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Resumo:
El artículo propone un ejemplo de arquitectura audiovisual, que apoye la hipótesis del valor de lo virtual frente a lo real. Un elemento intercambiable capaz de superar la seducción que ofrece el mundo presencial, por el hecho de ser intransferible.
Resumo:
En este capítulo se reflexiona sobre la evolución en el siglo XIX de lo que en Italia solían llamar scienza delle construzioni. En dos palabras: se trata de la aplicación de modelos de cálculo basados en la mecánica racional para determinar la seguridad de las construcciones. En este sentido, el XIX ofrece un cambio radical respecto al panorama de siglos anteriores, en los que lo fundamental era la experiencia constructiva y el proceso lento; lento tanto en la formación de técnicos como en la materialización de obras, donde la falta de herramientas de cálculo para prever comportamientos condujo en ocasiones al uso de modelos físicos a escala reducida para demostrar la seguridad de las construcciones o la factibilidad de su proceso edilicio. El capítulo se refiere exclusivamente a modelos abstractos (ni siquiera a los ensayos de laboratorio que pusieron de manifiesto nuevos fenómenos), a pesar de lo cual conviene arrancar con cuatro ejemplos reales, uno por cada cuarto de siglo que pongan de manifiesto los cambios de enfoques producidos en la construcción El primero es una celebrada estructura de madera cuya seguridad fue comprobada mediante ensayos sobre elementos a escala real. Insuperable en la elegancia de su diseño, el segundo, el viaducto de las Cabrillas (1851), fue proyectado y construido en piedra por Lucio del Valle en la cuesta de Contreras. El tercer ejemplo podría ser un puente colgante o «colgado», como se denominaban en la época, de los numerosos que se construyeron en España en la segunda mitad de siglo, pero, por su envergadura y tipología, se ha decidido escoger un caso más tardío: el viaducto del Salado, en la línea de ferrocarril Linares-Almería, proyecto de José Olano (1897) llevado a cabo por la compañía Fives-Lille. El proceso de lanzamiento por empuje hasta entroncar con el túnel del estribo izquierdo fue presenciado en enero de 1899 por un grupo de alumnos de la Escuela de Caminos encabezados por su director, Rogelio Inchaurrandieta, y diferentes profesores, entre los que se encontraban Serafín Freart, encargado de Mecánica Aplicada, y Luis Gaztelu, profesor de Puentes. Con sus pilas de alrededor de 110 m de altura y sus vanos de otro tanto, es un buen ejemplo de lo que] avier Mantero la llama «la gran invención de todo el siglo XIX: la viga en celosía, invención de tanta o mayor trascendencia que la bóveda de piedra para el arco" (Manterola, 2006. Aunque las cerchas de bronce del Panteón de Roma, debidas a Apolodoro de Damasco, o los esquemas de Palladio y las cubiertas de inglesias góticas son precursores de esta tipología (Mainstone, 1975), está laro que sólo en el siglo XIX el cálculo permitió racionalizar los diseños y alcanzar la simplicidad y efectividad que Manterola reconoce como invención. Finalmente, se hace referencia al puente de Golbardo en Santander, uno de los primeros de hormigón armado en España (1900). Este material llegará a su pleno desarrollo en el siglo XX, no sin vencer la desconfianza de sucesivas generaciones. En resumen, a los materiales clásicos, madera y piedra, se añaden en el siglo XIX los hierros y aceros, así como finalmente, el hormigón. Ello motiva una reconsideración de la tipología, de las ideas sobre seguridad estructural, sobre los métodos constructivos y sobre el cálculo que produce la gran eclosión en la representación abstracta del comportamiento de las construcciones, lo cual sólo es posible gracias al progreso de las ciencias. En este capítulo se intentará, en un primer apartado, resumir la experiencia teórica hasta que Coulomb escribe su magistral ensayo. A continuación se tratarán someramente las diferentes líneas de trabajo generadas en países extranjeros y, finalmente, se dará una visión personal de los esfuerzos llevados a cabo en España, que, aún disponiendo de centros docentes perfectamente conectados con lo que sucedía en el extranjero, no fue capaz de generar ninguna aportación original al debate internacional.
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Los métodos numéricos aplicados al estudio de estructuras sometidas a esfuezos de origen sísmico han sido utilizados habitualmente en ingeniería. La limitación tradicional con que se encontraba el analista radicaba en el enorme esfuerzo de cálculo mecánico necesario para obtener respuestas significativas tan pronto como el modelo matemático a analizar presentaba una cierta complejidad. Esta situación se vió sustancialmente modificada por la aparición del ordenador que, justamente, libera al proyectista del trabajo repetitivo irracional y permite dedicar tiempo a la reflexión, a la par que aumenta espectacularmente la capacidad de modelado. No es extraño pues, que en los ultimos 30 años se haya asistido a un renacimiento de una rama de la Matemática que parecía agostada y que ,fecundada por la nueva herramienta ha florecido en un sinf{n de técnicas y procedimientos que ponen al alcance del ingeniero el análisis de virtualmente, cualquier problema estructural. En este capítulo se pretende exponer algunas de las ideas subyacentes en estos métodos nuevos así como su posible aplicación al campo que nos interesa. Evidentemente, la limitación de espacio impedirá profundizar adecuadamente en los temas, pero la finalidad última será dotar al estudioso de un marco general en el que situar posteriores aventuras intelectuales. El contenido se articula en tres grupos principales que se refieren, respectivamente al modelado de la solicitación sísmica, de la estructura y cimiento, y al análisis de la respuesta. Tras lo dicho anteriormente, una exposición que no incluyese alguna manifestación palpable de la influencia de la máquina, estaría indefectiblemente esviada. Por ello, se incluyen como apéndices cuatro bloques de subrutinas; dos de ellas, en lenguaje Basic de microordenador, se refeiren a la transformada rápida de Fourier de la que se hablará más adelante, y al cálculo de autovalores de estructuras formadas por barras; la tercera es un pequeño programa en Fortran IV, que permite obtener la respuesta de un sistema de un grado de libertad por un método de integracidn paso a paso. En el primer apartado se inserta tambien un programa de determinación de hipocentros. Todas las subrutinas son elementales y ampliamente mejorables. Creemos sin embargo que ello las hace especialmente legibles lo que puede impeler su uso y mejora par el estudiante ; intervención, en definitiva ,deseada y que es el más importante objetivo al que aspiramos.
