coordinación. Séptimo, el espacio y el tiempo. El debate espacio-tiempo condiciona y estructura la percepción del Centro Comercial. Introducimos conceptos como cronotopo –el instante y el lugar donde ocurre algo- y paradoja –incoherencia de la relación causa efecto- que sitúan el vínculo entre el tiempo y el espacio del Centro Comercial en un contexto de Shopping. En el discurrir paralelo del tiempo histórico –el tiempo de fuera- y del tiempo interior, el de dentro del Centro Comercial –tiempo presente o intemporalidad-, se produce el triunfo social del Centro Comercial que se traduce en haber sabido resolver en el espacio y en el tiempo las paradojas postmodernas del hombre contemporáneo. Octavo, de lo global. Globalidad que no es ajena a lo local. Una arquitectura que insertada en la dinámica de una economía de ámbito mundial, refleja las contradicciones que ella impone, fundamentalmente en los procesos de inclusión y exclusión, afectando de manera decisiva al debate de lo local, que el Centro Comercial debe incorporar como herramienta ineludible de reconocimiento. Terminamos el capítulo segundo manifestando como estas ocho claves, asumidas en su conjunto, confirman que el Centro Comercial puede aparecer como un todo conceptual cohesionado, pasando a formar parte de una familia arquitectónica coherente, cuya estructura funcional somos capaces de establecer. El Capítulo Tercero presenta con detalle la figura del arquitecto Víctor Gruen, creador reconocido del moderno Centro Comercial. Presentamos su trayectoria profesional observando como las diferentes claves analizadas en capítulos anteriores van apareciendo de manera natural a lo largo de ella "Victor Gruen may well have been the most influential architect of the twentieth century." Malcolm Gladwell. The Terrazo Jungle. Fifty Years Ago, The Mall Was Born. America Never Would Be The Same. 2004. In The New Yorker. Hombre complejo, conflictivo. Las paradojas a lo largo de su carrera fueron notables. Sin embargo siempre apareció como un hombre recto. Garret Eckbo, reconocido paisajista y colaborador de Gruen en el Centro Comercial peatonal del Centro urbano de Fresno, California, se asombraba de que alguien como Gruen hubiese sido capaz de combinar cortesía y humanidad en la carrera de ratas (sic) en la que se convirtió el universo de la comercialización americana y mantener la integridad542. Philip Johnson, en 1962, ponderando las muchas habilidades de Gruen manifestó que no estaba seguro si alguno de ellos, arquitectos artistas, hubiera sido capaz de hacer lo que Gruen hizo. A más, sobre Gruen, manifestó lo siguiente: "... El va más allá de la creación de un bello edificio. En jugar con la gente y sugerir lo que tienen que hacer, es un maestro. Y obtiene buenos resultados como hace la escultura. El suyo es un arte cívico, un sentido cívico.... Él es capaz de sentarse y poner cosas juntas. No es pomposo ni vano. Yo no me reuniría con él para hablar del diseño (de edificios). Víctor siente que cuando se habla de diseño se está ignorando todo el contexto... Su arquitectura es poderosamente limpia, no vuela la fantasía. Pero cuando te haces con su complejidad, ves que has descubierto algo más allá del diseño.... No puedes decir que haya alguien como él. La arquitectura tiene la suerte de tenerle como arquitecto..." Philip Johnson. Article in Fortune Review. 1962. El Documento de tesis cierra la visión de Gruen realizando un recorrido por los diferentes capítulos de su libro esencial, Shopping Towns Usa: The Planning of Shopping Centers. Solo su índice resulta un monumento al proceso de gestación del Centro Comercial. El libro, aquí simplemente mostrado en su estructura básica como un silencioso testigo, es la referencia canónica los Centros Comerciales contemporáneos, desde su aparición. . El Cuarto Capítulo del Documento de tesis es una recapitulación del trabajo anterior, en el que se sintetizan los conceptos de función y estilo relacionados con el Centro Comercial, se define en qué consiste cada uno de ellos y como, a partir de ahí, podemos afirmar que nos encontramos ante un tipo arquitectónico nuevo en el panorama de la disciplina arquitectónica. Terminamos el Capítulo integrando el Centro Comercial con un cuerpo teórico de referencias que se remiten a un tipo arquitectónico concreto y particular, acogiendo su singularidad como fenómeno arquitectónico autónomo. Como Conclusión de la tesis, resultado de todo lo anterior es decir, como consecuencia de la integración de un torrente de percepciones e intuiciones en un cuerpo teórico de referencias, deducidas de la existencia de unas claves que estructuran y penetran la esencia del singular modelo estudiado, haciéndolo detectable y seductor, resultan las características de un tipo arquitectónico con entidad propia que ordena, orienta y supedita la realidad y la existencia de esta nueva arquitectura. Una arquitectura nunca antes definida como tal, en el panorama tipológico de la disciplina. Teoría tipológica para una nueva arquitectura, que hemos ido proponiendo a lo largo del trabajo y que es coherente con los diferentes parámetros que se han analizado. Un conjunto edificado que, desde el estudio de sus claves esenciales y de sus invariantes perceptibles, aparece ahora más cercano, más familiar. Tanto que es posible destilar desde este conocimiento cercano e íntimo, una síntesis útil como referencia proyectual y como referencia para las grandes cuestiones que preocupan al discurrir del debate arquitectónico y sus ideas. El debate de la disciplina. El objeto de esta tesis, que consistía en establecer que el conjunto edificado que conocemos como Centro Comercial se constituye en un nuevo tipo en el panorama de las tipologías arquitectónicas, entendido el Centro Comercial en sentido genérico como familia arquitectónica con características propias y específicas que la hacen autónoma y reconocible, queda a nuestro juicio argumentado y justificado. ABSTRACT Within the frame of the built heritage there is a construction that is recognized as Shopping Center. An ensemble understood as an architectural family with its own specific recognizable characteristics. This