5 resultados para Artesanías

em Universidad Politécnica de Madrid


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Desde hace años, la construcción de capacidades en las personas implicadas en los proyectos de desarrollo rural es un factor frecuentemente incluido en la formulación, diseño y gestión de los mismos, bajo el enfoque del desarrollo local y endógeno y buscando la sostenibilidad de las acciones. En este contexto, el desarrollo de liderazgo se ha considerado clave para la construcción de capacidades en el medio rural. Si bien tradicionalmente, éste se ha abordado a nivel de desarrollo de capacidades intrapersonales del líder, actualmente se considera que el desarrollo de capacidades interpersonales y relacionales es fundamental para el ejercicio de un liderazgo efectivo, relacionando esos conceptos con el desarrollo de capital humano, social y sistémico. Además, muchas de las teorías del liderazgo ya no se centran sólo en el líder sino en los procesos entre el líder y los seguidores. Estos procesos se analizan en el caso de un proyecto de desarrollo de liderazgo con una organización de mujeres artesanas aymaras, formada por 21 grupos y 300 mujeres, en la que se estudian los distintos estilos de liderazgo y sus consecuencias en el proceso de construcción de capacidades y en la evolución de la organización.

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Los proyectos de desarrollo en el medio rural han cambiado en las últimas décadas, desde un enfoque tecnocrático y descendente, que resultó insuficiente, a otro que otorga un papel principal a las personas locales. En este contexto, los nuevos modelos de planificación y gestión de los proyectos de desarrollo a menudo incluyen entre sus objetivos el desarrollo de las capacidades locales y el liderazgo, dedicándose a ellos anualmente billones de dólares. Ambos conceptos son considerados elementos indispensables para aumentar la sostenibilidad de las acciones desde un enfoque endógeno, lo que genera un gran interés tanto desde el ámbito científico como en los debates y objetivos de los organismos internacionales. Sin embargo no existe un consenso sobre el marco conceptual del desarrollo de capacidades ni sobre las metodologías adecuadas para evaluarlo. Por otra parte, en el caso del desarrollo de liderazgo, la mayoría de los estudios e investigaciones se han centrado en entornos empresariales, siendo escasos los trabajos centrados en el ámbito rural. En dicho contexto, la complejidad se incrementa debido a que a menudo la autoridad y poder de los líderes no están dados por puestos formales, sino por relaciones sociales y vínculos de confianza. Esta investigación presenta una primera fase conceptual, que aborda el marco teórico, analizando y clarificando los conceptos de desarrollo de capacidades, competencias y liderazgo en el contexto de los proyectos de desarrollo rural. Así mismo, en esta fase se clasifican los principales instrumentos para evaluar el desarrollo de capacidades, para así definir las variables que conforman el constructo de capacidades. Además se determina la multidimensionalidad del concepto de capacidades y por ello la conveniencia de abordarlo a nivel individual y colectivo. También se analizan los distintos estilos de liderazgo para llegar a una definición propia de desarrollo de capacidades y de liderazgo adaptadas al medio rural. El marco teórico anterior permite sentar, en una segunda fase de la investigación, las bases científicas del modelo que se propone: el modelo DCL de Desarrollo de Capacidades para el Liderazgo en los proyectos de desarrollo rural. Este modelo incorpora elementos del marco conceptual Working With People (Cazorla et al., 2013), fruto de 25 años de experiencia en el ámbito de la planificación de proyectos de desarrollo rural desde el grupo de investigación GESPLAN de la Universidad Politécnica de Madrid. El modelo DCL integra metodologías cuantitativas y cualitativas y una doble escala de análisis para promover y evaluar el desarrollo de capacidades en la población local desde tres componentes: técnico-empresarial, relacional y contextual. Además el modelo DCL incorpora un proceso metodológico para poder integrar el seguimiento y la evaluación de las capacidades a lo largo del ciclo del proyecto. Finalmente, en una fase de aplicación, se acomete la validación del modelo DCL a través del caso de estudio de un proyecto de desarrollo con una organización de mujeres artesanas de comunidades aymaras de Puno (Perú). Este proyecto, que incorpora el marco conceptual WWP, integra 5 años de experiencia con comunidades aymaras desde el grupo de