Educación de la espontaneidad natural : según J. Ortega y Gasset, y J. J. Rousseau.


Autoria(s): Cámara Fernández, Pilar
Contribuinte(s)

García Carrasco, Joaquín

Universidad Pontificia de Salamanca;

Data(s)

16/05/2013

16/05/2013

1975

01/05/1990

Resumo

Estudiar la educación de la espontaneidad según J. Ortega y Gasset y J.J. Rousseau. Analiza el ensayo titulado Biología y Pedagogía de J. Ortega y Gasset para entender el pensamiento de dicho autor, después estudia el libro Emilio de Rousseau para examinar hasta qué punto las consideraciones de Ortega sobre Rousseau son válidas. 1) Un condicionamiento básico en la pedagogía de Rousseau es el tema de la bondad natural del hombre. Esta idea aparece desde las primeras páginas de su obra, ya que es precisamente esa bondad la que Rousseau echa en falta en la sociedad que le rodea. 2) Para contribuir a una sociedad mejor, Rousseau considera dejar que el hombre desarrolle en su infancia esa bondad natural en contacto con la naturaleza. Educar pues al hombre natura y reintegrarlo posteriormente en una sociedad. 3) La doctrina de Ortega es más acorde con la realidad cuando admite la existencia de una vitalidad descendente, que sería la causante de formas culturales que oprimieran la libre y espontánea manifestación de la vida creadora. 4) Ortega piensa que la vida primigenia, organizante, radical, creadora, es la fuente de la cultura y la civilización. A la hora de educar cometeríamos pues un error de perspectiva, si en vez de educar la vitalidad espontánea, atendiéramos a la educación cultural y de civilización. Ortega piensa que la vitalidad espontánea hay que dirigirla, encauzarla y potenciarla en la niñez mediante la leyenda y el mito. 5) Asimismo Ortega considera que esa vitalidad puede ser ascendente o descendiente. Hay hombres de pulso vital ascendente que son generosos, enérgicos, en ellos reina la confianza, la concordia y el ímpetu. Hay otros de tonalidad vital descendente en los que reina la envidia, el rencor, el resentimiento y la suspicacia. 6) Tanto Ortega como Rousseau rechazan aunque por distintos caminos, que la educación se base en enseñanza de las formas culturales en que viven ellos. En una comparación entre Rousseau y Ortega tendríamos que hacer notar un hecho curioso y es que Rousseau a pesar de su extraordinaria sensibilidad, nos muestra una vida infantil del niño carente de esa facultad tan poderosa en él que es vivir en un mundo fantástico. Rousseau percibe con claridad que no es la razón lo que el niño está acostumbrado a manejar; sin embargo, pasa por alto una cuestión tan importante como es la fantasía en la infancia, centrándose en el sentimiento. Sin embargo, Ortega, después de sutilísimas cavilaciones, llega a la conclusión de que lo más importante es darse cuenta de cual es el medio ambiente en que vive el niño, nos ofrece una conclusión un tanto desconcertante por su simplicidad y es que siendo el medio en que el niño vive, con el mito y la leyenda es como se debe educar.

Identificador

p. 88

http://hdl.handle.net/11162/27610

CL P. 514

Idioma(s)

spa

Direitos

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Palavras-Chave #filosofía de la educación #teoría de la educación #contenido de la educación #espontaneidad #medio ambiente #desarrollo del niño #finalidad de la educación
Tipo

Tesina