Comunicación en la familia (segunda parte) : ¿confían en nosotros o en el grupo de amigos?

Suplemento de Padres y maestros n. 262, septiembre 2001

Frecuentemente los padres se quejan de que sus hijos no tienen confianza en ellos, de que el diálogo es casi nulo. Existen pocas razones para que un niño se encierre en sí mismo y, sin embargo, ésta actitud es una característica del adolescente que está descubriendo su propia intimidad. Pero hay otras razones por las cuales el diálogo con los adolescentes es difícil. El análisis de los resultados de diversos encuentros entre adolescentes y padres en grupos de escuelas de padres pone de manifiesto otros condicionamientos que, en muchos casos, tienen que ver con la actitud adoptada por los padres: interrogatorios frecuentes, explicaciones demasiado largas, respuestas autoritarias, dialéctica irritada, respuesta falsas o erróneas o demasiada alarma ante algunas opiniones, actitudes que no favorecen la confianza. Para mejorar esta situación es necesario respetar su intimidad e intentar suavizar la tensión con humor. Por otro lado existe lo que se llama la confianza latente, los hijos siguen valorando las opiniones de los padres, desean estas orientaciones aunque no lo manifiesten. Esta confianza latente es un gran potencial de comunicación que se debe explotar.