thesis aims to explain that this building complex constitutes a new type in the panorama of architectural typology. This typology, with its singular identity, is connected to a way of understanding the idea of the model beyond an orthodox conception of the term understood as virtual model. This typology comes from a theoretical structure that we called typological theory, and it serves as yet another tool to reference the study and development design of the architectural spaces. In this first section, the Method, we emotionally explore the opportunities of this thesis. Why this typology has been ignored and the interest this work has in the present moment. An opportunity and an interest explained from an experience of a life dedicated to the world of Shopping Centers. The text then introduces the need for a rigorous knowledge of the Shopping Center’s essence in order to understand its impact in the frame of a new society and a new physical environment. A frame time where the historical mechanisms of association of civic community have given way to other gathering spaces like the Shopping Center, which encourages individualism, but is demanded by a society that relates to them. Spaces that, according to Galbraith, are a result of the intrinsic perversity of the unstoppable movement of the wheel of consumption-production. A society that has turned to worship of material achievement. Worship that provokes the appearance of an increasing value of consumption, according to Koolhaas, the only goal of humanity. Worship that ends in the need to reach certain status levels in the plane of a permanent comparison where the need of possession excites the consumer and gives them the illusion of being special. The product of consumption rises up to consideration of social values, entering a dynamic of marketing values, not only objects, but the desire of the individual remains. The study appears also to clarify the meaning of a space that serves the consumer and its context. A meaning that makes sense with the appearance of the suburbanization, the massive utilization of the car, the increase of living standards and the new role of women in the society after the Second World War, giving rise to the Age of Consumption. A world now determined and controlled by media and unlimited offers, where it’s necessary to place them in the context of the ordinary. An architecture that has to be judged precisely for its relation with this specific contemporary man. This section ends justifying the term ignored that appears in the Title of the Thesis, considering it in relation with the lack of studies structured about the Shopping Center and its architecture, drawing from Pevsner's work, A history of building types, 1976. Finally, the Shopping Center is analyzed with the most critical of thoughts, which considers it as populist architecture. The First Chapter, Precedents, proposes an historical tour of the commercial architecture throughout history. The Document looks to place on record the characteristics of the commercial architecture to set the connection between them and the Mall itself. These correspondences are going to allow us to answer the rhetorical question: is it the architecture of the Shopping Center a subsidiary architecture, or does it have its own personality independent from that of the commercial world? The reason of this historical search, citing Bruno Zevi, is that it is indispensable to establish the relationship between architecture and history, understating that an analysis is only possible when researching for their roots. Moreover, according to Guy de Maupassant, we are sure that architecture has had the privilege, across the centuries, of symbolizing as it were each age(…), through the harmony of lines and the charm of ornamentation all the grace and grandeur of an epoch. This historical reading, inseparable from a consistent design action, begins interpreting the commercial architecture of the Minoan to the 20th Century. Though this analysis of the big commercial itineraries and the study of the Shopping Center itself. A reading where we have found a series of constants that make it possible to draw conclusions from this comparison. The Mall appears to give response to the needs of a consumerist society. Comparing to the calm pace of the evolution of other commercial solutions, it is relevant its fast implantation and evolution in a short period of sixty years. Though via different solutions, the commercial spaces are considered taking into account the public-private relation, the interior-exterior, the inside-out, the closed-opened. Through that, the 19th century galleries and the food markets represent a revolution in functionality, in the machine, the modern management and the relations of the citizen within the city. All of this, the Mall inheritor feels. Likewise, the Department Store is the reflection of another great revolution. Production and commercialization en-mass, communications, the fixed price and increase of the living standard. The Mall reinterprets these situations inserting them in a new model of management. Already in the 20th century Mall and mass technologies of sale, the hypermarket is enthusiastically incorporated into the configuration of this organic scheme, constituting the base of one of the models, the French, that will be highly developed in the European continent. The shop itself constitutes, on the other hand, the key piece that completes the puzzle of the Mall and is in this epoch when it starts taking off as architecture, has an autonomous character. After all this, finally, we come to the big commercial routes, which we propose as metaphor of the shopping. Citing Eugenio Ferrer we can conclude that “If we establish a relation between the space and the capitalism, then we can infer that the spaces of the consumption of masses (ECM) are new configurations with regard to the past (...), but the system that introduces it it is not completely” Now we arrive at this point and with the perspective of time it is necessary to ask us, what do we understand about the Shopping Center? How do we perceive it? The second