El complejo de Edipo.


Autoria(s): Fonseca Velasco, Antonio
Contribuinte(s)

García Carrasco, Joaquín

Universidad Pontificia de Salamanca;

Data(s)

16/05/2013

16/05/2013

1975

01/05/1990

Resumo

Examinar el complejo de Edipo. Expone el complejo de Edipo según Freud, analiza la simbología de Edipo y la repercusión que ha tenido en Freud dicho complejo, y después estudia las diferencias entre la situación edipiana y el complejo de Edipo. 1) Los problemas afectivos con los que cada niño se enfrenta en los primeros años de su vida, son de inusitada trascendencia en el desarrollo ulterior de la personalidad. Durante estos años se fijan los cimientos de la maduración afectiva y alrededor de éstos se va modelando el carácter del niño. 2) El niño depende de sus padres, de su amor, comprensión y aceptación, así como de la capacidad que tengan para ayudarle a adoptar actitudes que le permitan afrontar y resolver sus conflictos. Es muy estrecha la dependencia del mito en relación con la afectividad de los padres, y el clima emocional que ellos le proporcionan puede contribuir al desarrollo del niño o por el contrario, entorpecerlo y dificultarlo. 3) Si el niño no encuentra en sus padres la ayuda que precisa para lograr un equilibrio entre sus deseos contradictorios, su afectividad o no se desarrolla o se desarrolla mal. Otras veces, su desarrollo evoluciona, pero con el lastre de una insatisfacción más o menos total, arrastrando a lo largo de su vida una debilidad caracterial que no podrá superar los traumatismos que inevitablemente comporta la vida, pudiendo experimentar represiones o mutilaciones importantes ante situaciones de cierta envergadura conflictiva. 4) En el período genital, el niño puede y debe salir de sí mismo. El varón debe renunciar al mismo tiempo a la madre deseada y a eliminar al padre omnipotente. La mujer debe renunciar al padre y aceptar dejárselo a la madre. Estas operaciones se realizan en el plano inconsciente. 5) La cesión de los padres es ayudar al niño a resolver la angustia de la situación triangular incestuosa facilitando la huida en lo que en ella hay de poralizante, para que conserve solamente aquello que le posibilite el dominio y la afirmación de sí. Por lo tanto los padres no deben intervenir aquí directamente sobre una modalidad pedagógica, sino ofrecer al niño una relación afectiva suficientemente vigorosa, que sea inaccesible a la agresividad o al chantaje afectivo; de esta forma la situación edípica lleva al niño a encarar la relación humana y a asumirla de una manera menos captativa. De ahí el retroceso de la subjetividad posesiva. Los padres y su intimidad son considerados como más exteriores y fuera de la omnipotencia mágica del deseo. 5) Al dar por perdido el deseo de la madre inaccesible y admitir al padre prohibitivo, acepta lo que representa el padre como fuerza y sujeción. Inconscientemente admite las relaciones sexuales entre los padres y la primacía del padre sobre él. Se sitúa así en la cadena de generaciones. 6) Pero toda esta serie de aceptaciones y renunciamientos angustiosos sólo pueden ser soportados si el yo del niño está bastante fortificado por la seguridad brindada por el amor y la ternura que ligan a los padres con el niño, a condición de que este amor de los padres sea sano es decir, ni posesivo ni agresivo. Estas operaciones se realizan en primer lugar por las interiorizaciones de las prohibiciones paternas que refuerzan el super yo y luego por la identificación con el padre rival en forma de imitación de un modelo ideal exterior que se convierte en el yo ideal. 1) Sin ánimo de negar, ni siquiera discutir, la relación de vinculación primaria u objetal con la madre y la ambivalencia de los sentimientos con respecto al padre, ambas cosas afirmadas y descubiertas por Freud, hay que decir que el creador del psicoanálisis se excedió al llevar a sus últimas consecuencias estas tendencias del niño, más aún acaba por definirlo como un perverso polomorfo. Se excedió, también al universalizar esta situación tal como él la entendió. De igual modo se excedió al considerar que todos los hombre son o están enfermos, aunque no lo diga tan crudamente, de la lectura de sus obras difícilmente podemos sacar otra conclusión. 2) El complejo de Edipo ha dejado de ser tema tabú, al que sólo con ser pensado se pecaba de morbosidad. Y aquel tema que todo el mundo consideraba tan abstracto y poco corriente, se ha convertido en el nódulo estructurador de la personalidad, es decir, en el tema central de la Pedagogía como ciencia de la posibilidad del hombre ante su tener que hacerse desde su inacabamiento desde la prematuridad de su nacimiento. 3) El complejo de Edipo se ha convertido en una situación edipiana de la cual afirmamos su existencia y su universalidad.

Identificador

p. 114-116

http://hdl.handle.net/11162/27605

CL P. 524

Idioma(s)

spa

Direitos

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Palavras-Chave #complejo #psicoanálisis #desarrollo del niño #desarrollo afectivo #relación padre-niño #amor #afectividad
Tipo

Tesina