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Metal Transport in the Rhizobium-legume Symbiosis
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Gaudí fue un maestro de la construcción. Su obra integra todos los aspectos del proyecto de arquitectura: la distribución, la ornamentación, la estabilidad. También integra otras artes: la escultura (en particular), la pintura, la fotografía. Cualquier estudio particular sobre la obra de Gaudí debe tener presente su subordinación a esta concepción global del proyecto. El presente artículo considera sólo uno de los aspectos de la actividad de Gaudí: el del proyecto y cálculo de estructuras. Para Gaudí, el cálculo de estructuras formaba parte del proceso de proyecto, desde sus estapas iniciales. No se reducía, como era el caso habitual entonces, a una mera comprobación de estabilidad. Pasaremos revista a los distintos elementos estructurales estudiando el detalle del proceso de proyecto y cálculo de Gaudí y tratando de situar su actividad en un contexto histórico.
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Son innumerables las aportaciones que en las últimas décadas han destacado la importancia del espacio y la ciudad para las formaciones políticas y sociales. Sea en los distintos planos a través de los que comprender la organización del espacio —territorios, escalas, redes, lugares (Jessop et al., 2008)— o tomando la ciudad y la metrópoli como marcos privilegiados de los procesos contemporáneos de cambio social y pugna política (Hardt & Negri, 2009:249-60), las geometrías del poder (Massey, 1993) aparecen como lentes privilegiadas para la comprensión de las hegemonías que regulan la constitución de lo común y para la imaginación de resistencias y formas de relación social alternativas. A pesar de todo, la dimensión espacial del movimiento 15M —uno de los momentos políticos clave en las últimas décadas en nuestro país— ha pasado casi desapercibida en la mayor parte de los análisis posteriores a su eclosión. En este capítulo mostraré que esta faceta del movimiento fue en realidad uno de sus aspectos más interesantes en sus primeros pasos, tanto a nivel de la conformación y principios de las protesta como, más particularmente, desde el punto de vista urbanístico. Amenazadas sus condiciones de reproducción social por la crisis y las políticas de austeridad subsiguientes, este grupo en fusión (Sartre, 1970) carecía inicialmente de un programa político formal; en su ausencia, sin embargo, las prácticas espaciales desplegadas por los indignados operaron como una política prefigurativa, anticipando en la ordenación de las acampadas y la interacción de sus redes las formas de organización social a que el movimiento aspiraba. Por otra parte, estas formas de articulación del espacio público urbano y sus conexiones interurbanas resultan especialmente atractivas para aquellos urbanistas y arquitectos que buscan senderos alternativos en los que comprometer sus técnicas y saberes con objetivos de justicia social y democracia ampliada.
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Discurso de Investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Alcalá pronunciado por el Excmo. Sr. D. Antonio Fernández Alba
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En capítulos anteriores se han tratado problemas dinámicos de sistemas con un solo grado de libertad y los correspondientes a un número cualquiera de grados. La estructura discreta y contínua (previamente discretizada) se llegaba a definir como sistema dinámico por sus matrices de masa, de rigidez y de amortiguamiento. Por diversos métodos se obtenía la respuesta del sistema a cualquier solicitación de cargas variables de modo determinado (periódico o no) o probabilístico en el tiempo, con lo que quedaba resuelto el problema dinámico. Ahora vamos a referirnos a estructuras continuas. En realidad puede abordarse su estudio como caso límite al discretizar la estructura en un número muy elevado de elementos de tamaños cada vez más reducidos. Dentro de las estructuras que llamamos artificiales en nuestro capítulo primero podríamos considerar las definidas geométricamente en una dimensión (lineales), dos dimensiones (superficiales)o tres (especiales). Claro que aún así definida una estructura, por ejemplo una cuerda o una viga puede tener movimientos en un plano o sea con componentes en otra dimensión que la que sirvió para definirla, e incluso con movimientos especiales como sería una viga sometida a movimientos de flexión y torsión. Del mismo modo en una estructura superficial o definida en dos dimensiones pueden considerarse los movimientos en su plano o en su superficie o fuera de él (normal o no a su superficie media). Como estructuras artificiales son de interés las siguientes: cuerdas, barras, vigas (rectas, curvas, continuas, flotantes, etc. ), sistemas reticulares, (de barras rectas, curvas, de sección variable, etc.), membranas, cáscaras, placas (rectas o curvas), etc. sometidas a esfuerzos originados por sus pesos propios y por las acciones de fuerzas y deformaciones exteriores, variables en el tiempo delmodo más diverso. Las estructuras naturales tienen sus características especiales, sus respuestas a determinadas solicitaciones. Hay que estudiarlas para llegar a conocer: a) Su comportamiento antes y después de ser alteradas o modificadas porel hombre; b) Sus interacciones con las estructuras artificiales que sirven para cumplimentarlas o reforzarlas.