Chapter approaches the problem of the perception of the Mall and from this it is possible to detect and to identify key drivers that orientate the architectural comprehension of the space. The efficiency of the Shopping Center is its main power of attraction. A world that has ensued from the synthesis of the revolution of consumption and management. An effective cavern-like place of entertainment where the user, the consumer, the postmodern man solves his daily life inside a considered habitat. The hyperbolic place of commercial transaction. An abundance of space, that makes us perceive it as destination of entertainment. An architecture has evolved this efficiency, where the sense of place is at one with the sense of the Shopping. The home of the consumer. The new cathedrals. The cathedral of consumption. The place of peregrination for the fervent consumer. A sacred space that integrates the user in the dominant culture. A temple, where time itself has stopped existing. In this paroxysm, an expression of the Garden of Eden or Paradise itself. A space where the height, the natural daylight and the spatial dimension reinforce the sacred character of a new lay religion. Another common perception is that of a protected area, which leads to metaphors and considerations that suggest the idea of maternal womb, with its weight of erotic meaning, referring to the encounter of the shopper making a purchase. The literature also tells us about its perception as a sterile space capsule, a black hole that absorbs all cultural energy. Likewise, a world simulation where a mock city is perceived at first instance. Consistent with all that shopping triggers inside. A city, a space conceived as a place of dreams, fantasy, where the products have been metamorphosed into fetishes. Entertaining a television, three-dimensional television, where the user acts guided by a drive similar to zapping. A play area where the latest fascination is in the act of buying. Space simulations that unite and transcend creating atmospheres that lead to reverie. A new space replacing the daily space with the lure of safe space in a public context. A hyper-reality space with reality and fantasy, where borders are erased with imaginary episodes of confusion and bewilderment, without distinction. The charm and fascination of a space that reads like magic. The magic of a space which is defined as stage extravaganza, the large theatre, the consumer surveys in the fine control mode in which you visit a national monument. The shopping center has to survive the times to be a testimony of our time. An icon, a symbol that conveys a message, the message reads ‘consumer’. In short, a Shopping Center is a mix of unprecedented insights that speak of a widespread phenomenon of bewilderment. Its space and the reactions of contemporary man unfold in it like a fish in water. What are the key aspects which allow us to recognize the essential quality of a shopping center in this concurrence of perplexities? First, we want to record a service function of space much deeper than the immediately obvious, i.e. a purchase occurs. A building that appears to be involved with the environment and its people from the hand of the unexpected circumstances; surprise and attention. And that, in turn, also involves the visitor beyond the purchase. This dedication to service closely links the mall with its architectural nature. It is not the function of a lifeless machine. It is a feature that suggests unsuspected perceptions linked to the purchase, which speaks of an organism that lives and breathes in unison with the visitor. Second, in addition to the vocation of service-oriented desire for consumption, the Mall environment serves a particular society - The consumer society. A new society which relates to building a sense of community developed to the level of their desires. This community also constitutes the most powerful asset to the success of the daily life of the Shopping Center. Third, we emphasize that the so called economy of the experience is combined with the consumer zeal of a company that is identified by the Shopping Center. It connects to form a holistic and planned experience. This experience takes shape in the entity that ensues from the premeditated association and synergy, in the sense of a collaboration for success. A set of concrete commercial and independent establishments, take part in the spatial and commercial adventure that is the Mall and they are the instigators of the consumption. This holistic behavior finds culmination in the amplification of a claim that becomes unitary, like an immense force that leads to an increased profitability to all the levels. Consummation is a reference of one human being overturned in an architecture assimilated into a legitimate, emotional design with stability. A holistic quality is born of the essence of the building - and by virtue of the Conditions of Alexander, Christopher Alexander, determines the system condition of the Shopping Center. Fourth, we propose to establish what character the Mall will form when joined with the concept of its typology. This is going to allow the architectural work to be formed. As a result of the holistic structure that we see, the Mall is perceived as a system whose parts have their own function, justifying their existence in the ecosystem. Across a gestalt there is a powerful capacity of communication between the system and its context. We visualize on the one that stands out our building, turning both, Center and environment, in accomplices of a few special relations who complement each other in his realities. This relationship within a complex and diverse environment gives the Mall a range of unique spatial perceptions, the result of disparate experiences, which because of its root origin of gestalt, are integrated into a unified and coordinated manner fully intelligible and organized. This is the final formal essence of the Shopping Center. We can conclude here that the Mall as architecture is a structured system and should be perceived as a unit both from a physical and spatial perspective as this is the essence of its