investigación GESPLAN. La aplicación muestra cómo el modelo DCL permite evaluar el desarrollo de capacidades para el liderazgo. Así mismo, la incorporación de los aprendizajes tras las evaluaciones de desarrollo de capacidades permite reorientar las acciones del proyecto para mejorar su planificación y gestión y producir un verdadero empoderamiento y liderazgo de la organización local. Lo anterior se traduce en un aumento de la sostenibilidad del proyecto y de la resiliencia social de la organización. ABSTRACT Development projects in rural areas have changed in recent decades, from a technocratic and top-down approach, which proved insufficient, to another that gives a major role to local people. In this context, the new models of planning and management of development projects often include among their objectives the development of local capacities and leadership and engage billions of dollars annually. Both concepts are considered essential for enhancing the sustainability of the actions from an endogenous approach, generating great interest both from the scientific field and in the debates and objectives of international organizations. However there is no consensus on the conceptual framework of capacity development and on appropriate methodologies to evaluate it. Moreover, in the case of leadership development, most of the studies and research have focused on business environments, with few studies focusing on rural areas. In this context, the complexity is increased because often the authority and power of the leaders are not given for formal positions, but by social relationships and bonds of trust. This research presents an initial conceptual phase, which addresses the theoretical framework, analyzing and clarifying the concepts of capacity development, competencies and leadership in the context of rural development projects. Also, at this stage the main instruments to assess capacity development are classified so as to define the variables that shape the capacity construct. Besides the multidimensionality of the concept of capacity is determined and therefore the convenience of addressing it at an individual and colective level. Different leadership styles are also analyzed to propose a definition of capacity development and leadership adapted to the rural environment. The above theoretical framework allows to set, in a second research phase, the scientific basis of the proposed model: the model DCL of Capacity Development for Leadership in rural development projects. This model incorporates elements of the conceptual framework Working With People (Cazorla et al., 2013), the result of 25 years of experience in the field of project planning for rural development from the research group GESPLAN of the Technical University of Madrid. The DCL model integrates quantitative and qualitative methodologies and a double scale of analysis to promote and evaluate capacity development in the local population from three components: technical-entrepreneurial, relational and contextual. Besides the DCL model incorporates a methodological process to integrate monitoring and evaluation of capacities throughout the project cycle. Finally, in an application phase, DCL model validation is undertaken through the case study of a development project with an organization of women artisans of Aymara communities in Puno (Peru). This project, that incorporates the WWP conceptual framework, integrates 5 years of experience with Aymara communities from GESPLAN research group. The application shows how the DCL model allows to assess the development of capacities for leadership. Also, the incorporation of lessons learned after monitoring and evaluation of capacity development allows to redirect actions to improve project planning and management and produce a true empowerment and leadership of the local organization. This translates into increased project sustainability and social resilience of the organization.

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La cabuya es una fibra natural obtenida del fiqué, or iginario de América tropical. Sus principales usos están en la industria del agro o la artesanal como la elaboración de empaques industriales, cordelería, artesanías, agrotextiles. Recientes estudios muestran otros usos en sectores diferentes al agro como refuerzo para ma teriales de construcción y aislantes térmicos, abriendo la posibilidad de desarrollar nuevos productos derivados del fique. En este trabajo se busca la caracterización acústica del fique medi ante la medida de su coeficiente de absorción en tubo de impendancia y la resistencia al flujo del aire.

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Pese a que Loja (Ecuador) presenta una gran riqueza ecológica y cultural, ni su patrimonio etnobotánico, ni cómo afecta el uso de las plantas al estado de conservación de los ecosistemas es bien conocido. Por ello se ha realizado un estudio etnobotánico y ecológico para conocer el papel que han jugado las plantas en la cultura tradicional de la provincia y comprender qué factores influyen en su uso. Durante 2006 y 2008 se entrevistó a 770 informantes (196 de ellos vendedores en mercados locales) y se realizaron 373 transectos en 118 remanentes boscosos, 51% indicados por la gente como lugares de recolección. Se ha registrado el saber etnobotánico de 717 especies pertenecientes a 143 familias, la mayoría nativas del Ecuador, 31 de ellas endémicas. Ello supone un 15% de la flora total de Loja. Sin embargo especies introducidas como Matricaria recutita o Eucalyptus globulus están entre las más citadas. La mayor riqueza se obtuvo para las plantas medicinales (509 especies), que se usan sobre todo para tratar las llamadas “inflamaciones internas” (210 especies, Matricaria recutita y Melissa officinalis principalmente) y trastornos del sistema digestivo (188, Matricaria recutita y Mentha pulegium). En los mercados se venden 169 especies, la mayoría para elaborar la bebida típica llamada horchata (65) y para curar “inflamaciones internas” (36). Además se emplean 414 con otros fines (161 para leña, 142 para alimentación humana, 133 para construcción de viviendas y muebles, 98 para artesanías, 89 ornamentales, 27 tintóreas y 72 para otros usos). En los remanentes se inventariaron 19.156 individuos correspondientes a 1440 especies de 153 familias, de las cuales 437 son empleadas por la población. La riqueza media de especies y de plantas útiles fue significativamente mayor en los remanentes recolectados lo cual parece demostrar que la explotación no afecta negativamente a la diversidad de especies al generar variabilidad de hábitats. También se vio que la proporción de especies útiles disminuye en los remanentes más diversos. También se observó que la probabilidad de uso de una especie aumenta con la frecuencia y la abundancia y disminuye con la distancia a los remanentes en los que aparece. Este patrón general no se cumple para las especies medicinales y ornamentales. Estos datos demuestran una gran riqueza de conocimientos tradicionales y una gran vitalidad del uso de muchas especies y corroboran la hipótesis de que los recursos vegetales más accesibles y abundantes son, salvo excepciones, los más empleados por la gente. ABSTRACT Although the Loja province (Ecuador) has a great ecological and cultural richness, neither the ethnobotanical heritage nor the incidence of plant use on ecosystems conservation it is well known. We have made an ethnobotanical and ecological study to determine the role played by plants in the traditional culture of the province and to understand what factors influence their use. Between 2006 and 2008 we interviewed 770 informants (196 of them vendors in local markets) and inventoried 373 transects in 118 forest remnants (51% of them indicated by people as collection sites). We recorded the ethnobotanical knowledge for 717 species belonging to 143 families, mostly native of Ecuador, 31 of which are endemic. This represents about a 15% of the total flora of Loja. However introduced species such as Matricaria recutita and Eucalyptus globulus are among the most cited. Medicinal plants (509 species) were the most abundant, and are used primarily to treat so‐called "internal inflammation" (210 species, with Matricaria recutita and Melissa officinalis as the most valued) and disorders of the digestive system (188, Matricaria recutita and Mentha pulegium). We recorded 169 species sold in markets, most of them (65) employed to elaborate a typical drink called horchata and to heal "internal inflammation" (36). In addition 414 are used for other purposes: 161 for firewood, 142 for human consumption, 133 for construction and furniture, 98 for handicrafts, 89 as ornamental, 27 for dye and 72 for other uses. In the forest remnants, 19,156 individuals corresponding to 1440 species of 153 families, 437 of which are used by the population were inventoried. The average species richness (both total and of useful plants) was significantly higher in exploited remnants, which suggest that exploitation does not adversely affect species diversity and instead increases habitat diversity. We also found that the proportion of useful species decreases in decreased in the most diverse remnants. It was also observed that the probability of use of a species increases with its frequency and abundance and decreases as the distance form localities to remnants where it appears increases. This general pattern however does not hold for medicinal and ornamental species. These results show the extraordinary wealth of traditional knowledge and the great vitality in the use of many species and support the hypothesis that most accessible and abundant plant resources are the most used by people.