architecture. Fifth, the Mall as a system. A system which is being supported by a broad theoretical corpus, the General Systems Theory, which offers sufficient methodology to descend into consideration and give an enlightened conclusion on the overall understanding of the Mall. Consideration of the Mall as a system is a result of its holistic structure. The whole does not behave like any of the parties and they do not behave the way they used to before belonging to the whole, because they inhibit many of their qualities to their advantage. It arises the need for an ongoing dialogue between marketing processes and its translation into the physical world, the design. The system generates multiple perceptions to be integrated into a body which is to be understood as unitary. As a system, the Mall is inserted into the contemporary paradigm, creating dual realities that are not exclusive and are reactions of uncertainty that the system be properly designed at all levels, faced with their ability to self-regulate. Likewise, considering the visitor, the customer, like the quantum spectator who interacts with the system permanently. Moreover, a complex system confronts us with the Commercial mix, the effective location of parts in order to relate to the body and its importance in the architecture we are conceiving. Unpredictable architecture, which stands as the challenge of the operation and the designer. Design that becomes the tool of the system to create success for the overall operation. The discussion of the styling is merely the result of analysis that also seeks the success of the system, i.e. the styling should send the right message for the environment to ensure its survival. Sixth, the idea of negotiation as an architecture project, a mechanism inherent to the status of the proposed system. The project solution is never evident at the Shopping Center because of the unpredictability of the process itself. It can only be the fruit of the commitment of all stakeholders to achieve the objective of the operation. This is achieved from the balance of interests, of commercial and design. A commitment to negotiation and a negotiation linked to coordination. The pursuit of stability is key, as instability is always present and constantly requires strategies to build the object you are configuring. Seventh, proposes space-time itself as a circumstance that determines and structures the perception of the Mall in a singular way. We introduce concepts as chronotope and paradox to help us place the relationship between time and space within the Mall in the context of shopping. A consequence of the parallel flow of historical time - the time outside - and the time inside the Mall, the big shopping center formula is precisely that of having the feeling of timelessness in the space. The social triumph of the mall is the ability to resolve in space and in time all postmodern paradoxes and, beyond that, of contemporary man, condensing into a small space and time an enormous amount of cultural symbols, often contradictory, but they attract the practice of consumerism. Eighth, global level. Globalization which doesn’t ignore the local level. Architecture that is inserted into the dynamics of a global economy, reflects the contradictions that it imposes, mainly in the processes of inclusion and exclusion. Inclusion and exclusion affect the debate of the local level, which the Mall must incorporate as an unavoidable tool of recognition. The eight fundamental principles, when applied as a whole, confirm that the built heritage, which corresponds to the general Mall idea, can be presented as a cohesive conceptual whole. This becomes part of a coherent architectural family, whose functional structures are able to be established. The Third chapter presents in a detailed way the figure of the architect Victor Gruen, recognized as the creator of the modern Mall. Studying his professional experience, it is shown how the different keys analyzed in previous chapters are appearing in a natural way. "Victor Gruen may well have been the most influential architect of the twentieth century." Malcolm Gladwell. The Terrazo Jungle. Fifty Years Ago, The Mall Was Born. America Never Would Be The Same. 2004. In The New Yorker. He was a complex, troubled man and the paradoxes along his career were notable. Nevertheless, always he appeared as a straight man. Garret Eckbo, the recognized landscape painter and collaborator of Gruen was astonished how Gruen had been capable of combining comity and humanity in this career of rates, into that the American commercialization turned, Johnson, in 1962, weighting many Gruen's skills demonstrated that he was not sure if anyone of them, architects artists, had been capable of doing what Gruen did. He goes beyond just the creation of a beautiful building. In playing on people and suggesting what they ought to do, he is a master. (…) his architecture is clean - hardly architecture, no flights of fancy. But when you get hold of its complexity, you've got something beyond the design... You can't say there's someone like him. Architecture is lucky to have him as an architect." Philip Johnson. Article in Fortune Review. 1962. The Document of the thesis closes with Gruen's vision of realizing a tour through the different chapters of his essential book, Shopping towns USA: The Planning of Shopping Centers. It’s mere index turns out to be a monument to the process of the gestation of the Mall. The book, simply acted in its basic structure as a silent witness, as the canonical reference for the contemporary Malls. The Fourth Chapter of the Document of the thesis is a recapitulation of the previous work, which synthesizes the concepts of function and style related to the Shopping Center, and clearly defines how they are defined so we can conclude that we have found an architectural new type in the panorama of the architectural discipline. Therefore, the Conclusion of the thesis integrates this development in a theoretical body of references that relate to an architectural specific and particular type, which receives the singularity of the Shopping Center as an