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Las mujeres de la Bauhaus: El camino hacia la arquitectura, no es un simple título, es una secuencia en el tiempo. Al igual que la meta final de la Bauhaus era la Arquitectura, la Construcción, la obra de arte total donde participaban todas las disciplinas; la Escuela, sin la participación femenina hubiese nacido castrada, no hubiese sido la Bauhaus. En una entrevista se le preguntó a un alumno la razón de su ingreso, qué era lo más importante que le hizo tomar dicha decisión, a lo que contestó: “la forma de vida comunitaria de la gente de la Bauhaus”. Las mujeres, en un principio, con ser admitidas ya se daban por satisfechas. Eran disciplinadas, muy trabajadoras y se conformaban con las tareas que se les asignaba. Todos los estudiantes conocían las dificultades que acarreaba el ingreso y ser admitido era un hecho trascendente. Käthe Brachmann, agradecía en 1919 poder formar parte del alumnado: “Por lo tanto, nosotras las mujeres, también vinimos a esta escuela, porque cada una de nosotras encontró un trabajo que realizar aquí ¡que no nos atrevíamos a descuidar! ¡Puede que nadie envidiase nuestro trabajo! Gracias a todos aquellos que nos lo concedieron…” Somos nosotras, las siguientes generaciones de arquitectas, historiadoras, ingenieras, publicistas, diseñadoras… las que envidiamos y resaltamos su trabajo. Cuando Isabelle Anskombe contactó a principios de 1981, a través de Gunta Stölzl, con Marianne Brandt, ésta se encontraba en un asilo cercano a su lugar de nacimiento (antigua DDR) y quedó gratamente sorprendida del interés despertado. A lo largo de treinta años, hemos sido y continuamos siendo muchas mujeres, también algunos hombres, las que hemos impulsado y restituido el largo historial de méritos de las mujeres que estudiaron y trabajaron en la Bauhaus. Era una carencia que persistía desde el cierre de la escuela en 1933. Esta necesidad de restauración de la pequeña historia de la Bauhaus debe ser satisfecha por lo que esta tesis debe ser leída y entendida como una relectura desde sus orígenes en la que se incluyen dos aspectos fundamentales; el primero formado por los trabajos escolares de una parte importante del alumnado constituido por mujeres y el segundo en la consecución de una meta: lograr inscribirse en las clases de arquitectura y conseguir titularse como arquitectas. Este trabajo de investigación demuestra que la asociación de mujeres de la Bauhaus y el taller textil no fue exclusiva, existieron mujeres en otros talleres y lo más importante, hubo mujeres diplomadas en arquitectura. No se puede reducir el interés que despierta esta tesis sólo al ámbito femenino, porque no debemos olvidar que una tesis dedicada a un determinado maestro o alumno del mundo de la arquitectura se entiende que debe tener un interés global. De la misma manera, el estudio de una determinada maestra y de determinadas alumnas no se puede restringir a un determinado sector, debe ser de interés para toda la comunidad científica, no solo para las mujeres. Para que ello ocurra los trabajos de las alumnas deben tener una calidad mínima. Estudiando el fin de carrera de la alumna Vera Meyer-Waldeck y comparándolo con el de sus compañeros se puede afirmar que la complejidad arquitectónica de su trabajo no desmerece ante las dos propuestas ofrecidas por varones. La célebre frase de Marienne Brand en la que describe cuántas bolitas de alpaca tuvo que conformar hasta que por fin alguien le asignó una tarea mucho más gratificante, ilustra la paciencia y el tesón demostrado por ellas a lo largo del tiempo hasta ganarse el respeto entre los maestros y sus compañeros. La imposición inicial que supuso organizar a la mayorÍa de mujeres en el taller de tejidos influyó en un sentimiento femenino de autolimitación, algunas no se sentían capacitadas para la abstracción y el dominio espacial. Ello les llevó a reafirmarse como las más aptas en el campo bidimensional y por tanto convirtieron dicha limitación en un refugio. Se han explicado ejemplos de mujeres que no participaron en el taller textil (inicialmente establecido para ellas) y paulatinamente fueron dando pasos hacía un mayor compromiso con las relaciones espaciales y la arquitectura, a veces sin ser conscientes de ello. La propia Marianne Brandt tiene unas axonométricas fechadas en 1923 y su carnet de la Werkbund la acreditaba como arquitecta de interiores. Al mismo tiempo, Alma Buscher se sentía plena con sus célebres juguetes infantiles de madera en Weimar, pero sin embargo, ya en Dessau, redactó unos magníficos apuntes