architectural independent phenomenon as it has tried to demonstrate from the beginning of the work. To conclude, as a result of the integrative process and the development of the theoretical body of references, the essential characteristics of the order and concept of the architectural typology form the existence of a new architecture; architecture never before defined as such, in the theoretical typology of the discipline. A theoretical typology for a new architecture is proposed throughout the discussed research and forms a conclusion of the different parameters that have been analysed. As a building complex, from the study of the essential characteristics and of the perceptible constants, the typology is more clearly defined and thus, becomes a useful tool and precedent for the consideration of the discipline. The thesis then justifies how the building complex known as Shopping Center constitutes a new type of architectural typology.
Resumo:
La Casa Industrializada supone el ideal de realizar la casa unifamiliar a través de la potencia y los procedimientos de la industria. Como tal, la casa supone un producto industrial más sujeto a la lógica de la reproducción y del consumo. Como producto de consumo la casa debe establecerse como objeto de deseo, accesible al grupo de usuarios-consumidores al que va dirigido. El sueño de la Casa Industrializada se origina en la primera Revolución Industrial y se consolida en la segunda tras la producción del Ford T y la adhesión de los padres del movimiento moderno. A lo largo de su historia se han sucedido casos de éxito y fracaso, los primeros con la realización de un producto de imagen convencional y los segundos la mayor parte de las veces dirigidos por arquitectos. El sueño de la Casa Industrializada de la mano de arquitectos está comenzando a ser una realidad en Japón, Suecia y Estados Unidos a través de marcas como MUJI, Arkitekthus y Living Homes, pero aún dista de ser un hecho extendido en nuestra sociedad. Para que este ideal se cumpla deberá ofrecer valores que permita a la sociedad hacerlo suyo. La Tesis busca analizar la historia y la metodología de la Casa Industrializada, desde el diseño a la comercialización con el fin de ofrecer esos valores en forma de propuestas para la Casa Industrializada en este milenio. La casa como producto industrial-producto de consumo supera las lógicas tradicionales de la arquitectura para operar dentro del contexto de la producción industrial y la reproducción de los objetos. En este sentido es necesario establecer no solo la forma y construcción de la casa sino los mecanismos de reproducción con sus pertinentes eficiencias. La Casa industrializada no se construye, se monta, y para ello utiliza las estrategias de la construcción en seco, la prefabricación, el uso de componentes y los materiales ligeros. Desde la lógica del consumo, la casa debe dirigirse a un determinado público, no es más la casa para todos, característica de las situaciones de crisis y de emergencia. La casa se enfrenta a un mercado segmentado, tanto en cultura, como en deseos y poderes adquisitivos. En la cuestión del diseño debe plantearse más como diseño de producto que como diseño arquitectónico. La Casa Industrializada no es el fruto de un encargo y de una acción singular, debe ofrecerse lista para adquirir y para ser reproducida. Esta reproducción se puede dar tanto en la forma de modelos cerrados o sistemas abiertos que permitan la personalización por parte de los usuarios. Desde el ámbito cultural es necesario entender que la casa es más que una máquina de habitar, es un receptor de emociones, forma parte de nuestra memoria y nuestra cultura. La casa como producto social es una imagen de nosotros mismos, define la manera en la que nos situamos en el mundo y por tanto supone una definición de estatus. En esto, la Tesis se apoya en los textos de Baudrillard y su análisis de la sociedad de consumo y el papel de los objetos y su valor como signo. La Tesis realiza un repaso de los procedimientos industriales con especial énfasis en la producción automovilística y sitúa la evolución de la Casa Industrializada en relación a la evolución de los avances en los sistemas de producción industrial y las transferencias desde las industrias del automóvil y aeronáutica. La tesis se completa con una serie de casos de estudio que parten de las primeras casas de venta por correo de principios del siglo XX, pasando por las propuestas de Gropius, Fuller, el Case Study House Program, Prouvé, Sota y acaban con la situación actual. La Casa Industrializada ha mantenido una serie de valores a lo largo de su historia, como ideal, forma un cuerpo estable de propuestas que no se ha modificado a lo largo del tiempo. Con respecto a este nuevo milenio este ideal no debe ser cambiado sino simplemente actualizado y adaptado a los métodos de producción y las necesidades, sueños y exigencias de la sociedad de hoy. ABSTRACT The industrialized House provides an ideal to manufacture the house through the power and strategies of the industry. As such, the house becomes an industrial product that respond to the logic of reproduction and consumption. As a comodity, the house must become a desirable object, accessible to the group of the consumers to which is targeted The dream of the Industrialized home is originated in the First Industrial Revolution and it is consolidated in the second one after Ford´s production of Model T and the incorporation of the principal figures of the modern movement to the ideal of making houses at the factories. Throughout history there have been cases of success and failure, the first with the completion of a product of conventional image and the second most often led by architects. Industrialized dream house made by architects is starting to become a reality in Japan, Sweden and the United States through brands such as MUJI, Arkitekthus and Living Homes, but still far from beeing a widespread fact in our society. To fulfill this ideal, it should provide values that society could accept as of their own. The Thesis seeks to analyze the history and methodology of industrialized house, from design to marketing in order to offer these values in the form of proposals for industrialized house in this millennium. The house as an industrial-product-comodity extend beyond the traditional architectural logic to operate within the context of industrial production and the reproduction of objects. In this sense it is necessary to establish not only the shape and construction of the house but the mechanisms of reproduction with its relevant efficiencies. Industrialized house is not built it is assembled, and it uses the strategies of dry construction, prefabrication, using lightweight materials and components. From the logic of consumption, the house must go to a certain audience, it is no longer the home for all that is characteristic of crisis respond and emergency. The house faces a segmented market, both in culture and desires and purchasing power. On the question of design it must be considered more like product design than architectural design. Industrialized House is not the result of a commission and a singular action, it should be offered pret-a-porter and able to be reproduced. This reproduction can be given in form of closed or open systems models that allow its customization by users. From the cultural sphere is necessary to understand that the house is more than a machine for living, is a recipient of emotions, is part of our memory and our culture. The home as a social product is an image of ourselves, defines the way in which we place ourselves in the world and therefore represents a definition of status. In this aspect, the thesis is based on the texts of Baudrillard and his analysis of consumption society and the role of objects and its value as a sign in it. The thesis makes a review of the industrial processes with emphasis on automotive production and places the evolution of industrialized House in relation to the evolution of developments in industrial production systems and transfers from the automotive and aeronautics industries. The thesis is completed with a series of case studies that starts from the first mail order houses from the early twentieth century, going through the proposal of Gropius, Fuller, the Case Study House Program, Prouvé, Sota and end up with the current situation. Industrialized House has held a series of values throughout its history, as an ideal, forms a stable corps of proposals that has not changed over time. Regarding this new millennium this ideal should not be changed but simply be updated and adapted to production methods and needs, dreams and demands of today's society.
Resumo:
Las casas del siglo XX construidas al borde del mar –escenario único y origen de su expresión- siguen la topografía del suelo que habitan en su descenso al agua, y organizan espacios que obtienen miradas al horizonte marino. El horizonte nos confronta a lo desconocido. La vista del mar incita al deseo de recorrerlo, al deseo de viajar. Con origen en el otium romano, la presencia del agua define un modo de vida apacible –epicúreo- que los viajeros de la arquitectura -que nos acompañan en la tesis- traducen en sus refugios más íntimos. Experimentan con los cambios en los conceptos y en las técnicas, que se trasladan fácilmente a la arquitectura de la casa al borde del agua desde los inicios del Movimiento Moderno. Sus espacios del habitar frente al mar nos permiten descubrir estrategias comunes en sus respuestas más modernas. El arquitecto ante el proyecto frente al mar llega a la ubicación elegida, mira hacia el horizonte, y desplazándose ladera arriba se coloca en un punto estratégico que elige; después, delante de su tablero, recorre el camino inverso, coloca el lugar y sobre él dibuja los elementos que configurarán los espacios de la casa buscando esa mirada al mar. Las situaciones y ubicaciones posibles son infinitas; se definen algunas consonancias espaciales comunes en los suelos que se ocupan debidas a la presencia del mar que asociamos entre sí. De la comparación entre todas las casas -emblemas del XX-, surgen múltiples variantes de la mirada y de espacios al abierto, y modos de fabricar entornos con criterios comunes para dominar la visión del mar. Interiores que se abren al panorama, espacios cuyas ventanas buscan su mirada en la extensión del horizonte, rescisiones y aperturas. Reconocemos condicionantes en el territorio a los que las villas responden, categorías arquitectónicas que dan respuesta frente al mar en la búsqueda del moderno, la topografía, la mirada y el espacio al abierto. Las casas comparten la idea del dominio del paisaje desde el punto más alto, y en algunos suelos se invierte la tipología por la topografía, confirmando así un criterio común basado en la lectura del suelo como consecuencia de la búsqueda del espacio de la mirada. Los espacios al abierto se significan en todas ellas, son espacios al -aire libre- abiertos, unos envueltos, otros porticados, puertas del horizonte que se abren al exterior, en el techo de la casa, otros cubiertos y abiertos, espacios entre interior y exterior, en plataformas con bancales o patios envolventes, recintos o habitaciones abiertas. Descubrimos un logro del XX en los espacios positivos o negativos que traducen o juegan con el entorno, que ocupan o sustraen de los contornos construidos y que obtienen espacios intermedios en la búsqueda de la relación con el mar. Las herramientas que se utilizan son los dibujos de los autores, de las casas visitadas, el elenco de viajeros y sus viajes, el conocimiento desde el estudio de los proyectos. A través de la comparación por aproximaciones parciales, los dibujos nos definen la mirada al mar, el modo de ocupación y la forma de relación con el paisaje. La arquitectura del habitar frente al mar en el XX, hecha para y por arquitectos, topografía el suelo y construye la mirada, fabricando espacios al abierto en la relación entre la casa y el entorno marítimo. ABSTRACT Houses of the 20th century built by the sea – a unique setting which gives rise to their expression – follow the topography of the land they occupy in its descent towards the sea, and they organize spaces which give views of the maritime horizon. The horizon brings us face