de construcción de edificios fechados en 1925. Incluso una alumna del taller textil, Benita Otte, sorprendió a sus maestros con una logradísima isométrica de la casa experimental Haus am Horn para la exposición del año 1923. Un ejemplo extraordinario fue el de la arquitecta Friedl Dicker. Una vez hubo abandonado sus estudios en Weimar, ejerció la profesión en Viena junto con su compañero de estudios Franz Singer, construyendo un club de tenis como trabajo más sobresaliente. El hecho de no existir ningún taller específico de arquitectura en Weimar, jugó a su favor, porque el nuevo profesor contratado para tal fin en Dessau era Hannes Meyer, un convencido de que la arquitectura y la vida debían ir a la par. El hijo de Paul Klee recordaba aquella época “Meyer (…) tenía ideas muy diferentes y la Bauhaus de Dessau llegó a estar muy regulada y agarrotada. Ahora todo el mundo estaba orientado hacía la arquitectura. Un estricto programa de 10 horas al día mantenía a la gente ocupada desde muy temprana la mañana hasta bien entrada la noche, y por si esto fuera poco, se enfatizaba la gimnasia y los deportes. Era un contraste muy fuerte respecto a las ideas fundacionales de la Bauhaus de Weimar…” La secuencia de los acontecimientos se ha detallado en el capítulo correspondiente, demostrándose que Gropius llamó conscientemente a Hannes Meyer porque era el hombre adecuado para este nuevo enfoque en Dessau. En el artículo del año 1926 que cautivó a Gropius, Die Neue Welt (los nuevos tiempos), Hannes Meyer colocaba en la misma página un trabajo de El Lissitzky con otro de Sophie Arp-Täuber. Su folleto de publicidad para ingresar en la escuela utilizaba como reclamo la pregunta, ¿buscas la verdadera igualdad como mujer estudiante? Convencido de que el “talento” no era tan importante como una buena predisposición, permitió eliminar el aura creadora que se suponía fundamentalmente masculina. Apasionado hombre político, cautivó a las jóvenes con su espíritu de justicia social, aunque su relación afectiva con Lotte Stam-Beese y con Hans Wittwer dejó al descubierto su temperamento y la dificultad de trabajar con él. El libro de Moholy Nagy titulado Von Material zu Architecktur (De lo material a la arquitectura) aparecido en 1929, impulsó a muchas mujeres a seguir avanzando y les sirvió como acicate, pues algunas se habían adaptado a un estado inferior al de sus plenas capacidades. Una voz autorizada y respetada les comunicaba que todo “ser humano debe tener la oportunidad de experimentar el espacio en la arquitectura”. Desgraciadamente, las teorías (Schopenhauer y posteriormente Freud … Gregorio Marañón) que primaban el sexo de la mujer por encima de su capacidad como persona , habían permitido crear en la opinión pública una cuantificación del grado de masculinidad o feminidad dependiendo de las actividades que se realizasen. Las relaciones espaciales, las ciencias puras, el proceso creador del artista, se habían considerado eminentemente masculinos en contraposición a la cerámica, las artesanías textiles y cualquier trabajo manual repetitivo que debían ser asignados a las mujeres. Betty Friedman denunciaba en 1962 lo que los educadores sexistas habían transmitido a lo largo del tiempo a sus alumnas : “A las mujeres les gusta la belleza tanto como a los hombres, pero quieren una belleza que esté relacionada con el proceso de la vida (…) La mano es tan admirable y digna de respeto como el cerebro.” En la Bauhaus, según avanzaba el tiempo, la integración ganaba terreno a los prejuicios por lo que la mano y el cerebro estaban conectados. Artista y artesano debían ser todo uno y los planes de estudio de la escuela, fieles a su origen de que el fin último era la arquitectura, ya permitían acceder a la sección de construcción (baulehre) a las personas que una vez terminadas las pruebas en el taller textil, quisieran seguir estudiando dentro de la Bauhaus. Las mujeres ya elegían libremente y se inscribían en los demás talleres según sus preferencias. La estudiante de carpintería y futura arquitecta Vera Meyer-Waldeck era entrevistada en la revista de la escuela y contestaba desinhibidamente que “para mí, es exactamente igual de interesante la literatura, el baile o la música, como las formas, el color, la matemáticas o cualquier problema de estática.” Numerosas alumnas estudiaron en la Bauhaus pero no consiguieron el diploma por no terminar todos los semestres requeridos. Fue el caso de Lotte Stam Beese que empezó en el taller textil con la maestra Gunta Stölzl, continuó en el departamento de construcción y, aunque no llega a diplomarse, si ejerció de arquitecta. Después de trabajar en diversos países, se titula en 1940 en la escuela VHBO de Ámsterdam. La entrada de Mies en la escuela cambia el planteamiento social y enfatiza aún más el estudio de la arquitectura. Unifica en su plan de estudios dos disciplinas que Hannes Meyer las tenía separadas: “construcción y acabados” (bau-ausbau) de manera que la pintura mural, la carpintería y todo lo referente al interior-exterior de un edificio se estudia en el mismo taller. Esta unificación presentaba una gran ventaja para las mujeres ya que se podían apuntar sin sentirse comprometidas ni apabulladas por las connotaciones que una carrera de ciencias tenía ya que en realidad, la palabra arquitectura con grandes letras no aparecía. Por supuesto, tal y como se ha detallado en el plan de estudios, existían todo tipo de asignaturas técnicas, pero el hecho de que la arquitectura de interiores, muy asumida en la opinión pública como actividad perfectamente factible para una mujer, se uniese a la actividad constructora, eminentemente masculina hasta entonces, ayudó a desembocar el final de los estudios de varias mujeres en el fin último de la Bauhaus: la arquitectura. Como ejemplo, Vera Meyer-Waldeck, había trabajado activamente en el edificio de Bernau en la creación de las mesas de estudio de los dormitorios dentro de la sección de carpintería (tischlerei), y gracias a la unificación de talleres, puede seguir ampliando conocimientos de construcción de forma gradual. Las alumnas Vera Meyer-Waldeck, María Müller, Hilde Reiss y Annemarie Wilke lograron de esta manera culminar sus estudios con un diploma que las permitía ejercer como arquitectas. Se ha dispuesto de los proyectos y trabajos profesionales en el campo de la arquitectura y el diseño de Vera y Annemarie. Desgraciadamente, de María y Hilde no se ha encontrado material de estudio. También se amplian datos sobre Annemarie Wimmer (Lange de casada), ella no finalizó sus estudios de Bau, pero se diplomó en ausbau (Ausbauabteilung), equivalente a arquitectura de interiores y escribió una guía de arquitectura de Berlín. Es conocido que la Bauhaus no era la única escuela donde las mujeres podían estudiar teoría de la construcción. Existían en la República de Weimar varias escuelas técnicas donde las mujeres estudiaban arquitectura , pero uno de los rasgos diferenciadores de esta escuela era el fuerte sentimiento de comunidad y la relación alumno-profesor. Las clases distendidas las recordaba el alumno Pius Pahl venido de un estricto instituto técnico: “(…) Durante el cuarto semestre intenté estudiar planeamiento urbano con Hilberseimer. Entré en la habitación donde se impartían las clases y me senté un poco apartado respecto a los demás. Ellos iban llegando uno a uno y encontraban sitios en las mesas, bancos, taburetes y alfeizares de las ventanas. Debatían entre ellos. Estaba esperando a Hilbs (Hilberserimer), pero en vano. Después de algún tiempo uno de los estudiantes veteranos apoyado en un radiador se presento como Hilbs. ¡Que sorpresa para un estudiante formado en la Höheres Staatliches Technikum!” Otro rasgo diferenciador frente a las escuelas técnicas era la posibilidad de acceder a la Bauhaus sin un bachillerato previo. Teniendo dotes artísticas y disponibilidad para el trabajo de diseño se podía ingresar en la Bauhaus. Estas condiciones beneficiaban a cierto número de mujeres que no habían tenido posibilidad de una instrucción académica. Como ejemplo, el currículo anterior de la alumna Lotte Burckhardt , matriculada en la sección de carpintería en el año 1928, consistía en haber trabajado en una sastrería, de secretaría y como trabajadora social. La Bauhaus no obstante, presentaba muchos rasgos comunes con otras escuelas surgidas en la República de Weimar. Varios profesores de la Bauhaus fueron contratados por otras escuelas. La escuela Reimann en Berlín (contrató al maestro de fotografía Peterhans una vez clausurada la Bauhaus de Berlín), la de Breslau (contrató a Schlemmer a partir de 1929) y especialmente la de Frankfurt (contrató a Adolf Meyer cuando éste se separa de Gropius) participaban de idearios similares. Esta última escuela estaba directamente relacionada con la oficina municipal de la construcción de Frankfurt, liderada por el arquitecto Ernst May. Bajo sus ordenes trabajó la arquitecta Margarete Schütte-Lihotzky. Ella, junto con un grupo de trabajo, realizaron para la exposición de la Werkbund de 1927- organizada por Mies y en parte por Lilly Reich- unas viviendas prefabricadas. Al igual que en la feria de Frankfurt, aquí también se ocupó del amueblamiento de las cocinas. Su posterior estancia en la Unión Soviética y sus proyectos son comparables con los realizados en la misma época por Lotte Stam-Beese. Estos proyectos se analizarán estableciéndose similitudes. Si bien hay características similares entre todas estas escuelas, un signo distintivo de la Bauhaus era la ausencia de un departamento o sección de modas que en cambio sí existían en las escuelas de Reimann y Frankfurt . La causa inicial era el riesgo de feminización que temía Gropius