to face with the unknown. The sea view provokes a desire to cross it, to travel. The presence of the sea defines a peaceful, epicurean way of life, with origins in the Roman otium, which architectural travellers – who accompany us through the thesis – translate into their most intimate retreats. They experiment with changes in concepts and techniques, which are easily transferred to the architecture of the seaside house since the beginnings of the Modern Movement. Their living spaces allow us to discover common strategies in the most modern responses. The architect with a seaside project arrives at the site, looks towards the horizon, then walks uphill and chooses a strategic point; then with his drawing board he retraces his steps, he sets the position and then draws in the elements that make up the house that seeks a sea view. The number of potential situations and locations is infinite; certain common spatial accordances are defined in land which is occupied due to the presence of the sea. Comparison of all the houses – 20th century emblems – throws up multiple variations of view and open spaces, and ways of creating settings with common criteria so as to command the vision of the sea. Interiors which open up to the panorama, spaces whose windows seek their view in the expanse of the horizon, openings and closures. We recognise determinant factors in the territory to which the villas respond, architectural categories which give a seaside solution to the search for the modern, the topography, the view, and the open space. The houses share the idea of dominating the landscape from the highest point, and in some areas typology and topography are inverted, thus confirming a common criteria based on the reading of the ground as a conse quence of the search for the view space. Open spaces stand out in all the villas – spaces open to the outdoor air - some are wrapped, some arcaded, doors to the horizon which open up to the exterior, on the roof of the house. There are open and covered spaces, spaces between the exterior and interior, on platforms with banks and surrounding patios, enclosures and open rooms. We discover an achievement of the 20th century in the positive and negative spaces which translate and play with the setting, which occupy or are extracted from built contours and which obtain intermediate spaces in the search for the relationship with the sea. The tools used are the author’s drawings of the houses visited, the cast of travelling companions and their travels, the knowledge gained from study of the projects. Through comparison by means of partial approaches, the drawings define the view of the sea, the occupation mode and the way of relating to the landscape. Architecture for living by the sea in the 20th century, carried out both by and for the architects, shapes the land and constructs the view, creating open spaces in the relationship between the house and the sea surroundings.
Resumo:
Este trabajo se centra en el estudio de las investigaciones de Jorge Oteiza en torno a la funcionalidad estética del espacio, en especial, en la actividad artística que desarrolló en el año 1958, un año decisivo en la vida del escultor en el que dio por finalizado su proceso de experimentación sobre la naturaleza espacial de la estatua. En este desenlace tuvo un papel fundamental la relación funcional que planteó, a la hora de retomar su trabajo después de su triunfo en la IV Bienal de São Paulo de 1957, entre la escultura y la arquitectura. La primera, entendida como organismo puramente espacial, debía de responder a las condiciones de su mundo circundante, el espacio arquitectónico. Su función: acondicionarlo estéticamente para satisfacer las necesidades espirituales del habitante. Siguiendo el canon estético que para la escultura acababa de anunciar en Brasil, la desocupación espacial (la liberación de la energía espacial de la estatua, el rompimiento de la neutralidad del espacio libre) no se trataba de embellecer superficialmente la arquitectura sino de activar su vacío interior. Oteiza, que siempre estuvo muy interesado por la arquitectura y que había colaborado con anterioridad en numerosas ocasiones con los mejores arquitectos del país, fue durante este año cuando profundizó de manera más sistemática (teórica y prácticamente) sobre la relación arte-arquitectura. De hecho, él mismo nombraba como el último trabajo de su línea de experimentación en escultura a su propuesta para el concurso del Monumento a José Batlle en Montevideo, que junto al arquitecto Roberto Puig acabaron a finales de año. En el proyecto se planteaba a escala urbana, y como ejemplo concreto, el modelo teórico de integración arquitectura + (arte=0) que había elaborado los meses anteriores, la integración vacía. En el texto explicativo que acompañaba al proyecto (un texto que desbordaba los límites de una memoria al uso) demandaba la necesidad de la toma de conciencia estética del espacio, como acto de libertad individual, y declaraba el fin del rol de espectador del hombre frente a la obra de arte, reclamando su participación activa en la misma. Para él, la noción del espacio estético no era una condición innata en el hombre, se descubría, se aprendía, evolucionaba y se olvidaba (una vez convertido en hábito). Frente a la ceguera de la sensibilidad espacial del hombre, proponía la educación de la percepción espacial, condicionar emocionalmente la reflexión espontánea ante el juego espacial de las formas en la naturaleza y el espectáculo natural de la ciudad. Aprender a leer el lenguaje emocional del espacio, a pensar visualmente. La obra de arte era así un catalizador espiritual del contorno del mundo, modificador de la vida espacial circundante que corregía hábitos visuales y condicionaba estímulos y reflejos. Desde una resonancia afectiva con la definición psicológica del término (como energía psíquica profunda que invita o incita a pasar a la acción), a diferencia del instinto, la pulsión (siendo la fuente de toda conducta espontánea) es susceptible de ser modificada por la experiencia, por la educación, por la cultura, por el deseo. Es desde esta aproximación en términos