y que venía precedido por la escuela de Van de Velde. Posteriormente, en el curriculum de Hannes Meyer, que buscaba las necesidades del pueblo en lugar de ambicionar el lujo, no tenía justificación un taller dedicado a la moda. Cuando llegó Mies, la escuela ya estaba muy profesionalizada y las mujeres que estudiaban allí siempre comprendieron que su objetivo era la arquitectura y el diseño de objetos útiles. Curiosamente, Lilly Reich, la maestra de Ausbau (interiorismo), si venía del mundo de la moda. No hay constancia de que ninguna mujer denunciara un trato discriminatorio, así como tampoco parece que ellas sintieran que abrían nuevas vías a otras mujeres . Tenían un sentimiento de comunidad mixta, no se sentían especiales, creían firmemente en un mundo más justo y pensaban que trabajando en la Bauhaus podrían aportar algo nuevo a la sociedad junto con sus compañeros. Según palabras textuales de Walter Gropius: “La Bauhaus sintió el peso de una doble responsabilidad moral: hacer que sus alumnos tomaran plena conciencia de la época en que vivían, y prepararlos para que plasmaran su inteligencia natural y conocimientos adquiridos en diseños de prototipos que expresaran directamente esta conciencia.” La grave crisis económica y la guerra truncaron muchas esperanzas pero esos fuertes lazos duraron en el tiempo . Son incontables las parejas que se formaron en la Bauhaus, muchas de ellas duraderas en el tiempo. Eran numerosos los matrimonios formados por alumnos arquitectos y alumnas de otros talleres que ayudaban y aconsejaban. Quizás, el caso de Gertrud Arndt, llama la atención porque ella quiso originalmente ser arquitecta. Había estado como aprendiz en un estudio de arquitectura de Erfurt y a instancias de su jefe, empezó a documentar fotográficamente los edificios mientras se formaba. Al ver la primera exposición de la Bauhaus del año 1923 y con una beca de estudios, decidió trasladarse a Weimar para estudiar arquitectura. Cuando llegó allí descubrió que no existía tal departamento (solo alumnos aventajados disfrutaban de algunas clases semiparticulares) y después de aprobar el curso preliminar acabó en el taller de tejidos. Una vez hubo completado todos sus estudios, no volvió a trabajar en el diseño textil. Se casó con el arquitecto Alfred Arndt y cuando éste fue nombrado profesor, ella estuvo apoyando a su marido sin dejar de ocuparse de su otra pasión: la fotografía. Gertrud fue redescubierta como fotógrafa en los años 80 y en enero de 2013, el archivo Bauhaus le ha dedicado una exposición monográfica con sus obras textiles y fotográficas. Como anécdota, cabe reseñar la carta que le escribe Gertrud a su amiga Gunta Stölzl, animándola a emigrar a España ya que nuestro país se veía como una oportunidad para trabajar ante una Alemania deprimida económicamente. Tratamiento singular se merece también Hermine Luise Scheper- Berkenkamp, conocida como Lou. Alumna del taller de pintura mural, se casó con su compañero de estudios Hinnerk Scheper. Él terminó como profesor de la escuela y ella se dedicó a ayudarle al tiempo que ejercía de pintora e ilustradora de libros para niños. La prematura muerte de su marido en 1957 le impulsó a ejercer sus funciones. Se hizo cargo de las labores compositivas del color en la arquitectura de numerosos edificios en Berlín. Fue responsable del diseño de color del último proyecto ejecutado por Otto Bartning (un hogar infantil en Berlín), la Filarmónica de Hans Scharoun, el Museo Egipcio, varios edificios de Walter Gropius en los distritos de Berlín Britz, Buckow y Rudow así como el edificio del aeropuerto de Tegel. Cuando murió el 11-4-1976, Lou estaba trabajando en el esquema de color para la construcción de la biblioteca de Scharoun en Berlín. Es una evidencia que el trabajo de la escuela ha pasado a la posteridad fundamentalmente por la creación de objetos, telas, tipografías, fotografías, collages, pinturas, publicidad y técnicas de color. A excepción de sus tres directores, arquitectos de profesión, ni siquiera el arquitecto Breuer logra superar en reconocimiento al Breuer creador de sillas tubulares. Es por tanto mi intención mostrar el lado menos conocido de la escuela más famosa: el trabajo de las arquitectas que surgieron de la Bauhaus. Lamentablemente, el trabajo realizado por Peter Hahn en 1995 y recogido en el libro Bauten und projekte. Bauhaus in Berlín (Construcciones y proyectos. Bauhaus en Berlín) que editó el Bauhaus-archiv, sólo contiene los trabajos realizados por estudiantes y profesores de la escuela en el área metropolitana de Berlín, no aparece plano alguno ni fotografías de ninguna estudiante. Tan solo se citan las biografías de Lilly Reich y Vera Meyer-Waldeck. Con la colaboración del propio archivo Bauhaus, he podido contemplar los trabajos de las alumnas y compararlos con los de sus compañeros que sí figuran en dicho libro. Se analizarán dichos proyectos Por último, una imagen, que parece retroceder en el tiempo: Mies en América con sus estudiantes, solo hombres. Cuando Gropius emigró a Inglaterra, realizó con Maxwell Fry una escuela mixta que continuaba sus planteamientos ético-sociales traspuestos a la arquitectura. Sin embargo, al aceptar el puesto docente en Harvard (1937-1952), donde la educación estaba segregada por sexos -las mujeres aprendían en el Radcliffe College- no debió poder instruir prácticamente a ninguna mujer . La arquitecta Anne Thyn, colaboradora de Louis Kahn, fue una de las escasas alumnas. Empezó en 1944 y se licenció en 1949. ¿Coincidirían en alguna clase? Parece que la guerra hizo retroceder los espacios ganados por las mujeres, al menos en Estados Unidos. La feminista Bety Fridman denunciaba una vuelta de la mujer al hogar y a “ese malestar que no tiene nombre” denominado por ella la mística de la feminidad. En el año 1953, en América se publicaban manuales dirigidos a las mujeres en los siguientes términos: “En el momento histórico actual, la muchacha más adaptada probablemente sea la que es lo suficientemente inteligente como para tener buenas notas es la escuela pero no tan brillante como para sacar sobresaliente en todo (…); la que es competente, pero no en áreas relativamente nuevas para las mujeres; la que sabe ser independiente y ganarse la vida, pero no tanto como para competir con lo s varones; la que es capaz de hacer bien algún trabajo (en el supuesto de que no se case o si por otras razones no tiene más remedio que trabajar) pero no está tan identificada con una profesión como para necesitar ejercerla para ser feliz.” Afortunadamente, las protagonistas de esta tesis se sentían tan identificadas con su profesión que necesitaban ejercerla para ser personas, porque “ser mujer no es ni más ni menos que ser humana” ABSTRACT The Bauhaus was created in 1919 in a brand new government which looks for a rapprochement between the people and university elites. A new, modern and democratic perspective where the ideals of collectivism and individualism come together to serve the same cause: architecture, total construction. To access the Bauhaus previous studies were not necessary, just an artistic disposition. The Weimar period lasted until 1925, year in which were expelled finding a new headquarters in Dessau. The school appealed especially to young people wanting to learn and in need of change. For women marked a double jump, to acquire a profession and feel equal to their peers. Its founder, Walter Gropius, wanted to combine artistic creation of standardized design prototypes looking for a common goal around the architecture. Under the slogan "art and industry, a new unit," an exhibition from 15 August to 30 September 1923 where the pilot house called "Haus am Horn", executed and organized by all the school's workshops and in which some female students were able to demonstrate his extraordinary talent. When the Bauhaus moved to Dessau, Gropius invited architect Hannes Meyer to join them for the inauguration of the architecture section. No sooner had Meyer joint the Bauhaus when he became the new director. He advertised the school under the slogan “Come to the Bauhaus” with which he wanted to attract more female students. In his advertising papers, Mayer asked “Are you looking for a real equality as a female student?” During his mandate the Bauhaus sought predisposition for artistic talent to face a new and fairer world. “The needs of the people instead of a lust for luxury” were also reflected in the new architecture. The female students Lotte Gerson and Lotte Besse enrolled themselves in 1929 in the construction section. The destitution of Hannes Meyer in summer in 1930 made the designation of Mies van der Rohe, the school’s last director. Lilly Reich substituted master Gunta Stölzl. This well known couple of professionals with professor Hilberseimer formed a global section of construction-interior design (bau-ausbau) where edification and urbanism a quota of exigency not fewer than any other technical school in Germany. The Bauhaus, harassed by the Nazis, was obligated to leave their headquarters in Dessau, to move to Berlin, as a private institute in an abandoned factory. Before leaving Dessau, four women got their architect diplomas. These women were Hilde Reiss, Maria Müller, Annemarie Wilke and Wera Meyer Waldeck The closing of the Berlin headquarters in 1933 by the Nazi government, at the time the Weimar Republic ended with Hitler’s raise to the power. This made the Bauhaus a symbol of the sullied freedom by totalitarianism. The work and biography of the following female architects that represent the three headquarters of the school is analyzed here: -Friedl Dicker in Weimar -Wera Meyer-Waldeck in Dessau - Annemarie Wilke in Berlin.