de energía desde la que se propone la noción pulsiones del espacio como fórmula (reversible) entre la energía espacial liberada en el proceso de desocupación definido por Oteiza y caracterizadora de la obra como vacío activo (en escultura, en arquitectura), y la energía psíquica profunda que invita o incita a la toma de posesión del espacio (la voluntad espacial absoluta con la que Oteiza definía su modelo de arte=0, cero como expresión formal). Si el hombre modifica su entorno al mismo tiempo que es condicionado por él, es indispensable una conciencia estética del espacio que le enseñe, de entre todas las posibilidades que este le ofrece, qué es lo que necesita (qué es lo que le falta), para tomar posesión de él, para un efectivo ser o existir en el espacio. Es desde esta caracterización como energía por lo que las pulsiones del espacio se sitúan entre el hombre y su entorno (construido) y permiten la transformación entre energía espacial y energía psíquica; entre su hábitat y sus hábitos. Por estas mismas fechas, Oteiza definía una casa como un conjunto articulado de vacíos activos, como una obra de plástica pura que no es arte sino en función del habitante. Es este habitante, educado en la toma de conciencia estética del espacio, el que participando activamente en la interpretación de los espacios previstos por el arquitecto, sintiendo y movido por las pulsiones del espacio, hará uso adecuado de la arquitectura; pasando de un arte como objeto a un arte como comportamiento, transformará su habitar en un arte, el arte de habitar. ABSTRACT This work focuses on the study of Jorge Oteiza’s investigations on the aesthetic functionality of space, especially on his artistic activity developed in 1958, a decisive year in the life of the sculptor, in which he gave end to his process of experimentation on the spatial nature of the statue. In this outcome it was fundamental the functional relationship that he propounded, at the time of returning to work after his triumph in the IV Bienal de São Paulo in 1957, between sculpture and architecture. The first, understood as a purely spatial organism, should respond to the conditions of its environment (umwelt), the architectonic space. Its function: set it up aesthetically to meet the spiritual needs of the inhabitant. Following the aesthetic canon that he had just announced in Brazil for sculpture, the spatial disoccupation (the liberation of the spatial energy of the statue, the breaking of the neutrality of the free space) the aim was not to superficially beautify architecture but to activate its inner void. Oteiza, who had always been very interested in architecture and who had previously collaborated on numerous occasions with the best architects in the country, was in this year when he deepened in a more systematic way (theoretically and practically) about the art-architecture relationship. In fact, he named as the last work of his line of experimentation in sculpture to his proposal for the competition of the Monument to José Batlle in Montevideo, which, developed together with the architect Roberto Puig, was ended at the end of the year. The project proposed on an urban scale, and as a concrete example, the theoretical model of integration architecture + (art = 0) which he had elaborated the previous months, the empty integration. In the explanatory text accompanying the project (a text that exceeded the normal extents of a competition statement) he demanded the need of the aesthetic awareness of space, as an act of individual freedom, and it declared the end of the role of man as passive spectator in front of the work of art, claiming his actively participation in it. For him, the notion of the aesthetic space was not an inborn condition in man; first it was discovered, then learned, evolved and finally forgotten (once converted into a habit). To counteract blindness of the spatial sensitivity of man, he proposed the education of spatial perception, to emotionally influence the spontaneous reflection in front of the spatial game of forms in nature and the natural spectacle of the city. Learn to read the emotional language of space, to think visually. The work of art was thus a spiritual catalyst of the world’s contour, a modifier of the surrounding spatial life that corrected visual habits and conditioned stimuli and reflexes. From an emotional resonance with the psychological definition of the term (such as deep psychic power that invites or urges action), as opposed to instinct, drive (being the source of all spontaneous behavior) is likely to be modified by experience, by education, by culture, by desire. It is from this approach in terms of energy from which the notion drives of space is proposed, as a (reversible) formula between the spatial energy released in the process of disoccupation defined by Oteiza and characterizing of the work as a charged void (in sculpture, in architecture), and the deep psychic energy that invites or encourages the taking possession of the space (the absolute spatial will with which Oteiza defined its model of Art = 0, zero as a formal expression). If man changes his environment at the same time that is conditioned by it, it is essential an aesthetic awareness of space that shows him, among all the possibilities that it offers, what he needs (what is what he lacks), in order to take possession of it, for an effective being or existing in space. It is this characterization as energy by what drives of space lie between man and his (built) environment and allow the transformation between spatial and psychological energy; between his habitat and his habits. Around this same time, Oteiza defined a House as an articulated set of charged voids, as a work of pure plastic that is not art but according to the inhabitant. It is this inhabitant, educated in aesthetic awareness of space, who actively participating in the interpretation of the spaces provided by the architect, feeling and moved by the drives of the space, will make proper use of the architecture; from an art as object to an art as behavior, he will transform his inhabitation into an art, the art of inhabitation.